sábado, 6 de septiembre de 2014

Sublime y misterioso


Cuando entro a la oración 

no voy con grandes expectativas.
Aprendí que la ansiedad por alcanzar grandezas
aleja la sencilla donación de Amor que Dios realiza.
Cuando el Señor nos conduce a orar en nuestros
ministerios de liberación
hay algo sencillo y misterioso a la vez.
Dios nos arranca de nosotros y nos centra sólo en Él.
Anoche comprendí de un modo nuevo y pleno
aquello que es sumergirse en el Espíritu Santo.
Es entrar en el mismo vientre materno de Dios.
Por eso sólo quiero decirte: ¡Gracias mi Buen Señor!

Miguel
Comunidad Piedras Vivas

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