Cuando nació Jesús, en Belén de Judea, bajo el reinado de Herodes, unos magos de Oriente se presentaron en Jerusalén y preguntaron: "¿Dónde está el rey de los judíos que acaba de nacer? Porque vimos su estrella en Oriente y hemos venido a adorarlo". Al enterarse, el rey Herodes quedó desconcertado y con él toda Jerusalén. Entonces reunió a todos los sumos sacerdotes y a los escribas del pueblo, para preguntarles en qué lugar debía nacer el Mesías. "En Belén de Judea, le respondieron, porque así está escrito por el Profeta: Y tú, Belén, tierra de Judá, ciertamente no eres la menor entre las principales ciudades de Judá, porque de ti surgirá un jefe que será el Pastor de mi pueblo, Israel". Herodes mandó llamar secretamente a los magos y después de averiguar con precisión la fecha en que había aparecido la estrella, los envió a Belén, diciéndoles: "Vayan e infórmense cuidadosamente acerca del niño, y cuando lo hayan encontrado, avísenme para que yo también vaya a rendirle homenaje". Después de oír al rey, ellos partieron. La estrella que habían visto en Oriente los precedía, hasta que se detuvo en el lugar donde estaba el niño. Cuando vieron la estrella se llenaron de alegría, y al entrar en la casa, encontraron al niño con María, su madre, y postrándose, le rindieron homenaje. Luego, abriendo sus cofres, le ofrecieron dones: oro, incienso y mirra. Y como recibieron en sueños la advertencia de no regresar al palacio de Herodes, volvieron a su tierra por otro camino.
RESONAR DE LA PALABRA
Alejandro Carbajo, cmfQueridos hermanos, paz y bien.
Termina la semana con la fiesta de la revelación del Niño Dios a toda la humanidad. Hoy la Iglesia celebra la manifestación de Cristo a la gentilidad. Cristo es revelado a los gentiles. Lo cual me alegra, porque yo mismo me puedo clasificar en esa categoría: Gentil: 1. adj. Entre los judíos, se dice de la persona o comunidad que profesa otra religión. U. t. c. s., como dice el Diccionario de la Real Academia Española de la Lengua.
Las lecturas de hoy nos van marcando el camino hacia esa epifanía, la revelación de Dios. Isaías, profeta en medio del pueblo, con fe ve el nuevo amanecer que promete Dios e invita a caminar hacia ese faro que ilumina las tinieblas, hacia el resplandor del nuevo amanecer. Ser portadores de luz en un mundo que camina en tinieblas y no ve salida a los problemas. ¿Eres de los que piensan que hay más soluciones que problemas, o vas por ahí con ánimo derrotista, contribuyendo a la depresión?
Esa luz, dice el salmo, que llega a todas las naciones o, como dice la segunda lectura, ilumina a todos sin excepción. Porque todos somos coherederos de la promesa. Desde Rusia, desde China, desde África, desde Oceanía… En todas partes se oye su voz, se escucha el mensaje de salvación. ¿Te apuntas, lo difundes, o dejas que lo hagan otros? Total, yo ya estoy salvado… Revisar hoy nuestra aportación a la expansión del mensaje podría estar bien. Un buen regalo de Reyes a los que nos rodean, compartir con ellos lo que vivimos y da sentido a nuestra vida.
Ese amanecer, esa luz que vieron los Magos, y les llevó a buscar al Salvador del mundo en forma de niño, al lado de su padre, San José (santo varón, siempre dispuesto a cumplir la voluntad divina) y de su madre, Santa María (ejemplo de aceptación de lo que Dios manda a la persona, guardando en el corazón todo, lo que entiende y lo que no). Ver con los Reyes a la familia de Jesús en el pesebre, y ponernos a sus pies, y adorarles. Si tienes un belén en casa, podría estar bien hacer algún pequeño gesto hoy, mejor si lo hacemos en familia.
El poeta inglés Anden, en un poema sobre la Navidad presenta a los Magos motivando su viaje:
El primero dice: Debo saber cómo ser verdadero hoy. Por eso sigo la estrella.
El segundo dice: Quiero descubrir cómo vivir hoy. Por eso sigo la estrella.
El tercero dice: Necesito averiguar cómo amar hoy. Por eso sigo la estrella.
Al final afirman los tres: Debemos descubrir cómo ser hombres hoy. Por eso seguimos la estrella.
La estrella sigue brillando hoy, para los que quieran verla. ¿Tú quieres? Búscala en la Liturgia, en la Comunidad, en la Palabra, en tu corazón. En algunos países, los niños esperan con grandísima ilusión la noche de Reyes, para recibir sus regalos. Con esa misma ilusión podríamos esperar nosotros el encuentro con Dios.
Tu hermano en la fe,
Alejandro José Carbajo Olea, C.M.F.
fuente del comentario CIUDAD REDONDA
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