sábado, 13 de enero de 2018

EL HOMBRE SE LEVANTÓ Y LO SIGUIÓ

San Alfonso María de Ligorio (1696-1787), obispo y doctor de la Iglesia 
6º Discurso para la Novena de Navidad
«El hombre se levantó y lo siguió»

        Mi querido Redentor, he aquí mi corazón, te lo doy entero; ya no me pertenece más, es tuyo. Entrando en el mundo, te ofreciste al Padre eterno, ofrecido y dado toda tu voluntad, como nos lo dices por boca de David: "Está escrito de mí, en el libro de la Ley, para hacer tu voluntad. Es lo que siempre quise, Oh Dios mío " (Sal. 39,8-9). De la misma manera, mi querido Salvador, te ofrezco hoy toda mi voluntad. En otro tiempo te fue rebelde, por ella que te ofendía. Ahora siento de todo corazón, el uso que hice de ella, todas las faltas que miserablemente me privaron de tu amistad. Me arrepiento profundamente, y esta voluntad te la consagro sin reserva.
        «¿Señor, qué quieres que haga? (Hch. 22,10) Señor, dime qué me pides: estoy dispuesto a hacer todo lo que deseas. Dispón de mí y de lo que me pertenece como gustes: lo acepto todo, consiento en todo. Sé que buscas mi mayor bien: " Pongo pues, totalmente mi alma en tus manos " (Sal. 30,6). Por tu misericordia, ayúdala, consérvala, haz que te pertenezca siempre, y sea toda tuya, ya que "la rescataste, Señor, Dios de la verdad", al precio de tu sangre (Sal. 30,6).»

No hay comentarios:

Publicar un comentario