miércoles, 19 de agosto de 2015

Buen día, Espíritu Santo!

Padre y Señor del Cielo,
Tú eres aquel que modeló cada corazón,
Tú eres Aquel Divino Alfarero que conoce cada detalle de la obra.
Ningún detalle escapa a tu mirada, a tu cuidado.
Al amanecer del  nuevo día te presentamos
nuestra gran Familia Piedras Vivas.
Tú conoces los huracanes y tempestades que agitan cada corazón.
Que los vientos de la aflicción no apaguen la llama que has encendido.
Que tus hijos, Padre del Cielo, no vean naufragar su fe.
Que nada asuste a los Tuyos, Padre;
Que aquellos que debilitados se sienten barquitos buscando dirección
no vean hundirse sus sueños, sus esperanzas.
¡Manda, envía, derrama, el Soplo de Tu Espíritu!
Que ese Aliento de Vida sea Poderoso Soplo de Resurrección!
De tanta muerte espiritual,
de tanta muerte afectiva,
de tanta muerte en vida, ¡libra a tu Pueblo Señor!
Amén!



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