viernes, 21 de agosto de 2015

¿Quién puede impedirme conocer a Dios?

Imagino que, inmediatamente corremos el riesgo de pensar en personas que nos rodean o en las dificultades tan evidentes en la vida. Pero, la realidad es que somos nosotros mismos los primeros en colocarnos en riesgo si descuidamos tres cosas:
la soberbia intelectual,
el sentimentalismo
y la superficialidad.
Cerquemos con cuidad nuestro corazón en primer lugar.
Somos nosotros mismos quienes nos ponemos, en primer lugar, en apuros.

Con oraciones,
Ricardo Sá
fuente Portal Canção Nova


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