sábado, 29 de agosto de 2015

Conquistando la libertad interior

Padre Adriano Zandoná\Foto: Daniel Mafra/cancaonova.com
“Si permanecen en mis palabras, serán verdaderamente mis discípulos,
y conocerán la verdad, y la verdad los hará libres" Juan 8,31-32

“(…) donde está el Espíritu del Señor allí hay libertad"
2 Cor 3,17b

Libertad interior es aprender a ser libre desde adentro; aunque los problemas y las dificultades nos limiten (dolencias, sufrimientos, obligaciones). Libertad interior es saber lidiar con las dificultades y la pérdidas, que son reales y suceden, sin dejar que ellas nos aprisionen...

Quien aprendió a ser libre dentro de sí, no podrá ser limitado y aprisionado por nada que venga de afuera.

¿Será que he encontrado (y construido) esta libertad interior o, por el contrario, estoy siendo víctima de las circunstancias externas, quedando constantemente amargado y quejándome de las pruebas y límites exteriores?
Para conquistar esa libertad interior, necesitaremos aprender a trabajar y curar las raíces de nuestra história.

Cita del libro "Conquistando la libertad interior" (Capítulo 1):

Ganar alas, concretizar grandes sueños, coleccionar victorias y realizaciones son el deseo de toda persona. Nadie será capaz de superar obstáculos y construir "vuelos" con suceso (victoria) sin antes haber aprendido a conquistar la libertad dentro de si, curando las raíces de su historia y dejando que profundicen en terrenos que sean fecundo y fértiles.
Un árbol que no posee una profunda y saludable raíz puede ser derrumbado por cualquier viento.
De la misma manera el ser humano que no sabe curar sus raíces para encontrar la verdadera libertad interior será siempre vulnerable delante de los imprevisibles vientos que de tiempo en tiempo visitan el jardín de nuestros afectos y experiencias.
Las experiencias presentes en las raíces de nuestro ser (en nuestros afectos, relaciones y percepciones) realizan el trabajo de influenciar directamente nuestro comportamiento y nuestra forma de existir (nuestras raíces). Si existiesen heridas y ausencia de nutrientes en la raíz, todo el árbol de nuestra historia acabará enfermo y frágil y no conseguirá desenvolverse ni realizarse en plenitud.
Necesitamos comprender como están nuestras raíces, para permitir que Dios nos cure y restaure a partir de ellas:

Toda raíz necesita de cuidados. Ella es la base que sustenta la planta y, por eso, necesita ser cuidada y bien estimulada. De la misma manera, toda persona necesita de un cuidado atento para con su interior, pues solamente así todo su ser podrá funcionar bien y encontrar una verdadera felicidad.
En la búsqueda de libertad interior necesitaremos aprender a cuidar un poco más de nosotros mismos y de aquello que nos afectó, profundizando nuestras raíces de manera correcta.
Muchas, sin duda, serán las heridas e imperfecciones que encontraremos en nuestro interior, que tentarán robarnos la libertad de ser lo que realmente somos (de percibir nuestra identidad genuina) Tales realidades precisarán ser debidamente superadas, para que nuestras raíces recuperen la salud y se fortalezcan no sólo de nuestra historia.

Reflexionemos con honestidad: ¿cómo se encuentran nuestras raíces más profundas? ¿Cuáles son las realidades que habitan nuestro interior? ¿En él hay heridas o dolores no superados? ¿Podemos decir que verdaderamente somos libres -de dentro hacia afuera, o existen todavía machucones y condicionamientos que nos sujetan a hechos pasados y nos impiden ser lo que realmente somos?
¿Podemos afirmar que somos felices y estamos realizados?
¿Será que necesitamos de libertad interior para vivir bien, expresando nuestros reales sentimientos y realizando nuestra verdadera identidad?
Existen innumerables enfermedades capaces de destruir la vitalidad de un árbol, pues, la mayoría de ellas comienzan precisamente en las raíces (de adentro hacia afuera)

San Agustín afirmó: "¿Te Preocupas por ver si el árbol de tu vida tiene gajos podridos? No pierdas tiempo. cuida bien de la raíz y no tendrás que preocuparte con los gajos?"
Libertad interior es decidirse de adentro hacia afuera, sin estar buscando en los otros las respuestas que sólo yo puedo ofrecer a la vida... Necesito tomar decisiones, escoger, decidir, construir mi vida!"

"Si las cosas no están resueltas dentro de nosotros no existirá realidad exterior que pueda apaciguarnos y traer alegría... Esa es una sobria e incontestable sentencia. Quien no tiene libertad interior, aunque tenga todo, será un eterno fugitivo de si y de sus heridas, y no encontrará una auténtica realización.

Podemos tener todo: títulos, reconocimientos, dinero, belleza, conquistas, pero si no tenemos salud y libertad interior, nada nos realizará plenamente y estaremos siempre buscando algo que nos pueda llenar.
Libertad interior es un exigente trabajo artesanal, que exige persistencia y sensibilidad...."

"Libertad interior es un trabajo artesanal, en el que el artista que trabaja el alma necesitará comprender el acerbo de experiencias que componen su trayectoria, direccionando cada realidad para la belleza dura de la verdad que lo puede liberar.
Sin libertad interior nadie consigue ser aquello que verdaderamente es ni nadie consigue desenvolver todos sus talentos.

Desgraciadamente, percibimos que un verdadero cuidado de la interioridad no está muy de moda actualmente:

Muchísimos son los corazones que buscan invertir apenas en aquello que es exterior -en la apariencia del cuerpo, de la imágen, etc.- valorando apenas los tallos y gajos y despreciando lo que sustenta todo el resto: la raíz.

Muchas veces el interior de tales personas acaba quedando cada vez mas descuidado y ausente de vida, provocando un proceso de continua insatisfacción en que los bajos quieren ser altos, y los altos bajos. Quien es rubio quiere ser moreno, y quien es trigueño quiere ser rubio. Quien tiene el pelo largo lo quiere corto, y quien lo tiene corto lo quiere largo. Una espiral infinita porque cuando se desprecia el cuidado de lo que se tiene adentro, la consecuencia será una búsqueda insaciable por compensaciones que vengan de afuera y que no serán capaces de llenar la verdadera sed del alma.

Enfermedades que atormentan las raíces de nuestro ser (raíces de nuestra historia):
Miedos, heridas emocionales, resentimientos, auto imagen negativa, baja autoestima; realidades que asfixian nuestra verdadera identidad y no nos dejan crecer con integridad, concretizando todos nuestros talentos y dones.
No existe libertad interior sin el rescate de la propia identidad.

Padre Adriano Zandoná\Foto: Daniel Mafra/cancaonova.com
Padre Adriano Zandoná\Foto: Daniel Mafra/cancaonova.com
Será necesario rescatar, en Dios, nuestra genuina identidad, dejando nuestra esencia y verdad salir de la nada y respirar...
Necesitamos retirar los rótulos, marcas y heridas que sofocan nuestra real identidad.

Citas del libro "Conquistando la libertad interior" Capítulo 9;

Nadie puede alcanzar la libertad interior, fuente del éxito y realización en varias dimensiones de nuestra visa, sin antes liberarse de los rótulos y juicios que tantos nos perjudican y hacen prisioneros de la negatividad.
De entre las muchas posibles formas de perjudicar a alguien, los juicios y rótulos figuran entre las más crueles, visto que ellos son una forma desleal de encadenar una persona a una definición que, muchas veces, no corresponde a su esencia y verdad. Esa es una de las principales causas de la ausencia de libertad interior -en nosotros y en los otros-, siendo una sórdida forma de sepultar la esencia y las posibilidades de alguien, encarcelando tal persona en una triste prisión interior.
La constante búsqueda de aprobación también es una forma astuta de encadenar a rótulos, sofocando la genuina identidad y ahogando nuestros verdaderos dones: delante de la esclavitud de la aprobación -que roba nuestra libertad interior- precisaremos saber posicionarnos.

Aún cuando aprobamos a alguien, estamos haciendo un juicio sobre tal persona (como un "test" en el cual ella pasó y recibió la aprobación), así como hacemos cuando la criticamos y rechazamos. El juicio positivo, es claro, hiere menos que aquel que critica, aún así, no deja de ser un juicio y también nosotros somos perjudicados por él de manera muy sutil. Lo peor es que existen innumerables corazones que viven sufriendo por este tipo de juicios, sometiéndose a todo en búsqueda de aprobación (en la familia, en el trabajo, en el grupo de amigos) con la ilusión de que así serán verdaderamente amados.

Ser aprobado no siempre será sinónimo de ser amado, pues cuando somos aprobados apenas pasamos por el triste "test" que nos fue impuesto, correspondiendo a la expectativa de alguien que juzga saber lo que debemos ser y hacer. Vivir en una constante búsqueda de aprobación -que es una forma de juicio- es no tener un lugar de descanso, un santuario personal.

Así como todos los juicios, la aprobación instiga un empeño constante (para corresponder a una expectativa). Ello nos deja con incertidumbres en cuanto a quienes somos y cual es nuestro real lugar y valor. Eso vale tanto para la aprobación, pues, si vivimos obsesionados por ella podremos volvernos víctimas de una nueva esclavitud, que sofocará nuestra verdadera identidad, nos robará la libertad interior y nos volverá infelices.
La aprobación puede ser retirada en cualquier momento, independientemente de como halla sido nuestro desempeño pasado.

Algunas personas pasan un tiempo enorme pensando en la impresión causada por sus palabras y su comportamiento, analizando si su conducta agrada a aquellos con quienes convive. Tales seres humanos viven siempre actuando para conquistar la aprobación y, sin darse cuenta, acaban volviéndose esclavos de los juicios y rótulos que los otros y la sociedad les impuso. Esa es una forma muy eficaz de contemplar el "robo", la "confiscación" de la propia libertad y alegría interior.

Cuidado con volverte un títere de las opiniones y expectativas ajenas:
"Existen algunos que acaban abriendo un verdadero espacio entre sus pensamientos y sus palabras, para en ellos poder analizar si lo que será dicho agradará o no a los otros. Tales corazones no tienen libertad interior, no se sienten libres para ser lo que son y expresar lo que realmente piensan, actuando siempre como títeres en manos de las opiniones ajenas.
Mucha energía es gastada en vano en ese proceso en el cual adulteramos nuestra esencia y nuestros valores por querer vivir para agradar, volviéndonos verdaderos rehenes de la aprobación, del desgaste y de la insatisfacción que ese proceso genera.

Del capítulo 1:
Quien no aprendió a conquistar esa "tal libertad" fácilmente se vuelve rehén de las opiniones ajenas, escenificando innumerables papeles en una insaciable búsqueda de su propio corazón. Esa es una desvelada trama de ilusiones e incoherencias, que aprisionan y generan una continua frustración.
Vivimos en tiempos de profunda crisis de identidad (principalmente entre los más jovenes).

Del capítulo 9:
"Vivimos, de hecho, en un tiempo en el cual muchas personas "existen" bajo las cargas de una profunda crisis de identidad: Están aquellos que quieren inventar una identidad que no es la suya, quieren crear un "género" o una opción de vida que no les pertenece y que no fue realmente pensada por el Creador. Personas que se alinean y escogen un vicio o una herida como una forma de vida, y asumen una constante mentira acerca de su real identidad...
Tengamos la disposición y el coraje de asumir nuestra genuina identidad, dejando emerger lo que íntegramente somos y potencializando de nosotros lo mejor. Existe una fuerza de superación dentro de cada uno de nosotros (la presencia de Dios) e, independientemente de como halla sido nuestra historia, podremos reconstruirla a partir de los escombros y cargarla con libertad y con un nuevo significado. 

P. Zandoná, CN
Predicación en Campamento día 29 de agosto de 2015
Canção Nova
Adaptación del original en português.

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