viernes, 21 de agosto de 2015

Buen día, Espíritu Santo!

Padre y Señor mío,
Permite al despertar que mi corazón sea tuyo,
como tuyo fue mi descanso, mi estar.
Permíteme vivir el día desde tu interior,
desde la profundidades de Tu Amor.
No quiero, no admito más vivir desde lo superficial.
No permitas que mi vida este anclada en lo que pasa,
en lo que muda, en lo que no tiene sustento, ni paz, ni gozo.
Que la fe que un día sembraste como regalo precioso
sea una fe comprometida con mi historia,
con mis raíces más hondas.
Que el cumplimiento de Tu voluntad salvífica
brote de mi corazón, desde la verdad,
Derrama Tu Espíritu Santo sobre todo mi ser!
Derrama aquellas gracias que necesito para andar andar Tus caminos en libertad,
en gozo, en paz;
Confiado, libre de todo temor;
libre de toda atadura,
porque Tú eres mi Padre.
Bendíceme en el Nombre Santo de Tu Hijo, Jesús;
Bendíceme con el poder de Tu Espíritu Santo.
¡Amén!


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