jueves, 13 de febrero de 2025

CORONILLA A LA DIVINA MISERICORDIA

Confía en el amor de Dios y déjate guiar por Él, porque la confianza es importante en todos los sentidos y es fundamental para vivir la Divina Providencia.


La Divina Providencia es una experiencia de fe que nos desafía a hacer lo que está a nuestro alcance, pero, al mismo tiempo, a abandonarnos totalmente en las manos de Dios, dejándonos guiar por Él en todos los aspectos, seguros de que «como lo amamos, todas las cosas cooperan para nuestro bien» (Rm 8,28).

Coronilla a la Divina Providencia

Para rezar la coronilla que consta de 5 "decenas" de 1 "Cuenta Grande" y 10  "Cuentas pequeñas",  nos servimos del mismo rosario que utilizamos para honrar a Nuestra Señora, (debe contener por lo tanto 5 decenas)  

+En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. ¡Amén!

Credo
Creo en un solo Dios, Padre todopoderoso,
Creador del cielo y de la tierra,
de todo lo visible y lo invisible.
Creo en un solo Señor, Jesucristo, Hijo único de Dios,
nacido del Padre antes de todos los siglos:
Dios de Dios, Luz de Luz,
Dios verdadero de Dios verdadero,
engendrado, no creado,
de la misma naturaleza del Padre,
por quien todo fue hecho;
que por nosotros, los hombres,
y por nuestra salvación bajó del cielo,
y por obra del Espíritu Santo
se encarnó de María, la Virgen, y se hizo hombre;
y por nuestra causa fue crucificado
en tiempos de Poncio Pilato;
padeció y fue sepultado,
y resucitó al tercer día, según las Escrituras,
y subió al cielo, y está sentado a la derecha del Padre;
y de nuevo vendrá con gloria
para juzgar a vivos y muertos,
y su reino no tendrá fin.
Creo en el Espíritu Santo, Señor y dador de vida,
que procede del Padre y del Hijo, con el Padre y el Hijo
recibe una misma adoración y gloria,
y que habló por los profetas.
Creo en la Iglesia,
que es una, santa, católica y apostólica.
Confieso que hay un solo bautismo para el perdón de los pecados.
Espero la resurrección de los muertos y la vida del mundo futuro.
Amén.

Cuentas Grandes
Madre de la Divina Providencia, ¡provee!

Cuentas pequeñas
¡Dios provee, Dios proveerá,
Su Misericordia no faltará!

Oración final
Ven María, el tiempo ha llegado.
Intercede ahora y en todo tormento.
Madre de la Providencia,
ayúdanos en nuestros sufrimientos en la tierra y en el exilio.
Muéstranos que eres Madre de amor y bondad,
ahora que la necesidad es grande.
¡Amén!

El poder de las Emociones

La conexión entre emociones y decisiones es un campo de estudio en constante evolución dentro de la psicología. Las investigaciones han demostrado que las emociones pueden funcionar como un sistema de alerta que nos orienta en momentos de incertidumbre. En otras palabras, nuestras emociones operan frecuentemente como un mecanismo de procesamiento de información que facilita la toma de decisiones rápidas, aunque estas no siempre sean las más racionales. Un ejemplo claro sería el caso de alguien que, al experimentar miedo frente a una situación peligrosa, opta por huir sin analizar detalladamente lo que ocurre.


Las emociones no solo desempeñan un papel en la velocidad con la que tomamos decisiones, sino también en su calidad. Cuando una persona está abrumada por ira, tristeza o estrés, es probable que sus decisiones se vean afectadas por estas emociones. Esto puede derivar en resultados indeseados, ya que las emociones intensas tienden a distorsionar nuestra percepción y juicio. Dentro del estudio del comportamiento humano, este fenómeno se conoce como "sesgo emocional", el cual se caracteriza por priorizar sentimientos momentáneos sobre un análisis lógico de la situación, algo que puede convertirse en un obstáculo durante situaciones decisivas.

Las emociones tienen un impacto significativo en la manera en que procesamos la información y evaluamos las opciones a nuestro alcance. En escenarios de estrés o presión, es frecuente que estas influyan en nuestra percepción, llevándonos a decisiones impulsivas o motivadas por el miedo. Contrariamente, durante estados de alegría o entusiasmo, solemos inclinarnos hacia elecciones más arriesgadas o creativas.

Es fundamental entender que las emociones no siempre representan un obstáculo en el proceso de toma de decisiones. Las emociones positivas, como la felicidad o el entusiasmo, pueden potenciar nuestra creatividad y fomentar una mayor predisposición a asumir riesgos. Al mismo tiempo, las emociones negativas, como el miedo o la tristeza, también cumplen un papel valioso al alertarnos sobre posibles peligros y ayudarnos a valorar con mayor detenimiento las implicancias de nuestras elecciones.

DESDE LA FE

Dos grandes teólogos católicos, San Agustín y Santo Tomás de Aquino, han abordado la relación entre las emociones y las decisiones. San Agustín afirmó que "las emociones son rectas en aquel cuyo amor está bien puesto". San Tomás de Aquino destacó que las emociones, cuando están ordenadas correctamente, pueden guiar nuestras acciones hacia el bien.

En sus catequesis sobre el discernimiento, el Papa Francisco ha hablado sobre la importancia de escuchar el propio corazón y buscar la paz interior como signo de haber tomado decisiones correctas. Él sugiere que la espiritualidad es circular y que encontrar la armonía con Dios puede ayudar a tomar buenas decisiones.

En la carta a los Romanos, San Pablo reflexiona sobre la lucha interna entre la naturaleza caída y la naturaleza redimida, y cómo nuestras emociones pueden influir en nuestras decisiones. Él dice: ni siquiera entiendo lo que hago, porque no hago lo que quiero sino lo que aborrezco. “Pero si hago lo que no quiero, con eso reconozco que la Ley es buena. Pero entonces, no soy yo quien hace eso, sino el pecado que reside en mí, porque sé que nada bueno hay en mí, es decir, en mi carne. En efecto, el deseo de hacer el bien está a mi alcance, pero no el realizarlo. Y así, no hago el bien que quiero, sino el mal que no quiero. Pero cuando hago lo que no quiero, no soy yo quien lo hace, sino el pecado que reside en mí. De esa manera, vengo a descubrir esta ley: queriendo hacer el bien, se me presenta el mal.”

Alguien que vivió decisiones apresuradas manchadas por emociones es José. En el libro de Génesis, José fue vendido como esclavo por sus hermanos debido a la envidia y el resentimiento. En Egipto, sus emociones jugaron un papel crucial en sus decisiones. Aunque inicialmente rechazó a sus hermanos cuando se presentaron para comprar grano, finalmente decidió perdonarlos y ayudarlos, mostrando cómo las emociones pueden evolucionar y guiar hacia decisiones más justas y compasivas.

Pasos para futuras buenas decisiones

El Papa abordó la importancia de la clave para tomar decisiones acertadas, destacando que la paz interior es un indicador de haber elegido correctamente. Señaló que la espiritualidad sigue un curso circular, donde alcanzar la armonía permite abrir camino a futuras elecciones positivas. Asimismo, sugirió que prestar atención a las motivaciones internas puede ser de gran ayuda para decidir con acierto.

"Queridos hermanos y hermanas:

Seguimos avanzando en el tema del discernimiento. Cuando tomamos una decisión, hay algunos signos que nos permiten ver si Dios confirma que vamos por el buen camino. Uno de los signos es la paz, una paz que dura con el paso del tiempo y nos da armonía y nos da fervor, aun en momentos de cruz. Otro signo es la gratitud que experimentamos por los bienes recibidos de Dios, lo cual nos lleva a vivir con más generosidad la relación con Él.

También es importante cuando sentimos que hemos encontrado nuestro lugar en la vida, y eso nos permite afrontar con fortaleza los momentos difíciles que lleguen. El hecho de sentirnos libres frente a una decisión tomada, es decir, estar abiertos para cambiar o renunciar a ello sin apegos, también es un buen signo. Sólo Dios sabe lo que es bueno para nosotros. Por eso, reconociendo su presencia providente en nuestra vida, le ofrecemos lo que somos y tenemos, y sabiendo que todo es un don suyo. Esta confianza en Dios es indispensable para poder tomar siempre una buena decisión."

Francisco 


Para tener los pensamientos de Cristo Jesús

Diversas corrientes psicológicas destacan cuanto influyen las emociones de manera notable en nuestras decisiones más importantes.

Cuando emociones intensas afectan nuestra percepción y juicio, impulsándonos a actuar de forma apresurada y, en ocasiones, poco razonables surge lo que se llama “sesgo emocional” El mismo acontece porque las emociones fuertes estimulan regiones del cerebro asociadas con la recompensa inmediata, lo que limita la habilidad para considerar los efectos a largo plazo.

Nosotros bien sabemos que la toma de decisiones fundamentada en la razón y la fe debe estar siempre enraizada en una relación profunda y constante con Dios. Las emociones son parte esencial de nuestra humanidad y deben estar ordenadas a la luz de la verdad divina. Santo Tomás de Aquino enseñaba sobre la virtud de la prudencia, virtud que implica discernir y elegir el bien verdadero en cada situación. La prudencia es don de Dios y trabajo nuestro que se cultiva a través de la oración, la reflexión, la lectura espiritual, la escucha atenta de la Palabra y la guía de directores espirituales.

San Ignacio de Loyola, en sus Ejercicios Espirituales, ofrece herramientas valiosas para el discernimiento de espíritus. Ignacio enseña que tanto la consolación como la desolación son estados que afectan nuestras decisiones, y es fundamental discernir de dónde provienen estos estados emocionales. La consolación verdadera nos lleva más cerca de Dios, mientras que la falsa consolación puede llevarnos a decisiones precipitadas.

El Papa Francisco, en su exhortación apostólica "Gaudete et Exsultate", nos recuerda que el discernimiento es un don que se debe pedir constantemente, especialmente en momentos de emoción intensa:

"El discernimiento es una gracia. Aunque incluya la razón y la prudencia, va más allá, porque se trata de un encuentro con el Señor que nos va guiando. Es algo muy importante para la vida de cada uno y para la Iglesia toda."


La palabra en el libro de los Proverbios nos previene, nos invita a confiar en el Señor con todo nuestro corazón y no depender de nuestra propia comprensión. Reconocer a Dios en todos nuestros caminos nos asegura una dirección recta.

Si miramos la vida de los santos podemos ver en Santa Teresa de Ávila un ejemplo de cómo las emociones fuertes pueden ser ordenadas a través de la fe. Ella experimentó emociones intensas, pero siempre buscó la voluntad de Dios a través de la oración y el discernimiento, incluso en medio de grandes alegrías o penas.

Integrar nuestras emociones bajo la guía de la razón y la fe e iluminados por el Espíritu Santo,  nos posibilitará tomar decisiones acordes a la voluntad de Dios. San Pablo nos recuerda en Filipenses 4:

"No se inquieten por nada, más bien, en toda ocasión, eleven oraciones y súplicas, presenten sus peticiones a Dios y denle gracias. Y la paz de Dios, que supera todo entendimiento, cuidará sus corazones y sus pensamientos en Cristo Jesús."

jueves, 28 de noviembre de 2024

Buen día, Espíritu Santo! 28112024

"Espíritu Santo, fuente de vida y fortaleza,
ven y renueva mi ser.
Concede tu luz y tu paz a mi corazón;
fortalece mi espíritu para caminar en la fe.
Guía mis pasos hoy y siempre, oh Divino Consolador."




sábado, 23 de noviembre de 2024

No perdamos el tiempo


Dice Pablo en la segunda carta a los Tesalonicenses que “algunos andan muy ocupados en no hacer nada” (3,11). Y lo peor, y esto ya lo digo yo, es que piensan, se creen, que hacen mucho. Es lo que dice la sabiduría popular: que si le quieres pedir un favor a alguien, mejor se lo pides al que está ocupado de verdad porque si se lo pides al que no tiene nada que hacer, seguro que te dice que no puede.

Pues centrándonos en el tema, hay algunos que andan muy ocupados en discusiones y reflexiones teóricas pero que se quedan ahí y nunca llegan a nada. El texto evangélico de hoy es un ejemplo de cómo los saduceos se dedicaban a hacer disquisiciones teóricas inútiles. Y así pasaban el tiempo. Con esas reflexiones eternas, ya pensaban que estaban cumpliendo con Dios.

Jesús no les presta demasiada atención. Simplemente les dice que no pierdan el tiempo en esas tonterías. Y que atiendan a la vida, que es donde se juega la realidad, donde hay que amar, donde nos encontramos con Dios, donde los hermanos son de carne y hueso, donde sus necesidades se tienen que hacer nuestras. Y donde el Reino se tiene que hacer presente con todo lo que conlleva de amor de Dios puesto en práctica.

Hoy en día hay personas que se van apuntando a todos los retiros imaginables. Quieren vivir momentos de quietud, de meditación, de soledad. Y parece que hay encuentran todo lo que necesitan. Se olvidan de que todo eso puede estar bien, pero donde se juega de verdad la partida de si estamos con el Dios de Jesús o no, no es en la soledad o en meditaciones (que a veces tienen algo de “mirarse al ombligo”) sino en el encuentro con el hermano, en la vida de familia, con los amigos, en el trabajo, en la calle. Ahí es donde realmente vamos construyendo relación, fraternidad, justicia. Ahí es donde, en definitiva, el Reino se va haciendo presente en nuestro mundo. No es tanto cuestión de buscar “mi” serenidad, “mi” paz –eso tiene mucho de vivir centradito en mi mismo– sino de abrirnos al hermano y hacer de nuestra vida una vida de servicio, como la de Jesús que no vino a ser servido sino a servir y a dar su vida en rescate por muchos.

Fernanto Torres, cmf - publicado por ciudadredonda.org 

martes, 22 de octubre de 2024

"Sacramento del hermano"

La idea del "sacramento del hermano", mencionada por los Padres de la Iglesia, hace referencia al servicio hacia los demás. No se trata de un rito establecido, sino de una manifestación del amor y el apoyo a nuestros hermanos en Cristo, sobre todo a aquellos en mayor precariedad. Cada ser humano, querido por Dios, representa un lazo sacramental que revela la presencia de Cristo.


Según figuras como san Juan Crisóstomo, san Agustín y Tertuliano, existe un sacramento menos reconocido pero esencial: el "sacramento del hermano". Este concepto nos invita a dirigirnos a nuestros semejantes especialmente a los más desfavorecidos, comprometiéndonos a servirles. El amor a Dios es indisoluble del amor hacia el prójimo, tal como se expresa en la Escritura: "Amarás al Señor, tu Dios, con todo tu corazón, con toda tu alma, con todas tus fuerzas y con toda tu mente; y a tu prójimo como a ti mismo" (Lc 10,27).

Jesús encarnó este principio en su vida diaria a través de la acogida a los pecadores, de las numerosas curaciones, de sus palabras de consuelo, e incluso de corrección. Él instó en todo momento a sus discípulos a continuar la obra: "Les he dado ejemplo para que lo que yo he hecho con ustedes, ustedes también lo hagan", les dice tras el lavatorio de los pies (Jn 13,15).

"En verdad les digo que cada vez que lo hicieron con uno de estos, mis hermanos más pequeños, conmigo lo hicieron" (Mt 25,40).

EUCARISTÍA Y SERVICIO AL PRÓJIMO

La Eucaristía y el servicio hacia los demás están intrínsecamente conectados: al recibir el cuerpo de Jesús recibimos también la gracia que nos impulsa a ofrendar nuestra existencia a "los otros"; bien lo ha expresado Olivier Clement, teólogo ortodoxo: "Nadie puede participar del banquete eucarístico sin convertirse en alguien que comparte generosamente".

El matemático, físico y filósofo francés Blaise Pascal quien en sus últimos años enfocó su espiritualidad en la caridad y el servicio a los demás buscaba vivir de acuerdo con los principios cristianos en su vida diaria. Enfrentando ya su final en 1662 requirió a quienes lo acompañaban que le trajeran la comunión eucarística, pero su dificultad para tragar le impidió recibirla. Su respuesta fue entonces: "Manda a un pobre hombre de la calle a mi habitación. Así, aunque no pueda comulgar con la Cabeza, tendré la oportunidad de hacerlo con un miembro de su Cuerpo".

domingo, 20 de octubre de 2024

Canonización de Elena Guerra, apóstol del Espíritu Santo

 La fundadora de la Congregación de las Hermanas Oblatas del Espíritu Santo fue canonizada por el Papa Francisco este domingo 20 de octubre de 2024 en la Plaza de san Pedro. Su postulador Paolo Vilotta expresó en la mañana: una mujer sin miedo, con coraje, con corazón.

En base a un artículo de María Milvia Morciano publicado originalmente por Vatican News

Vale la pena conocer en profundidad la vida de la beata Elena Guerra, originaria de Lucca, que vivió en el siglo XIX, y que fue canonizada por el Papa Francisco en la mañana de este domingo 20 de octubre. Una santa profeta, que hizo del amor al Espíritu Santo su razón de ser.

“Apóstol de la devoción al Espíritu”, la definió San Juan XXIII en su homilía de beatificación el 26 de abril de 1959. Mujer santa, pero también culta, aprendió por sí misma latín para poder leer a los Padres de la Iglesia. Escribió trece cartas al Papa León XIII. El resultado fueron tres documentos sobre el Espíritu Santo: la breve Provida matris caritate del 5 de mayo de 1895, la encíclica Divinum illud munus del 9 de mayo de 1897 y la Exhortación Ad fovendum in christiano populo de 1902. Estos documentos representan un momento cardinal en la Desarrollo de la Doctrina Católica sobre el Espíritu Santo.

Nacida en Lucca, el 23 de junio de 1835, vivió una infancia fecunda en el seno de una familia noble, pero conocida por su integridad moral y religiosa. De los tres hijos, dos hermanas menores murieron prematuramente, mientras que el hermano mayor, Almerigo, se convirtió en canónigo. Como niña de buena familia, en un contexto que negaba a las hijas la oportunidad de estudiar, Elena, sin embargo, escapó de su destino plácido y seguro, estudiando de los libros de su hermano, de noche, sigilosamente, usando cáscaras de nuez como linterna.

Pero su necesidad de emancipación se convirtió inmediatamente en vocación, “la llama que me devora para la gloria de Dios y la salvación de las almas” que sintió con mucha fuerza en su corazón después de la Confirmación y la Primera Comunión. Fundadora de la Congregación de las Oblatas del Espíritu Santo, falleció el 11 de abril de 1914, Sábado Santo.


A los medios vaticanos, el postulador de la causa de Elena Guerra, Paolo Vilotta, explica sus carismas a la luz del proceso de canonización. “En el caso de la beata de Lucca, la santidad es declarada tras la aprobación de dos milagros: un caso ocurrido en Brasil, considerado extraordinario en sus distintas etapas. Creo firmemente – explica – que en todas las causas el momento de la beatificación y la canonización no ocurre por casualidad. Siempre hay algo divino, un orden vertical. En la vida de Elena Guerra tenemos la oportunidad de ver su gran anhelo, sus intuiciones, todo ello coronado por la oración incesante”.

“Desde pequeña – continúa el postulador – durante la Confirmación tuvo un impacto importante con el Espíritu Santo, casi se siente fulminada por él y hace de esto su motivación. Al mismo tiempo, se dedica a la caridad hacia los demás, también en forma de estudio. Siempre me conmueve ver la imagen de ella escuchando en secreto las lecciones que le daba un sacerdote a su hermano, ya que ella era de familia noble. A partir de entonces empezó a dar importancia a la escritura, no para sí misma, sino para promover y difundir la devoción al Espíritu Santo. Imaginemos a una mujer que sigue su camino contemplativo, luego su vida activa, luego sus fundaciones y que inicia también un estrecho intercambio de cartas con el Papa. Y que también da forma e importancia al valor del Espíritu Santo en la doctrina de la Iglesia e insiste en la oración del Espíritu”.

-En su opinión, ¿cómo descubre ella al Espíritu Santo? Elena Guerra fue pionera, pero hizo mucho más, descubrió la sabiduría del Espíritu Santo. Ella fue "fulminada" precisamente cuando hizo la Confirmación, sacramento por excelencia del Espíritu Santo. ¿Pero cómo entiende esto?

"Estoy convencido de que se trata precisamente de una epifanía y, por tanto, ciertamente también de un don de gracia. Ella lo reconoce y por eso lo cultiva como un talento, pero en este caso es claramente algo más, algo espiritual. Hay una gran continuidad entre lo que ella había recibido y experimentado en ese momento y lo que también puede manifestar a través del estudio."


Elena se vincula con las figuras de los Papas, le escribe al Papa León XIII y él le responde. En esto, Santa Catarina recuerda…

Tienen la misma Sabiduría. En primer lugar, Elena no tiene miedo. Me gusta usar el término coraje, que traducido al napolitano “'aggio core” significa “tengo corazón”, lo cual es algo maravilloso. Escribió al Papa, al vicario de Cristo que en aquel momento era visto con mucha más deferencia. Debemos sumergirnos en esa mentalidad con ese coraje, con ese corazón que ella tenía absolutamente dentro de sí, sin ninguna recomendación, sino simplemente sembrando en su camino y en todas partes. Primero la Confirmación, luego Roma, luego el Papa. Fue en 1870, y durante un Concilio ella también tuvo allí una inspiración. Su vida fue una peregrinación continua y eso es lo que se nos pide a nosotros los cristianos.

También hay otras figuras femeninas, sobre todo en Toscana, que en el siglo XIX entendieron que la emancipación de la mujer depende primero de saber leer y escribir. Elena Guerra hace más: también enseña catequesis, por eso enseña a las niñas a tener conciencia religiosa y cultural...

A partir de la experiencia personal, exponiéndose, estudiando a escondidas, Elena Guerra entiende la importancia de comprender. Ella comprende los límites de su tiempo y toma medidas. Comienza gradualmente. Comienza con el catecismo, con la oración y esto es maravilloso. No orar mecánicamente, sino pronunciar un discurso catequético. A partir de ahí, también puede incluir el aspecto intelectual. Escribí en la prensa de aquella época, escribí sobre las citas, sobre las mujeres jóvenes, sobre el problema del trabajo.


Entre las flores que nacen del carisma de Elena, porque hay muchos santos en Lucca, entre ellos está Gemma Galgani....

Gemma estaba iniciando sus estudios en el colegio Beata Guerra, pero por problemas familiares y de salud tuvo que abandonar. Si alguien habla de Lucca, lo hace también con una larga lista de santidad. He visto el compromiso de vuestra Congregación en los últimos años, que ahora necesita absolutamente ser relanzado. Y esto incluye también la cuestión de las mujeres.

Todo el movimiento de Renovación Carismática del Espíritu también deriva de Elena Guerra...

Ella fue la fuerza impulsora detrás de esto. En Brasil en particular es absolutamente conocida por los carismáticos, así como en Argentina, donde contribuyeron mucho en oración por la intercesión de la causa.

Sería bueno que la santa también sea doctora de la Iglesia...
Éste es un buen punto de partida para el futuro próximo.

Fotos:
  • Tapete de la canonización
  • Cuadro más reconocido de la Beata Elena
  • Pila Bautismal en la ciudad de Lucca donde fue bautizada Elena el mismo día de su nacimiento.
  • Reloj espiritual inventado por Elena
  • Su cuarto personal 

 

sábado, 19 de octubre de 2024

Novena preparatoria canonización Beata Elena Guerra - DIA 9

A- Ritos introductorios

1- Invocación Trinitaria:
+ En el nombre del Padre, + del Hijo + y del Espíritu Santo.
Todos: ¡AMÉN!

• Guía: Dios, ven en nuestro auxilio
• Todos: Señor, socórrenos y sálvanos

• Guía: Gloria al Padre, al Hijo y al Espíritu Santo
• Todos: Como era en el principio, ahora y siempre por los siglos de los siglos. ¡Amén!


OREMOS

Dios misericordioso y omnipotente, que concediste a tu hija Elena Guerra la gracia de la beatitud: concédenos, te suplicamos, que por la observancia de sus enseñanzas acerca de la devoción al Espíritu Santo podamos, por la participación en esta Novena, ser conducidos por el Consolador a una mayor comunión con tu Hijo amado, nuestro Salvador Jesucristo, por cuya pasión, muerte y resurrección te adoramos y glorificamos. Por el mismo Cristo, nuestro Señor.

Todos: ¡Amén!

B- Propio de cada día
NOVENO DÍA

LECTURA ORANTE DE LA PALABRA DE DIOS

Lectura del Libro de los Hechos de los Apóstoles

“Cuando los apóstoles que estaban en Jerusalén tuvieron noticia de que los samaritanos habían aceptado la Palabra de Dios, les enviaron a Pedro y a Juan. Bajaron y oraron por ellos para que recibieran el Espíritu Santo, ya que todavía no había descendido sobre ninguno de ellos y solo habían sido bautizados en el nombre del Señor Jesús. Pero entonces les impusieron las manos y recibieron el Espíritu Santo”.
(He 8, 14-17).

EL SIGNIFICADO DE LA EFUSIÓN DEL ESPÍRITU SANTO

(Raniero Cantalamessa)

“Este es el sentido de la efusión del Espíritu. Es una respuesta de Dios a la disfunción en que se encontró la vida cristiana. En estos últimos años se sabe que la Iglesia y sus obispos comenzaron también a preocuparse con el hecho de que los sacramentos cristianos, principalmente el bautismo, son administrados a personas que después no lo practican en la vida, y pensaron que el bautismo no debería administrarse si no hay garantías mínimas de que sea cultivado y valorado por el niño. De hecho, no se puede ‘echar perlas a los chanchos’, como decía Jesús, y el bautismo es una perla, porque es fruto de la Sangre de Cristo. Pero, se diría que Dios se preocupó mucho antes que la Iglesia, de esa disfunción y, por eso despertó en ella, movimientos que tienden a renovar en los adultos la iniciación cristiana.

La Renovación Carismática es uno de esos movimientos, y en ella está sin duda la gracia principal unida a la efusión del Espíritu y a lo que la precede. Su eficacia en la reactivación del bautismo consiste en esto: definitivamente, el hombre trae su parte, es decir, elige su fe, preparada por el arrepentimiento, que permite a la obra de Dios liberarse y liberar toda su fuerza. Es como si la mano de Dios extendida encontrase finalmente al hombre y, en el apretón de manos, le pase toda su fuerza creadora que es el Espíritu Santo. También viene a ser como una imagen sacada del mundo físico en donde el enchufe es como si estuviese unido a un circuito eléctrico y se encendiera la luz. El don de Dios es ‘liberado’ y el Espíritu se irradia como un perfume sobre la vida cristiana”.

(“La poderosa unción del Espíritu”. Editora Raboni, 1998, Campinas, SP, pág. 45 y 46).

OREMOS (Todos):

RENACER
(Beata Elena Guerra)

Jesús, te pido renacer; pero, renacer de lo alto.
Te pido rebautizarme y renovarme en tu Espíritu.
Que él sea siempre la inspiración de mis pensamientos,
el estímulo de mi voluntad, el centro de mis afectos,
el guía de mis palabras, el sostén de mi esperanza,
el motivo y el fin de mis acciones, el amigo de mi corazón,
el compañero de mi vida, mi consuelo en la muerte,
mi tesoro para la eternidad.
Que mi vida sea un incesante renacer y crecer en el Espíritu,
que todo sea Amor en mí.
Que la fe, sea el Amor que espera.
Que la adoración, sea el Amor que se postra.
Que la oración, sea el Amor que te encuentra.
Que el cansancio, sea el Amor que trabaja.
Que la mortificación, sea el Amor que se inmola.
Que solamente tu Amor, oh Dios, guíe mis pensamientos,
mis palabras y mis acciones. ¡Amén!

C- ORACIONES FINALES (para todos los días)
ORACIÓN AL ESPÍRITU SANTO

“Amado Espíritu de Dios, que fuiste comunicado a la Beata Elena con la abundancia de tus dones, y le confiaste el mensaje del perenne renovarse de tu Pentecostés, por la docilidad y fidelidad a la misión que le fue confiada, te pedimos volverla, aún hoy, testigo de tu amor, atendiendo a nuestra oración por… (intención personal de oración por una gracia) Reaviva, Dios Consolador, nuestra fe y nuestra esperanza, para que podamos caminar con valor sereno rumbo al encuentro definitivo. Amén.”


Guía: Beata Elena Guerra
Todos: Ruega por nosotros.


ACTO DE DESEO Y OFRECIMIENTO (Beata Elena Guerra)

Guía: Dios del bello Amor, Tú nos llamaste cerca de ti, porque tu alegría es estar entre los hijos de los hombres. Nos unimos a Ti como a la fuente de la santidad.
Todos: Espíritu Santo, santifícanos.

Guía: Venimos a ti como ciegos a la luz eterna y al dador de la luz.
Todos: Espíritu Santo, ilumínanos.

Guía: Venimos a ti como mendigos al don supremo y al dador de dones.
Todos: Espíritu Santo, escúchanos.

Guía: Venimos a ti como sedientos a las aguas de la vida.
Todos: Espíritu Santo, sácianos.

Guía: Venimos a ti como pobres al padre de los pobres.
Todos: Espíritu Santo, ten piedad de nosotros.


Guía:

Ten piedad de nosotros, oh Espíritu Santo y ven a nosotros. He aquí que te ofrecemos nuestro cuerpo con sus sentidos, nuestra alma con sus facultades, nuestro corazón con sus sentimientos. Te entregamos nuestros pensamientos y deseos, palabras y acciones, alegrías y pesares, vida y muerte.
Todos: Espíritu Santo, soy tuyo y tuyo quiero ser ahora y siempre. Amén.


ORACIÓN Y BENDICIÓN FINAL

Guía: Pidamos, hermanos y hermanas, la intercesión de la bienaventurada Virgen María, para que, a ejemplo de ella, acojamos con toda la apertura de nuestro corazón la Persona divina del Espíritu Santo, y busquemos incesantemente su plenitud:

Todos: Dios te salve María, llena eres de gracia….

Todos:

“Oh Dios, que santificaste a tu Iglesia entera
en todos los pueblos y naciones,
derrama por toda la extensión del mundo
los dones del Espíritu Santo
y haz en el corazón de los fieles
las maravillas que obraste
al inicio de la predicación del Evangelio.
Por nuestro Señor Jesucristo, tu Hijo,
en la unidad del Espíritu Santo. ¡Amén!

Guía: Bendícenos oh Dios Todopoderoso, todo amoroso: Padre, Hijo y Espíritu Santo.
Todos: ¡Amén!

Guía: Alabado sea Jesucristo.
Todos: ¡Por siempre sea alabado!