sábado, 31 de mayo de 2014

¡Estamos de Fiesta con Jesús!

Compartimos los links desde donde podrás ver el "encuentro" de Francisco con la Renovación Carismática Católica desde el Palacio de los Deporte en Roma




Aquí puedes acceder directamente a los links:

Rai Uno
 
Canção Nova
Famigia Cristiana
Telepace
Radio Maria
Maria Visión

Buen día, Espíritu Santo! 31 05 2014

¡Buen día, Espíritu Santo!
Si el amanecer me encuentra en las orillas de la vida, de mi vida...
¡Ven, llévame a Aguas Profundas!
Dame el bucear en las profundidades de Tu Amor.
¡Ven!, Sé que la Diestra del Padre me sustenta,
Sé que Tu alianza es eterna;
Sé que La Palabra me alimenta...
aún así... ¡llévame a aguas profundas!
¡Avívame de nuevo, Espíritu de Amor!
y Habla a mi corazón,
Si mi boca se calla, si no anuncio Tus preceptos,
si mi vida no cambia... de nada valdrá Tu Soplido...
por eso, ¡llévame a Aguas Profundas!
¡Avívame de nuevo, Señor!



viernes, 30 de mayo de 2014

2º Día NOVENA AL ESPÍRITU SANTO

Día 2







Ven, Espíritu Santo,
Llena los corazones de tus fieles
y enciende en ellos
el fuego de tu amor.
Envía, Señor, tu Espíritu.
Que renueve la faz de la Tierra.

Oremos: 
Oh Dios,
que llenaste los corazones de tus fieles
con la luz del Espíritu Santo;
concédenos que,
guiados por el mismo Espíritu,
sintamos con rectitud y
gocemos siempre de tu consuelo.
Por Jesucristo Nuestro Señor. Amén

LEEMOS: 
Una segunda idea: el Espíritu Santo, aparentemente, crea desorden en el Iglesia, porque produce diversidad de carismas, de dones; sin embargo, bajo su acción, todo esto es una gran riqueza, porque el Espíritu Santo es el Espíritu de unidad, que no significa uniformidad, sino reconducir todo a la armonía. En la Iglesia, la armonía la hace el Espíritu Santo. Un Padre de la Iglesia tiene una expresión que me gusta mucho: el Espíritu Santo ―ipse harmonia est”. Él es precisamente la armonía. Sólo Él puede suscitar la diversidad, la pluralidad, la multiplicidad y, al mismo tiempo, realizar la unidad. En cambio, cuando somos nosotros los que pretendemos la diversidad y nos encerramos en nuestros particularismos, en nuestros exclusivismos, provocamos la división; y cuando somos nosotros los que queremos construir la unidad con nuestros planes humanos, terminamos por imponer la uniformidad, la homologación. Si, por el contrario, nos dejamos guiar por el Espíritu; la riqueza, la variedad, la diversidad nunca provocan conflicto, porque Él nos impulsa a vivir la variedad en la comunión de la Iglesia. Caminar juntos en la Iglesia, guiados por los Pastores, que tienen un especial carisma y ministerio, es signo de la acción del Espíritu Santo; la eclesialidad es una característica fundamental para los cristianos, para cada comunidad, para todo movimiento. La Iglesia es quien me trae a Cristo y me lleva a Cristo; los caminos paralelos son muy peligrosos. Cuando nos aventuramos a ir más allá (proagon) de la doctrina y de la Comunidad eclesial – dice el Apóstol Juan en la segunda lectura - y no permanecemos en ellas, no estamos unidos al Dios de Jesucristo (cf. 2 Jn v. 9). Así, pues, preguntémonos: ¿Estoy abierto a la armonía del Espíritu Santo, superando todo exclusivismo? ¿Me dejo guiar por Él viviendo en la Iglesia y con la Iglesia? (Papa Francisco Homilía Pentecostés 2013)

Dios todopoderoso, haz brillar sobre nosotros el resplandor de tu gloria, para que la claridad de tu luz fortalezca con la gracia del Espíritu Santo a los que por tu bondad, hemos recibido en el bautismo una vida nueva. Danos la gracia que te pedimos en esta novena. Amén.

En honor de la Santísima TRINIDAD...
   Padre Nuestro que estás...
   Padre Nuestro que estás...
   Padre Nuestro que estás...
   Dios te Salve María, llena eres de Gracia...

Ven, Espíritu Creador
visita las almas de tus fíeles 
y llena de la divina gracia los corazones, 
que Tú mismo creaste. 

Tú eres nuestro Consolador, 
don de Dios Altísimo, 
fuente viva, fuego, caridad 
y espiritual unción. 

Tú derramas sobre nosotros los siete dones; 
Tú, el dedo de la mano de Dios; 
Tú, el prometido del Padre; 
Tú, que pones en nuestros labios los tesoros de tu palabra. 

Enciende con tu luz nuestros sentidos; 
infunde tu amor en nuestros corazones; 
y, con tu perpetuo auxilio, 
fortalece nuestra débil carne, 

Aleja de nosotros al enemigo, 
danos pronto la paz, 
sé Tú mismo nuestro guía, 
y puestos bajo tu dirección, 
evitaremos todo lo nocivo. 

Por Ti conozcamos al Padre, 
y también al Hijo; 
y que en Ti, Espíritu Santo, 
creamos en todo tiempo., 

Gloria a Dios Padre, 
y al Hijo que resucitó, 
y al Espíritu Consolador, 
por los siglos infinitos. Amén.

NOVENA AL ESPÍRITU SANTO


Día 1


Ven, Espíritu Santo,
Llena los corazones de tus fieles
y enciende en ellos
el fuego de tu amor.
Envía, Señor, tu Espíritu.
Que renueve la faz de la Tierra.

Oremos: 
Oh Dios,
que llenaste los corazones de tus fieles
con la luz del Espíritu Santo;
concédenos que,
guiados por el mismo Espíritu,
sintamos con rectitud y
gocemos siempre de tu consuelo.
Por Jesucristo Nuestro Señor. Amén

LEEMOS: 
La novedad nos da siempre un poco de miedo, porque nos sentimos más seguros si tenemos todo 
bajo control, si somos nosotros los que construimos, programamos, planificamos nuestra vida, 
según nuestros esquemas, seguridades, gustos. Y esto nos sucede también con Dios. Con 
frecuencia lo seguimos, lo acogemos, pero hasta un cierto punto; nos resulta difícil abandonarnos a  Él con total confianza, dejando que el Espíritu Santo anime, guíe nuestra vida, en todas las decisiones; tenemos miedo a que Dios nos lleve por caminos nuevos, nos saque de nuestros horizontes con frecuencia limitados, cerrados, egoístas, para abrirnos a los suyos. Pero, en toda la historia de la salvación, cuando Dios se revela, aparece su novedad —Dios ofrece siempre novedad—, trasforma y pide confianza total en Él: Noé, del que todos se ríen, construye un arca y se salva; Abrahán abandona su tierra, aferrado únicamente a una promesa; Moisés se enfrenta al poder del faraón y conduce al pueblo a la libertad; los Apóstoles, de temerosos y encerrados en el cenáculo, salen con valentía para anunciar el Evangelio. No es la novedad por la novedad, la búsqueda de lo nuevo para salir del aburrimiento, como sucede con frecuencia en nuestro tiempo. 
La novedad que Dios trae a nuestra vida es lo que verdaderamente nos realiza, lo que nos da la 
verdadera alegría, la verdadera serenidad, porque Dios nos ama y siempre quiere nuestro bien. 
Preguntémonos hoy: ¿Estamos abiertos a las ―sorpresas de Dios‖? ¿O nos encerramos, con 
miedo, a la novedad del Espíritu Santo? ¿Estamos decididos a recorrer los caminos nuevos que la novedad de Dios nos presenta o nos atrincheramos en estructuras caducas, que han perdido la capacidad de respuesta? Nos hará bien hacernos estas preguntas durante toda la jornada. (Papa Francisco Homilía Pentecostés 2013) 

¡Oh Espíritu Santo! Fuente viva de divinas aguas que, en la creación del mundo, santificaste las 
aguas del Jordán en el bautismo de Jesucristo, Señor nuestro; te suplicamos que en nuestro espíritu, tan árido y seco, la Sagrada fuente de agua viva, jamás se agote y salte hasta la vida eterna; y la gracia que te pedimos en esta Novena, sea para mayor gloria.
Amén. 

En honor de la Santísima TRINIDAD...
   Padre Nuestro que estás...
   Padre Nuestro que estás...
   Padre Nuestro que estás...
   Dios te Salve María, llena eres de Gracia...

Ven, Espíritu Creador
visita las almas de tus fíeles 
y llena de la divina gracia los corazones, 
que Tú mismo creaste. 

Tú eres nuestro Consolador, 
don de Dios Altísimo, 
fuente viva, fuego, caridad 
y espiritual unción. 

Tú derramas sobre nosotros los siete dones; 
Tú, el dedo de la mano de Dios; 
Tú, el prometido del Padre; 
Tú, que pones en nuestros labios los tesoros de tu palabra. 

Enciende con tu luz nuestros sentidos; 
infunde tu amor en nuestros corazones; 
y, con tu perpetuo auxilio, 
fortalece nuestra débil carne, 

Aleja de nosotros al enemigo, 
danos pronto la paz, 
sé Tú mismo nuestro guía, 
y puestos bajo tu dirección, 
evitaremos todo lo nocivo. 

Por Ti conozcamos al Padre, 
y también al Hijo; 
y que en Ti, Espíritu Santo, 
creamos en todo tiempo., 

Gloria a Dios Padre, 
y al Hijo que resucitó, 
y al Espíritu Consolador, 
por los siglos infinitos. Amén.

Para romper cadenas... ¡alabanza y oración!

¡La oración y la alabanza a Dios rompen las cadenas que nos atan!   

Cree en el Señor Jesús y te salvarás, tú y toda tu familia(Hch 16,31).

Vamos a reflexionar hoy un texto de los Hechos de los Apóstoles, aquel que muestra a Pablo y a Silas en la Comunidad de los Filipenses, donde ellos son detenidos después de haber sido golpeados y presos por predicar y anunciar el nombre del Señor.

En la cárcel, un carcelero queda responsable de mantener a los apóstoles para que sean realmente bien vigilados, pero el comportamiento de Pablo y Silas es sorprendente, porque, aún en medio de las aflicciones, las tribulaciones y las persecuciones; aún en la cárcel, a la media noche, de pie ellos rezan y cantan himnos a Dios. Todos escuchaban la alegría, la audacia, pero sobre todo este espíritu evangélico que cuida del corazón de estos apóstoles. Y, de repente, un gran terremoto estremeció aquella cárcel sacudiendo hasta las bases, de modo que las puertas se abren, las cadenas se aflojan y el carcelero mira para aquella situación en pánico, desesperado, pensando en matarse frente a tal incidente.

Pero, Pablo y Silas no lo permiten, es entonces que el carcelero pide: “¿Qué debo entonces hacer para poder ser salvo?”. Y los apóstoles le dijeron: “Cree en el Señor Jesús y te salvarás, tú y toda tu familia”.

Ya saben, mis hermanos, la primera cosa es justamente esto: en medio de las tribulaciones y en las prisiones de la vida y del mundo, en medio de todos los tormentos, nosotros no podemos dejar de lado la alabanza y la acción de gracias; no podemos dejar de rezar y tampoco de cantar himnos al Señor Nuestro Dios. Vamos a romper las cadenas que nos aprisionan, vamos a acabar con las cadenas que nos atan, si nos apoderamos de la oración y de la alabanza a nuestro Dios!

Sí, porque, a menudo, nosotros nos sentimos presos por dentro, sentimos algo aprisionando nuestra alma, nuestro corazón y nuestro espíritu; nosotros sentimos que el desánimo muchas veces se apodera de nosotros y el remedio está en la alabanza, en la acción de gracias y en el reconocimiento de la presencia amorosa de Dios entre nosotros.
Lo que se convirtió a aquel carcelero no fue el hecho de que hubo un terremoto, sino el testimonio, la experiencia alegre y la alabanza que los apóstoles testimoniaron en la cadena.

No importa en que situación te encuentres, no importa si estas aprisionado por las tribulaciones, por las dificultades o por los sufrimientos, lo importante es que des el testimonio por la oración, por la alabanza y por la acción de gracias que Jesús está vivo y está entre nosotros!De esta forma, nosotros, además de derribar las cadenas que nos aprisionan, nosotros llevaremos a muchos a creer en en nombre del Señor, no por nuestras palabras, sino por la vida misma que da testimonio de lo que creemos.

fuente: Portal Canción Nueva en español
www.cancionnueva.com

¡Cambia nuestro llanto!

Que el Espíritu Santo transforme nuestra tristeza en alegría-capa¡Que el Espíritu Santo transforme nuestro llanto en alegría!   

¡Que Dios hoy sane nuestra tristeza, que la presencia gloriosa de Jesús en medio de nosotros y la fuerza de Su Espíritu transforme nuestra tristeza en alegría y en vida nueva!

Les aseguro que ustedes van a llorar y se van a lamentar; el mundo, en cambio, se alegrará. Ustedes estarán tristes, pero esa tristeza se convertirá en gozo” (Jn 16,20).

Jesús hizo un discurso de despedida para Sus apóstoles, para Sus discípulos, porque está llegando el momento en que Él va partir de este mundo para la presencia del Padre. Este discurso fue hecho antes de Su muerte, por eso, Él también muestra para Sus discípulos que Su muerte, en el primer momento, puede significar: alegría para el mundo, para el príncipe de este mundo.
Para aquellos que la presencia de Jesús significa una cosa indeseable, para aquellos que no lo aceptan, no lo acogen, no lo aman, en el primer momento, la muerte de Jesús significa una alegría. Cuando queremos librarnos de alguna persona y vemos a esta persona yéndose, respiramos profundo y decimos: “¡Estoy libre!”. Así se sintió aquel grupo de judíos que querían librarse del Maestro.

Pero eso fue por poco tiempo, porque, como el propio Señor nos dice hoy, nuestra tristeza se convertirá en alegría, porque lo que, para nosotros, en un primer momento significó una tristeza profunda, la tristeza de la pérdida, del dolor, de la partida del Señor y de la soledad; la resurrección del Señor hace brotar una nueva vida, una nueva alegría, una nueva esperanza!

Jesús esta regresando definitivamente para la casa del Padre con Su ascensión, pero su despedida no significa una partida, ni que Él nos va dejar, por el contrario, Él se va, pero permanece para siempre con nosotros! Él esta a la derecha del Padre cuidando, bendiciendo y conduciendo los Suyos, tenemos que vivir en Su nombre, llevamos la vida en Su nombre, permitamos que Su vida esté con nosotros; y Él, así entonces, transforme nuestra tristeza en alegría!
Permitamos en el día de hoy que Dios tome todo lo que entristece nuestro corazón, que entristece nuestra alma. ¡Permitamos que Dios acoja en Sus manos todo lo que para nosotros es dolor, es decepción, todo aquello que va tirando el hilo de decepción y tristeza dentro de nosotros. Permitamos que la alegría de Dios pueda entrar en nuestro corazón!

En el fondo de nuestra alma, nosotros muchas veces guardamos tristezas profundas. La tristezas es un cáncer, es un mal, es terrible, duele, oprime y a medida que ella crece también mata! ¡Que Dios hoy sane nuestra tristeza, que la presencia gloriosa de Jesús en medio de nosotros y la fuerza de Su Espíritu transforme nuestra tristeza en alegría, en vida nueva!

fuente: Portal Canción Nueva
www.cancionnueva.com


Anhelo fervoroso

Anhela recibir la Efusión del Espíritu Santo    

Anhela recibir la Efusión del Espíritu Santo-dentroSer instrumento del Espíritu Santo no es resultado de nuestra perfección ni de nuestra santidad. ¡Al contrario! Nuestro camino de santificación, de perfección, pasa, necesariamente, por la efusión del Espíritu Santo, porque no es posible lograrlo con nuestro esfuerzo. Ciertamente podemos colaborar, cooperar, dejarnos moldear por el Señor, pero es Él quien realiza todo.

Nuestra verdadera conversión se da cuando somos recreados en el Espíritu Santo. A partir de ahí, tomamos gusto por la oración, por la escucha de la Palabra de Dios, y comenzamos a participar realmente de la Misa y de los sacramentos, a trabajar en la Iglesia, cooperando con el Señor.

De ese modo, no podemos, por nosotros mismos, conceder ni privar a otros de la gracia que recibimos gratuitamente. “Quien cree en mi, de su interior, brotarán ríos de agua viva”. Eso basta.

Cuando recibí la efusión del Espíritu Santo, todo duró un solo día. El Padre Haroldo, J. Rahm, SJ, pasó por nuestro seminario y dio un retiro de un a los seminaristas. Habló sobre los dones, los carismas del Espíritu Santo, sobre la Renovación Carismática. En aquella época, no entendí qué significaba la efusión del Espíritu, dones ni carisma ni la perspectiva de la Renovación Carismática. Sabía que eran los carismas, los dones, pero no de manera en que estaba aconteciendo: las personas siendo sanadas, orando en lenguas. Una gran confusión se apoderó de mi cabeza. No entendía nada.

Sin embargo, el Señor sembró en mi corazón, un deseo muy grande. Ni sabía que gracia iba a recibir, pero la deseaba mucho. Cuando el Padre Haroldo impuso las manos sobre mí y rezó brevemente, no sentí nada, parecía que no había sucedido nada. Pero, a la noche, solo en el patio del seminario comencé a orar como nunca había orado en mi vida.
Todo comenzó a cambiar, fue el surgimiento de una naciente de agua. Era aquella efusión en el Espíritu Santo, a la manera en que Jesús dijo: “De su interior brotarán ríos de agua viva”. Sabemos que un rio de agua viva nace de una naciente, no existe otra forma. Fue así en mi vida y lo será también en la tuya.

Después de tres meses fui a hacer una experiencia de oración con el Padre Haroldo y llevé a tres jóvenes conmigo; fue entonces que, escuchando las prédicas sobre efusión del Espíritu Santo y dones, comencé a entender lo que estaba sucediendo conmigo. En los tres meses anteriores, Dios me dio la gracia de experimentar muchas cosas nuevas. Mi sacramento y mi vida cambiaron y se tornó más verdadero el arrepentimiento de mis pecados.

Allí, en la experiencia de oración, fui a encontrar la explicación de aquello que, por la gracia de Dios, estaba viviendo.

¿Quieres o no ser transformado por el Espíritu Santo? No se cual es el grado de tu aridez, de tus dificultades espirituales, solo se que llegó la hora: el Señor quiere que te sumerjas en la gracia de la efusión del Espíritu Santo.

Vamos a decirle al Señor: Señor Jesús, quiero recibir la efusión del Espíritu Santo, como dice tu Palabra: “Serán bautizados”. Quiero verme bañando en tu Espíritu, tomado, hasta las últimas fibras de mi ser, por el Espíritu Santo de Dios. ¡Ven, Espíritu!

Sí. Jesús, dame tu Espíritu. Plenifícame, Señor. Derrama sobre mí tu Consolador. Señor concede esta gracia. Te pido que broten de mí ríos de agua vivía, que se realice en mi la promesa: “Serán bautizados en el Espíritu Santo”. Realiza la Palabra, Señor Jesús: “De su interior brotarán ríos de agua viva”. Realiza tu Palabra: “Recibirán la fuerza del Espíritu Santo que descenderá sobre ustedes, y serán mis testigos hasta los confines de la tierra”
Ven Espíritu Santo, porque necesito de ti ahora. Cubre a cada uno de los míos (nombra a cada persona que desees bendecir) y condúcelos a tu Iglesia. Ven Espíritu Santo, derrámate sobre nosotros. Jesús, tu eres el que bautiza; bautízanos en el Espíritu Santo. Necesitamos de esta gracia. Cúmplase, Señor, tu Palabra. ¡Amén!

Monseñor Jonas Abib
Fragmento del libro: “Aspiren a los dones espirituales”
fuente: Canción Nueva

La promesa del Espíritu Santo

"Derramaré mi espíritu sobre todos los vivientes"
Joel 3,1

El camino con Jesús pasa por la vida pública de Él; después, por la Pasión, que es la mayor prueba de amor del Señor por nosotros, y finalmente por la Resurrección, la alegría de la Pascua, cuando Él se mostraba vivo en medio nuestro.

En este tiempo necesitamos estar como los discípulos en Jerusalén, a la espera de la promesa del Padre. Como está en la Palabra: "No se aparten de Jerusalén, esperen la realización de la promesa del Padre, aquello de lo que me oíste hablar cuando dije: "Juan bautizó con agua, ustedes, dentro de poco, serán bautizados con el Espíritu Santo" (cfr. Hch 1,5)

Pidamos hoy al Señor que seamos llenos del Espíritu Santo,
como los primeros discípulos, para escuchar Su Palabra, para no vacilar,
para vivir la verdadera libertad y alegría de hijos amados.

Con mucha simplicidad de corazón recemos a lo largo de todo este día:
¡Ven, Espíritu Santo!
Jesús, en Vos confío!

Luzia Santiago
Co-Fundadora comunidad Canção Nova.
fuente: Mensaje del día Portal www.cancaonova.com
adaptación del original en portugues.



¡Buen día, Espíritu Santo! 30 05 2014

¡Buen día, Espíritu Santo!
Tú eres el Esperado,
Tú eres el más Deseado.
¡Ven a visitarnos!
¡Ven a posar Tu Gracia en las frágiles ramas de mi existencia!
Visítame, despierta lo adormecido!
Que la sensibilidad perdida recupere su vitalidad.
Dale nueva vida a mis áreas fatigadas,
disminuidas y abatidas!
¡y renueva toda esperanza!
¡Tú eres la Promesa misma!
¡Tú, sólo Tú, eres lo que espero!
Dime! ¿Qué podemos hacer juntos hoy?


jueves, 29 de mayo de 2014

Siempre es tiempo de volver a Dios

El Señor está siempre llamándonos para estar al lado de Él.
Jesús, que es la propia misericordia encarnada, nunca desiste de nosotros;
El continúa tocando la puerta de nuestro corazón hasta que tengamos el coraje de abrirla y dejarlo entrar para cenar con nosotros.
¡Siempre es tiempo de volver a Dios!

"Vuelve al Señor y deja tus pecados, suplica en su presencia
y disminuye tus ofensas"
Ecl 17,21-22

Solamente viviendo cercanos al Señor seremos capaces de acoger y demostrar misericordia por aquellos con quienes convivimos y quienes vienen a nuestro encuentro.
Pidamos al Señor la gracia de ser misericordiosos y compasivos como Él lo es.
Pidamos al Espíritu Santo que, en este día que se llama "hoy", renueve toda nuestra vida y llene nuestros corazones con Sus dones.

"Ven, Espíritu Creador y visita nuestra almas,
llena nuestros corazones con tus dones celestiales!"

Jesús, en Vos confío!
Luzia Santiago.
Co-Fundadora Comunidad Canção Nova.
Fuente: mensaje del día www.cancaonova.com
Adaptación del original en portugues.

¿Para qué estoy en éste mundo?

Encontrar el sentido de vivir es, en verdad, es aquello quiero ofrecer a mi vida. Concretamente el sentido de ella no es algo que me es ofrecido desde lo alto, como una especie de revelación. He aprendido que se trata más bien de una conquista llena de determinación; más allá de la sabia acción de pedir ayuda, cosa que nunca puede faltar.
Si alguien perdió el hilo de la madeja de su vida, ¡no se inquiete!
Basta recordar ahora y zambullirse, aunque más no sea un breve momento, en Dios, de dónde venimos. De hecho, nadie perderá la dirección y la razón de ser si tiene siempre a la vista la razón perenne de existir: Dios.
¡Estamos en éste mundo para amar!

Con cariño y oraciones,
Tu hermano,
Ricardo Sá
Fuente: Mensaje del día www.cancanova.com
Adaptación del original en portugues.

Buen día, Espíritu Santo! 29 05 2014

¡Buen día, Espíritu Santo!
¡Bienvenidos seas!
Aquí estoy. Mente, corazón y espíritu esperando por Ti.
Aquí estoy: amasijo de deseos, consolaciones y desolaciones,
esperando por Ti.
Aquí estoy, deseando ser lleno de Tu gracia,
de Tu Amor, de Tu Santidad.
Condúceme hoy por los caminos de la Vida.
Sé el hacedor de mis victorias.
Prorrumpe con júbilo y gozo,
y lleno de Ti, ¡canta en mi el canto nuevo!
¿Qué podemos hacer juntos hoy?


miércoles, 28 de mayo de 2014

La tierra que pisas

La vida de todo hombre, nuestra vida,
esta hecha de "esperas"
Aguardar es parte de nuestra existencia.
Es parte del movimiento diario de la naturaleza.
Aguardamos un sol que ilumine y caliente,
aguardamos una lluvia que de vida y crecimiento,
Esperamos ser amados y perdonados.
Esperamos se concreticen proyectos, anhelos...
Esperamos ver los hijos crecer, buenas noticias llegar...

¿Has vivido la experiencia de una espera que no tiene fin?
¿Te has puesto a pensar qué dificulta la espera?

Encuentro que la mayor dificultad está en "el lugar" desde el que esperamos.
Está en sa "tierra" que pisan nuestros pies mientras dura la espera.

La tierra del desaliento dificulta la espera.
La tierra de la tristeza ahoga la espera.
La tierra de la desconfianza y la duda obstaculiza la espera.
La tierra de la...

"Les dijo que no se alejaran de Jerusalén
y que esperaran lo que el Padre había prometido"
Hch 1,4
Fue Jerusalen, y no otra, "la tierra de la espera" del Espíritu.
Figura de un lugar no físico, sino del lugar desde donde y en donde se debe esperar.

¿Que tierra estás pisando en "tus esperas"?
Tal vez la demora que estes viendo acontecer
tenga que ver con esto... con la tierra que pisas.

Dios te Bendice!
Miguel
Comunidad Piedras Vivas



El Señor está próximo

Continúo anunciando la segunda venido del Señor pues, desde 1975, el Espíritu Santo ya me convencía de eso y me impulsaba a hablar de la vuelta del Señor. Y si, en 1975, estaba próximo, imagina ahora!
Sabemos que un día para Dios es como mil años, y mil años son como uno sólo.
El Señor quiere que digamos que la venida de Él está próxima, para que las personas se preparen.
¿Estás preparando ése día?
Las personas de tu casa, aquellas con las que trabajas, creen, esperan y están preparadas para la venida del Señor?
Desconocemos la hora exacta en que Él vendrá, por eso debemos vivir como Simeón, esperando la venida del Señor, día tras día preparándonos para encontrarlo.

Canción Nueva tiene conciencia de la segunda venida de Jesús porque ella existe para anunciar y para preparar el pueblo para ese acontecimiento. Como ya he dicho, la deuda que quiero pagar siempre es amar y evangelizar.
Te invito a hacer lo mismo: amar y evangelizar.

Tu hermano,
Mons. Jonas Abib
Fundador Comunidad Canção Nova.
Fuente: portal Canção Nova
Adaptación del original en portugues.

Pertenecemos a Dios

"Busca las cosas de lo alto, donde Cristo está entronizado a la derecha de Dios"
Col 3,1

Pertenecemos a Dios, por eso, que todos nuestros actos sean para Cristo, que sean actitudes concretas para aquellas personas que están a nuestro lado. Como elegidos necesitamos abandonar "el hombre viejo" y revestirnos del hombre nuevo, volviéndonos cada día imagen de Cristo.
Por la acción del Espíritu Santo somos renovados y cambiamos nuestra forma de actuar. Hoy con el corazón movido por la gracia del Señor pidamos los dones del Espíritu, para que nuestras acciones sean señal de amor.
"Por tanto, como elegidos de Dios, santos y amados, revístanse de sentimientos de compasión, con bondad, humildad, mansedumbre y paciencia" (Col 3,12)

Oremos:
"¡Ven Espíritu Creador, visita nuestras mentes y llena nuestros corazones con tus dones celestiales!"

Jesús, en Vos confío!
Luzia Santiago
Co-Fundadora Comunidad Canção Nova
Fuente: Mensaje del día portal Canção Nova
adaptación del original en português.


¡Buen día, Espíritu Santo! 28 05 2014

¡Buen día, Espíritu Santo!
Contemplar la luz que llega,
alivia el desgaste de la espera, Divino Espíritu.
Abro mis labios para dejar surgir el clamor:
¡Ven en el amanecer de mi vida a romper mis oscuridades!
¡Ven y llena con Tu Luz!
Tú eres la promesa del Padre que espero.
Enciéndeme, abrásame con Amor, Paciencia y Delicadeza.
Configúrame, moldéame, purifícame, sostiéneme.
Amansa mis fuerzas destructivas,
Aquieta toda tempestad.
y habla, habla aquello que escuchas...
¿qué podemos hacer juntos hoy?


martes, 27 de mayo de 2014

La promesa ¡vendrá!

Dios es la verdad que el mundo todavía no conoce-dentro¡Dios es la verdad que el mundo todavía no conoce!   

¡Es el Espíritu Santo de Dios quien nos defiende, nos preserva y guarda! ¡Él es la verdad que el mundo no conoce!

“Cuando venga el Paráclito que yo les enviaré desde el Padre, el Espíritu de la Verdad que proviene del Padre, él dará testimonio de mí” (Jn 15, 26).

La promesa de Jesús de enviarnos el Defensor de la parte del Padre, el Espíritu de la Verdad que procede del Padre y testimonia quien es Jesús, y quien nos va a ayudar y que nos ayuda todos los días a vivir las persecuciones, las incomprensiones y las contrariedades que sufrimos en esta vida, porque somos discípulos del Señor.

Ninguno de nosotros tiene el derecho de sufrir solo, ninguno de nosotros tiene el derecho de vivir las angustia y tribulaciones solos, porque Dios nunca nos deja solos. ¡Su Espíritu nos selló, nos marcó y Él está en nosotros, Él es el enviado del Padre! Este mismo Espíritu, que viene en ayuda de nuestra debilidad, primero nos defiende y nos guarda, porque el mundo en que vivimos es un mundo malo, marcado por la maldad humana y ¿quién nos va a defender delante de la gente astucia de las personas, de la astucia del maligno, cuando, en realidad, a menudo no tenemos argumentos para combatir al mal
¡Es él [Espíritu Santo] quien nos defiende, es Él quien nos mantiene y guarda! ¡Él es la verdad que el mundo no conoce! Si, porque el mundo es marcado por la mentira, el mundo es marcado por falsas relaciones, el mundo es marcado por sentimientos hipócritas. Para que seamos purificados de este mal, para que seamos preservados de este fermento de la maldad, ese mismo Espíritu nos ayuda en nuestra debilidad.

Hoy, queremos abrirnos; enteramente a Dios y a Su voluntad y pedimos ayuda de lo alto, pedir de corazón a Dios que envíe sobre nosotros Su Espíritu Santo, porque solos no podemos, porque necesitamos la ayuda de lo alto y de la gracia que viene de lo alto, para lidiar con nuestras propias intemperies, para lidiar con nuestros propios desánimos, cansancios y la tristeza que, a menudo invaden nuestra vida. Y para enfrentar con las situaciones de un mundo tan controversial, tan dividido, rencoroso y malicioso.

Ven, Espíritu Santo de Dios, ven en nuestro rescate. Ven en ayuda de nuestra debilidad para que en todo podamos vivir la voluntad del Padre. Que seamos rescatados y iluminados por la Fuerza que viene del alto!

¡Dios te bendiga!

Fuente: Canção Nova

Mi trabajo es... ¡RESCATAR!

Mi trabajo es rescatar millones de jóvenes para Dios   

Mi campo de trabajo es rescatar millones de jóvenes para Dios. El enemigo no va a alcanzar la victoria pues el Señor ya lo derrotó. Pero satanás quiere tener derrotados junto con él. Tú puedes ver,  quien perdió un juego, quiere que los otros pierdan con él. Así es el enemigo, ¡él es sucio!. Nos quiere ofrecer cosas agradables, que atraen a nuestra sexualidad, a nuestra carne, vanidad, como buen vendedor, sabe que su artículo no sirve para nada, pero lo quiere vender. No podemos ser más inocentes con el enemigo.
Tal vez pienses:” Todo el mundo lo hace, todo el mundo quiere”. Si el enemigo está haciendo a los otros “tontos”. Nosotros no podemos actuar como derrotados y permitir que él haga lo mismo con nosotros, pero mira toda su cólera  para que vivamos una sexualidad activa en la juventud y en la adolescencia. Esto no es para nuestro bien. El nos quiere destruir desde jóvenes.

padredentro
¡Cuántos jóvenes en la calle comienzan a enseñarse unos a los otros la malicia de la sexualidad! siendo la sexualidad algo tan lindo! La sexualidad femenina nos concibe y engendra en Dios. Hablando de la sexualidad masculina, el enemigo lamentablemente, nos enseñó mentiras, y nosotros nos quedamos con vergüenza de Dios, así como Adán y Eva.

¡Cuántos chicos sabían que sus actitudes estaban mal, pero ya tenían su sensibilidad agudizada y se entregaron al pecado!. Con eso, se alejaron de Dios, dejaron de comulgar, de ir a Misa y por verguenza no tuvieron más ganas de hablar con El. Lo que sucede con los chicos también sucede con las chicas. Cuando llega la adolescencia, la cosa empeora. Cuántas chicas ya estropearon su vida, sus sentimientos y sus cuerpos, marcadas en la infancia y en la adolescencia.

Tuve la gracia de ir a Asis, ciudad donde vivió San Francisco y Santa Clara. Jesús dijo a San Francisco en aquella época: “Francisco, anda y reconstruye mi Iglesia”. Y el Señor me dice hoy: “Jonas, anda y reconstruye mi casa que está en ruinas”. Pude entender aquello que en el primer momento, Francisco no había entendido; la casa somos nosotros, tu y yo. Si yo, hasta ahora, gasté mi vida, mi juventud como una vela, la gasté por ustedes! Y quiero gastarla aún más por la juventud.

¡Esos jóvenes necesitan ser rescatados!
jonasdentorMi campo de trabajo es rescatar a millones de jóvenes para Dios. Estoy gritando como mi padre Don Bosco: “Dadme almas y quédense con el resto”. Domingo Savio vió aquella frase en el cuadro, en latín y no entendió; entonces, pidió a Don Bosco que se lo tradujese. Domingo Savio vió que se trataba de “algo de almas” y dijo: “Soy el primero. Como el sastre que trabaja en las telas, yo quiero ser el primero. Estoy en sus manos, como una tela, y el Señor es el Sastre”.
Dios habló a mi corazón y ahora, tengo una tremenda responsabilidad de rescatar a los jóvenes para Dios. Yo no sé cuantos voy a conseguir para el Señor, no sé a cuantos lograré hacer santos como San Francisco y Santa Clara. Pero sé que tengo un gran campo de millones de jóvenes. Y no puedo descansar,yo necesito remangarme la camisa. Sé que no estoy solo. Hablando contigo, se que el Señor toca tu corazón para que tu también me ayudes a rescatar la juventud para él. Veo que Dios me dió la gracia de atraer los jóvenes. No tengo nada de especial, pero tengo todo, que es Jesús.

Cuando San Francisco estaba en un lugar muy alto, en Laverna, en los últimos años de su vida, el Señor le imprimió sus Llagas en las manos, en sus pies y en su corazón. San Francisco los escondió durante años; solo los más intimos lo sabían, pero nadie estaba seguro porque Francisco no las mostraba. Cuando murió, los hermanos que lo acompañaban en la vida franciscana, pudieron ver de cerca sus llagas. Esto es lo que le pido a Jesus y he buscado, y hoy te invito a pedir la misma cosa: las marcas de Jesus, para que se graven e impriman en nosotros. El rostro de Jesús, su expresión facial, el cuerpo de Cristo en nuestro cuerpo, para que actuemos como El, rezemos y tengamos el corazón con los mismos sentimientos del Señor, para seguir como El, tener ardor y buscar almas como Jesús.

Nosotros tenemos que dejar la timidez de lado y querer que eso sea real. Que otros jóvenes, sus colegas, sus padres y hasta tus hermanos te puedan seguir, porque tu estás siguiendo a Cristo. Que los otros puedan ser como tu, que estás queriendo ser como Cristo.

Tenemos un campo enorme. Humanamente, es imposible alcanzar a todos pero sé que somos vistos y escuchados por muchas personas, hasta por aquellos que no nos aceptan, por aquellos que combaten contra nosotros y nos quieren destruir. Probablemente, ellos se burlan de nosotros y nos llaman ingenuos pero no lo somos, pues estamos del lado del Vencedor. Jesus es victorioso, es eternamente jóven.
Nuestro campo de misión es de millones de jóvenes. ¿Ya te imaginaste rescatar a tres mil, o treinta mil para Dios? Aún está un poco lejos del millón, pero mientras más jóvenes santos y con el temple de San Francisco y Santa Clara, más jóvenes de Dios tendremos. ¡El Señor ya está llegando y esos jóvenes necesitan ser rescatados!

Monseñor Jonas Abib.
Prédica: “Cien millones de jóvenes para el Señor”,
fuente: Portal Canción Nueva

EL CAMINO DE SEÑOR ES PERFECTO

"Mi Dios, su proceder es perfecto y su palabra es a toda prueba.
El es un escudo para cualquiera que se acoja a él"
Salmo 18,30

Cuando estamos en el camino del Señor tenemos verdadera felicidad, somos libres y tenemos el apoyo necesario.
Tenemos un Dios que nos ama y nos retribuye conforme a nuestra fidelidad. Él nos entrena para ser fuertes, para enfrentar las luchas diarias.
Su bondad nos ayuda a avanzar con pasos largos. Recurramos a Él, todos los instantes, creyendo que, en el Señor, somos más que vencedores. Como dice la Palabra: "El dio a su Rey grandes victorias, fue bondadoso con David, su consagrado, y con su descendencia para siempre" (Salmo 18,51)
Recemos: "Señor, conduce nuestra vida para que nuestros planes estén siempre de acuerdo con Tu voluntad. Dispón de nosotros como mejor convenga. Confiamos en Tu bondad y en Tu misericordia".
Jesús, en Vos confío!

Luzia Santiago.
Co-Fundadora comunidad Canção Nova.
Fuente: mensaje del día portal Cançao Nova
Adaptación del original en portugues

Buen día, Espíritu Santo

¡Buen día, Espíritu Santo!
Tú que eres el testigo del Amor del Padre,
Amor que dejó sembradas en la creación entera, semillas del Verbo.
¡Ven y visítanos en la mañana!
Riega con tu Gracia,
Ilumina con Tu Luminosidad,
da crecimiento, solidez y fecundidad
a nuestra vida.
¡Ven y visítanos!
Que lo reseco, agrietado y marchito
¡tenga Vida en Vos!
¡Que lo violento, agresivo y furioso,
se encuentre con Tu Paz serena que restaura!
y mientras obras,
mientras sanas,
susurra... ¿Qué podemos hacer juntos hoy?

lunes, 26 de mayo de 2014

Desea recibir la efusión del Espíritu Santo

Ser instrumento del Espíritu Santo no es el resultado de nuestra perfección ni de nuestra santidad. ¡Por el contrario! Nuestro camino de santificación, de perfección, pasa necesariamente por la efusión del Espíritu Santo, pues no es posible apenas con nuestro esfuerzo. Ciertamente podemos colaborar, cooperar, dejarnos trabajar por el Señor, pero es él quien hace todo.

Nuestra conversión verdadera sucede cuando somos recreados en el Espíritu Santo. A partir de ahí, tomamos gusto por la oración, por la escucha de la Palabra de Dios, y comenzamos a participar realmente de la Misa y de los sacramentos, a trabajar en la Iglesia, cooperando con el Señor.

De esa manera no podemos, por nosotros mismos, conceder ni privar a los otros de la gracia que recibimos gratuitamente. "Quien cree en mí, de su seno, de su interior, brotarán ríos de agua viva". Basta eso.
Cuando recibí la efusión del Espíritu Santo, todo duró un día. El padre Haroldo J Rahm sj, pasó por el seminario y concedió un día de retiro a los seminaristas. Él habló sobre los dones, los carismas del Espíritu Santo, sobre la renovación carismática. En esa época no entendí lo que significaba efusión del Espíritu Santo, dones ni carismas en la perspectiva de la Renovación Carismática. Sabía lo que eran los carisma, los dones, pero no de manera como estaba sucediendo; las personas siendo curadas, orando en lenguas. La efusión tomó cuenta de mi cabeza. No entendí nada.

Mientras tanto el Señor sembró en mi corazón, un deseo muy grande. Ni sabía que la gracia era aquella que recibiría, pero la quería mucho. Cuando el padre Haroldo impuso las manos sobre mi e hizo una breve oración, no sentí nada, me pareció que nada había sucedido. Pero a la noche, solito en el patio del seminario, comencé a orar como nunca había orado en mi vida.

Todo comenzó a cambiar, fue el surgimiento del ojo del agua. Era aquella efusión en el Espíritu Santo, del modo en que Jesús habló: "De su interior correrán ríos de agua viva". Sabemos que un río de agua viva nace de un "ojo de agua", no hay otra forma. Fue así en mi vida; será así en la tuya.

Después de tres meses, fui a hacer una experiencia de oración con el padre Haroldo y llevé a tres jóvenes conmigo; fue entonces que, oyendo las enseñanzas sobre efusión del Espíritu y los dones, comencé a entender lo que estaba sucediendo conmigo. En tres meses, Dios me dio la gracia de experimentar muchas cosas nuevas. Mi sacramento y mi vida cambiaron y se volvió más verdadero el arrepentimiento de mis pecados.
Allí, en la experiencia de oración, encontré la explicación de aquello que, por la gracia de Dios, estaba viviendo.

¿Quieres o no quieres ser transformado por el Espíritu Santo? No conozco el grado de tu aridez, de tus dificultades espirituales, sólo sé que llegó la hora: el Señor quiere que bucees en la gracia de la efusión del Espíritu Santo.
Digamos al Señor:
"Señor Jesús, quiero recibir la efusión del Espíritu Santo, como dice Tu Palabra: "Seréis bautizados". Quiero verme bañado por Tu Espíritu, poseído, hasta las últimas fibras de mi ser, por el Espíritu Santo de Dios. ¡Ven, Espíritu!
Sí, Jesús, dame Tu Espíritu.
Plenifícame, Señor. Derrama sobre mi Tu Consolador.
Señor, concédeme la gracia. Pido que manen de mi ríos de agua viva, que se realice en mi la promesa: "Seréis bautizados en el Espíritu Santo!. Realiza la Palabra, Señor Jesús: "De tu interior correrán ríos de agua viva!. Realiza la Palabra: "Descenderá sobre ustedes el Espíritu Santo, Recibiréis fuerza, poder y seréis mis testigos hasta los confines de la tierra".
Ven, Espíritu Santo, porque preciso de Tí ahora. Cubre a cada uno de los míos (nombre cada persona que deseas bendecir) y conduce a Tu Iglesia. Ven, Espíritu Santo, derrámate sobre nosotros. Jesús, Tú eres el bautizador; bautízanos en el Espíritu Santo. Precisamos de esta gracia. Cúmplase, Señor, Tu Palabra. Amén!

Artículo del libro:  "Aspirai aos dons espirituais", mons. Jonas Abib
Adaptación y traducción del original en português.

HEREDEROS DEL PADRE

No puedes seguir viviendo como esclavo de nada... ni como esclavo de ti mismo, esclavo de la bebida, del cigarrillo, de las drogas, del sexo, ¡de nadie, mucho menos del demonio!
Eres hijo, y porque eres hijo, eres también heredero.
De tal forma somos adoptivos que tenemos la misma herencia del Hijo Unigénito Jesucristo.
No otra. La herencia de Jesús es también tuya!
Y la herencia de Jesús es vida eterna.

Nuestro punto de llegada es el Cielo. La felicidad de Dios es mi felicidad.
Todo eso por gracia de Dios. No es mérito.
No por las cosas buenas que has hecho, haces o harás. Nadie de nosotros tiene mérito. Nadie es digno. Mucho menos de tener la herencia del Padre. Todo eso es por gracia. En otras palabras, es por misericordia! Porque el Padre se inclinó sobre nosotros, por eso, nosotros recibimos todas esas gracias.

¡Somos hijos! El Espíritu Santo habita en nosotros! Somos herederos!
¡Gloria a Dios!

Tu hermano
Mons. Jonas Abib
Fundador Comunidad Canção Nova
fuente: Portal Canção Nova
Adaptación y traducción del original en português.

¿Qué significa orar con "calidad"?

Reza con calidad quien comprende que,
en la vida espiritual, "calidad" es una virtud alcanzada por quien es fiel.
Es la fidelidad, por lo tanto, una virtud mayor cuando se trata de "vida de oración". Esto significa que más calidad se alcanza cuando se ora todos los días, aún cuando sea por poco tiempo. Todos los días, todos los días... Aún poquito, pero con gran coraje!
Aún entre dolores e incertidumbres, rezar, rezar, rezar!
Jamás olvides: el secreto es la fidelidad.
Quien es fiel tiene "calidad"!

Con cariño y oraciones,
Tú hermano,
Ricardo Sá.
fuente: Portal Canção Nova.
Adaptación y traducción del original en português.

Buen día, Espíritu Santo 26 05 2014

¡Buen día, Espíritu Santo!
Tú renovada presencia imploro cada día:
¡Ven, Divino y Santo Espíritu!
¡Ven y visítame con Tu gracia y unción!
Tú eres Aquel a quien pido y clamo:
¡Fuego del Cielo, oh Dios!
Fuego que purifique,
Fuego que sane, Fuego que abrace.
Acompaña mi caminar.
Fortaléceme y asísteme en lo cotidiano.
Úngeme y Santificame,
condúceme y oriéntame.
Dime, ¿qué podemos hacer juntos hoy?


domingo, 25 de mayo de 2014


La Paz no se puede comprar

La Paz no se puede comprar, dice Papa Francisco en Jerusalén   

La misión del Espíritu Santo es generar armonía, El mismo es armonía, y realizar la paz en los diferentes contextos”, destacó el Papa en Jordania.
El Papa Francisco celebró la primera Misa en Tierra Santa en el Estadio Internacional en Ammán, Jordania este sábado 25. El Pontífice, en la ocasión, reflexionó sobre el papel del Espíritu Santo en la construcción de la paz entre los pueblos y las religiones.
En el pasaje del Evangelio leído en la Misa, Jesús promete a los apóstoles el envío del Espíritu Santo. “Yo pediré al Padre y El les dará otro Paráclito para que esté siempre con ustedes” (Jn 14, 16).

En este contexto, el Santo Padre destacó tres acciones del Espíritu Santo: preparar, ungir y enviar. En el momento del bautizo, explica el Papa, el “Espíritu reposa sobre Jesus a fin de prepararlo para su misión de salvación, misión caracterizada por el estilo del Siervo humilde y manso, dispuesto a compartir y al don total de si mismo”.

Después, dijo Francisco, el Espíritu Santo unge, como hizo con Jesús y los discípulos para que tuviesen los mismos sentimientos de su Maestro. Esta acción del Espíritu Santo hace a los cristianos capaces de amar, favoreciendo la paz y la comunión.

Finalmente, el Papa puntualizó la tercera acción del Espíritu Santo, el envío: “Jesús es el Enviado, lleno del Espíritu del Padre. Ungidos por el mismo Espíritu, también nosotros somos enviados como mensajeros y testmonios de paz”.
En ese sentido, el Papa afirmó que la paz no se puede comprar. Es un don que se debe buscar pacientemente y construir “artesanalmente”, a través de los pequeños y grandes gestos que forman la vida cotidiana.

Al final de la homilía, Francisco rezó para que el Espíritu Santo prepare los corazones para el encuentro con los hermanos independientemente de las diferencias de ideas, idioma, cultura, religión. Deseó también que se curen las heridas de los errores, incomprensiones y controversias. “Que nos envíe con humildad y mansedumbre, por las sendas desafiadoras pero fecundas en búsqueda de la paz”, pidió el Pontífice.

Fuente: Portal Canción Nueva

La llave de la sanación interior

230x150La llave de la sanación interior   

Queridos hermanos, quiero hablarles sobre la importancia del silencio
Muchas veces, el silencio tiene el objetivo de hacer el papel del tiempo que necesitamos para reflexionar nuestra caminata cristiana. Más allá de eso, el silencio es una oportunidad maravillosa ofrecida por Dios en nuestras vidas. ¿Cuánto tiempo, a veces, pasamos sin comunicarnos con las que personas que amamos? Es así, un silencio que habla.
Nunca me olvido de un retiro que hicimos con Luzia, mi esposa, en Fátima – Portugal. Fueron siete días de profundo silencio. Nos comunicábamos solamente lo necesario; vivimos profundamente la escucha de Dios.

El retiro era sobre la reflexión del silencio como la llave para la sanación interior. En busca de la felicidad, me encontré con la seguridad que para ser feliz en la vida es indispensable que me reconcilie con Dios, con mi historia, conmigo mismo y con los demás, porque los dramas, las injusticias vividas, las heridas interiores pueden bloquearnos en la búsqueda de la felicidad.

Por eso delante de las dificultades, el ser humano es llamado a trabajar en sí mismo, a fin de encontrar la paz y la quietud interior.

San Ignacio decía: “Bienaventurados los oídos que prestan atención no solo a la voz que resuena fuera, sino a la verdad que habla y enseña desde adentro”

Necesitamos educarnos en el silencio. Y, entonces, Dios tendrá espacio para comunicar su palabra creadora y redentora para sanar y cicatrizar; palabra que da alegría y esperanza. Benedicto XVI dijo que es necesario ser capaz de escuchar con el corazón a Dios que habla.

Los amo, su hermano
Wellington Silva Jardim (Eto)
Co-fundador y misionero de la Comunidad Canción Nueva
Fuente: Portal Canción Nueva

Espacios para la lentitud... ¡pero sin pasarse!

Fuente: Ciudad Redonda
José Cristo Rey García Paredes, cmf
Publicación original: Viernes, 23 de mayo de 2014
Debo reconocer que he quedado  muchas veces afectado por lo que el médico estadounidense Larry Dossey calificó como la “enfermedad del tiempo”. Sí, muchas personas la padecemos, e incluso mucho más de lo que imaginamos. Desgraciadamente ésta es una enfermedad en la que no reparamos, y para la que no buscamos remedio adcuado.
La enfermedad del tiempo tiende a progresar y acelerse cada vez más. Vivimos en un contexto de celeridad y prisas, del que es difíil sustraerse y que nos determina.
Esta enfermedad se desarrolla tanto en el cuerpo como en el espíritu. No entra en nuestros baremos de ética o moralidad. Pero ¡puede ser mortal! ¡No solo para los individuos, también para los grupos y la sociedad. Es la enfermedad que deteriora las relaciones interhumanas, que no se responsabiliza suficientemente de tantas cosas como realiza y va dejando tras de sí superficialidad, endeblez… y hasta castillos en el aire.
La enfermedad del tiempo ¿en qué consiste?
Carl Honoré ha escrito hace ya unos cuantos años un libro que mantiene su actualidad. Me soprendió apenas aparecido y provocó en mí  serio autoexamen. Desde entonces, mi mente me ha pedido no colaborar con las prisas, ni con la inquietud. También he ido descubriendo que no es fácil convertirse del todo, porque estamos acosados por un sistema de prisas y de crecimiento cuantitativo y no no cualitativo. Lo importante para el sistema es “ganar”, “crecer”, “obtener beneficios” aunque sea engañando. El sistema se ha vuelto muy obeso. Nuevas generaciones lo siguen alimentando. Parece que no hay marcha atrás. Siempre queda la posibilidad de activar las alarmas, especialmente cuando la prisa enfermiza se agrava. Carl Honoré tituló su libro “El elogio de la lentitud”.
Antes de ofrecer la terapia, el autor hace un diagnóstico de “la enfermedad de nuestro tiempo”, que me parece muy certero. Inspirado por sus ideas, ofrezco ahora una reflexión que nace también de mi experiencia vital.
¡Hay que ir más rápido!
El tiempo no da de sí. No tenemos suficiente tiempo. Hay que ir más rápido. Hay que apresurarse más.
Somos muchos quienes escogemos “el carril rápido” para conducirnos por la vida. Somos “contrarrelojistas” con cara de prisa. Nuestros pasos son acelerados. Nuestros cuerpos y rostros van un poco desencajados cuando “no llegamos a tiempo”. Los nervios se tensan más de la cuenta cuando algo se interpone a la velocidad de crucero de nuestra vida, cuando algo o alguien entorpece el ritmo frenético que llevamos.
Por eso, rezamos deprisa, comemos deprisa, nos desplazamos de un lugar a otro deprisa. Conversamos con otros lo mínimo haciéndoles ver que tenemos prisa. Cuando estamos somos, no somos capaces de concentrarnos. Nuestra vida personal se convierte en un zapping permanente: de una parte a otra, de una tarea a otra, dejándolo todo a medias. Se nos ofrece “comida rápida”, “lectura rápida”, “noticias en poco tiempo”…
La aceleración es, ante todo, una enfermedad social. No se valora la lentitud. Todos los encargos que hacemos a alguien (de cualquier tipo que sean) conllevan siempre una petición: “pero hágamelo cuanto antes”. Entramos en una de las salas de consultas de un hospital. Todo está organizado desde el criterio de aprovechar bien el tiempo y de las listas de espera.
El turbo-capitalismo
La sociedad capitalista imprime velocidad en todo: en la producción, en la distribución, en las ventas. Estamos en la sociedad capitalista, metidos en el vértigo de un mundo totalmente cronometrado: los medios de comunicación, la hora de entrar y salir del trabajo… la producción que se espera de cada uno, la programación que hay que cumplir, los resultados que hay que obtener. Es un mundo que no nos da tregua. Éste es, como decía Anthony Giddens, “un mundo desbocado”, o como podemos decir nosotros, una partitura en “accelerato perpetuo”. Y quien no se atenga a ese ritmo, queda aparcado, pierde oportunidades.
Tenemos una vida superorganizada. Como si todos estuviéramos movidos por un telemando. Es llamativo escuchar a nuestros jóvenes decir que “no tienen tiempo”, que no llegan, que han de hacer “horas extra”. ¿Qué tiempo nos queda para orar, para contemplar, para la lectura personal, para disfrutar de la conversación serena?
Hay personas cuya ética consiste en “no perder el tiempo”. Que, cuando creen que esto sucede, miran y remiran su reloj impacientes, para dedicarse a lo que está programado y les espera.
Tenemos tan fraccionado el tiempo que apenas podemos respirar. ¿Y así, quién puede dedicarse a la creación artística, a la creación filosófica? ¿Cómo puede acontecer la inspiración si se nos concede un tiempo siempre fragmentado?
Esta sociedad –civil o religiosa también- nos ofrece posibilidades o tal vez mandatos para el tiempo libre. Lo que se nos ofrece es, frecuentemente, muy extenuante. Se organizan encuentros de fines de semana que suponen desplazamientos, cambio de ship. Tales encuentros no dejan respiro: si no es escuchar varias conferencias, es dialogar en grupos, es destinar un breve tiempo a la reflexión personal, después están los imprescindibles momentos de comidas, pausas no excesivas… y para concluir el día, una celebración festiva. Concluido el fin de semana –domingo a medio día- viajar de nuevo a casa y seguir la tarea de la semana.
¿Cómo curar la enfermedad?
Existe en Japón una palabra singular: “karoshi”, que significa “muerte por exceso de trabajo”.
El frenesí del trabajo es tal que llega un momento en que el cuerpo no aguanta más. La prisa no es solo prisa. Es aceleración. Buscamos los medios de traslado más rápidos. Aprovechamos el tiempo hasta el último momento para después ir acelerados a otra parte. Los medios de comunicación nos lo permiten. Es la vida “a contrareloj”. ¿Y cuáles son las consecuencias? ¿Habrá  algún remedio a esta enfermedad del tiempo?
Dicen que los consultorios médicos están llenos de personas con dolencias producidas por el estrés: insomnio, jaquecas, hipertensión, asma y problemas gatrointestinales.. La actual cultura del trabajo está minando nuestra salud mental. El exceso de trabajo es un riesgo para la salud en otros aspectos: deja menos tiempo y energía para el ejercicio y nos hace más proclives a tomar demasiado alcohol o alimentarnos de una manera cómoda, pero inadecuada. Algunas personas para mantenerse al ritmo del mundo moderno, para aumentar la celeridad, recurren a estimulantes. Nuestra impaciencia hace que incluso el ocio sea más peligroso.
¿Elogio de la lentitud o “el tiempo justo”?
Milán Kundera escribió hace años una preciosa novela titulada “La lentitud”. Carl Honoré escribió cinco años después (2005) “El elogio de la lentitud: un movimiento mundial desafía el culto a la velocidad”. Son como dos profetas de nuestro tiempo que nos advierten y también nos abren caminos. Carl Honoré nos dice que “la ética del trabajo es saludable, pero con moderación”, sin desmadrarse.
Hay que poner en tela de juicio nuestra obsesión por hacerlo todo más rápido. Correr no es siempre la mejor manera de actuar. El apresuramiento en la vida es como soplar y soplar en un globo para que el aire lo estire y al final lo haga explotar.
Esto no quiere decir que declaremos una guerra a la velocidad, ni al ritmo vital. Necesitamos la velocidad de internet, los vuelos rápidos de un reactor. El problema está en que nuestra obsesión por hacer más y más rápida nuestra vida, disponemos cada vez de menos tiempo Hemos llegado demasiado lejos. Es una adicción, una especie de idolatría.
La reacción excesiva por parte de los lentos.
Intentan frenarlo todo. Además se sienten tan autosuficientes que ellos se convierten en el reloj de los demás, en la norma que se impone. Se convierten en un martirio de los grupos. Producen el efecto contrario. Los que frenan desgastan mucho. Les falta eso que el sentido musical denomina “il tempo giusto” (el tiempo justo, ni más ni menos). Como les falta el sentido de la moderación, ralentizan hasta la exasperación y al mismo tiempo imponen “el imperio de su lentitud”. Son las personas que se vuelven metrónomo de los demás, elevando su voz autosuficiente….
La comunidad humana encuentra el ritmo del tiempo justo cuando se armoniza, se escuchan unos a otros, asumen todos un ritmo común, consensuado. Después cada uno por su parte llevará sus ritmos personales.
El ritmo justo es aquel que no depende de los constantes estímulos, sino del dinamismo interior, del corazón, de la inteligencia. El ritmo justo es aquel que procede de la contemplación serena, de la opción por dejar que una idea se cueza a fuego lento en el fondo de nosotros.
Nos quejamos de nuestros horarios frenéticos, pero ¿quién los volverá más racionales, más humanos?  Ya hay gente dispuesta a ello: gente que no quiere vivir aceleradamente ninguna de las grandes actividades humanas. La desaceleración produce >sus buenos efectos.
No se hacen las cosas mejor, por hacerlas mas despacio. Cuando uno apenas pedalea se puede caer de la bicicleta o hacer ridículos equilibrios, cuando un poquito más de velocidad resolvería el problema. Hacer las cosas más despacio nos devuelve la salud, nos hace felices en lo que hacemos. Todo mejora cuando se renuncia al apresuramiento. Me decía mi padre: “Vísteme despacio, que tengo mucha prisa”.
Rápido no quiere decir mejor. La persona rápida es impaciente, apresurada, controladora, estresada, hiperactiva. Es la persona que está siempre cansada y cansa a los demás. La persona rápida sólo quiere resultados, sin control de calidad.
La persona lenta es serena, cuidados, receptiva, silenciosa, intuitiva, pausada, paciente y reflexiva. Crea en torno a ella un clima dinámico y entusiasmante. No maltrata los límites (Papa Francisco).
Es importante conservar un estado de lentitud interior, de equilibrio espiritual. Ello no impedirá actuar rápido, cuando hacerlo tenga sentido, o actuar lentamente cuando lo que se lleva entre manos lo requiera. Nuestra vida es como una sinfonía clásica en la que se distinguen diversos tiempos: El Allegro, el Moderato, el Appassionato… En cada circunstancia “il movimento giusto” (el movimiento justo).  Actuar siempre con lentitud es estúpido, como inaguantable sería una sinfonía en tiempo lento, sin más.
Estamos llamados a establecer los ritmos necesarios en cada momento; unas veces por el carril lento, otras veces por el carril rápido. “Cada cosa tiene su tiempo”, nos dice el sabio Eclesiastés. Como el ser humano no mida al tiempo, el tiempo nos medirá.