Nosotros, los latinos*, somos muy afectivos, sentimentales y consecuentemente nos gusta en cierta forma padecer la tristeza. Podemos constatar eso en nuestra música de raíz, que cultiva tristeza, recuerdos, traiciones...
Acabamos entregando nuestra alma a la tristeza muy fácilmente y por cualquier motivo.
El Señor sabe que tenemos y tendremos tristezas. Así como Jesús dice: "pobres siempre tendréis", Él bien podría decir: "tristezas siempre tendréis".
El propio Jesús pasó por muchas tristezas.
Pero hay una gran diferencia entre tener tristeza y "entregarse a la tristeza. Dejarse tomar por la tristeza es ser prisionero, atormentado, esclavizado por ella.
Es necesario renunciar a toda tristeza y acabar con la manía de quedarnos cultivando hechos negativos que acontecieron en el pasado. Infelizmente, cuando acontece algo malo, nos quedamos prendidos recordando: eso es algo que crece en nuestro interior y nos asfixia.
Entrega al Señor todas las situaciones de tristeza y haz una verdadera renuncia!
Tu hermano,
Mons Jonas Abib
Fundador Comunidad Canção Nova
Adaptación del original en portugues.
*original: los brasileros
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