El Espíritu Santo nos otorga todos los dones y, en la hora de necesidad, El nos da el don necesario para aquella situación concreta. No es una cuestión de dignidad, es cuestión de necesidad, porque nuestro pueblo está ultra necesitado, y Dios quiere atender sus necesidades, y en su pedagogía Él usa una persona con un determinado don, y tu ya has recibido los dones para usar en las necesidades concretas
Por la gracia de Dios yo recibí el Espíritu Santo y quiero recibir cada vez más.
Necesitamos querer el Espíritu Santo, es voluntad de Dios y si es voluntad es Dios, es voluntad mía.
Con mucha frecuencia las personas en lugar de tener osadía, "parresía", atrevimiento en el Espíritu, ellas tienen miedo, diciendo que no son capaces, y olvidan que quien hace es el Espíritu Santo. Los apóstoles no viven en nuestra generación, estamos nosotros, entonces tenemos que usar nosotros los dones del Espíritu Santo. Algunas veces hay personas que preguntan: ¿Pero quien soy yo?" Les suelo responder: "Tú eres tú.
Cuando Dios comenzó a usarme con los dones yo comencé a estar sorprendido. ¿Quién era yo? Yo era yo mismo" Y Dios quería usarme. Yo doy testimonio con simplicidad, Dios quiso usarme con los dones que Él quiso. Como sufrí, como fui castigado desde obispos hasta colegas míos del sacerdocio, y otras personas. Estaba comenzando con el uso de los dones, ¡imagina si hubiese parado de usarlo!. De qué sirve una heladera vacía? De nada.
Lo que sirve es una persona llena de Espíritu Santo. Lo peor es una persona que habiendo recibido el Espíritu Santo no use los dones que le otorga.
No importa la cantidad de dones que el Espíritu usa en nosotros, El los utiliza de acuerdo con la necesidad. Cuando ves una necesidad, debes usarlo.
Por qué has empaquetado los dones que el Señor te dió?
Estoy diciéndote hace tiempo, antes que te encuentres con el Señor, o Él viene o vos vas a Él. Y justamente permaneceremos en la eternidad del modo en que nos encuentre la muerte. Estoy diciéndote esto para que desentierres los dones que el Señor te dio. Saca afuera ese pañuelo podrido en el que has enterrado los dones, y toma, haz uso de esos dones.
Sé atrevido y no te quedes en pequeñeces.
A partir del don menor que es el de lenguas, puedes recibir todos los dones.
Tu hermano,
Mons. Jonas Abib
Fundador Comunidad Canção Nova
Adaptación del original en português
fuente: Portal Canção Nova.
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