Jesús era, en todo, igual al Padre, y aprendió por Su sufrimiento aquello que era obediencia y se volvió salvación para todos. ¡Ahí está la llave! Jesús es causa de salvación para todos los que le obedecen.
Aún si alguien tuviese un encuentro personal con Jesús, aún cuando tenga muchas experiencias con Él, si no le obedece no estará en el camino de la salvación.
El gran veneno que satanás inculcó en nosotros, desde nuestros antepasados, fue la rebeldía y la desobediencia a Dios. Hay una rebeldía dentro de nosotros y no sirve de nada pretender negarlo, no sirve de nada tapar el sol con la mano. Infelizmente es real, ese veneno corre por nuestras venas. Es por eso que necesitamos aprender con Jesús a obedecer incondicionalmente.
Tu hermano,
Mons. Jonas Abib
Fundador Comunidad Canção Nova.
Adaptación del original en português
fuente: Portal Canção Nova.
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