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lunes, 8 de octubre de 2018

ORACIÓN DE LIBERACIÓN DEL PASADO Y DEL SUFRIMIENTO

ORACIÓN DE LIBERACIÓN DEL PASADO Y DEL SUFRIMIENTO 

Dios de infinita misericordia, mi pasado es una carga, un peso terrible, cuando miro mi historia, solo veo desprecio y humillación. Muchos de esos sufrimientos son pesados y me gustaría librarme de ellos. 

Padre querido, muchas veces me sentí despreciado(a) y humillado(a) en la convivencia con las personas más próximas, como mis padres, hermanos, abuelos, tíos, vecinos, amigos y colegas. 

Muchas veces tuve el deseo de morir, casi llegué a atentar contra mi propia vida, y durante mucho tiempo mastiqué mis propias angustias y los dolores de mi pasado. Conforme el tiempo pasaba, más aumentaba mi dolor. En poco tiempo, enfermé, porque somaticé esas situaciones. 

Padre de las Misericordias, muchas veces lloré, sufrí y Te acusé de haberme abandonado. Dejé de rezar y, cuando rezaba, lo hacía mecánicamente, sin fe. Intentaba perdonar a los culpables y aliviar los dolores, intentaba olvidar, pero heridas continuaban presentes en mi mente y atormentaban mi cotidiano. 

Muchas veces me pregunté por qué había nacido, por qué mi madre me había traído al mundo, cual era el sentido de mi vida. En esos momentos, hasta me olvidaba que la gravidez es un milagro. Sé cuán difícil es cuidar de un hijo y hacerlo llegar a la edad adulta bien formado, con buenos valores y el amor de Dios en el corazón, pero aún así, me preguntaba: “¿Por qué vivir? 

Al mismo tiempo, el Espíritu Santo me ayudaba a reaccionar, e imágenes de mi infancia surgían en mi mente: cuánto trabajó mi padre por mi; cuántas noches mi madre la pasó sin dormir por mi causa; cuanto trabajo tuvieron al bañarme, cambiar mis ropas, pañales, alimentarme; cuántas veces consolaron mis lágrimas y corrigieron mis errores; cuantos días cuidaron de mi cuando estaba enfermo; cuantas veces me acompañaron al médico o a la escuela, cuanto jugaron conmigo… 

En todo eso, por no poder desapegarme de los errores y de los sufrimientos, yo no vía las gracias. Nada tranquilizaba mi corazón. 

Yo sé, Padre, que Jesús también enfrentó dificultades: la persecución de Herodes, que mató tantas criaturas intentando alcanzarlo; la fuga a una tierra extraña, a las escondidas, entre muchas otras situaciones difíciles. Padre, ayúdame a que, como Él no guarde rencores. 

Saca de mi todos los recuerdos tristes que tanto me atormentan. Te suplico, ayúdame a hacer nuevas todas las cosas. Sé que Tú, Señor, puedes aliviar el peso de nuestros recuerdos y curar los sentimientos heridos con Tu poder. ¡Ven a curarme, Señor Jesús! 

Hoy quiero tomar consciencia que mi pasado es importante, pues es mi historia, más que olvidar los sufrimientos y humillaciones es una forma de perdonar y dar una oportunidad a todos los que me rodean y a mi mismo(a). 

Ven, Señor, a liberar cada unas de las situaciones de sufrimiento por las que he pasado. Necesito recordar constantemente a mi mente que, a causa de ellas, fui capaz de madurar y crecer espiritual, emocional y psicológicamente. Lávame, Jesús, con Tu poder y restaura mi identidad, para que sea una nueva persona. 

Pretendo, a partir de este momento, colocar mi vida afectiva bajo una mirada más optimista. Quiero superar mis traumas y mis dificultades de (describe tus dificultades; puede ser una dificultad de amor, de confiar en las personas, de ser aceptado por los otros, de romper con el pasado, etc.

Quiero, Señor, entregar en Tus manos toda mi historia y olvidar lo que sufrí con relación a mi sexualidad, (mencionar los sufrimientos vividos en esa área, como abusos, práctica de la masturbación, pornografía, prostitución, malicia, desequilibrios, etc.

¡Ven, Señor Jesús, a liberarme y curar todas las penas y tormentos! 

También pido ayuda para superar mis miedos y los momentos tenebrosos que viví y enfrenté (menciona situaciones por las cuales has pasado, como violencia, desprecio, humillación, discriminación, rechazos, injurias, etc.) Señor, libérame de las tristezas del pasado, que hasta hoy me afectan y me asombran. 

Muchas veces tuve miedo o vergüenza de mi historia y me escondí, pero ahora vengo a pedirte, Señor, libérame de los recuerdos dolorosos de la escuela, de todo lo que pasé con mis colegas de clase y profesores, de todo lo que hice a mis vecinos, de las peleas que provoqué, de las confusiones y de la rivalidad, de todos los errores relacionados al alcoholismo, a las drogas, al desacato a las autoridades. 

Libérame, Señor, de mi pasado de mentiras, robos y deshonestidades, de lo que tengo vergüenza hoy. Libérame del peso de haber causado el mal a otros, de haber herido a las personas a mi alrededor y de haber destruido bienes ajenos. 

Recuerdo mis enfermedades ocasionados por descuidos, por falta de vacunas, de prevenciones y medicamentos. Te pido, Señor, restaures mi salud en lo que fuese posible, a pesar de las limitaciones que puedo haberme impuesto a mi mismo, pues no quiero permanecer como un condenado. 

Después de un noviazgo mal vivido o un noviazgo sin base cristiana, viene un matrimonio fundado solo en la búsqueda de placer y de bienestar, en la vanidad, en el orgullo, en las peleas, falta de respeto, agresividad y disputas de poder. Surgen los vicios, las traiciones y las heridas. Todo eso llevó a la destrucción de la afectividad, de la amistad y del respeto. Libera, Señor, nuestra vida de todo eso, pues necesitamos restaurar nuestras relaciones y liberarnos de estos sufrimientos. 

Perdona Señor las veces que abandoné mi fe y las veces que dejé de rezar, ir a la Iglesia, de confesar mis pecados, de comulgar y leer Tu Palabra. Tuve vergüenza de decir que soy cristiano, por eso decía que era ateo: busqué el ocultismo, participé de sus fiestas y, desde entonces, me envolví en esa maldición y me volví prisionero (a) de sus rituales. Lávame, Jesús, y libérame de ese pasado oscuro, pues no sabía que mi sanación estaba en Ti. 

Señor Jesús, Te agradezco por esas gracias que me concediste. ¡Restaura mi vida en el Espíritu Santo, haciéndome crecer en gracia y en santidad! Gracias, Señor. Amén. Aleluia.

p. Vagner Baia
Diversas oraciones de sanación y liberación

miércoles, 29 de agosto de 2018

ORACIÓN DE LIBERACIÓN DEL PAPA CLEMENTE XI

ORACIÓN DE LIBERACIÓN DEL PAPA CLEMENTE XI

Mi Dios, creo en Ti, pero fortalece mi fe; espero en Ti, pero vuelve mas confiada mi esperanza; Te amo, pero enfervoriza mi amor; me arrepiento de haber pecado, pero aumenta mi arrepentimiento.

Te adoro como primer principio, Te deseo como fin último; Te alabo como benefactor perpetuo, Te invoco como benévolo defensor.

Que Tu sabiduría me dirija. Tu justicia me contenga. Tu clemencia me consuele. Tu poder me proteja.

Mi Dios, Te ofrezco mis pensamientos, para que solo piense en Vos; mis acciones, para que sean de Tu agrado; mis sufrimientos, para que sean por Tu amor.

Quiero lo que quieras, porque quieres, como lo quieres y cuándo lo quieras.

Señor, te pido; ilumina mi inteligencia, inflama mi voluntad, purifica mi corazón y santifica mi alma.

Dame llorar los pecados pasados, repeler las tentaciones futuras, corregir las malas inclinaciones y practicar las virtudes de mi estado.

Concédeme, Oh Dios de bondad, ardiente amor por Vos y aversión por mis defectos, celo por el prójimo y desapego del mundo.

Que me esfuerce por obedecer a mis superiores, auxiliar a los que dependan de mi, dedicarme a los amigos y perdonar a los enemigos.

Que venza la sensualidad por la austeridad, la avaricia por la generosidad, la cólera por la mansedumbre y la tibieza por el fervor.

Vuélveme prudente en las decisiones, valiente en los peligros, paciente en las adversidades y humilde en la prosperidad.

Haz, Señor, que esté atento en la oración, sea sobrio en los alimentos, diligente en el trabajo y firme en las resoluciones.

Que procure poseer pureza del corazón y modestia en las costumbres, un proceder ejemplar y una vida recta.

Que me dedique siempre a vencer la naturaleza pecadora, colabore con la gracia, guarde los mandamientos y merezca la salvación.

Que aprenda de Ti cuan pequeño es lo que es de la tierra y cuán grande lo que es divino, breve lo que es de esta vida y duradero lo que es eterno.

Dame el prepararme para la muerte, que tema el día del juicio, huya del infierno y alcance el Paraíso. ¡Amén!

p. Vagner Baia
Diversas oraciones de sanación y liberación

ORACIÓN DE LIBERACIÓN DEL ORGULLO Y LA VANIDAD

ORACIÓN DE LIBERACIÓN DEL ORGULLO Y LA VANIDAD
“Antes de la catástrofe está el orgullo; y antes de la caída, el espíritu altanero”Pr.16,18
Padre Celestial, hoy veo que cuando el orgullo y la vanidad me tocan, me transformo en una persona despreciable a Tus ojos y a los ojos de las otras personas. ¡Cuánto me he distanciado de mi vida y de la de mi familia!

Es una barrera de arrogancia que levanté en torno a mi persona. Reconozco mi presunción de ser mejor que otros y de colocarme por encima de los que me rodean a cualquier precio y sin ninguna compasión. Reconozco que solo di valor a lo que era mío, despreciando lo que viene de otros. ¡Ven, Señor Jesús, en mi auxilio y libérame de ese mal!

Mi vanidad me hizo despreciar hasta a mis padres, hermanos, tíos, primos y abuelos. Siento vergüenza de la pobreza, de la falta de instrucción de aquellos que son sangre de mi sangre. Siento vergüenza de mi nombre y apellido, del lugar en donde he nacido y estudiado, de la calle en que se vivía. Esto es una desgracia, y yo me siento impotente delante de tal situación! 

¡Ven, Señor, libérame del orgullo y de la vanidad!

Padre querido, sé que el orgullo es el padre de todos los pecados, pues fue de el que Lucifer se alimentó cuando quiso ser como Dios. Y así el también alimenta a los hombres, porque el pecado nos incapacita para perdonar. ¡Lávame, Señor, de esa maldición tan terrible, pues necesito de esa gracia!

Padre querido fue por la vanidad del demonio que la muerte entró en este mundo, y ella ha corrompido también mi corazón, llevándome al consumismo desenfrenado, a gastos superfluos e innecesarios, al mal uso de mi dinero y de mis bienes. Me siento incapaz de practicar caridad, de ayudar a las personas más necesitadas de mi familia. He sido llevado a una vida vacía y sin sentido, y desenvolví vicios (nombra tus vicios como tabaquismo, gula, alcoholismo, uso de drogas, etc.) para llenar el vacío de mi alma. Libérame, Señor de esta desgracia de la vanidad, de este mal tan mezquino. Ven a lavarme, Señor, con Tu gracia!

Padre querido, el orgullo y la vanidad ha hecho de mi una persona vengativa, rencorosa y desconfiada! Estoy siempre queriendo más de lo que tengo y, constantemente, encuentro que las personas a mi alrededor están explotándome, robándome, usando mis bienes. Me apego a pequeñeces y me desprendo de otras muchas mas importantes. Me comparo a los otros y nunca estoy satisfecho con nada. Es una búsqueda incesante y nociva. Libérame, Señor, de este mal que tanto atormenta mi alma y mi vida. 

Sé que el orgullo y la vanidad alimentan una guerra dentro de nosotros, crean distanciamiento, humillación y desprecio. El orgullo no nos deja creer que las personas nos aman o que quieren ser nuestros amigos, generando desconfianza y volviéndonos obsesivos. Nos hace querer conquistar todo, -dinero, poder, admiración-, a cualquier precio, no importando los sufrimientos ajenos.

Libéranos, Señor, de todo eso! No puedo continuar dependiente de ese mal. ¡Ven, Señor, en mi auxilio. Gracias, Señor, por liberarme de ese mal tan terrible! Amén.

p. Vagner Baia
Diversas oraciones de sanación y liberación

lunes, 27 de agosto de 2018

ORACIÓN DE LIBERACIÓN DE UNA MALDICIÓN

ORACIÓN DE LIBERACIÓN DE UNA MALDICIÓN

Señor Jesús, creo que Tú eres el hijo de Dios y el único camino hasta Él. Creo que moriste en la cruz por mis pecados y por mi fuiste resucitado de entre los muertos. Creo que las reivindicaciones de Satanás contra mi están canceladas en Tu cruz.

Así, Señor, sometiéndome a Ti me comprometo a servirte y obedecerte, tomo posición contra cualquier fuerza maligna que, de alguna manera, haya venido a mi vida, por mis propios actos o por los de mi familia y mis antepasados, aún inconscientemente.

Renuncio a todas las sombras que existen en mi vida, donde quiera que ellas estén -en mi vida eclesial, en mi vida de oración o en la familiar. Renuncio a cualquier bloqueo afectivo familiar que exista entre mi y mis padres, abuelos, hermanos, primos, tíos, tías y parientes; a todo y cualquier bloqueo de amistad, de estudios y de formación; a bloqueos profesionales y financieras; a bloqueos de prosperidad y de lazos afectivos -sea en el noviazgo o matrimonio; a todo espíritu de destrucción familiar, de separaciones, divorcios, abandono de hogar -sea por adulterio, peleas o celos.

Me niego a someterme a esta malignidad y, en el nombre poderoso de Jesús, el Hijo de Dios, tomo autoridad sobre todas las fuerzas del mal que me atormentan, me desligo de ellas y me libero totalmente de su poder, entregando en este momento cada una de ellas a Tus pies, Señor.

Invoco el Espíritu Santo de Dios y le pido invada mi ser y me otorgue toda libertad y distanciamiento del mal, en todas las áreas de mi vida, como solamente Él puede hacerlo. Que Él ocupe cada espacio vacío con sus dones y carismas y que todos mis pensamientos, mis sentidos, mi voluntad y mis deseos sean llenos por el Amor de Dios.

Todo eso, Señor, te lo pido en Nombre de Jesucristo. ¡Amén!

p. Vagner Baia
Diversas oraciones de sanación y liberación

jueves, 23 de agosto de 2018

ORACIÓN DE LIBERACIÓN DE LAS OPRESIONES MALIGNAS

ORACIÓN DE LIBERACIÓN DE LAS OPRESIONES MALIGNAS

Señor Jesús, hoy te reconozco como mi Salvador, mi Libertador. Tu eres el Hijo de Dios que vino a este mundo, por mi moriste en la cruz y resucitaste para vencer a la muerte. Por eso, sé que la muerte no tiene mas poder sobre mi. Creo que solamente en Ti hay vida en plenitud, y ahora quiero consagrarte todo mi ser, aceptando mi bautismo. Creo que fui bautizado y que mi nombre esta escrito en el libro de la vida como hijo de Dios. Asumo que mis padres me llevaron a la iglesia, juntamente con mis padrinos, para proclamar esta fe. No hay dudas sobre eso en mi corazón.

Por eso, ahora yo te consagro mis ojos, para que pueda percibir todas las cosas como Tú las percibes; Te consagro mis oídos, para que pueda oír solamente Tu Palara, y no otras voces; Te consagro mi boca, para que pueda proclamar Tus verdades y nada más; Te consagro mis pensamientos, voluntad, y deseos, para que ellos sean revestidos de Tu sabiduría; Te consagro mi estómago, mis brazos, mis piernas, mi sexualidad, y te pido, Señor, que me laves, me liberes con Tu Sangre redentora y quemes en mi toda y cualquier contaminación.

Delante de esta consagración estoy listo para renunciar a toda contaminación que me acontece, pues no conociendo bien Tu Palabra, fui ignorante en mi caminar. Acabé envuelto en tinieblas, y el enemigo aprovechó de eso para contaminarme con su dardo maligno. Pero descubrí mis errores y los malos caminos que recorrí.

Quiero ahora renunciar por Tu Sangre redentora a todo y cualquier participación con las fuerzas malignas, principalmente con el ocultismo, con el Diablo y sus ángeles, que usan a las personas y las esclavizan. Renuncio a todo y cualquier envolvimiento con las bendiciones, con cualquier tipo de bendición de quebrantamiento, mal de ojo, viento cambiado; a toda aventura con gurúes, padres santos, macumbeiros; a todo y cualquier pase espiritista, sean ellos del kardecianismo, umbanda, candomblé, vudú; a todo lo que fue hecho de amarras, fetiches, demandas espiritistas, magia negra; a toda ofrenda hecha en selvas, encrucijada de caminos, cementerios, en las aguas, en los desiertos, dentro de la casa; a todo lo que fue usado de dinero, ropas, fotografías, nombres; a todos los alimentos, bebidas, medicamentos, aguas, baños de limpieza o descargue; a todo maldición deseada o proclamada, fetiche, magia negra; a todos los sufrimientos que deseé a mis hermanos: Renuncio a todo eso por la Sangre de Jesús.

Señor, en mi inocencia acabé participando de fiestas en que estaban presentes el ocultismo, Lemanjá, Día de brujas; en esos días comí, bebí, y dejé que me tocasen. Frecuentando la mesa blanca y los terrenos, permití que me tocasen en mi cabeza, en mis espaldas, en mis brazos, piernas, ojos. Me dejé envolver por extraños humos. Pero ahora yo no acepto más nada de eso y renuncio a todo, por la sangre redentora de Jesús, pidiendo a El que me lave y me libere de esos males.

Renuncio a toda y cualquier falsa enfermedad, dolores inexplicables en mi cuerpo, dolencias mentales, psicológicas, psicosomáticas, depresión, espíritu de soledad; todo y cualquier espíritu de obsesión, opresión, contaminación y posesión; no acepto más el toque de ninguna entidad espiritista, o cualquier espíritu maligno; todo rechazo, tanto en mi como en las personas que me rodean, incluyendo mis recuerdos y mi pasado de acusaciones, vengan de quien vengan. Más que nunca quiero perdonar a quien me ofendió y me causó prejuicios, daños físicos o morales. Lávame, Jesús, de esos males con Tu Sangre redentora.

Quiero perdonar, en nombre de Jesús, a quien me llevó al ocultismo; quiero perdonar madres, padres de santos, macumberos, bendecidores, tarotistas, sortistas, cartomantes, astrólogos, clarividentes, necromantes, quiromantes, clariaudentes, videntes y todas las personas que están envueltas en el error, en la ignorancia de la fe.

También te pido perdón, Señor, por haber llevado personas a esos lugares, por haberlas envuelto en esas situaciones. Estoy aprendiendo al haber cometido tales males. 

Lávame, Jesús, con Tu poder; quiero alabarte y bendecirte por la vida nueva que estoy recibiendo de Ti. Pido que Tu Espíritu Santo sea derramado sobre mi y esté conmigo hasta el último día de mi vida sobre la faz de la Tierra. Amén.

p. Vagner Baia
Diversas oraciones sobre sanación y liberación

miércoles, 22 de agosto de 2018

ORACIÓN DE LIBERACIÓN DE LA VIDA FINANCIERA

ORACIÓN DE LIBERACIÓN DE LA VIDA FINANCIERA
“Nadie puede servir a dos señores, porque aborrecerá a uno y amará al otro, o bien, se interesará por el primero y menospreciará al segundo. No se puede servir a Dios y al Dinero.
Por eso les digo: No se inquieten por su vida, pensando qué van a comer, ni por su cuerpo, pensando con qué se van a vestir. ¿No vale acaso más la vida que la comida y el cuerpo más que el vestido? Miren los pájaros del cielo: ellos no siembran ni cosechan, ni acumulan en graneros, y sin embargo, el Padre que está en el cielo los alimenta. ¿No valen ustedes acaso más que ellos? ¿Quién de ustedes, por mucho que se inquiete, puede añadir un solo instante al tiempo de su vida? ¿Y por qué se inquietan por el vestido? Miren los lirios del campo, cómo van creciendo sin fatigarse ni tejer. Yo les aseguro que ni Salomón, en el esplendor de su gloria, se vistió como uno de ellos. Si Dios viste así la hierba de los campos, que hoy existe y mañana será echada al fuego, ¡cuánto más hará por ustedes, hombres de poca fe!
No se inquieten entonces, diciendo: «¿Qué comeremos, qué beberemos, o con qué nos vestiremos?». Son los paganos los que van detrás de estas cosas. El Padre que está en el cielo sabe bien que ustedes las necesitan. Busquen primero el Reino y su justicia, y todo lo demás se les dará por añadidura.”

Mateo 6, 24-33
Padre Celestial, has bendecido a nuestros patriarcas Abraham, Isaac y Jacob. Ellos fueron fieles a Tus promesas y caminaron delante de Ti con sus familias; enseñaron a sus hijos a obedecerte y, por eso, Tú, Señor, les obsequiaste bendiciones y prosperidad. Ellos estaban siempre delante de Tu gracia, y Tú, Señor prometiste bendiciones a su descendencia. 














Hoy vengo a colocarme delante de Ti para que mis familiares y yo podamos vivir igualmente la gracia y la bendición que diste a los descendientes de Tus patriarcas. Queremos ser fieles como ellos lo fueron y pedir que la gracia de Tu providencia nunca falte a los que Te aman.

Vengo a pedirte perdón por no haberte sido fiel y obediente como Abraham, Isaac y Jacob, pero creo que, de hoy en adelante, podré vivir en esa fidelidad, en esa alianza de amor que firmaste para siempre.

Quiero renunciar a todo lo que apartó Tu Bendición de nuestra vida financiera, de nuestra prosperidad, pues he percibido muchas dificultades en mantener mi vida, mis negocios y cuidar de mis familiares de una manera digna. Pido que Tu providencia esté siempre en mi casa. Quiero renunciar, en Nombre de Jesús, y por Tu Sangre Redentora a toda y cualquier maldición que llegó hasta mi como herencia de mis antepasados. Así como ellos, puede haber cometido muchos pecados contra Ti, y el enemigo, sabiendo de eso, ha dificultado mi vida financiera.

Libérame, Señor, de todas las palabras de maldición lanzadas contra mi y mi familia, provenientes de mis abuelos, de mis padres y mis hermanos. Dijeron que en mi vida nunca tendría éxito, que mis negocios y mi trabajo no prosperarían y que siempre pasaría necesidades y dificultades financieras. Libéranos de esas maldiciones, de esas palabras lanzadas contra mi y mi familia. Estoy no solo perdonando a quien hizo eso, sino rogando que esas miserias no tengan más poder sobre mi y mis familiares.

También sé, Señor, que todo robo, deshonestidad, toda compra de cosas ilícitas, la avaricia, el deseo de querer tomar posesión de bienes físicos para mostrarme mejor que los otros, todo tipo de adulterio, prostitución, libertinaje, todo incumplimiento, la emisión de cheques sin fondo, las malas intenciones y el deseo de sacar ventajas en algunas ocasiones, todo el dinero venido de situaciones deshonestas, todo eso nos maldice y no nos deja prosperar. Estoy renunciando a todas esas situaciones de las cuales participe!

Perdóname, Señor, y lávame de todo este mal. Que eso no atraiga más bloqueos a mi vida y a vida de mis familiares. Lávame, Señor Jesús, con Tu sangre redentora de toda y cualquier maldición que haya participado personalmente o alguno de mis familiares.

Líbrame de los rituales de ocultismo, de las macumbas, de los fetiches, de las amarras, de los baños de descarga, de toda y cualquier consagración hecha en mi casa, en mi lugar de trabajo, en mis propiedades, así como de bendiciones rituales con pólvora, aguas energizadas, amuletos y cualquier otro objeto. 

Estoy renunciando, en nombre de Jesús y por Su sangre redentora, a todas esas maldiciones y pidiendo perdón para que todos nosotros seamos libres y tengamos una vida financiera próspera.

Señor, también pido perdón si maldije o desee el mal a alguien.

En este instante, estoy quebrando, en nombre de Jesús, todo el mal lanzado por mi boca. Quiero que las personas que me perjudicaron, me robaron y blasfemaron contra mi, -sea un pariente próximo, vecino, competidor, colega de trabajo o jefe- prosperen como yo. Que ellos sean por Ti bendecidos y llenos de prosperidad. ¡Ven, Señor, pues aguardo Tu perdón!

También quiero pedirte perdón, Señor, por tantas veces en que pensé que Tú no gustabas de mi y que mi casa no era bendecida por Ti. Por eso, muchas veces hablé que mi dinero era una porquería, que mi salario era una miseria, que no gustaba de mi trabajo y de mis jefes y maldije la empresa en que trabajaba. Perdóname por las veces que hablé mal de mi casa, diciendo que no me gustaba para nada lo que me pertenecía.

Perdóname cuando dije que no gustaba de la calle donde vivo, de mis vecinos, de todos los bienes que Tú, Señor, me has dado como (menciona tus bienes como por ejemplo -autos, motos, bicicletas, electrodomésticos, hasta el transporte público que utilizas en tu ciudad). Yo me quedaba reclamando, murmurando, mirando a los otros con envidia, hasta criticándolos cuando los veía prosperar.

Libérame, Señor, de esas maldiciones, y que el demonio no tenga más poder sobre mi y sobre mis familiares.

Clamo a Ti para que consagres todos mis bienes y los de mi familia: trabajos, salarios negocios, casas, objetos y utensillos, jefes, subordinados, calles, vecinos, colegas de trabajo y todo lo que utilizamos para vivir.

Ven, Señor, a santificar y bendecir todo eso para que el enemigo no tenga más poder y no pueda causar mal y atrapar nuestra vida financiera. Ahora todo lo que tenemos Te pertenece, Señor, y somos apenas administradores de esos bienes.

Quiero pedirte, Señor, la liberación y sanación que necesito en mi vida, principalmente para mi formación, mis estudios y los estudios de mis familiares. Ilumíname, Señor, para que supere las dificultades que por ventura surjan en mi vida profesional y los bloqueos de mis deseos y mi voluntad. 

Ayúdame a enfrentar el miedo que me atormenta. 

¡Anímame a presentarme en concursos, a enfrentar nuevos desafíos con más confianza, a intentar otras profesiones honestas, a procurar nuevos empleos, a mudar mi comportamiento para ser más activo!

Ven a liberarme, Señor, con tu sangre redentora, lavando mi inteligencia, sabiduría y capacidad intelectual de todo trauma que pueda haber sufrido, principalmente de todo trauma que pueda haber sufrido, principalmente en los momentos de presión y ansiedad. Ayúdame a enfrentar el miedo de hablar en público, de exponer mis ideas, mis conocimientos.

Libérame, Señor, de toda agresividad, inseguridad o timidez. Ven, Señor, con Tu Espíritu Santo a darme sabiduría para explorar lo que hay de nuevo en mi vida. A partir de ahora, no me quedaré más mirando el pasado, y sí a esta vida nueva que me concedes, en la que los bloqueos afectaban mi vida financiera ya no existen más.

Alabado sea el Señor por siempre. Amén. Amén. Aleluia.
Señor, te Bendigo, por eso quiero rezar la oración de la Providencia:
Providencia Santísima del Eterno, Omnipotente y Misericordiosísimo Dios, que todo tienes providenciado y providenciarás para nuestro bien, providencia en todas nuestras necesidades. Así creo, así espero. Sea siempre hecha Tu voluntad Santísima. Amén!
p. Vagner Baia
Diversas oraciones de sanación y liberación

lunes, 20 de agosto de 2018

ORACIÓN DE LIBERACIÓN DE HERENCIA DE MALDICIONES

ORACIÓN DE LIBERACIÓN DE HERENCIA DE MALDICIONES
“No te postrarás ante ellas ni les rendirás culto, porque yo soy el Señor, tu Dios, un Dios celoso, que castigo la maldad de los padres en los hijos, hasta la tercera y cuarta generación, si ellos me aborrecen: Y tengo misericordia a lo largo de mil generaciones, si me aman y cumplen mis mandamientos.”Dt 5, 9-10
Señor, esa herencia de maldiciones puede haber sido causada por diversos pecados o iniquidades de nuestros familiares y ella entró en nuestra vida astutamente, sin que lo percibamos.

Sabemos que esas iniquidades llegaron hasta nosotros por causa de la dureza de nuestro corazón y de diversas situaciones provocadas por malos sentimientos Acabamos volviéndonos enemigos de Dios y amigos del mal. Comenzamos a convivir con pecados, desviaciones y todo tipo de sacrilegios. Arrastramos sobre nosotros la enemistad con Dios y abrimos nuestras puertas al maligno.

Señor, hoy tomo consciencia de esta malignidad, y quiero renunciar a ella, sacarla de mi vida y de la vida de mi familia.

¡¿Cuántas situaciones de enemistad creamos contra Dios y contra nuestros familiares?! Enemistad entre hermanos, padres, tíos, primos, abuelos y parientes próximos por causa de diversas situaciones que envuelven dinero, así como división de herencias, gastos y deudas. Los envueltos acaban maldiciéndose unos a otros, hasta desearse incluso la muerte.

Señor, quiero renunciar a todos eso que viene de generaciones pasadas y de mi generación. Que la Sangre redentora de Jesús me lave y me libre.

Con el adulterio, hijos fuera del matrimonio fueron engendrados, dolencias fueron contraídas, venganzas fueron planeadas y todo eso continúa repitiéndose en nuestra casa.

Por causa de la sexualidad mal orientada, depravada, se practicó abuso sexual entre hermanos, tíos, primos, padres contra hijas e hijos. Se dio inicio a la pedofilia en nuestra casa, y esa maldición persiste hasta hoy en muchos lugares, pues cada cual quiere cobrarse en la otra persona el mal sufrido.

Hoy, las víctimas del pasado hacen que sus hijas enfrenten el mismo problema; algunas jamás lo superan, cultivan relaciones problemáticas, una sexualidad degradada, quedan embarazadas antes el casamiento.

Renuncio, por la Sangre de Jesús, a todas esas maldiciones de herencias. Por favor, libérame, Señor Jesús, y que esa situación nunca mas se repita en nuestra familia.

Por causa de necesidades, de miseria o de ambición, crímenes, robos y fraudes fueron practicados y esa práctica abominable se volvió una fuente de destrucción y miseria en nuestra casa; un hermano contra el otro, hijos contra sus padres, vecinos contra vecinos, crímenes practicados en casa de familiares, en negocios, en locales de trabajo.

Esa es una maldición terrible que cierra toda la gracia de Dios en nuestro hogar. Ven, Sangre redentora de Jesús, a liberarnos, pues necesitamos volvernos libres para poder asumir nuestra filiación y ser un pueblo sin herencias malignas.

Estamos prisioneros por los dolores que fueron alimentados en nosotros. Sufrimos con los males adquiridos por medio de la genética y por el vicio, con dolores sexualmente transmitidos (DST), con enfermedades que surgen en el transcurso del matrimonio entre familiares.

¡Ven, Señor, con Tu Sangre a lavar nuestra familia y purificarla! En Ti, nuestro Redentor, nos vamos a librar de todos los males que nos persiguen y que nos causan dolores y daños.

Por causa del vicio del tabaquismo, alimentamos en nosotros diversos tipos de cáncer. No nos preocupamos, perjudicamos nuestro cuerpo y deformamos nuestra genética, permitiendo que eso llegue también a nuestros hijos. Hay madres que fuman durante el embarazo, beben, usan marihuana, crack, y otros tipos de drogas. ¡Cuántos niños fueron generados en el alcoholismo o fueron fruto de largo consumo de drogas?! Eso es resultado de la herencia de maldiciones impregnadas en nosotros y que transmitimos a nuestros hijos.

Ven, Sangre de Jesús, libéranos de los dolores, vicios y malos comportamientos que fueron causados por nuestra negligencia y se esparcen a todos nuestros familiares. Muchos son víctimas, no tienen culpa alguna. Ven, Señor, a liberarnos, curarnos de esos males. Necesitamos de Tu gracia.

Peleas, ofensas, traiciones y conflictos surgen, frecuentemente, entre muchos matrimonios. Algunos son generados por el machismo, por la agresividad, por la violencia, por ofensas que parten de ambos lados, por mentiras… Todo eso originó separaciones, abandono de hogares y muchas rebeliones en los hijos. Muchos de los que vieron eso acontecer entre sus padres acaban haciendo las mismas cosas en sus propios matrimonios dando continuidad a la maldición de la separación.

Muchos matrimonios no se casan por Iglesia y viven maritalmente, y engendran hijos, nietos y bisnietos. Y estos, a ejemplo de sus padres, también constituyen familias de esa forma. Muchos de estos hijos no fueron bautizados, no conocieron a Dios, Sus palabras y Sus enseñanzas. Muchos hombres y mujeres se casaron por Iglesia sólo para dar satisfacción a los familiares, pero nunca más volvieron. Después, tampoco llevaron a sus hijos, que hoy viven en un paganismo total. Es verdad, Señor, que muchas de esas cosas hoy se repiten en nosotros, por eso queremos quebrar esas maldiciones que marcan nuestro hogar y nuestra familia. Libéranos con Tu sangre redentora para que eso no acontezca más. Que esas maldiciones, en Nombre de Jesús, sean interrumpidas, y que toda nuestra familia sea consagrada a Ti.

En diversas situaciones de la vida, las personas abandonan a Dios, la Iglesia, la Palabra del Señor. Algunos no leen la Biblia porque tienen dificultades, otros no van a la Iglesia por la distancia, otros no lo hacen por prejuicio, por desánimo, o porque estaban envueltos en los más variados sufrimientos cotidianos. Dejaron de hacer sus oraciones y se encaminaron por el mundo del paganismo, del ocultismo y de tantas otras sectas; por cuenta de eso, vieron su fe sacudida y encuentran que viven para pagar sufrimientos de otras vidas. Están envueltos en esa malignidad por desconocer la redención ofrecida por Jesús en Su cruz.

Existen personas que van a la Iglesia solamente los Viernes Santo, en la Semana Santa, los Miércoles de Cenizas, por algún bautismo, casamiento o misas por algún pariente o amigo difunto. Permanecen el resto del año como paganos, y así vive también toda su familia.

Esas personas creen que, sin tienen algún problema, es por causa de la envidia o mal de ojo, o un “trabajo”. Pensar de esa forma es una terrible maldición.

Ven, Sangre de Jesús, lava y santifica cada área de nuestra vida que fue tocada por esa situación. Que esa maldición caiga por tierra en nombre de Jesús. Queremos tener una vida nueva y ser un pueblo bendecido, una familia de Dios.

El Señor nos quiere libres de esas maldiciones, libres para que vivamos en plenitud. El quiere que las próximas generaciones de nuestra familia sean compuestas de personas bendecidas y que Lo aman. Necesitamos velar para que nuestra herencia sea de bendiciones.

Señor, Te agradecemos por todas las gracias que nos concediste hoy, por derrumbar esa herencia de maldición. Sabemos que, de ahora en adelante, podemos constituir un nuevo pueblo de Dios, lavado y santificado en la sangre de Jesús. 

Somos aquellos que Te aman y obedecen Tus mandamientos. Así queremos vivir para siempre. Amén.

p. Vagner Baia
Diversas oraciones de sanación y liberación

jueves, 16 de agosto de 2018

ORACIÓN DE LIBERACIÓN DE LA GULA

ORACIÓN DE LIBERACIÓN DE LA GULA

“Pues el Reino de Dios no es comida ni bebida,
sino justicia, paz y alegría en el Espíritu Santo”
Rom 14,17


Padre de Misericordia, ¡cuán necesario y saludable es alimentarnos! Cuántos alimentos, Señor, hiciste producir a la tierra y cuán valiosos son ellos en nuestra vida. ¡Qué sabrosos!

Quiero alabarte y agradecerte por los diversos alimentos que tenemos, así como por el sabor, por la variedad y utilidad de cada uno de ellos. ¡Qué importantes son para mantenernos saludables!

Pero algunas veces en nuestra fragilidad y en nuestro desequilibrio, nosotros nos transformamos en un arma que atenta contra nuestra salud. Los usamos de forma errada, de modo exagerado y compulsivo. Practicamos la ingestión excesiva y nos volvemos dependientes, lo que lastima nuestra vida, causa dolencias y perjudica la sustentabilidad de la naturaleza. 

Señor, descubrimos que eso es una fragilidad causada por nuestra gula, y que con el pasar del tiempo se volvió una dolencia grave. La gula no es apenas una necesidad de comer, es un desequilibrio, así como el alcoholismo y otros vicios, como el tabaquismo y el consumo de drogas.

Hoy tomo consciencia de todo eso y te pido sean lavados y santificados mis deseos, mi voluntad, y mi paladar. Ven, Sangre de Jesús, a purificar todo ese desequilibrio en mi vida.

Muchas veces, Señor, nosotros queremos saber la causa de todos eso, para ser curados y liberados. Por eso, ven, Señor, con Tu Espíritu Santo, a todas las áreas de mi vida. Ayúdame a controlar mis pensamientos, todo lo que causa dependencias y que tal vez me ha acompañado desde el vientre materno. Tal vez la gula sea herencia de mi familia, lo que significaría que esta compulsión alimentaria esté desde décadas conmigo, presente en el deseo exagerado de carnes, dulces, licores y bebidas y en la compra excesiva de alimentos para casa. Señor, que las madres perciban que el exceso de alimento puede perjudicar a sus hijos.

Libérame, Jesús, de ese mal y de esa terrible dependencia que me esclaviza. Ven, Jesús, y toca mi cerebro y mi paladar, que regulan esas necesidades. Lávame con Tu Sangre y dame la gracia de reeducarme en la alimentación.

Cuántas veces, Señor, me alimente sin voluntad, y sin necesidad, solamente por el placer de comer y consumí alimentos prohibidos por los médicos, dulces, grasas, bebidas alcohólicas o sal, colocando mi vida en riesgo. Ese hábito generó dolencias graves en mi, y hoy pago un alto precio por eso. Ven, Señor Jesús, con Tu Sangre a darme equilibrio en mi alimentación, en mi paladar.

Purifícame de todo desequilibrio, cúrame de la gula implacable que está en mi. Libérame para que pueda volver a vivir con alegría y sin ninguna dependencia.

Necesito, más que nunca, de una vida saludable y edificante, pues Tú Señor nos pusiste en este mundo para vivir con alegría y ser felices.

Gracias, Señor por atender mis oraciones y súplicas. Creo que, a partir de ahora, seré una nueva persona. ¡Amén!

p. Vagner Baia
Diversas oraciones de sanación y liberación.

martes, 14 de agosto de 2018

ORACIÓN DE LIBERACIÓN DEL ALCOHOLISMO

ORACIÓN DE LIBERACIÓN DEL ALCOHOLISMO

Padre querido, hoy me coloco en Tus manos. Como me gustaría nacer de nuevo, volver al vientre de mi madre y ser una nueva criatura, libre de este mal que me atormenta todo el tiempo.

Quiero pedirte perdón, con súplicas y lágrimas por todo lo que he hecho a causa del alcoholismo, este vicio maldito que entró en mi vida de una forma tan simple y tan astuta que solo percibí cuando todo ya había sido arruinado.

¡Cuán inútil me he sentido en esta situación!

Existen días en que me gustaría tener Tu fuerza, Jesús, para librarme de esta esclavitud terrible que me atormenta día y noche.

Aún cuando estoy durmiendo el vicio no me da respiro; es como si mi vida tuviese un único sentido: beber.

Padre querido, sé que esta dependencia puede haber venido de mis antepasados, por medio de la sangre y de maldiciones, y yo acabé alimentando esta desgracia. El vicio por el alcohol entró en mi vida y desencadenó una fuerza maligna destructora, que se asemeja a una hierba dañina alojada en buenas plantaciones.

Sé que solo, y aún con ayuda de mis familiares, con los consejos de mis amigos y de muchas personas que gustan de mi, no soy capaz de vencer este mal, por eso necesito de Ti.

Quiero hoy experimentar el “nacer de nuevo”, como Tu le dijiste a Nicodemo: “Es necesario nacer de lo alto” (cfr Juan 3,7)

¡Es necesario nacer de nuevo por el agua y por el Espíritu Santo!

Ven, agua redentora de Jesús, que brotaste de Su pecho en la cruz, embriágame, lavándome por entero, desde mis neuronas afectadas por el alcohol, hasta todas las causas de la dependencia, sean ellas genéricas o de mi metabolismo, de mi paladar, de mi olfato, de mi visión.

¡Ven fuego del Espíritu Santo, quema en mi ese vicio y haz la terapia necesaria en mi sangre contaminada por el alcohol!

Ven, sangre redentora de Jesús, líbrame de todo vicio que me contamina.

Libérame, Jesús, de esta dependencia, y que ella no tenga más poder sobre mi. Que ningún maligno espíritu pueda usar mis deseos y mi voluntad para estimularme y beber de nuevo.

Quiero también, en nombre de Jesús, perdonar a cada persona que me estimuló a beber, que me llevó al vicio; los que me pagaron bebidas y los que me dieron bebidas en fiestas cuando yo era pequeño (aún cuando ellos no tuviesen consciencia de ese mal)

Quiero perdonar por haber aceptado compasivamente la bebida, sea por causa de mi timidez, de mis rechazos o inferioridades, mis miedos, mis flaquezas. 

Ven Jesús, con tu Sangre redentora, a purificarme en cada una de esas áreas de mi vida, pues necesito mas que nunca quedar libre de este mal, de esta dolencia tan angustiante.

Jesús, así como Tu fuiste libre y no te dejaste esclavizar por nada en este mundo, dame Tu gracia, dame esa Tu fuerza que fue capaz de resistir diversas tentaciones tan estimulantes a nuestros ojos.

Ilumina Jesús mi inconsciente y consciente, para verme libre de esta necesidad y de los estímulos que me impulsan al vicio.

¡Necesito, Jesús, ser libre en cada área de mi vida! No puede continuar dependiendo de este vicio tan maldito que está destruyendo toda mi capacidad física, intelectual, emocional y espiritual.

Ven, Jesús, con Tu poder a liberarme. Te permito que cures toda mi vida.

Señor, quiero pedirte perdón por las veces que, dominado por el alcohol, fui motivo de escándalo para mi familia; por las veces que caí en tierra y quedé tirado en las calles, en los bares, en las fiestas, como si fuese un resto humano desfigurado. Cuántas veces caí en mi propio vómito, sucio, deslucido.

Perdona, Señor, por las veces que discutí, que fui causa de violencia doméstica o perturbé a otras personas con palabras ofensivas.

Perdí mis empleos y las únicas personas que valoraba fueron aquellas que bebían conmigo. ¡Perdóname, Señor, por lo que hice con mi cuerpo, templo de Dios!

Señor, clamo Tu perdón por todo lo que tiré fuera (dinero, bienes, empleo, amistades, cariño de familiares). He causado problemas y sufrimiento, pero no quiero que nada de eso vaya hacia mis descendientes.

Señor, mírame con misericordia. Muchas veces me pidieron que me internase en una clínica de recuperación, que haga un tratamiento, y lo rechacé. Yo rechacé la ayuda. Discutí y ofendí a personas que querían ayudarme. Disculpa, pero no tuve coraje para luchar contra el vicio.

¡Ven, Señor, con Tu poder a darme coraje y animarme para recuperar ese tiempo perdido en el vicio!

Ten compasión de mi, Señor, porque me sentí incapaz de vivir en plenitud mi vida afectiva, mi vida sexual, mis relaciones laborales, mi vida de oración, de dedicación a la Iglesia. ¡Llegué a desear morir bebiendo! Libérame de esos pensamientos y sentimientos que atormentan mi interior.

Reconozco Señor que por medio de esta oración, Tú me acoges en Tu amor restaurador y me hacer renacer por la fuerza del Espíritu Santo. Si es necesario acepto ser internado en una clínica o frecuentar un grupo de ayuda como AA (Alcohólicos Anónimos) o un grupo de oración.

Voy a esforzarme, por eso clamo Tu poder, Tu fortaleza para que no me desanime.
Ya te agradezco por toda esa sanación que haces en mi y por mi, lavando, purificando todo el mal que el alcoholismo proporciona.

¡Alabado sea Tu Nombre y Tu poder en mi vida!
A partir de este instante, mi vida te pertenece, y quiero ser un hombre, una mujer, nuevo(a).
Amén.

p. Vagner Baia
Diversas oraciones de sanación y liberación

domingo, 12 de agosto de 2018

ORACIÓN DE LIBERACIÓN DE UN VICIO FAMILIAR

ORACIÓN DE LIBERACIÓN DE UN VICIO FAMILIAR
Cuando estamos luchando contra el vicio, sea nuestro, de un(a) hijo (a) o de otra persona de la familia debemos extender nuestra mano y clamar al Cielo y a nuestro Dios por ayuda y misericordia.
Tenemos que confiar al Señor nuestra oración, pues El nos dice: “El tendió su mano desde lo alto y me tomó, me sacó de las aguas caudalosas; me libró de mi enemigo poderoso, de adversarios más fuertes que yo.” Salmo 18, 17-18
Mi Dios amado, cuánta tribulación hay en nuestra familia, cuántos dolores y sufrimientos nos han tocado por causa del vicio.

No sabemos más qué hacer, ya intentamos de todo, conversamos, pedimos perdón uno al otro, fuimos a clínicas de internación y allí intentamos de todas las formas liberarnos de ese maldito vicio. Es como si él estuviese enraizado en el alma, en el inconsciente, impregnado en la sangre, y se volviese cada vez mas acentuada la dependencia.

Sabemos que más allá de recurrir a la medicina, a los psicólogos y a otros tratamientos paralelos, necesitamos implorarte que nos des sabiduría y fuerza para vencer ese mal tan terrible y tan destructivo.

Señor Jesús, sabemos de Tu gracia y que Tu sangre tiene poder curativo, por eso, si pudiésemos, haríamos de buen grado una transfusión de sangre: cambiaríamos está, nuestra sangre contaminada por el vicio, por un poco de Tu sangre preciosa, pues ella nos curaría y limpiaría de toda la maldición y dependencia que existe en nosotros.

Por favor, haz eso por (menciona el nombre del dependiente).

Ven, Espíritu Santo, haz un tratamiento en la sangre contaminada por el vicio de (menciona el nombre del dependiente)

¡Blanquéanos con Tu fuego purificador y danos la gracia de la liberación!

Señor, no sabemos como este vicio entró en nuestra vida, si fue por herencia o generado por alguna rebelión, rechazo, maldición, por malas compañías, por falsos amigos, por fragilidades, por querer ser parte de un grupo, por querer imitar lo que otros hacían. Sea cual fuese el motivo, ven, Señor, lava este vicio con Tu sangre redentora.

Te imploramos, Cristo Jesús, precisamos de Tu ayuda. No tenemos a quien recurrir, solo en Ti encontramos fuerza y esperanza. Cuantas noches pasamos despiertos sin saber donde él(ella) se encontraba. 

El(Ella) ha usa mal el dinero que recibe y, otras veces, roba para alimentar el vicio; ha sido violentado(a) por traficantes, por amigos de bares y por las compañías; ya no tiene más fuerzas para rezar y obedecer a su propia voluntad.

Señor, ten misericordia de este(a) infeliz tan dependiente.

Padre, libéralo(a) por la gloria de Tu voluntad, para que este(a) dependiente quiera solo lo que Tú, Señor, quieres. Ven, Espíritu Santo, con Tu infinito amor, sobre esta persona que tanto sufre de este mal, llena el vacío de su alma y el lugar que este vicio maldito ocupa en su cuerpo. Permanece donde tal vez haya faltado cariño de padre y de madre, en las ocasiones en que el(ella) se sintió abandonado(a) sin fuerzas y necesitado(a) de afecto.

Tú Señor eres la libertad, la seguridad absoluta para cualquier problema. Por eso, Te pido: ven, Señor, en auxilio de Tu hijo tan dependiente y que hoy necesita de esta gracia. Estamos en oración y clamando a todo el Cielo.

Pedimos también que los ángeles de Dios le acompañen para que el (ella) se aparte de malas compañías y de falsos amigos.

Necesitamos de Ti, Señor, y de Tu poder en este gran combate contra el mal en nuestra familia.
Dios nos ayude y bendiga. ¡Amén!

p. Vagner Baia

viernes, 10 de agosto de 2018

ORACIÓN DE LIBERACIÓN DE LAS REBELIONES INTERIORES E INSEGURIDADES

ORACIÓN DE LIBERACIÓN DE LAS REBELIONES INTERIORES E INSEGURIDADES

Dios de Misericordia, ten compasión de mi porque me siento pobre e infeliz una gran parte de mis días.

Cuantas veces me sentí abandonado(a) por Ti y por muchas otras personas: mis familiares, mis amigos y colegas de trabajo. Algunas veces parece que desde pequeño vivo así, y eso creó dentro de mi una rebelión, que tal vez sea una válvula de escape de mis fracasos y de mi condenación. En realidad me siento un(a) derrotado(a) y necesito de Tu gracia para liberarme del mal que me consume.

Quiero liberarme de esas culpas interiores, de esas rebeldías, porque ellas me llevan a estar siempre reclamándome a mi mismo(a), a otras personas y a Ti, mi Dios.

Es trise vivir así, pues, en el transcurso de esas situaciones, las personas de apartan de mi, porque me ven como una persona amarga y triste.

Este comportamiento no me deja producir bien en mi trabajo; algunas veces encuentro que nada de lo que hago tendrá buen resultado; en otras, acabo haciendo las cosas de manera errada, por inseguridad, generando en mis jefes la percepción de que no soy capaz de realizar las tareas destinadas a mi.

A causa de eso, soy demitido(a) de empleos, y eso está volviéndose un círculo vicioso. Preciso liberarme de este mal interior! Por eso te suplico, cúrame, Señor, y lávame con Tu Sangre!

Siento mucha soledad en mi vida, y de ella me he alimentado. Aún estando entre muchas personas me siento solo(a), abandonado(a) y angustiado(a). En las fiestas de mi familia, me quedo observando de lejos lo que sucede y me resguardo, sin interactuar. Libérame de esas situaciones, pues necesito de una nueva vida en Tu amor, y sé que Tú tienes esta gracia para darme.

Existen días en que despierto triste, no gusto de mi nombre, del nombre de mi familia, de mi aspecto físico. Me miro en el espejo y siempre veo una persona sin gracia y sin atractivos. No veo alegrías en mi. Lávame, Señor, de esas miserias, preciso más que nunca de esta gracia para vivir.

Frecuentemente, me siento aprehensivo(a), inseguro(a) cuando las personas me miran, ya me siento inferior como si ellas lo hiciesen solo para señalarme defectos.

Cuando alguien me elogia, no creo y coloco palabras en su boca, pensando que estan despreciándome, que el elogio es una broma, que yo ya sé quien soy, una persona fea, sin cualidades, acabo creando malestar con las personas que me aman y me elogian.

Cúrame, Señor, de este malestar en mi vida, de mi inferioridad y de mis rebeldías.

Cuando ando por la calle y alguien que conozco pasa y no me saluda, o no me mira, quedo con rabia y acabo rumiando todo el resentimiento. Pero, aún cuando me miren y me elogien, me siento mal comprendido(a). Soy consciente de que estoy caminando hacia el abismo de mis tristezas y rebeliones interiores, por eso preciso, Señor, de Tu sanación y liberación de este malestar, que tanto me aflige.

Señor, sé que no sirve de nada hablar con las personas sobre mi situación, pues la mayoría no entendería. Sé también que ellas no tienen culpa alguna, pues fui yo quien alimentó ese malestar, esas rebeliones, esos juicios, en vez de alimentar el amor y el perdón.

Dame hoy, Señor, la gracia de perdonarme y perdonar a quien me ayudó a alimentar ese mal. Entrego todo en tus manos, para que yo pueda volver a las amistades, a restablecer los vínculos destruidos, a revigorizar mi vida.

Necesito estar lleno de Tú Espíritu Santo, de Tus dones, para que cada día pueda manifestarlos en las personas que a mi se aproximan.

Ven, Espíritu Santo de Dios, llena el vacío de mi alma en el que habitaba la rebelión; coloca la compasión donde había tristeza, Tu alegría donde estaba mi inferioridad, Tu fortaleza donde estaba mi inseguridad.

Gracias, Señor por hacerme renacer en Tu Espíritu Santo, por ayudarme a ser una nueva persona llena de Tu Gracia y confianza y por permitirme manifestar Tu paz en este mundo, a cada uno de los que conozco.

Gracias, Señor, por escogerme en Tu misericordia. ¡Amén!

p. Vagner Baia
libro: Diversas oraciones de sanación y liberación

jueves, 9 de agosto de 2018

ORACIÓN DE LIBERACIÓN DE LA LUJURIA

ORACIÓN DE LIBERACIÓN DE LA LUJURIA

Padre de infinita bondad, quiero alabarte por la sexualidad que nos hace partícipes de la creación cuando nos volvemos fecundos en el “crecer y multiplicarnos”.
¡Qué maravillosa ella es!

¡Qué lindo, Señor! ¡Tu nos creaste y nos dotaste de tamaña gracia que hasta en nuestros actos sexuales sentimos el placer! Los hijos venidos de ese acto sexual fueron generados en el amor, que es el más bellos placer de la vida.

Nosotros sabemos que Tú Señor nos educaste para la castidad, para la continencia, para saber participar de la vida del otro en el amor y en el respeto, sabiendo esperar sus tiempos, sin violentar sus deseos. Pero el mal nos violó con todos tipo de depravaciones que vienen con la lujuria.

¡Es de eso que yo me quiero librar hoy! Yo quiero bañarme en la pureza, en la inocencia que se perdió en medio de tantas malicias.

Por eso, Señor, estoy clamando la Sangre de Jesús sobre toda mi sexualidad, que fue corrompida por la lujuria, cuyos frutos están muy presentes en mi vida. Preciso liberarme de todo espíritu de pornografía. ¡Cuánto eso afectó mi libertad para convivir con el sexo opuesto! ¡De qué forma eso toco mis sentimientos y el respeto por las otras personas! Ese comportamiento inadecuado colocó todo tipo de malicia y de deseo encima de mis amistades, de mis noviazgos, de mis relaciones con mi esposo/a y hasta con mis familiares.

¡Cuán abominable es esa situación, deprimente y triste! Cuando perdemos el control de la sexualidad entra en escena la masturbación, que genera la dependencia, el vicio, problemas como la eyaculación precoz. También hay problemas para las mujeres, como la perdida de la alegría de vivir, de la castidad y de la pureza.

Lávame, Jesús, de todo eso, pues ese es un mal que parece no tener cura.

Ven, Sangre de Jesús, toca esa área afectada de mi subconsciente que me está llevando a la desviación.

¡Ven Señor con Tu poder, a liberarme de ese mal que fue corrompiendo mi vida! Fui perdiendo el control de mi sexualidad y el placer sexual natural, y eso generó la búsqueda de placer bajo cualquier condición: la satisfacción personal y egoísta en la cual todo vale, el placer mórbido, doliente y sadomasoquista, la homosexualidad, el lesbianismo, la prostitución, el intercambio de parejas, el sexo con animales, la búsqueda de sex-shop y de filmes pornográficos.

Llegué a llevar ese mal comportamiento a mi casa, a mi familia. Después de eso, fue un paso para que suceda el adulterio, la traición, el abandono del hogar, toda la inmundicia que Tú Señor ya sabes que he cometido.

Todo eso se esparce por mi familia por la sangre, genéticamente, y la deja en desgracia! ¡Ven, Señor, con Tu Poder y Tu Sangre redentora a liberarme!

¡Lávame en todas las áreas de mi vida, necesito una limpieza profunda en mi vida! ¡Quema, Señor, con Tu Fuego de amor y pureza lo que no interesa!

Señor, yo sé que toda esa desviación puede contaminar mi familia, mis futuros hijos pues cuando nos unimos con un/a prostituta/o nuestro cuerpo de vuelve uno con ella/el. No quiero eso para mis hijos/as ni para mi familia.

Aparta de mi vida todas las especies de seducciones como las venidas de macumbas, fetiches, amarras, consagraciones o espíritus malignos de pombagira, exus u otros. Quiero renunciar a todo, y que tú, Señor, nos permitas que me deje seducir nuevamente por eso. Si llevan mi nombre, mis objetos personales o fotografías a esos lugares, renuncio en nombre de Jesús a todo ese conjunto de dependencias y amarras. Lávame, Jesús, de toda esa malignidad y perversión.

Muchas veces, por causa de esos trastornos, se da origen a abusos sexuales en niños, a pedofilias; muchas personas son violentadas en su dignidad y sometidas a los caprichos de otros. Quiero renunciar a todo abuso sexual que yo pueda haber provocado o de los que fui víctima, a todo mal que eso puede haberse creado en mi corazón.

¡Lávame, Jesús, con Tu poder!

No permitas que acontezca esa desgracia en la vida de nadie. Libérame con Tu Sangre redentora, dame tu pureza de corazón, Tu mansedumbre y toda la templanza que necesito.

Señor, quiero agradecerte porque estoy tomando consciencia de cuán necesaria y bella es nuestra sexualidad. Veo cuán saludable es la vivencia de la pureza, así como el enamoramiento y el noviazgo dentro de Tu proyecto de castidad, pues así los frutos de nuestras entrañas serán preservados de los males. Que en el casamiento sepa vivir bien la sexualidad de forma madura, que genera placer y amor.

¡Dame esta alegría, Señor!
¡Gracias, Señor, por esta gracia que hoy devuelves a mi vida!
Amén.

p. Vagner Baia
Libro: Diversas oraciones de sanación y liberación