Padre querido, hoy me coloco en Tus manos. Como me gustaría nacer de nuevo, volver al vientre de mi madre y ser una nueva criatura, libre de este mal que me atormenta todo el tiempo.
Quiero pedirte perdón, con súplicas y lágrimas por todo lo que he hecho a causa del alcoholismo, este vicio maldito que entró en mi vida de una forma tan simple y tan astuta que solo percibí cuando todo ya había sido arruinado.
¡Cuán inútil me he sentido en esta situación!
Existen días en que me gustaría tener Tu fuerza, Jesús, para librarme de esta esclavitud terrible que me atormenta día y noche.
Aún cuando estoy durmiendo el vicio no me da respiro; es como si mi vida tuviese un único sentido: beber.
Padre querido, sé que esta dependencia puede haber venido de mis antepasados, por medio de la sangre y de maldiciones, y yo acabé alimentando esta desgracia. El vicio por el alcohol entró en mi vida y desencadenó una fuerza maligna destructora, que se asemeja a una hierba dañina alojada en buenas plantaciones.
Sé que solo, y aún con ayuda de mis familiares, con los consejos de mis amigos y de muchas personas que gustan de mi, no soy capaz de vencer este mal, por eso necesito de Ti.
Quiero hoy experimentar el “nacer de nuevo”, como Tu le dijiste a Nicodemo: “Es necesario nacer de lo alto” (cfr Juan 3,7)
¡Es necesario nacer de nuevo por el agua y por el Espíritu Santo!
Ven, agua redentora de Jesús, que brotaste de Su pecho en la cruz, embriágame, lavándome por entero, desde mis neuronas afectadas por el alcohol, hasta todas las causas de la dependencia, sean ellas genéricas o de mi metabolismo, de mi paladar, de mi olfato, de mi visión.
¡Ven fuego del Espíritu Santo, quema en mi ese vicio y haz la terapia necesaria en mi sangre contaminada por el alcohol!
Ven, sangre redentora de Jesús, líbrame de todo vicio que me contamina.
Libérame, Jesús, de esta dependencia, y que ella no tenga más poder sobre mi. Que ningún maligno espíritu pueda usar mis deseos y mi voluntad para estimularme y beber de nuevo.
Quiero también, en nombre de Jesús, perdonar a cada persona que me estimuló a beber, que me llevó al vicio; los que me pagaron bebidas y los que me dieron bebidas en fiestas cuando yo era pequeño (aún cuando ellos no tuviesen consciencia de ese mal)
Quiero perdonar por haber aceptado compasivamente la bebida, sea por causa de mi timidez, de mis rechazos o inferioridades, mis miedos, mis flaquezas.
Ven Jesús, con tu Sangre redentora, a purificarme en cada una de esas áreas de mi vida, pues necesito mas que nunca quedar libre de este mal, de esta dolencia tan angustiante.
Jesús, así como Tu fuiste libre y no te dejaste esclavizar por nada en este mundo, dame Tu gracia, dame esa Tu fuerza que fue capaz de resistir diversas tentaciones tan estimulantes a nuestros ojos.
Ilumina Jesús mi inconsciente y consciente, para verme libre de esta necesidad y de los estímulos que me impulsan al vicio.
¡Necesito, Jesús, ser libre en cada área de mi vida! No puede continuar dependiendo de este vicio tan maldito que está destruyendo toda mi capacidad física, intelectual, emocional y espiritual.
Ven, Jesús, con Tu poder a liberarme. Te permito que cures toda mi vida.
Señor, quiero pedirte perdón por las veces que, dominado por el alcohol, fui motivo de escándalo para mi familia; por las veces que caí en tierra y quedé tirado en las calles, en los bares, en las fiestas, como si fuese un resto humano desfigurado. Cuántas veces caí en mi propio vómito, sucio, deslucido.
Perdona, Señor, por las veces que discutí, que fui causa de violencia doméstica o perturbé a otras personas con palabras ofensivas.
Perdí mis empleos y las únicas personas que valoraba fueron aquellas que bebían conmigo. ¡Perdóname, Señor, por lo que hice con mi cuerpo, templo de Dios!
Señor, clamo Tu perdón por todo lo que tiré fuera (dinero, bienes, empleo, amistades, cariño de familiares). He causado problemas y sufrimiento, pero no quiero que nada de eso vaya hacia mis descendientes.
Señor, mírame con misericordia. Muchas veces me pidieron que me internase en una clínica de recuperación, que haga un tratamiento, y lo rechacé. Yo rechacé la ayuda. Discutí y ofendí a personas que querían ayudarme. Disculpa, pero no tuve coraje para luchar contra el vicio.
¡Ven, Señor, con Tu poder a darme coraje y animarme para recuperar ese tiempo perdido en el vicio!
Ten compasión de mi, Señor, porque me sentí incapaz de vivir en plenitud mi vida afectiva, mi vida sexual, mis relaciones laborales, mi vida de oración, de dedicación a la Iglesia. ¡Llegué a desear morir bebiendo! Libérame de esos pensamientos y sentimientos que atormentan mi interior.
Reconozco Señor que por medio de esta oración, Tú me acoges en Tu amor restaurador y me hacer renacer por la fuerza del Espíritu Santo. Si es necesario acepto ser internado en una clínica o frecuentar un grupo de ayuda como AA (Alcohólicos Anónimos) o un grupo de oración.
Voy a esforzarme, por eso clamo Tu poder, Tu fortaleza para que no me desanime.
Ya te agradezco por toda esa sanación que haces en mi y por mi, lavando, purificando todo el mal que el alcoholismo proporciona.
¡Alabado sea Tu Nombre y Tu poder en mi vida!
A partir de este instante, mi vida te pertenece, y quiero ser un hombre, una mujer, nuevo(a).
Amén.
p. Vagner Baia
Diversas oraciones de sanación y liberación
Gracias señor.. Necesitaba saber que estas a mi lado. Te pido por mi familia por mi hijo..
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