Señor Jesús, creo que Tú eres el hijo de Dios y el único camino hasta Él. Creo que moriste en la cruz por mis pecados y por mi fuiste resucitado de entre los muertos. Creo que las reivindicaciones de Satanás contra mi están canceladas en Tu cruz.
Así, Señor, sometiéndome a Ti me comprometo a servirte y obedecerte, tomo posición contra cualquier fuerza maligna que, de alguna manera, haya venido a mi vida, por mis propios actos o por los de mi familia y mis antepasados, aún inconscientemente.
Renuncio a todas las sombras que existen en mi vida, donde quiera que ellas estén -en mi vida eclesial, en mi vida de oración o en la familiar. Renuncio a cualquier bloqueo afectivo familiar que exista entre mi y mis padres, abuelos, hermanos, primos, tíos, tías y parientes; a todo y cualquier bloqueo de amistad, de estudios y de formación; a bloqueos profesionales y financieras; a bloqueos de prosperidad y de lazos afectivos -sea en el noviazgo o matrimonio; a todo espíritu de destrucción familiar, de separaciones, divorcios, abandono de hogar -sea por adulterio, peleas o celos.
Me niego a someterme a esta malignidad y, en el nombre poderoso de Jesús, el Hijo de Dios, tomo autoridad sobre todas las fuerzas del mal que me atormentan, me desligo de ellas y me libero totalmente de su poder, entregando en este momento cada una de ellas a Tus pies, Señor.
Invoco el Espíritu Santo de Dios y le pido invada mi ser y me otorgue toda libertad y distanciamiento del mal, en todas las áreas de mi vida, como solamente Él puede hacerlo. Que Él ocupe cada espacio vacío con sus dones y carismas y que todos mis pensamientos, mis sentidos, mi voluntad y mis deseos sean llenos por el Amor de Dios.
Todo eso, Señor, te lo pido en Nombre de Jesucristo. ¡Amén!
p. Vagner Baia
Diversas oraciones de sanación y liberación
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