“La Palabra de Dios es viva y eficaz, más tajante que espada de doble filo” (Hb 4, 12). Toda la grandeza y fuerza y sabiduría de la Palabra de Dios, mírala aquí por estas palabras que el Apóstol muestra a aquellos que buscan a Cristo, Palabra, fuerza y sabiduría de Dios... Esta Palabra estaba al comienzo cerca del Padre, eterno con él. Ella fue revelada en su tiempo a los apóstoles, anunciada por ellos y recibida humildemente por el pueblo de los creyentes....
Ella ésta Palabra es viva, a quien el Padre ha dado tener vida en sí misma, como él mismo la posee (Jn 5, 26). Además no es solamente viva, sino que es la vida misma, como está escrito: “Yo soy la vida, la verdad y el camino”( Jn 14,6). Y ya que ella es la vida, está viva y vivificante, pues “como el Padre resucita a los muertos y les da vida, así el Hijo da la vida al que quiere”( Jn 5,21). Ella es vivificante cuando llama a Lázaro salir de su tumba y le dice: “Sal”(Jn 11,43). Cuando esta Palabra es proclamada, la voz que la pronuncia resuena al exterior con una fuerza que atraviesa el interior, hace revivir a los muertos, y (despertando la fe) suscita verdaderos hijos de Abrahán(Mt 3, 9). Sí, esta Palabra, es viviente, en el corazón del Padre en la boca del que la proclama, en el corazón del que cree y ama.
abad cisterciense, después obispo
Tratado 60
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