lunes, 30 de abril de 2018

SILENCIO, FUENTE DE VIDA

“El silencio puede ser un gran problema o una inmensa gracia. Cuando se convierte en una regla excesivamente formalizada, deja de ser una fuente de gracia y se transforma en un problema porque no constituye una experiencia bienhechora. Durante mucho, demasiado tiempo, nuestro silencio ha sido en verdad una forma de ausencia, un estar ausentes los unos respecto de los otros. Debemos permitir que el silencio se impregne de presencia y de luz. Solo entonces será fuente de vida”.
Thomas Merton, Manantiales, 18/19

EL PERDÓN EN EL MATRIMONIO

El sacramento del matrimonio transforma los fundamentos de la unión entre el hombre y la mujer (...). Los fundamentos de esta unión están en el deseo del Padre de hacer participar al hombre y a la mujer, a pesar de sus heridas y de su pobreza psicológica y humana, en su vida trinitaria y en su amor que perdona. Entonces, la vida de la pareja se fundamenta en el perdón que repara todas las heridas hechas a la unidad. El camino hacia la unidad pasa por el perdón cotidiano. Y la fiesta, signo de que el perdón es total, tiene lugar en la ternura y en la unión amorosa. Esta unión de amor de cuerpos y espíritus expulsa todas las agresividades y bloqueos que queden y hace de ambos una sola carne, un solo corazón, una sola alma, un solo espíritu...La unión se hace eucaristía y acción de gracias por la unidad vuelta a encontrar.
Jean Vanier, Hombre y mujer los creó, P 184



Gaudete et exsultate - idea 22 de 35

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¿Ser santo? Una "sana y permanente insatisfacción"... también social

Pide una "sana y permanente insatisfacción" en la acción por el bien. "Los obispos de Canadá lo expresaron claramente mostrando que, en las enseñanzas bíblicas sobre el Jubileo, por ejemplo, no se trata solo de realizar algunas buenas obras sino de buscar un cambio social: «Para que las generaciones posteriores también fueran liberadas, claramente el objetivo debía ser la restauración de sistemas sociales y económicos justos para que ya no pudiera haber exclusión»". (Se refiere a una "carta abierta al Parlamento" que escribieron en 2001, sobre "El bien común, o exclusión: una elección para los canadienses").

35 ideas de Gaudete et exsultate


Meditación: Juan 14, 21-26

Jesús dedicó mucho tiempo a formar a unos pocos discípulos. 



¿No habría sido más productivo revelarse al mundo de una manera espectacular? Bien pudo haber convocado a gobernantes y dirigentes religiosos para que presenciaran el resplandor de gloria cósmica de su resurrección. ¿Será que desperdició la oportunidad de llegar a todo el mundo haciendo un portentoso despliegue público de poderío universal?

No, el Señor prefirió darse a conocer a cada uno de una manera personal. ¿Por qué? Porque nos ama a cada uno en forma personal y quiere que todos lleguemos a conocer la verdad y a salvarnos por intermedio suyo. Porque ningún acontecimiento grandioso podía lograr lo que él quería hacer; en cambio, la relación personal y directa que muchos practicaran a diario sí podría hacerlo.

Pensemos en esto: Cuando Dios nació en el mundo como un bebé indefenso, nos mostró que quería ser uno de nosotros y estar con nosotros. En lugar de instalarse en la humanidad como un monarca cósmico poderosísimo, tranquilamente se sometió a una familia y pasó años cultivando la amistad y la relación con María y José y sus vecinos nazarenos. Luego, cuando Jesús llamó a sus discípulos, actuó de la misma manera. Forjó una relación con cada uno de ellos, una relación que les enseñaba a amar como él amaba, una relación que los convertía en ejemplos vivos de su misericordia.

El Señor sigue usando ahora la misma estrategia, y se revela “al mundo” a través de las amistades que tenemos con familiares, amigos o personas a quienes recién conocemos. Cada vez que le hablamos a alguien, el Señor es quien lo hace a través de nosotros; cada vez que le ofrecemos aliento o comprensión a otra persona, él es quien habla a través de nosotros. En los sencillos actos de amor y solidaridad que a diario hacemos en su nombre, Jesús brilla con mayor resplandor.

Ahora bien, sabemos que no somos perfectos; que no siempre actuamos como Jesús quisiera; pero el Señor ha tomado en cuenta todo esto en su plan, y ha decidido revelarse de una forma especialmente poderosa cada vez que nos perdonamos mutuamente y nos reconciliamos unos con otros.

Así que, en efecto, querido amigo, ¡Jesús se está revelando al mundo ahora a través tuyo!
“Señor mío Jesucristo, manifiéstate más plenamente en mí para que los demás no me vean a mí, sino a ti con más claridad.”
Hechos 14, 5-18
Salmo 115(113B), 1-4. 15-16

fuente: Devocionario Católico La Palabra con nosotros

Cristo en nosotros - El Bautismo

























“El Bautismo permite a Cristo vivir en nosotros y a nosotros vivir unidos a Él, para colaborar en la Iglesia, cada uno según la propia condición, a la transformación del mundo”.
Francisco
Audiencia General 11.04.2018

Buen día, Espíritu Santo! 30042018


Dios marca nuestra historia - Clamor 6

Señor, te damos gracias por el crecimiento que has dado a nuestro pueblo.
Te damos gracias por estos 128 años de vida, de búsqueda de identidad; 128 años de rica historia.
Te pedimos, Señor, ¡hazte presente de Norte a Sur,De Este a Oeste!Que tu gracia todo lo visite,Todo lo toque, todo lo renueve.Camina Señor nuestros barrios.
Líbranos del agresivo, del traidor, del que trama violencia,
Del intolerante y fanático,
Del que pisotea bajo formas veladas la vida del hermano,
Líbranos Señor del chisme, la murmuración, la altanería.
Desenreda los enredos del embustero.
Pisa la mentira con la Verdad de Tu Corazón.
Recorre nuestros campos, nuestras quintas, las producciones rurales, las variadas empresas.
Otorga Bendición a cuanto emprendamos con corazón recto.
Acompaña todo crecimiento material con abundante crecimiento espiritual.
Que todo encuentre equilibrio en nuestras vidas.
Apaga Señor con Tu gracia toda devoción que quiera robarte el Señorío que te pertenece, que es Tuyo, porque Tú,
Sólo Tú eres el Santo entre el Santos,
El digno de toda gloria.

Oremos(De la guía de "Dios marca nuestra historia")


Dios marca nuestra historia - Clamor 5

Señor, te damos gracias por los niños, jóvenes y ancianos de nuestra comunidad.
Te damos gracias porque ellos son un tesoro confiado a nuestro cuidado.
Te pedimos que nada les robe la alegría y la esperanza.Que nuestros ancianos tengan una vejez digna,Que puedan andar por la calle sin temores,Que sientan siempre la mirada atenta que los cuida y protege.Acompaña con Tu gracia los centros de jubilados, el club de abuelos,Hazte presente en nuestros geriátricos.Movilízanos internamente para que aprendamos a valorar y honrar la vida de quienes hicieron grande este pueblo.
Que nuestros niños se vean libres de toda perversión, Señor.
Que nuestro Arcángel San Miguel los proteja de toda violencia.
De la violencia física, psicológica y verbal.
Que nada los aleje de sus hogares, Señor.
Y en su crecimiento ¡Presérvalos del malo!
Del malo revestido bajo formas de aparente bondad;
Presérvalos de toda adicción,
Líbralos de la tentación de procurar por caminos errados la aparente prosperidad.

Oremos.
(De la guía "Dios marca nuestra historia")


Dios marca nuestra historia - Clamor 4

Señor, te damos gracias por todos los hombres y mujeres que han ofrendado su vida al cuidado de los más pequeños en nuestras escuelas, en nuestros clubes.
Te damos gracias por tantos hombres y mujeres que generosamente han brindado sus conocimientos en el sector de la salud, por todos aquellos que trabajaron y trabajan en el área de la seguridad.
Te pedimos Señor que en este tiempo de cambios tan profundos,
Que en este tiempo de tantas luchas contra las fuerzas del mal,Estos hombres sean fortalecidos con la gracia de Tu Espíritu Santo.Que nuestros docentes tengan la osadía suficiente y necesariapara educar ciudadanos responsables.
Que nuestros médicos, enfermeras, bomberos voluntarios y policías, no se cansen nunca de hacer el bien.
Que nuestros trabajadores, operarios, profesionales de los diversos ámbitos; sean guiados y custodiados; librados de todo mal, fortalecidos y tengan siempre una retribución justa y digna.
Que todos aquellos que se encuentren desempleados, subempleados, reciban de Tu Providencia Divina el auxilio tan ansiado.

Oremos
(De la guía de "Dios marca nuestra historia")


Dios marca nuestra historia - Clamor 2

Señor, te damos gracias por el don de la familia,
Te damos gracias porque nuestros antepasados supieron valorar el tesoro, lo han cuidado y protegido…
Te pedimos por todos los hogares de Recreo,por todas las familias que están precisadas de tu auxilio,de tu protección.Te pedimos por las familias en que hay divisiones,separaciones y violencia.
Te pedimos que cese todo tipo de violencia y desamor.
Que Tu Presencia marque los corazones de sus miembros.
Que Tu Presencia sane los hogares de todo rencor.
Que nuestros hijos crezcan rodeados de la ternura de un papá y una mamá.
Que donde falte uno de ellos, sea tu Cercanía, la que sostenga.
Que nada turbe, divida, ni separe lo que Tú has unido.
Oremos.

(de la guía "Dios Marca nuestra Historia"


Dios marca nuestra historia - Clamor 1

Señor te damos gracias por todos los Obispos, sacerdotes, religiosos y religiosas que han pisado nuestro suelo, Te damos gracias por cada uno de los párrocos que han sido parte de nuestro vivir, que han sido para nosotros testimonio vivo de Tu Amor.
Te pedimos que acrecientes en ellos los dones recibidos, que sean dóciles siempre a la gracia.
Que encuentren en medio nuestro la casa fraterna donde compartir sus vidas;Que siempre se sientan bienvenidos;que encuentren acogida sus proyectosy que siempre sus desvelos reciban de tila Bendición de abundantes frutos.
Que la Iglesia que peregrina en Recreo sea siempre causa de unión.
Que todos descubran Tu Rostro Vivo, Señor, en nuestros rostros.
Que nuestras acciones, palabras y gestos siempre hablen de Ti.
Que la fe crezca y sean destronadas todas las fuerzas de la oscuridad que se mueven por nuestras calles.
Que no Reine otro Nombre, mas que el Nombre Santo de Tu Hijo Jesús.

Oremos
(De la guía "Dios marca nuestra historia)


Dios marca nuestra historia

Queridos hermanos y hermanas,
Cuántas dificultades hay en la vida de cada uno, en nuestra gente, nuestras comunidades.
Pero, por más grandes que parezcan, Dios nunca deja que nos hundamos.
Ante el desaliento que podría haber en la vida, (…) en aquellos que se esfuerzan por vivir la fe como padres y madres de familia, quisiera decirles con fuerza:
Tengan siempre en el corazón esta certeza: Dios camina a su lado, en ningún momento los abandona.
Nunca perdamos la esperanza.
Jamás la apaguemos en nuestro corazón. El «dragón», el mal, existe en nuestra historia, pero no es el más fuerte. El más fuerte es Dios, y Dios es nuestra esperanza.

Queridos hermanos y hermanas, seamos luces de esperanza. Tengamos una visión positiva de la realidad.
Espiritualidad, generosidad, solidaridad, perseverancia, fraternidad, alegría; son valores que encuentran sus raíces más profundas en la fe cristiana.
El cristiano no puede ser pesimista.
No tiene el aspecto de quien parece estar de luto perpetuo. Si estamos verdaderamente enamorados de Cristo y sentimos cuánto nos ama, nuestro corazón se «inflamará» de tanta alegría que contagiará a cuantos viven a nuestro alrededor.

Francisco.
Aparecida, Brasil


RESONAR DE LA PALABRA - Evangelio según San Juan 14,21-26.

Evangelio según San Juan 14,21-26. 
Jesús dijo a sus discípulos: 
«El que recibe mis mandamientos y los cumple, ese es el que me ama; y el que me ama será amado por mi Padre, y yo lo amaré y me manifestaré a él". 
Judas -no el Iscariote- le dijo: "Señor, ¿por qué te vas a manifestar a nosotros y no al mundo?". 
Jesús le respondió: "El que me ama será fiel a mi palabra, y mi Padre lo amará; iremos a él y habitaremos en él. 
El que no me ama no es fiel a mis palabras. La palabra que ustedes oyeron no es mía, sino del Padre que me envió. 
Yo les digo estas cosas mientras permanezco con ustedes. 
Pero el Paráclito, el Espíritu Santo, que el Padre enviará en mi Nombre, les enseñará todo y les recordará lo que les he dicho.» 


RESONAR DE LA PALABRA 

“No a nosotros, Señor, sino a tu nombre da la gloria”

La misión de la comunidad de discípulos es el anuncio Pascual, la gran noticia de un acontecimiento que desborda la realidad histórica de la humanidad, que acaba con la limitación y esclavitud de la muerte – “dónde está muerte tu victoria” – La muerte ha quedado reducida a una mascada carnavalesca, eso sí capaz de amenazar, atemorizar y hacer sufrir a este ser humano que en su contingencia no le queda más remedio que pasar por la cruz del viernes santo para alcanzar la mañana de luz plena en el resucitado.

De esta certeza, son testigos aquellos discípulos; y su testimonio se vuelve para los auditorios tan desconcertante como una locura, y con aquello que rompe nuestro orden rutinario como con lo absurdo “hay que acabar”. La resurrección de Jesús, se torna blasfemia en un mundo que prefiere la noticia de un “dios” poco relevante, que adormece el dolor de la cultura de muerte de la humanidad.

¿Qué prueba nos dais de esta locura que anunciáis? ¿Qué pruebas nos dais para que creamos? El primer argumento de credibilidad es siempre la vida misma del testigo, pero no sólo en la entrega martirial –y aquellos apóstoles lo fueron- sino también y en muchas más ocasiones en la vida misma del testigo, en su día a día, en sus obras: “A quienes crean les acompañarán estos signos…” (Mc15,18). De hecho todo el evangelio resulta un aval de la persona y misión de Jesús, con sus obras. “Id a decirle a Juan, los ciegos ven, los cojos…”(Lc 7,22)

Que alguien en este mundo de muerte sea expresión real de sanación, de vida, de alegría contra toda esperanza… es tan relevante que no es de extrañar que aquellos habitantes de Licaonia confundieran a Pablo y Bernabé con dioses bajados a la tierra.

Hoy, en este planeta lleno igualmente de imágenes de dolor y cruces insufribles, nosotros que comulgamos y confesamos la fe en el Señor Resucitado y nos decimos sus testigos, ¿Qué signos acompañan nuestra vida (tuya y mía) para hacer creíble la mañana de Luz a quien vive en un viernes cualquiera de muerte? ¿A quiénes ponemos en pie y sacamos de su postración?


Que tengáis buen día: 
Pepe Lillo cmf.

fuente del comentario CIUDAD REDONDA

COMPRENDIENDO LA PALABRA 300418

«Mi Padre lo amará, y vendremos a él y haremos morada en él»

     Cristo permanece en su Iglesia: en sus sacramentos, en su liturgia, en su predicación, en toda su actividad. De manera especial, Cristo permanece presente en medio de nosotros en el don cotidiano de la santa eucaristía. Por eso la misa es el centro y la raíz de la vida cristiana. En cualquier misa está siempre presente el Cristo total, Cabeza y Cuerpo (Ef 1,22-23). «Por él, con él y en él». Porque Cristo es el Camino, el Mediador; en él lo encontramos todo; fuera de él nuestra vida es vacía...

     Cristo vive en el cristiano. La fe nos dice que el hombre en estado de gracia está divinizado. Somos hombres y mujeres, no ángeles, seres de carne y hueso, con un corazón y unas pasiones, tristezas y gozos, pero la divinización alcanza al hombre entero, como una anticipación de la resurrección gloriosa. «Cristo ha resucitado de entre los muertos, primicia de todos los que han muerto. Si por un hombre vino la muerte, por un hombre ha venido la resurrección. Si por Adán murieron todos, por Cristo todos volverán a la vida» (1C 15,20-22).

     La vida de Cristo es nuestra vida según lo que él mismo prometió a los apóstoles en la última Cena: «El que me ama guardará mi Palabra y mi Padre lo amará, y vendremos a él y haremos morada en él». El cristiano debe, por consiguiente, vivir según la vida de Cristo, haciendo suyos los sentimientos de Cristo de manera que pueda, con san Pablo, exclamar: «No vivo yo, sino que es Cristo quien vive en mí» (Gal 2,20).


San Josemaría Escrivá de Balaguer (1902-1975), presbítero, fundador 
Homilía del 26/03/1967 en Es Cristo que pasa

domingo, 29 de abril de 2018

Ocasión para vivir el Bautismo

“toda actividad –el trabajo y el descanso, la vida familiar y social, el ejercicio de las responsabilidades políticas, culturales y económicas–, toda actividad, sea pequeña, sea grande, si es vivida en unión con Jesús y con actitud de amor y de servicio, es una ocasión para vivir en plenitud el Bautismo y la santidad evangélica”.

Francisco
Regina Coeli - 29.04.2018



LA ORACIÓN INUTIL

 “¿Por qué debo pasar una hora en oración, cuando no hago durante ese tiempo más que pensar en la gente con la que estoy enojado, en la gente que está enojada conmigo, en los libros que tendría que leer… y miles de cosas tontas que se apoderan de mi mente instantáneamente?La respuesta es porque Dios es más grande que mi mente y mi corazón, y lo que realmente está pasando en la casa de oración no se puede medir en términos de éxito o fracaso humanos.Lo que debo hacer primero es ser fiel. Si creo que el primer mandamiento es amar a Dios con todo mi corazón, mente y alma, entonces, debería, por lo menos, pasar una hora al día sólo con Dios. La pregunta sobre si es útil, si ayuda, si es práctico o fructífero, es completamente irrelevante, ya que la sola razón para amar es el amor mismo. Todo lo demás es secundario.Lo extraordinario es, sin embargo, que sentándome en la presencia de Dios durante una hora cada mañana, día a día, semana tras semana, mes tras mes, en total confusión y con una miríada de distracciones, cambia radicalmente mi vida. Dios, que me ama tanto que mandó a su único hijo no a condenarme sino a salvarme, no me deja esperando en la oscuridad por mucho tiempo. Podría pensar que cada hora es inútil pero, después de treinta o sesenta o noventa de esas inútiles horas, gradualmente me doy cuenta de que no estaba tan solo como pensaba: una voz muy pequeña y suave ha estado hablando conmigo, mucho más allá de mi lugar ruidoso.Por lo tanto, ten confianza y espera en el Señor”.

Henri Nouwen.
“Camino a casa”


DESCUBRIR LA FECUNDIDAD

Es vital para todo ser humano descubrir su fecundidad y vivirla. Por ahí es donde penetra en el corazón de Dios, en el corazón de la fecundidad divina que es el Espíritu Santo.
 Jean Vanier, Hombre y mujer los creó, P 201


Meditación: Juan 15, 1-8

Yo soy la verdadera vid.
Juan 15, 1

Hablando a sus apóstoles, en un clima de especial intimidad, el Señor les confía lo que podríamos considerar como las últimas recomendaciones: aquello que se dice justo en la despedida, y que tiene una fuerza especial, como si fuera un postrer testamento.

Están en el cenáculo. Allí, Jesús les ha lavado los pies, les ha vuelto a anunciar que se tiene que marchar, les ha transmitido el mandamiento del amor fraterno y los ha consolado con el don de la Eucaristía y la promesa del Espíritu Santo. En el capítulo 15 de este Evangelio, encontramos la exhortación a la unidad en la caridad.

El Señor no niega que los discípulos deberán afrontar peligros y dificultades en el futuro: “Si me han perseguido a mí, también a ustedes los perseguirán” (Juan 15, 20). Pero ellos no se han de acobardar ni desanimarse ante el odio del mundo: Jesús renueva la promesa de que les enviaría al Defensor, el Espíritu Santo, les garantiza la asistencia en todo aquello que ellos le pidan y, en fin, el Señor ruega al Padre por ellos —y por todos nosotros— durante su oración sacerdotal (v. Juan 17).

Es cierto que el peligro viene desde fuera, pero a veces la peor amenaza surge de nosotros mismos: la falta de amor fraterno entre los miembros del Cuerpo de Cristo y de sincera unidad con la Cabeza del Cuerpo. La recomendación es clara: “Yo soy la vid; vosotros los sarmientos; el que permanece en mí y yo en él, ése da fruto abundante, porque sin mí nada pueden hacer” (Juan 15, 5).

Las primeras generaciones de cristianos conservaron una conciencia muy viva de la necesidad de permanecer unidos mediante la caridad. Uno de los Padres de la Iglesia, San Ignacio de Antioquía, decía: “Corran todos a una como a un solo templo de Dios, como a un solo altar, a un solo Jesucristo, que procede de un solo Padre. He aquí también la indicación de Santa María, Madre de los cristianos: ‘Hagan lo que él les diga’ (Juan 2, 5).”
“Amado Jesús, quiero permanecer siempre unido a ti porque sé que separado de ti no puedo hacer nada útil.”
Hechos 9, 26-31
Salmo 22(21), 26-28. 30-32
1 Juan 3, 18-24
fuente: Devocionario Católico La Palabra con nosotros

Sumergidos - El Bautismo


























“El Bautismo nos sumerge en la muerte y resurrección del Señor, ahogando en la fuente bautismal al hombre viejo, dominado por el pecado que divide de Dios, y haciendo nacer el hombre nuevo, recreado en Jesús”.

Francisco
Audiencia General 11.04.2018

Buen día, Espíritu Santo! 29042018


Gaudete et exsultate - Idea 21 de 35

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¿Cómo ser un buen cristiano? Con las Bienaventuranzas

El Papa dedica todo un capítulo a comentar cada bienaventaranza de Jesús, una guía para la vida cristiana, "muy a contracorriente respecto a lo que es la costumbre". Santidad es: ser pobre de corazón, ser manso (aunque piensen que eres tonto o débil), llorar con los demás, buscar la justicia con hambre y sed, "mirar y actuar con misericordia...", mantener el corazón limpio de lo que mancha el amor, aceptar que el Evangelio nos traiga problemas, sembrar paz...

35 ideas de Gaudete et exsultate

RESONAR DE LA PALABRA - Evangelio según San Juan 15,1-8.

Evangelio según San Juan 15,1-8. 
Jesús dijo a sus discípulos: «Yo soy la verdadera vid y mi Padre es el viñador. El corta todos mis sarmientos que no dan fruto; al que da fruto, lo poda para que dé más todavía. Ustedes ya están limpios por la palabra que yo les anuncié. Permanezcan en mí, como yo permanezco en ustedes. Así como el sarmiento no puede dar fruto si no permanece en la vid, tampoco ustedes, si no permanecen en mí. Yo soy la vid, ustedes los sarmientos. El que permanece en mí, y yo en él, da mucho fruto, porque separados de mí, nada pueden hacer. Pero el que no permanece en mí, es como el sarmiento que se tira y se seca; después se recoge, se arroja al fuego y arde. Si ustedes permanecen en mí y mis palabras permanecen en ustedes, pidan lo que quieran y lo obtendrán. La gloria de mi Padre consiste en que ustedes den fruto abundante, y así sean mis discípulos.»
RESONAR DE LA PALABRA

La vid y los sarmientos
Todos tenemos la experiencia de la amistad. Hay personas con las que nos relacionamos todos los días, a veces podemos incluso salir a dar un paseo juntos o a divertirnos. Pero eso no significa que seamos amigos. Con el amigo hay una relación más profunda, hay algo que nos une más allá incluso del hecho de que nos podamos ver con frecuencia o no. Es como si entre los amigos se estableciera un vínculo profundo. Ser amigos quiere decir algo más que divertirse un rato juntos. Esos serían los amigotes que sirven sólo para irse de juerga pero nada más. Recordemos que el hijo pródigo, cuando se fue con su parte de la herencia, tuvo muchos amigos pero, en cuanto se terminó el dinero, se quedó sólo. Los amigos son otra cosa. Los amigos contactan y comparten sus más profundos sentimientos, los buenos y los malos. Entre los amigos a veces no hacen falta palabras. Se entienden con una mirada.

El Evangelio de hoy nos habla de nuestra relación con Jesús. Nos pone un ejemplo concreto para hablar de ella: la vid y sus ramas, los sarmientos. Los sarmientos sólo tienen vida si están unidos a la vid. Pero también podemos mirar lo que Jesús dice desde otro punto de vista: sin los sarmientos, la vid nunca dará fruto. Lo que une a la vid y a sus ramas, los sarmientos, es la corriente de savia que lleva la vida continuamente de la una a las otras. Cuando miramos a la vid, la savia no se ve. Corre por dentro del tronco y de las ramas. Ni siquiera cuando se corta una rama, se ve la savia a simple vista. Hace falta una mirada más profunda, quizá con el microscopio, para verla. Y, sin embargo, está ahí. Un sarmiento que se separa de la vid, se seca y muere. Como dice Jesús, es echado al fuego.

Hoy Jesús nos pide que mantengamos esa relación profunda con él. Como la vid y los sarmientos. Como los buenos amigos. No nos pide que pasemos el día entero en la Iglesia rezando. Los amigos no lo son más por estar todo el día juntos. Pero sí que mantengamos ese vínculo profundo, que dejemos que su savia nos llegue adentro y nos de la vida que necesitamos para dar fruto. ¿Qué frutos? Pues, como dice la segunda lectura, los frutos van a ser cumplir su mandato, es decir, que nos amemos unos a otros. Ése es el fruto que tenemos que dar: “frutos de amor para la vida del mundo”, como dijo el Concilio Vaticano II. Que los demás se sientan apreciados y valorados, acogidos con misericordia y comprensión, que sembremos la paz y la serenidad a nuestro alrededor, que renunciemos a la violencia, que seamos honrados en nuestro trabajo. Esos son los frutos que daremos si permanecemos unidos a Jesús. Pero, como también dice la segunda lectura, que “no amemos con puras palabras y de labios para afuera, sino de verdad y con hechos.”

Para la reflexión

¿Qué significa en la práctica para mí permanecer unido a la vid que es Cristo? ¿Siento que mantengo esa relación profunda con Jesús que me permite dar frutos de amor? ¿Cómo expreso mi amor a los que me rodean? ¿He renunciado, por lo menos, a la violencia en mi vida?

Fernando Torres cmf

fuente del comentario CIUDAD REDONDA

SIN MI, NO PUEDEN HACER NADA

«Sin mí, no pueden hacer nada»

      «En Cristo, plugo al Padre que habitara en El toda plenitud. Brillan en Él los dones sobrenaturales que acompañan a la unión hipostática (es decir la unión en Cristo de la naturaleza divina y de la naturaleza humana): puesto que en Él habita el Espíritu Santo con 
tal plenitud de gracia, que no puede imaginarse otra mayor: A Él ha sido dada «potestad sobre toda carne»…De Él se deriva al Cuerpo de la Iglesia toda la luz con que los creyentes son, iluminados, y toda la gracia con que se hacen santos, como Él es santo. 

      …Él es el que infunde en los fieles la luz de la fe; Él quien enriquece con los dones sobrenaturales de ciencia, inteligencia y sabiduría a los Pastores y Doctores, y principalmente a su Vicario en la tierra, para que conserven fielmente el tesoro de la fe, lo defiendan con valentía y lo expliquen y corroboren piadosa y diligentemente; Él es, por fin, el que, aunque invisible, preside e ilumina los Concilios de la Iglesia. 

      Cristo es autor y causa de santidad. Porque no puede obrarse ningún acto saludable, que no proceda de Él como de fuente sobrenatural. «Sin mí, dijo, nada pueden hacer» »(Jn 15 :5). Cuando por los pecados cometidos nos movemos a dolor y penitencia, cuando con temor filial y con esperanza nos convertimos a Dios, siempre procedemos movidos por Él. La gracia y la gloria proceden de su inexhausta plenitud. 

      Y cuando los Sacramentos de la Iglesia se administran con rito externo. Él es quien produce el efecto interior en las almas. Y asimismo. Él es quien, alimentando a los redimidos con su propia carne y sangre, apacigua los desordenados y turbulentos movimientos del alma; Él es el que aumenta las gracias y prepara la gloria a las almas y a los cuerpos. 

      …Cristo nuestro Señor hace que la Iglesia viva de su misma vida, penetra todo el Cuerpo con su virtud divina, y alimenta y sustenta a cada uno de los miembros, según el lugar que en el Cuerpo ocupan, de una manera semejante a aquella con que la vida nutre sus sarmientos y hace que fructifiquen (Jn 15:4-6). 


Venerable Pio XII (1876-1958), papa 1939-1958 
Beato Pío XII, papa de 1939 a 1958 (© Copyright - Libreria Editrice Vaticana)

sábado, 28 de abril de 2018

¿ CÓMO QUIERE QUE LE IMITEMOS ?

En El Arca hacemos muchas peregrinaciones y viajes en grupos.En la Pascua de 1981, tuvo lugar la segunda peregrinación de "Fe y Luz" a Lourdes. Éramos unos docemil peregrinos: cuatro mil jóvenes y amigos, cuatro mil personas con deficiencias y cuatro mil padres, en representación de trescientas cincuenta comunidades "Fe y Luz" por todo el mundo. Fue una explosión de alegría. El domingo de Pascua por la tarde hubo una gran celebración por la explanada de la basílica. Desde todas las esquinas de la ciudad se ponían en marcha las comunidades para su encuentro. Todo el mundo llevaba un poncho, todos de colores y formas diferentes. Era la gran celebración de los pequeños y los pobres. Algunos llegaban en silla de ruedas, otros andando mal y otros muy desfigurados, pero todos, o casi todos, sonrientes, gritando y estallando de alegría.Un cámara de un equipo de televisión me preguntaba al día siguiente: "¿Cómo explica usted esto? Yo tengo un trabajo que me interesa y tengo dinero. Pero ellos tienen una alegría que yo no tengo". Le respondí citando esta frase de la Escritura: "La piedra rechazada por los arquitectos, es ahora la piedra angular".
Jean Vanier, Hombre y mujer los creó, P 200


Una profunda crisis espiritual

"Vivimos en la mayor revolución de la historia: un enorme levantamiento espontáneo de la entera especie humana: no la revolución planeada y realizada por un partido político determinado, o una raza, o una nación, sino un profundo hervir elemental de todas las contradicciones interiores que siempre ha habido en el hombre, una revelación de las fuerzas caóticas que hay dentro de todo el mundo. Eso no es algo que hayamos elegido, ni es algo que tengamos libertad para evitar.

Esta revolución es una profunda crísis espiritual del mundo entero, manifestada ampliamente en desesperación, cinismo, violencia, conflicto, contradicción interna, ambivalencia, miedo y esperanza, duda y creencia, creación y destrucción, progreso y regresión, apegos obsesivos a imágenes, ídolos, consignas, programas que solo amortiguan un momento la angustia general hasta que vuelve a irrumpir afuera en una forma aún más aguda y aterradora. No sabemos si estamos construyendo un mundo fabulosamente prodigioso o destruyendo todo lo que hemos tenido, todo lo que hemos logrado jamás".

Conjeturas de un espectador culpable.
Thomas Merton.


Meditación: Juan 14, 7-14

San Pedro Chanel, presbítero y mártir; San Luis Grignion de Montfort, presbítero

Pedro Chanel nació en Cuet (Francia) el 12 de julio de 1803. 





Recibió su Primera Comunión a los 15 años y entonces sintió la vocación misionera. Dos años después entró en el seminario. Era muy buen estudiante y fue ordenado sacerdote a la edad de 24 años. Ya ordenado, le pidió a su obispo que lo enviara a las misiones, pero el obispo le respondió que su diócesis estaba tan necesitada de evangelización que podía empezar siendo misionero en su propia tierra.

Lo asignaron a la parroquia de Crozet, zona oriental de Francia, la cual estaba en decadencia y pronto comenzó a renovarse gracias a la devoción del joven sacerdote, que tenía un don especial de servicio a los enfermos.

Hacia 1830 se unió a un grupo de sacerdotes con vocación misionera, que formaron la Sociedad de María, o Sacerdotes Maristas. A fines 1836 partió hacia la Polinesia con varios de sus hermanos maristas. El 12 de noviembre de 1837, él y otro hermano desembarcaron en la isla de Futuna, que se hallaba dominada por dos tribus indígenas rivales.

Pronto estalló una nueva guerra entre las tribus y el rey vencedor obligó a los misioneros a vivir cerca de su casa para tenerlos bien vigilados. Pese a todo, Pedro se las arregló para predicar y empezó a convertir a los nativos. Aprendió el idioma del lugar, cuidaba a los enfermos y enseñaba. Su ministerio le granjeó el odio Niuliki, jefe de la tribu dominante, que estaba celoso de la influencia del misionero porque éste había convertido hasta a miembros de su propia familia.

En febrero de 1839 un huracán arrasó la isla y las dos tribus firmaron una tregua; pero en agosto la rompieron y una tribu casi aniquiló a la otra en una matanza sin precedentes.

El rey vencedor acabó creyendo que aquellos cristianos estaban introduciendo supersticiones que molestaban a sus propios dioses y decidió acabar con el padre Pedro. El 28 de abril de 1841, un grupo capitaneado por Musumusu, yerno del rey, fingiendo necesitar atención médica fue a buscar a Pedro; lo sacaron de su cabaña y lo asesinaron a golpes de hacha. Pedro fue beatificado en 1889 y canonizado como primer mártir y Patrón de Oceanía en 1954. Es el primer y único santo católico de toda la Polinesia.
“Señor, enséñanos a tener el mismo celo apostólico de San Pedro Chanel. San Pedro Chanel, ruega por nosotros.”
Hechos 13, 44-52
Salmo 98(97), 1-4

fuente Devocionario Católico La Palabra con nosotros

UN CORAZÓN VALIENTE

   “Estás buscando formas de encontrar a Jesús. Estás tratando de encontrarlo no solo en tu mente sino también en tu cuerpo. Buscas su afecto y sabes que este afecto involucra tanto a su Cuerpo como al tuyo. Se hizo carne por ti para que pudieras encontrarlo en la carne y recibir su amor en la carne.
Pero algo queda en ti que impide este encuentro. Hay aún mucha vergüenza y culpa estancadas en tu cuerpo, bloqueando la presencia de Jesús.
No podrás encontrar a Jesús en tu cuerpo mientras este siga lleno de dudas y temores. Jesús vino a liberarte de estas ataduras y a crear en ti un espacio en el cual puedas estar con Él. Quiere que vivas la libertad de los hijos de Dios.
No desesperes pensando que no puedes cambiar después de tantos años. Simplemente, entra en la presencia de Jesús tal como eres y pídele que te de un corazón valiente en el cual pueda estar contigo. Tú no puedes modificarte. Jesús vino para darte un nuevo corazón, un nuevo espíritu, una nueva mentalidad, un nuevo cuerpo. Deja que te transforme a través de su amor y, así, te posibilite recibir su afecto en todo tu ser”.
Henri Nouwen.



Bautismo - La puerta























“es el primero de los Sacramentos en cuanto a que es la puerta que permite a Cristo Señor tomar morada en nuestra persona y a nosotros sumergirnos en su Misterio y hacer resplandecer la luz divina”.

Francisco
Audiencia General - Catequesis 11.04.2018

Buen día, Espíritu Santo! 28042018



Gaudete et exsultate - Idea 20 de 35

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Grupos que empezaron bien... y se fosilizaron

"Muchas veces, en contra del impulso del Espíritu, la vida de la Iglesia se convierte en una pieza de museo o en una posesión de pocos. Esto ocurre cuando algunos grupos cristianos dan excesiva importancia al cumplimiento de determinadas normas propias, costumbres o estilos. De esa manera, se suele reducir y encorsetar el Evangelio, quitándole su sencillez cautivante y su sal. [...] Esto afecta a grupos, movimientos y comunidades, y es lo que explica por qué tantas veces comienzan con una intensa vida en el Espíritu, pero luego terminan fosilizados... o corruptos. Sin darnos cuenta, por pensar que todo depende del esfuerzo humano encauzado por normas y estructuras eclesiales, complicamos el Evangelio y nos volvemos esclavos de un esquema que deja pocos resquicios para que la gracia actúe. Santo Tomás de Aquino nos recordaba que los preceptos añadidos al Evangelio por la Iglesia deben exigirse con moderación «para no hacer pesada la vida a los fieles», porque así «se convertiría nuestra religión en una esclavitud»".

35 ideas de Gaudete et exsultate

RESONAR DE LA PALABRA - Evangelio según San Juan 14,7-14.

Evangelio según San Juan 14,7-14. 
Jesús dijo a sus discípulos: "Si ustedes me conocen, conocerán también a mi Padre. Ya desde ahora lo conocen y lo han visto". Felipe le dijo: "Señor, muéstranos al Padre y eso nos basta". Jesús le respondió: "Felipe, hace tanto tiempo que estoy con ustedes, ¿y todavía no me conocen? El que me ha visto, ha visto al Padre. ¿Como dices: 'Muéstranos al Padre'? ¿No crees que yo estoy en el Padre y que el Padre está en mí? Las palabras que digo no son mías: el Padre que habita en mí es el que hace las obras. Créanme: yo estoy en el Padre y el Padre está en mí. Créanlo, al menos, por las obras. Les aseguro que el que cree en mí hará también las obras que yo hago, y aún mayores, porque yo me voy al Padre."Y yo haré todo lo que ustedes pidan en mi Nombre, para que el Padre sea glorificado en el Hijo. Si ustedes me piden algo en mi Nombre, yo lo haré."


RESONAR DE LA PALABRA

Queridos hermanos:

Seamos honestos: ¿qué vemos cuando vemos a Jesús? ¿De verdad descubrimos inmediatamente a Dios cuando miramos a Cristo? ¿No esperamos, en realidad, secretamente, que haya algo más de lo que vemos y tenemos, algo más que Cristo para llegar a Dios? ¿No nos parece poco el Evangelio? ¿No deberíamos abandonarnos al Espíritu, que es mayor que Cristo y más libre y más capaz de transformarnos?

Puede que Felipe no fuera versado en latines, pero tampoco era ingenuo. La suya es una de las peticiones más complejas y más profundas del Evangelio: «Señor, muéstranos al Padre y nos basta». ¿Es que acaso Felipe no comprendía a aquel por quien había dejado casa, tierra y heredad? ¿Acaso era completamente sordo a sus palabras, absolutamente ciego a sus obras? Quizá no fuera esto... Quizá pensara, inconscientemente, que un hombre es poca cosa para mostrarnos a Dios, por más que sea su Mesías. ¿Es tan descabellada esta inquietud? ¿Acaso no quedaría algo por decir acerca de Dios cuando Jesús murió? ¿No habría algo más allá, algo por descubrir? ¿Estamos condenados a vivir de palabras y obras tan limitadas y lejanas en el tiempo como las del Nazareno?

Después de veinte siglos de cristianismo, ya no nos es tan difícil comprender lo que les costaba entender a los judíos con quienes se encontraron Pablo y Bernabé: que el Evangelio de Jesús es para todos. Pero –al menos a mi juicio- la petición de Felipe sigue en pie: seguimos sospechando que Jesús no es todo el Evangelio. La vieja utopía de Joaquín de Fiore, que anunciaba la irrupción de una edad en que Cristo sería superado por el Espíritu, ¿no está en el fondo de muchas de nuestras quejas, de nuestros escepticismos, de nuestro anticlericalismo, de nuestra tibieza?

Si en Cristo lo tenemos todo, porque Él está en el Padre y el Padre en Él, ¿qué más necesitamos para vivir a fondo y dar a conocer su salvación? Nos llevará toda una vida entrar por la puerta que es Cristo, porque la fe requiere la paciencia y la mansedumbre de lo que se arraiga poco a poco. Ahora bien, si ya hemos conocido la puerta de Dios, ¿por qué andar tanteando la pared en busca de ventanas?

Vuestro hermano en la fe:
Adrián, cmf.

fuente del comentario CIUDAD REDONDA

COMPRENDIENDO LA PALABRA 280418

«El que cree en mi hará las mismas obras que yo e incluso mayores»


        Nuestro Señor dijo: «Bienaventurados los pobres de espíritu» (Mt 5,3); en esto la sabiduría eterna nos enseña que los obreros evangélicos tienen que evitar la magnificencia en las acciones y en las palabras, y seguir una manera de obrar y de hablar humilde, fácil y sencilla. Es el demonio el que nos pone bajo esa tiranía de querer tener éxito y el que, al vernos inclinados a proceder lisa y llanamente, nos dice: «Fíjate que vulgar; eso es demasiado basto e indigno de la majestad cristiana». ¡Qué astucia la del demonio! Tened cuidado, hermanos míos, renunciad a estas vanidades... tened ante los ojos la conducta de nuestro Señor, tan humilde y tan contraria a todo eso.
        El podía dar un gran esplendor a sus obras y una virtud soberana a sus palabras, pero no lo hizo. Les decía a sus apóstoles: «Haréis lo que yo hago, y más todavía». Señor, ¿por qué queréis que haciendo lo que tú has hecho, hagan todavía más?. Porque nuestro Señor quiere dejarse superar en las acciones públicas, para distinguirse él en las humildes y secretas; él quiere los frutos del evangelio y no los aplausos del mundo; por eso ha hecho más por medio de sus servidores que por sí mismo.
        Quiso que san Pedro convirtiese una vez a tres mil, otra vez a cinco mil personas (Hch 2,41; 4,4), y que toda la tierra se viera iluminada por sus apóstoles. En cuanto a él, a pesar de ser la luz del mundo (Jn 8,12), no predicó más que en Jerusalén y en sus alrededores, y predicó allí sabiendo que en otras partes tendría mucho más éxito. Sí, el se dirigió a los judíos como a los más capaces de despreciarle y de contradecirle. Por consiguiente, fue muy poco lo que hizo, mientras que sus pobres discípulos, ignorantes y vulgares, animados de su virtud, hicieron mucho más que él. ¿Por qué? Porque quiso ser humilde en esto.


San Vicente de Paúl (1581-1660), presbítero, fundador de la Congregación de la Misión y las Hijas de la Caridad 
Conferencia 127 del 02/05/ 1659

viernes, 27 de abril de 2018

Bautismo - Cristo en nosotros








«El bautismo permite a Cristo vivir en nosotros y a nosotros vivir unidos a él, para colaborar en la Iglesia, cada uno según su condición, en la transformación del mundo. Recibido solo una vez, el lavacro bautismal ilumina toda nuestra vida, guiando nuestros pasos hacia la Jerusalén del Cielo".
Francisco.
Audiencia 11.04.2018

En camino al Cielo

27 de abril de 2018
En su homilía de la Misa matutina celebrada en la capilla de la Casa de Santa Marta, el último viernes de abril, el Santo Padre – refiriéndose a la promesa de felicidad eterna hecha por Dios – recordó que el Cielo no es un lugar aburrido, como algunos piensan, sino el encuentro gozoso con Jesús. De ahí su invitación a caminar seguros por la vida confiando en esta promesa.
Francisco centró su reflexión en la primera Lectura propuesta por la liturgia del día tomada de los Hechos de los Apóstoles, que  refiere el discurso de Pablo en la sinagoga de Antioquía. Los habitantes de Jerusalén y sus jefes –  decía el Apóstol –  no habían reconocido a Jesús y lo habían condenado, pero Él, tras haber muerto, resucitó.“Y nosotros – concluía – les anunciamos que la promesa hecha a los Padres se ha cumplido, porque Dios la ha hecho por nosotros, sus hijos, resucitando a Jesús”.
Caminar con la promesa de Dios en el corazón
El Papa Bergoglio explicó asimismo que con esta promesa de Dios en el corazón el pueblo se puso en camino y con la seguridad de saberse  “un pueblo elegido”. A la vez que añadió que el pueblo, que con frecuencia es infiel, “confiaba en la promesa, porque sabía que Dios es fiel”. Y por esta razón iba adelante, confiando en la fidelidad de Dios.
“También nosotros estamos en camino: nosotros estamos en camino. Estamos en camino… y cuando hacemos esta pregunta –‘Sí, en camino: ¿pero en camino hacia dónde?’ – ‘Sí, ¡hacia el cielo!’ – ‘Y, ¿qué  cosa es el cielo?’. Y ahí comenzamos a resbalar en las respuestas, no sabemos bien cómo decir ‘qué cosa es el cielo’. Y muchas veces pensamos en un cielo abstracto, un cielo lejano, un cielo… sí, sí está bien allí… Algunos piensan: ‘Pero, ¿no será un poco aburrido estar allí toda la eternidad?’. No: el cielo no es eso.  Nosotros caminamos hacia un encuentro: el encuentro definitivo con Jesús. El cielo es el encuentro con Jesús”.
Jesús trabaja por nosotros, reza por nosotros
El Santo Padre añadió que debemos volver sobre este pensamiento: “Yo estoy caminando en la vida para encontrar a Jesús”. Un encuentro que nos hará gozar para siempre – afirmó Francisco –, pero después uno se pregunta:“¿Qué cosa hace Jesús, mientras tanto?”. Y respondió que el Señor no está sentado esperándome, sino que como dice el Evangelio, trabaja por nosotros. En efecto, Él mismo ha dicho: “Tengan fe también en mí”, y “Voy a prepararles un lugar”. “Y ¿cuál es el trabajo de Jesús? La intercesión. La oración de intercesión”.
“Jesús reza por mí, por cada uno de nosotros. Pero esto debemos repetirlo para convencernos: Él es fiel y Él reza por mí. En este momento”.
Él es fiel y nos prepara un lugar
El Papa Francisco recordó también las palabras que Jesús pronunció  en la Última Cena, cuando prometió a Pedro: “Yo rezaré por ti”. Y explicó que lo que le dijo a Pedro nos lo ha dicho a todos nosotros: “Yo rezo por ti”.
“Y cada uno de nosotros debe decir: ‘Jesús está rezando por mí’, está trabajando, nos está preparando aquel lugar. Y Él es fiel; Él es fiel: lo hace porque lo ha prometido. El Cielo será este encuentro, un encuentro con el Señor que ha ido allí a preparar el lugar, el encuentro de cada uno de nosotros. Y esto nos da confianza, hace crecer la confianza”.
La intercesión de Jesús
Jesús es el sacerdote intercesor, hasta el fin del mundo. “Que el Señor – concluyó el Pontífice –nos dé esta conciencia de estar en camino con esta promesa. Que el Señor nos dé esta gracia: la de mirar hacia arriba y pensar: ‘El Señor está rezando por mí’”.