“Él conoce a cada uno por su nombre y nos ha amado hasta el extremo, dando su vida por nosotros en la cruz para liberarnos del poder del pecado que tuerce y destruye nuestra vida. Él quiere que nos amemos entrañablemente entre nosotros y permanezcamos unidos formando «un solo rebaño con un solo Pastor». Y cuando, haciendo mal uso de la libertad que nos ha dado, rechazamos su amor incondicional y nos dejamos seducir por el mal destruyendo la vida de la gracia en nosotros y apartándonos del rebaño que camina hacia las verdes praderas de la vida eterna, siente desgarrarse su corazón de padre”
p. José María Prats
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