lunes, 30 de junio de 2014

La tentación es también un crisol

Dios entrena sus valientes guerreros en el campo de la tentación.

Los combatientes de Dios son forjados y crean temple en el crisol de la tentación. Es una cosa extraña; mucha gente no acepta eso, siente repulsa a pensarlo, pero es la pura verdad! El Señor entrena a Sus valientes guerreros en el campo abierto de la tentación.
Fue así con Su Hijo Jesús: el Padre lo preparaba para ser el "General" del poderoso ejército de Sus valientes guerreros; por eso lo hizo pasar también a Él por la dura prueba de la tentación. No lo dudes: el discípulo no es más que el Maestro. Nosotros pasamos por los mismos caminos de Jesús.

No podemos confiar en nosotros mismos. Nuestra naturaleza humana fue contaminada por el pecado. Somos portadores de una inclinación para el mal. Si no tenemos los cuidados necesarios, esa naturaleza tomará cuenta de nosotros y acabaremos perdiendo la gracia de Dios. Es necesario podar siempre el hombre viejo y dejar que crezca la rama nueva, esto es, a semejanza de Jesús. Eso lo hace el Espíritu Santo, que el propio Señor injertó en nosotros. Esa criatura nueva ya existe en nosotros.


"Los combatientes de Dios son forjados
y crean temple en el crisol de la tentación"

Por qué escribas y sacerdotes, levitas y fariseos, que conocían y enseñaban la Palabra, acabaron traicionando a Jesús? Porque los más escogidos, los elegidos, los más amados son los más tentados.

Leemos en la parábola de los viñadores: 
"Pero los trabajadores, al ver al hijo, se dijeron: Ese es el heredero. Lo matamos y así nos quedamos con su herencia. Lo tomaron, pues, lo echaron fuera de la viña y lo mataron. Ahora bien, cuando venga el dueño de la viña, ¿qué hará con esos labradores?» Le contestaron: «Hará morir sin compasión a esa gente tan mala, y arrendará la viña a otros labradores que le paguen a su debido tiempo.» Jesús agregó: «¿No han leído cierta Escritura? Dice así: La piedra que los constructores desecharon llegó a ser la piedra principal del edificio; ésa fue la obra del Señor y nos dejó maravillados. Ahora yo les digo a ustedes: Se les quitará el Reino de los Cielos, y será entregado a un pueblo que le hará producir sus frutos." Mt 21,38-43

Dios dio el arrendamiento de Su Reino, en primer lugar, al pueblo elegido por El: los judíos. Como éstos no escogieron a Jesús, llegando a incluso causarle la muerte, el arrendamiento fue pasado a otro pueblo: los paganos, que somos nosotros.

Si el pueblo elegido acabó rechazando a Jesús y, por eso perdió el Reino, más todavía nosotros, que somos la segunda opción, necesitamos estar atentos para no perdernos ese Reino. No somos mejores que lo judíos, que fueron preparados por Dios durante siglos, pero no se "dejaron tocar" por la predicación de Jesús. Ellos quedaron llenos de celos. Los sacerdotes y escribas, los grandes conocedores de la palabra tuvieron envidia de la sabiduría de Jesús; dejaron que la naturaleza humana con su amor propio prevaleciese. No resistieron la fuerza del hombre viejo.

Por eso no podemos decir que somos mejores que los otros. Es como ser  portador de una enfermedad sin aún haberse manifestado. El no es mejor que aquel en quien la dolencia ya se manifestó, los dos están contaminados, son portadores del mismo mal.

La verdad es que no podemos confiar en nosotros mismos.
Nuestra naturaleza humana fue contaminada por el pecado. Somos portadores de una inclinación hacia el mal. Si no tenemos cuidado, esa naturaleza vieja tomará cuenta de nosotros.

Antes de nuestra conversión, el enemigo poco se preocupaba de tentarnos. pero, en la medida en que más tomamos conciencia de que somos elegidos, cuanto más caminamos los caminos del Señor y  nos volvemos útiles en el trabajo de Dios, más somos probados por la tentación.

Artículo tomado del libro: "Combatientes en la prueba", de mons. Jonas Abib.
Adaptación del original en portugues
fuente: Portal www.cancaonova.com

Estemos vigilantes y tengamos una vida de oración

Trecho de una prédica del p. Marlon Múcio

El tema de éste encuentro de "Sanación y Liberación es: "Levanten sus cabezas, pues su salvación se aproxima". Sí, necesitamos levantar, erguir, nuestras cabezas para que ésta promesa se cumpla!
Para vos que estás triste y abatido por la heridas del cotidiano vivir, pide al Espíritu Santo poder salir de la ceguera espiritual y contemplar la salvación que se aproxima.

La Palabra que Dios nos concede en este momento, extraída del Evangelio de San Lucas 21,25 nos aproxima al fin y nos alerta sobre la necesidad de vivir en función de la segunda venida gloriosa de Cristo. Tenemos que llevar una vida de conversión.

El Buen Dios quiere que, al erguir nuestras cabezas, tengamos dos actitudes de fe.
Tal vez ya las conozcas, pero, aún no has intentado vivirlas: VIGILAR y ORAR.
Eso es lo que Dios quiere de nosotros y nada más.

La primera actitud de vigilancia se da al levantar nuestra cabeza, en un sentido de prontitud. Quien anda por las calles de la vida mirando hacia el suelo o para sus problemas puede no encontrar el auxilio que está a su lado. Mis hermanos, ¿qué es vigilar?
La función de un vigía es de guardar y proteger. El tiene que quedarse en su puesto; eso es para nosotros una orden: "¡Retorna a tu puesto!
Muchos dejaron atrás su puesto, lo cambiaron, cambiaron el verdadero amor por uno cualquiera.

Imagina un vigilante que, en vez de estar de centinela, está perdido o desatento a su función.
Es eso lo que el enemigo de Dios quiere de ti, que estes completamente desatento, distraido. Amado, tu has sido constituido vigía de tu casa, de tu familia! Cuando Jesús vuelva, quiere encontrar a las personas haciendo aquello para lo cual fueron constituidas, o sea, un padre debe estar entretenido con las cosas de un padre. Un padre de familia debe vivir como un verdadero padre de familia y no dejar que las cosas del mundo lo distraigan; lo mismo vale para las madres y para todos los miembros de una casa. Dios nos bendice con el don de la vigilancia.

El centinela es aquel que vigila con sin temor las páginas del evangelio. Un vigía tiene que tener un mirar atento para ver las gracias que vienen de Dios como para ver las tentaciones que vienen de la acción del enemigo. Es necesario estar despiertos, mis hermanos!

La vigilancia no es todo, es preciso además mantener una vida de oración.
Esta es nuestra segunda actitud, la oración.
Cuando el mal se aproxime, necesitamos rápidamente movernos para una vida de oración. Hermanos, un vigía es un precavido, o sea, es aquel que está listo para enfrentar toda y cualquier situación. Nosotros como centinelas de Cristo debemos estar precavidos con la oración.

Es necesario tener una actitud de fe delante de todas las situaciones. Tú, que eres un centinela, busca rezar para estar siempre listo en tu propia vida y en la vida de aquellos que están a tu lado.

"Dios quiere que tengamos una vida de vigilancia y de oración",
enfatiza el padre Márlon
Foto: Natalino Ueda/cancaonova.com

Hermanos, es necesario orar.
Quien piensa que reza mucho debe saber que solo pensando eso ya está rezando poco. Nuestra Señor, en muchas de sus apariciones pidió que tuviésemos siempre una vida de oración.

Como centinela, necesitas cuidar de aquellos que están bajo tus responsabilidades y, aunque ellos no gusten de ti o de tu modo de actuar, no puede volverte enemigos de ellos. El propio Señor nos enseña a ser amigos unos de otros.

Santa Teresa de Avila decía que la oración es entrar nosotros en el corazón de Dios. La sed que tenemos de Dios es una atracción primero de Él hacia nosotros. El toma nuestro ser y habita en nuestra alma.
Cuando más nos aproximamos al Señor, tanto más somos atraídos por El.

"Cada momento y lugar son un momento y lugar de una vida de oración" enseña Santa Catalina de Siena.

San Juan Pablo II nos enseñó, durante su vida, a conciliar la vida de oración con la vida de vigilancia. El buscaba, por intermedio de la prácticas de piedad, la intimidad con Dios durante la celebración de la Santa Misa, el rezo del Santo Rosario y la oración de la Liturgia de las horas, entre otras cosas. El era muy apasionado por el Rosario. Todas estas prácticas eran publicas y todos nosotros sabemos que el las vivía, pero existen otras prácticas que nosotros, muchas veces, desconocemos, como la devoción al Sagrado Corazón de Jesús y al Divino Espíritu Santo. El tenía el don de la oración intensa y disciplinada.

Padre Márlon Múcio 
Fundador da Comunidade Missão Sede Santos
transcripción de parte de la prédica: Luana Oliveira
fuente Canção Nova.
Adaptación final del original en portugues.

¿Qué es la "espiritualidad de mantenimiento?

¡Cuidado!
¡Es una cosa muy peligrosa!
Es el tipo de espiritualidad y vida de oración que vivimos, muchas veces,
sin percibir, y nos mantiene exactamente en el mismo lugar
donde nos encontramos, sin cambios ni avance alguno.
Por eso es peligrosa, porque jamás podemos dejar de crecer!

La espiritualidad de "mantenimiento" es una espiritualidad media,
satisfactoria sí, pero sin dirección hacia lo Alto.
Cuidado, puede que estés vivíendola sin darte cuenta!

Con cariño y oración,
tu hermano,
Ricardo Sá

fuente: Portal Canción Nueva
Adaptación del original en portugues.

Novena a la PRECIOSISIMA SANGRE DE CRISTO - Día 9

día noveno
ORACIÓN PARA TODOS LOS DÍAS 
Jesús mío, varón de Dolores, acepta el homenaje
quiero tributar a vuestra PRECIOSÍSIMA SANGRE durante
esta novena, como señal de mi más sincera gratitud
por los dolores y sufrimientos que voluntariamente padeciste
en reparación de mis innumerables pecados y
como una prueba de vuestro inmenso Amor hacia mí.

Os adoro como a mi único Dios que
quiso hacerse hombre para salvarme de la muerte eterna.
Os doy gracias como a mi mejor amigo,
porque entregaste tu vida como
una prueba del mayor amor posible.
Os pido perdón por las pocas veces que
me he acordado de Ti, Varón de Dolores,
y por haber sido la causa de tus dolores
y sufrimientos con los muchos  pecados que he cometido.

Os ruego, Jesús mío, me concedas todas
las Gracias que necesito para conocerte,
amarte y servirte fielmente hasta la muerte y salvar mi alma.
Alcánzame una devoción ferviente a tu
Sagrada Pasión por la que me has redimido
y a Tú Preciosísima Sangre. Enséname a saber
unir las penas y sufrimientos de mi vida  con los tuyos.


PETICIÓN:
Por los méritos de tu PRECIOSÍSIMA SANGRE y la
intercesión de tu Madre, la Virgen de los Dolores
te pido me conceda la Gracia especial que deseo
en esta novena.
SE PIDE LA GRACIA QUE SE DESEA ALCANZAR

Con la filial confianza y abandono a tu Santa Voluntad.
Y si no es Tú Voluntad concederme lo que te pido.
Te suplico me concedas lo que consideres
más beneficioso para mi alma.

Concédeme la gracia de conocerte
amarte y sentir arrepentimiento de  haberte ofendido.
Te pido esta Gracia por Tu Preciosa Sangra.

Por aquella Sangre preciosa que baño
tu Cuerpo Sagrado y cayo gota a gota
hasta el suelo en el huerto de los Olivos.

Por aquella Sangre preciosa que fluía
de tu cuerpo Sagrado durante los azotes.

Por aquella Sangre Preciosa que
cubrió Tu Rostro Sagrado en la coronación de espinas.

Por aquella Sangre Preciosa que broto
de tus Manos y pies en el Calvario.

Por aquella Sangre Preciosa que manó
de tu Sagrado Corazón después de tu Muerte.

Por la Sangre Preciosa que todavía se ofrece
cada día sobre nuestros altares en la santa Misa.

Por la Sangre Preciosa que debemos en la Sagrada Comunión,
de la que dijiste:
" el que Come Mi Carne y Bebe Mi Sangre tiene Vida Eterna".

PREPARACIÓN
Los Santos del Apocalipsis cantan fervorosamente
“Con tu Sangre has comprado para Dios gentes de toda tribu, lengua, pueblo y nación; has hecho de ellos una dinastía sacerdotal, que sirve a Dios y reina sobre la tierra”
  (Apocalipsis 5:9)

Nosotros ahora nos unimos a este clamor celestial, y en la comunión del Espíritu con todos los santos de la tierra y venerando esa Sangre Divina que nos rescató del poder de las tinieblas y nos trasladó al reino de la luz, rendimos culto reverente a Dios, como pueblo sacerdotal que somos.
(Col. 1: 13 y 20)

Cristo Jesús, Cordero de Dios, que nos has salvado con tu sangre, ¡Te alabamos! ¡Te bendecimos! ¡Te adoramos! ¡Te damos gracias rendidas! Y te pedimos la salvación de todos los que nos hemos lavado en tu Sangre Sagrada. Amén

LEO EN LA PALABRA DE DIOS
“-Tenemos un Pontífice excelso, Jesús, que ha penetrado los cielos - con su propia sangre - y está siempre vivo para interceder por los que por él se llegan a Dios”
 (Hebreos 4:14, 19:12, 7:25)

MEDITACIONES
Una última mirada a la Sangre de Cristo. ¿Qué nos ha merecido Jesús con ella? Nada menos que la Gloria de Dios, la misma con la que Dios es infinitamente dichoso, la que tiene el mismo Jesucristo glorificado a la derecha del Padre. Y ante este su Padre está repitiendo continuamente: "Quiero que donde yo estoy estén también los míos que Tú me diste". Ya que para esto se adelantó: "Voy a prepararos un lugar" Nuestro destino es el Cielo, que no es propio de almas débiles, sino de los espíritus más grandes, que no se contentan sino con Dios.

Padrenuestro…

Como Esteban, entreabierto veo el Cielo, Señor. ¿Cuándo podré estar contigo? ¡Hoy lléname de tu Presencia!

ORACIÓN
“Señor Jesucristo, autor, guía y consumador de la fe, que vas al frente de los que caminan hacia la Patria. Hazme seguir fielmente tus pisadas para conseguir ese Cielo que me tienes prometido y preparado. Amén.”

"EN SU GRAN AMOR DIOS ME HA LIBERADO
POR LA SANGRE QUE SU HIJO DERRAMÓ,
Y HA PERDONADO MIS PECADOS".
(Efesios 1:7)


¡OH DIVINO ANTÍDOTO!,
LIBÉRAME DEL VENENO DEL PECADO
AMÉN, ALELUYA, AMÉN.

domingo, 29 de junio de 2014

Buen día, Espíritu Santo 30 06 2014

¡Buen día, Espíritu Santo!
¡Tú eres el Dador de toda gracia,
el prometido del Padre, el Defensor que esperaba.
¡Ven!, llena con tu presencia mi vida,
fortalece mi corazón,
otórgame garra, sabiduría y entendimiento
para caminar el sendero de la vida,
para caminar en Bendición!
Y si en mi día me olvido de Ti,
¡Ilumina mis pruebas con Tu Luz!
¿Que podemos hacer juntos hoy, Bendito Espíritu?



Buena compañera

"La serenidad debe ser nuestra compañera
para lidiar con los problemas de la vida.
Si somos movidos por la agitación y por la revuelta
los problemas nos irán tragando."



Revístanse del amor de Cristo

Cuando un artista va a pintar un retrato, el va tomando como base su modelo, hasta conseguir colocar en el lienzo la imagen que tiene delante de sí. Es eso lo que el Padre está haciendo en ti, lo que el Espíritu Santo está pintando en el lienzo de tu ser: la imagen de Dios.
entonces, hasta llegar a la perfección, el Espíritu Santo todavía tiene mucho que hacer.

"Visto que son electos, santificados, amado por Dios, revístanse de los sentimientos de compasión, benevolencia, humildad, dulzura, paciencia. Sopórtense unos a otros, y si alguien tiene algún motivo de queja contra el otro, perdónense mutuamente, así como el Señor los perdonó, hagan lo mismo también ustedes. Y, encima de todo, revístanse del amor y el vínculo perfecto. (Cl. 3,12-14)

Dejen de lado cólera, irritación, injurias, maldades, palabras torpes, engaños, mentiras. Dejen todo de lado... y déjense transformar. Revístanse entonces de misericordia, de bondad, humildad, dulzura, paciencia, tolerancia, perdón. Y, por sobre todo, revístanse de amor, porque el amor es el vínculo perfecto.

Cuanto más se revistan de amor, más perfectos serán, más imagen de Dios. El amor es necesario; sin el nunca habrá perfección. Esto es vida de resucitado. Esto es vida en Cristo.

Tu hermano,
Mons. Jonas Abib
Fundador da Comunidade Canção Nova

Si viene una batalla espiritual, ¿qué hago?

Si vos, por la gracia de Dios, en algún momento de tu vida, identificas batallas espirituales, el modo de actuar es simple, pero fundamental.
La mayoría de nosotros, algunas veces, llenos de infantilidad, nos entregamos a las conversaciones, consejos y tantas otras cosas que son, de hecho, importantes, pero nos quedamos en ellas. ¡Error fatal!
Lo fundamental es que nos concentremos en el hecho de que batallas espirituales solo pueden ser vencidas con armas espirituales! De esto no podemos olvidarnos, y necesitamos actuar sin demora. ¿Lo entiendes?

Con cariño y oraciones,
Tu hermano,
Ricardo Sá.

fuente Portal Canção Nova.
Adaptación del original en portugues.

Seducción

¿Somos seducidos por debilidad o escogemos pecar?

Nuestra conciencia, lugar donde Dios habita, nos inquieta; aún así, muchas veces, hacemos el mal. ¿Eso es resultado de nuestra debilidad o de nuestra libre elección?

Decir “no” al pecado es una lucha presente en la vida de todo cristiano que toma en serio su caminata. Es real percibir señales que anteceden al acto de pecar, porque somos invadidos por los deseos y las pasiones que no controlamos o que elegimos no controlar. Para que el acto sea pecaminoso necesita haber un proceso consciente, una decisión. Si no es conciente, o sea si la persona no tiene la capacidad de escoger entre hacerlo o no, no es pecado. En este contexto, existe una realidad que abarca todas las situaciones de pecado: la concupiscencia.

En el Catecismo de la Iglesia Católica, se lee que la concupiscencia: “puede designar toda forma vehemente de deseo humano. La teología cristiana le ha dado el sentido particular de un movimiento del apetito sensible que contraría la obra de la razón humana”(CIC 2515). O sea, es un acto de la razón que antecede al acto de pecar, podemos decir que es “planear” el pecado.

somos seducidos por debilidad o escogemos pecar

En el texto bíblico que meditamos vemos que Caín se enoja con la preferencia de Dios hacia la oferta hecha por su hermano Abel. El Señor, al darse cuenta, lo cuestiona: “¿Por qué andas irritado y con el rostro abatido?” (Gn 4,6). Dios tiene la intención de cambiar el corazón de Caín, pero él no se abre al Señor y se esconde. Dentro de él, estaba el deseo de matar a su hermano, y ni siquiera Dios, alertándolo sobre las consecuencias, lo hizo cambiar de idea.

¿Cuántas veces nos encontramos en situaciones ante las cuales nos damos cuenta, claramente, que estamos a punto de cometer un acto que resultará en pecado? Un hombre que se siente atraído por una mujer casada, por ejemplo, que cuando ve que puede ser correspondido, insiste, incluso sabiendo que debe evitarlo, porque aquello le agrada de alguna forma. Existe dentro del hombre esa alerta, pero nosotros, muchas veces, la ignoramos, la pasamos por alto, actuamos y pecamos. Nuestra conciencia, lugar donde Dios habita, nos inquieta delante de esas circunstancias, pero el hombre no ve o finge que no ve y continúa con su inclinación al mal.

Basta que miremos nuestros últimos pecados y reflexionemos. Veamos qué se fue generando dentro de nosotros antes de pecar. Sabíamos que la situación nos llevaría al error; aún así, continuamos. ¿Nos dejamos seducir por debilidad o, simplemente pecamos por libre elección?

Caín invitó a su hermano a ir al campo – aquí vemos que pensó en lo que iba a hacer, se trata de acto premeditado, el primer homicidio relatado en la Biblia. Este hecho nos quiere enseñar que en nosotros existe esa postura de planear el pecado y engañar a Dios; muchas veces, nos engañamos a nosotros mismos, en una actitud consciente y premeditada.

Nuestra lectura termina con una frase que crea en nosotros un impacto, si nos detenemos y reflexionamos sobre ella: “el pecado acecha a tu puerta y te acosa aunque tu puedes dominarlo” (Gn 4,7). Esa frase de Dios dirigida a Caín revela que el Señor conocía la intención de su corazón, tanto que, si leemos todo el versículo siete, donde Dios le habla a nuestro personaje, veremos que Él ve su apariencia, señal clara de que “el pecado estaba acechando su puerta” (cf. Gn 4,7). Sí, el ser humano da señales claras de que va a pecar, en esas señales, tenemos la oportunidad de luchar contra el pecado, de afianzar nuestro corazón y declarar en Dios: “¡PHN! Por hoy no, por hoy no voy a pecar”. Esas señales nos dan la chance de elegir entre el bien y el mal.

Entonces, encontraremos una llave en la lucha por la santidad, un arma que el propio Dios nos dio. Como vemos en el Catecismo de la Iglesia Católica (CIC), la concupiscencia no caracteriza al pecado en si mismo, es el intervalo entre el estimulo que recibimos y nuestra reacción. Así podemos decir que, en ese intervalo, podemos controlarnos y detener nuestra reacción. Por lo tanto, ¡es posible dominar el deseo, dominar la concupiscencia!

No fuimos creados para ser esclavizados por nuestros deseos, y necesitamos convencernos que solo no podemos dominarlos. Dios coloca personas a nuestro lado, coloca lecturas, prédicas y mucho más para que crezcamos en nuestro autoconocimiento y también en el día a día. Él nos da la posibilidad de elegir qué hacer ante los estímulos externos que recibimos. Y una capilla, una iglesia, es el lugar ideal para derramar nuestras angustias, para estar delante de Jesús y pedirle el auxilio necesario, pues el Espíritu viene en auxilio de nuestra flaqueza (cf. Rom 8,26). ¡Eso requiere entrenamiento, requiere esfuerzo y lucha!

¡Dios nos bendiga en esta batalla por la santidad!

fuente: portal Canción Nueva en español

Corazón herido...

Corazón herido, corazón sano

¡Necesitas asumir la sanación de tu corazón! Tú, que traes una profunda tristeza y muchas heridas en tu corazón, entrégate a los brazos del Padre, lánzate como un niño en su regazo. Los problemas nos duelen, por eso necesitamos cuidarnos. Cuánta gente infectada en el alma y el corazón debido a los problemas. Las personas hasta confunden los problemas con la misma herida. Tal vez estés esperando que tus dificultades se solucionen para que estés sano, pero no es así. Hay problemas que dependen del otro para que ser resueltos. Por eso, no puedes esperar que ellos lo solucionen para que estés bien.

Hoy, el Señor te está diciendo: “Hijo mío, el problema existe y él te hiere, te llaga, pero yo quiero sanar tu corazón para que puedas enfrentar tus problemas. Tu herida hizo que te desesperaras, por eso ya no puedes rezar como necesitas. Por amor a ti mismo, ¡déjame sanarte!. Al ser sano, podrás solucionar tus problemas.

En la desesperación y en la angustia en que estás, hablas cosas que no deberías, y eso sólo agranda el problema. Lamentablemente estás confundiendo el problema con la tristeza que sientes y quieres estar sano apenas el problema acabe pero no es así.

Deja que Jesús ponga su mano en tu corazón dolorido y lo calme. ¡¿Cuántas veces el niño está con cólicos y cariñosamente, la mamá hace masajes en su barriguita para aliviar el dolor? Deja que Jesús te toque como una mamá toca a su hijo.

corazn herido, corazon sano

Hay muchos hombres angustiados debido al trabajo, al patrón, a las cuentas y hasta debido a la familia y a los amigos. Te quisiste mostrar fuerte y rígido pero eso te causó aún más dolor. Deja que Jesús te traiga paz al corazón y te devuelva la alegría aún en medio de tantos dolores.

Cuántas veces te ves con problemas de presión y falta de aire, con dolores en el cuerpo y una porción de otras ocsas, ¿Por qué te afliges? Jesús te recibe de brazos abiertos. Lánzate a Su corazón, porque El quiere hacer en ti una obra de sanación y restauración.

Muchas personas necesitan perdonar. Hoy, el Señor quiere darte la gracia del perdón. Crees que tienes el derecho de quedarte resentido, pero el resentimiento te deja una “ampolla de pus”, y es una infección que solo te daña. Hoy, Dios te da la gracia de exteriorizar esa infección del resentimiento. Todas las tristezas que tienes, toda depresión y todos tus problemas de salud pueden ser causados por el resentimiento, pero Dios te llama a perdonar para que puedas librarte del resentimiento que tanto mal te ha hecho.

Dios quiere entrar en tu vida de una forma nueva. Así como la radioterapia quema las células con cáncer, el Espíritu Santo quiere sanar tu corazón y darte capacidad de amar. Jesús te quiere abrazar. Su corazón late fuerte por ti.

Hijo, vuelve a Dios, vuelva a la Iglesia y a tu comunidad. Cuando seas sanado por el Señor, volverás a tener paz, a vivir, a tener vida. La alegría vuelve.

Monseñor Jonas Abib
Trecho de la prédica “Corazón herido, corazón sanado” – 15 de Mayo de 1998
fuente: Portal Canción Nueva

Novena a la PRECIOSISIMA SANGRE DE CRISTO - Dia 8



día octavo
ORACIÓN PARA TODOS LOS DÍAS 
Jesús mío, varón de Dolores, acepta el homenaje
quiero tributar a vuestra PRECIOSÍSIMA SANGRE durante
esta novena, como señal de mi más sincera gratitud
por los dolores y sufrimientos que voluntariamente padeciste
en reparación de mis innumerables pecados y
como una prueba de vuestro inmenso Amor hacia mí.

Os adoro como a mi único Dios que
quiso hacerse hombre para salvarme de la muerte eterna.
Os doy gracias como a mi mejor amigo,
porque entregaste tu vida como
una prueba del mayor amor posible.
Os pido perdón por las pocas veces que
me he acordado de Ti, Varón de Dolores,
y por haber sido la causa de tus dolores
y sufrimientos con los muchos  pecados que he cometido.

Os ruego, Jesús mío, me concedas todas
las Gracias que necesito para conocerte,
amarte y servirte fielmente hasta la muerte y salvar mi alma.
Alcánzame una devoción ferviente a tu
Sagrada Pasión por la que me has redimido
y a Tú Preciosísima Sangre. Enséname a saber
unir las penas y sufrimientos de mi vida  con los tuyos.


PETICIÓN:
Por los méritos de tu PRECIOSÍSIMA SANGRE y la
intercesión de tu Madre, la Virgen de los Dolores
te pido me conceda la Gracia especial que deseo
en esta novena.
SE PIDE LA GRACIA QUE SE DESEA ALCANZAR

Con la filial confianza y abandono a tu Santa Voluntad.
Y si no es Tú Voluntad concederme lo que te pido.
Te suplico me concedas lo que consideres
más beneficioso para mi alma.

Concédeme la gracia de conocerte
amarte y sentir arrepentimiento de  haberte ofendido.
Te pido esta Gracia por Tu Preciosa Sangra.

Por aquella Sangre preciosa que baño
tu Cuerpo Sagrado y cayo gota a gota
hasta el suelo en el huerto de los Olivos.

Por aquella Sangre preciosa que fluía
de tu cuerpo Sagrado durante los azotes.

Por aquella Sangre Preciosa que
cubrió Tu Rostro Sagrado en la coronación de espinas.

Por aquella Sangre Preciosa que broto
de tus Manos y pies en el Calvario.

Por aquella Sangre Preciosa que manó
de tu Sagrado Corazón después de tu Muerte.

Por la Sangre Preciosa que todavía se ofrece
cada día sobre nuestros altares en la santa Misa.

Por la Sangre Preciosa que debemos en la Sagrada Comunión,
de la que dijiste:
" el que Come Mi Carne y Bebe Mi Sangre tiene Vida Eterna".

PREPARACIÓN
Los Santos del Apocalipsis cantan fervorosamente
“Con tu Sangre has comprado para Dios gentes de toda tribu, lengua, pueblo y nación; has hecho de ellos una dinastía sacerdotal, que sirve a Dios y reina sobre la tierra”
  (Apocalipsis 5:9)

Nosotros ahora nos unimos a este clamor celestial, y en la comunión del Espíritu con todos los santos de la tierra y venerando esa Sangre Divina que nos rescató del poder de las tinieblas y nos trasladó al reino de la luz, rendimos culto reverente a Dios, como pueblo sacerdotal que somos.
(Col. 1: 13 y 20)

Cristo Jesús, Cordero de Dios, que nos has salvado con tu sangre, ¡Te alabamos! ¡Te bendecimos! ¡Te adoramos! ¡Te damos gracias rendidas! Y te pedimos la salvación de todos los que nos hemos lavado en tu Sangre Sagrada. Amén

LEO EN LA PALABRA DE DIOS: 
“Estos son los que han lavado y blanqueado sus vestiduras en la Sangre del Cordero. Por eso están ante el trono de Dios"
(Apocalipsis 7:14).

MEDITACIÓN
Hemos de contar con el pecado como una triste realidad de nuestra vida. Heredamos de nuestros padres Adán y Eva una naturaleza dañada, y nuestra malicia a veces, y nuestra debilidad siempre, nos llevan a ofender a Dios de muchas maneras. ¿Quién pondrá remedio a esta dolorosa condición nuestra?.
¡Gracias sean dadas a nuestro Señor Jesucristo, que con su Sangre nos ha librado de tan lastimosa condición! Dios nos pide solamente arrepentimiento, conversión, reconciliación con El mediante los Sacramentos. Y, eso sí, lucha valiente para no hacer nunca las paces con el pecado.

Padrenuestro…

¡Qué divino tesoro, Jesús, me has dado en tu Sangre! ¡Límpiame de toda mancha, para ser como te agrada!...

ORACIÓN
 “Señor Jesucristo, amador de los pecadores, que somos todos. Derrama sobre mí la abundancia de los méritos de tú Sangre, para que, con limpieza de corazón, vea siempre a Dios en todas las cosas. Amén.”

"EN SU GRAN AMOR DIOS ME HA LIBERADO
POR LA SANGRE QUE SU HIJO DERRAMÓ,
Y HA PERDONADO MIS PECADOS".
(Efesios 1:7)


¡OH DIVINO ANTÍDOTO!,
LIBÉRAME DEL VENENO DEL PECADO
AMÉN, ALELUYA, AMÉN.

Novena a la PRECIOSISIMA SANGRE DE CRISTO - Día 7

día séptimo




ORACIÓN PARA TODOS LOS DÍAS 
Jesús mío, varón de Dolores, acepta el homenaje
quiero tributar a vuestra PRECIOSÍSIMA SANGRE durante
esta novena, como señal de mi más sincera gratitud
por los dolores y sufrimientos que voluntariamente padeciste
en reparación de mis innumerables pecados y
como una prueba de vuestro inmenso Amor hacia mí.

Os adoro como a mi único Dios que
quiso hacerse hombre para salvarme de la muerte eterna.
Os doy gracias como a mi mejor amigo,
porque entregaste tu vida como
una prueba del mayor amor posible.
Os pido perdón por las pocas veces que
me he acordado de Ti, Varón de Dolores,
y por haber sido la causa de tus dolores
y sufrimientos con los muchos  pecados que he cometido.

Os ruego, Jesús mío, me concedas todas
las Gracias que necesito para conocerte,
amarte y servirte fielmente hasta la muerte y salvar mi alma.
Alcánzame una devoción ferviente a tu
Sagrada Pasión por la que me has redimido
y a Tú Preciosísima Sangre. Enséname a saber
unir las penas y sufrimientos de mi vida  con los tuyos.

PETICIÓN:
Por los méritos de tu PRECIOSÍSIMA SANGRE y la
intercesión de tu Madre, la Virgen de los Dolores
te pido me conceda la Gracia especial que deseo
en esta novena.
SE PIDE LA GRACIA QUE SE DESEA ALCANZAR

Con la filial confianza y abandono a tu Santa Voluntad.
Y si no es Tú Voluntad concederme lo que te pido.
Te suplico me concedas lo que consideres
más beneficioso para mi alma.

Concédeme la gracia de conocerte
amarte y sentir arrepentimiento de  haberte ofendido.
Te pido esta Gracia por Tu Preciosa Sangra.

Por aquella Sangre preciosa que baño
tu Cuerpo Sagrado y cayo gota a gota
hasta el suelo en el huerto de los Olivos.

Por aquella Sangre preciosa que fluía
de tu cuerpo Sagrado durante los azotes.

Por aquella Sangre Preciosa que
cubrió Tu Rostro Sagrado en la coronación de espinas.

Por aquella Sangre Preciosa que broto
de tus Manos y pies en el Calvario.

Por aquella Sangre Preciosa que manó
de tu Sagrado Corazón después de tu Muerte.

Por la Sangre Preciosa que todavía se ofrece
cada día sobre nuestros altares en la santa Misa.

Por la Sangre Preciosa que debemos en la Sagrada Comunión,
de la que dijiste:
" el que Come Mi Carne y Bebe Mi Sangre tiene Vida Eterna".

PREPARACIÓN
Los Santos del Apocalipsis cantan fervorosamente
“Con tu Sangre has comprado para Dios gentes de toda tribu, lengua, pueblo y nación; has hecho de ellos una dinastía sacerdotal, que sirve a Dios y reina sobre la tierra”
  (Apocalipsis 5:9)

Nosotros ahora nos unimos a este clamor celestial, y en la comunión del Espíritu con todos los santos de la tierra y venerando esa Sangre Divina que nos rescató del poder de las tinieblas y nos trasladó al reino de la luz, rendimos culto reverente a Dios, como pueblo sacerdotal que somos.
(Col. 1: 13 y 20)

Cristo Jesús, Cordero de Dios, que nos has salvado con tu sangre, ¡Te alabamos! ¡Te bendecimos! ¡Te adoramos! ¡Te damos gracias rendidas! Y te pedimos la salvación de todos los que nos hemos lavado en tu Sangre Sagrada. Amén

LEO EN LA PALABRA DE DIOS
-Vi el cielo abierto. Y el que se llama desde siempre El Verbo de Dios, estaba cubierto con un manto lleno de sangre”
 (Apocalipsis 19: 12-13)

MEDITACIÓN
Jesucristo, el Hijo de Dios, aparece en el Cielo como un militar triunfador. Se empapó de sangre, en la suya, y ahora ostenta las propia, luchando contra el enemigo condecoraciones ganadas en una guerra a vida o muerte.  Ha vencido en toda la línea. "El príncipe de este mundo ha sido echado fuera". Y llega el día en que "todos sus enemigos estarán colocados como escabel de sus pies"... ¿Me doy cuenta a qué me llama el Señor? El Cielo no es para cobardes, sino para los esforzados que, como Jesús, saben enfrentarse cada día, hasta la sangre, en la lucha contra el mal.

Padrenuestro…

Por tú Espíritu, Señor, danos valor en la lucha, danos la victoria; victoria sobre la muerte danos la Gloria futura.

ORACIÓN
“Señor Jesucristo, que nos dijiste que el Reino de los Cielos lo arrebatan únicamente los valientes. Dame el esfuerzo que necesito para ir contigo hasta el Calvario a fin de subir desde él al Cielo. Amén.”

"EN SU GRAN AMOR DIOS ME HA LIBERADO
POR LA SANGRE QUE SU HIJO DERRAMÓ,
Y HA PERDONADO MIS PECADOS".
 (Efesios 1:7)


¡OH DIVINO ANTÍDOTO!,
LIBÉRAME DEL VENENO DEL PECADO
AMÉN, ALELUYA, AMÉN.