Es muy posible que no prestes demasiada atención a lo que hablas,
al modo como hablas ni a quién hablas.
Puede ser incluso que no te des cuenta de tus conversaciones repetidas ni de la repercusión que ellas poseen en tu propia vida y en la vida de aquellos que están a tu lado.
Tal vez hables mucho. Entonces, omite palabras o habla sólo las que tienen valor!
Puede que desconozcas el hecho de que las palabras son constructoras de realidades!
¿lo has pensado?
Con cariño y oraciones,
Ricardo Sa
fuente: www.cancaonova.com
adaptación del original en portugues.
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