Me voy a casar, pero... ¡no quiero hijos!
¿Qué está sucediendo?
La ausencia de calidad en las relaciones es, principalmente, una horrorosa aversión natural a cualquier tipo de compromiso personal que está formando una generación de gente egoísta, con mucho miedo a crear lazos, de experimentar relaciones profundas y dividir la vida, aunque se trate de una familia que ya existe o de hijos que podrían venir.
A pesar de lo venenoso que son, estos pensamientos han adquirido aires de importancia. Cuidar de la propia vida se volvió un item importante en nuestro manual de supervivencia. Con ese pensamiento se cree que "los hijos vienen a complicar todo!"
No quiero dramatizar; pero es ésta una porción dura de la realidad que nos rodea. Solamente la revolución del amor será capaz de penetrar y cambiar esa mentalidad. Quien no experimenta un amor capaz de dar la vida, no resistirá y acabará cediendo a una vida solitaria y pseudofeliz, una forma contagiosa de vivir mal fingiendo que todo está bien!
Y en vos? Existe necesidad de repartir tu vida con alguien?
Con cariño y oraciones,
Tu hermano,
Ricardo Sá
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