Cuando un artista va a pintar un retrato, el va tomando como base su modelo, hasta conseguir colocar en el lienzo la imagen que tiene delante de sí. Es eso lo que el Padre está haciendo en ti, lo que el Espíritu Santo está pintando en el lienzo de tu ser: la imagen de Dios.
entonces, hasta llegar a la perfección, el Espíritu Santo todavía tiene mucho que hacer.
"Visto que son electos, santificados, amado por Dios, revístanse de los sentimientos de compasión, benevolencia, humildad, dulzura, paciencia. Sopórtense unos a otros, y si alguien tiene algún motivo de queja contra el otro, perdónense mutuamente, así como el Señor los perdonó, hagan lo mismo también ustedes. Y, encima de todo, revístanse del amor y el vínculo perfecto. (Cl. 3,12-14)
Dejen de lado cólera, irritación, injurias, maldades, palabras torpes, engaños, mentiras. Dejen todo de lado... y déjense transformar. Revístanse entonces de misericordia, de bondad, humildad, dulzura, paciencia, tolerancia, perdón. Y, por sobre todo, revístanse de amor, porque el amor es el vínculo perfecto.
Cuanto más se revistan de amor, más perfectos serán, más imagen de Dios. El amor es necesario; sin el nunca habrá perfección. Esto es vida de resucitado. Esto es vida en Cristo.
Tu hermano,
Mons. Jonas Abib
Fundador da Comunidade Canção Nova
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