miércoles, 30 de abril de 2014

Sanación de la propia imagen

Del P. Robert de Grandis

PADRE, en nombre de Jesús, nos dirigimos a Ti para que toques a cada uno de estos hermanos y les des una buena imagen de sí mismos y una verdadera autoestima en Cristo Jesús.

Señor, ellos pueden que se sientan indignos, inapropiados o inferiores; quizás se sientan feos, tímidos, patosos o que no hacen nada bien. A lo mejor les llamaron apodos que no les gustaron, e incluso de adultos pueden sentirse inseguros y no amados. Señor Jesús, llévate sus sentimientos de fracaso, de vergüenza, decepción, culpabilidad o timidez. Te pedimos que los liberes de toda fuerza negativa que les ha mantenido en la esclavitud y les ha apartado de vivir una vida abundante y victoriosa.

Amado Señor, hazles saber cuánto les amas y que ellos son la niña de tus ojos. Nos dirigimos a Ti, para que sepan que Tú has muerto en la cruz, no solo por sus pecados, sino también por sus profundas heridas emocionales y sus recuerdos dolorosos. Te rogamos, Señor, que sanes todo lo herido y roto que haya en ellos. Ayúdales a amarse a sí mismos, a aceptar tu perdón, a perdonarse a sí mismos y perdonar a otros.

Señor Jesús, llena los vacíos de sus vidas. Y dales el amor y la seguridad que pueden no haber recibido. Dales un atrevimiento santo, confianza y nuevas energías para que puedan hacer todas las cosas a través tuyo. Señor, dales una buena imagen de sí mismos. Y que puedan verse como Tú les ves: especiales, dignos y perdonados, para que cada uno de ellos llegue a ser la persona que Tú creaste y quieres que sea. En el precioso nombre de JESÚS. Amén


Sanación de los recuerdos

P. Emiliano Tardif

Como todos estamos enfermos por heridas en nuestro pasado, a continuación hacemos una oración de curación interior para que el Señor sane el corazón de los que reconozcan necesitarlo.
Padre de bondad, Padre de amor,te bendigo, te alabo y te doy gracias, porque por amor nos diste a Jesús.
Gracias Padre porque a la luz de tu Espíritu comprendemos que él es la luz, la verdad y el buen pastor, que ha venido para que tengamos vida y la tengamos en abundancia.
Hoy, Padre, quiero presentarte a este hijo(a). Tú lo(a) conoces por su nombre. Te lo(a) presento, Señor, para que Tú pongas tus ojos de Padre amoroso en su vida.
Tú conoces su corazón y conoces las heridas de su historia, tú conoces todo lo que él ha querido hacer y no ha hecho.
Conoces también lo que hizo o le hicieron lastimándolo, tú conoces sus limitaciones, errores y su pecado, conoces los traumas y complejos de su vida.
Hoy, Padre, te pedimos que por el amor que le tienes a tu Hijo, Jesucristo, derrames tu Santo Espíritu sobre este hermano(a) para que el calor de tu amor sanador, penetre en lo más íntimo de su corazón.
Tú que Sanas los corazones destrozados y vendas las heridas sana a este hermano, Padre.
Entra en ese corazón, Señor Jesús, como entraste en aquella casa donde estaban tus discípulos llenos de miedo.
Tú te apareciste en medio de ellos y les dijiste: “paz a vosotros”.
Entra en este corazón y dale tu paz. Llénalo de amor. Sabemos que el amor echa fuera el temor.
Pasa por su vida y sana su corazón. Sabemos, Señor, que Tú lo haces siempre que te lo pedimos, y te lo estamos pidiendo con María, nuestra madre, la que estaba en las bodas de Caná cuando no había vino y Tú respondiste a su deseo, transformando el agua en vino.
Cambia su corazón y dale un corazón generoso, un corazón afable, un corazón bondadoso, dale un corazón nuevo.
Haz brotar, Señor, en este hermano(a) los frutos de tu presencia.
Dale el fruto de tu Espíritu que es el amor, la paz y la alegría. Haz que venga sobre él el Espíritu de las bienaventuranzas, para que él pueda saborear y buscar a Dios cada día viviendo sin complejos ni traumas junto a su esposo(a), junto a su familia, junto a sus hermanos.
Te doy gracias, Padre, por lo que estás haciendo hoy en su vida.
Te damos gracias de todo corazón porque Tú nos sanas, porque tu nos liberas, porque Tú rompes las cadenas y nos das la libertad.
Gracias, Señor, porque somos templos de tu Espíritu y ese templo no se puede destruir porque es la Casa de Dios.
Te damos gracias, Señor, por la fe. Gracias por el amor que has puesto en nuestros corazones.
iQué grande eres Señor!
Bendito y alabado seas, Señor.

Lucha por tu familia

Nuestros sentimientos pueden estar heridos, muy heridos, pero como sabemos, no somos los dueños de ellos. Muchas veces ellos nos traicionan. El amor no es sólo sentimiento. El amor es principalmente actitud. Es ser bondadoso, paciente (y cuanta paciencia necesitamos!)

Amar es perdonar 70 veces siete, como dice Jesús. Una actitud continua de perdón y disposición de reconciliarse. Amar es confiar, ser generoso, es soportar. ¡Y cómo nos cuesta soportar!
Amar es actuar con mansedumbre, con lealtad, sin guardar rencores, decepciones ni resentimientos. Todo eso que nombramos no son sentimientos, sino actitudes, comportamientos, modos de actuar.

Todo se traduce en gestos muy concretos.
Por eso, cada uno de nosotros puede decidirse a amar, puede escoger amar.
Amar es un acto de la voluntad y no simplemente un sentimiento.
Puedo, a pesar de mis sentimientos, optar por un gesto de amor.
Puedo decidirme por el amor.
Este es el gran secreto.
En general nos dejamos llevar por los sentimientos y por las emociones; y acabamos destruyendo todo. Perjudicamos a los otros; muchas veces a los más próximos y a nosotros mismos. Acabamos creando situaciones que parecen irreversibles. Creamos barreras.
Es por eso que nos decidimos y afirmamos: creemos en el amor. Tengo la seguridad de que también tú proclamas: "Yo creo en el amor". Es por eso que apuesto en él. Sé que crees en el amor y esperas por la victoria de él. Sé que también puedes proclamar ahora: "yo apuesto por mi familia y es por eso que lucho, y voy a continuar luchando, incansablemente, por mi familia".

Tu hermano,
Mons. Jonas Abib
Fundador de la Comunidad Canción Nueva
Adaptación del original en português.
fuente: portal Canção Nova




Lo peor que podemos dar a nuestro padres es lo que sobra!

Atendiendo a varios padres constaté que "lo peor que nosotros los hijos podemos dar a nuestros padres que nos aman es lo que nos sobra". Muchas veces nos dedicamos a los de afuera, nos donamos a los amigos y conocidos, somos solícitos en atender a todos y nos gusta salir con los de afuera y olvidamos que tenemos en casa nuestros mejores amigos. Días atrás, escuchando a un padre él me dijo: "voy a salir con mis hijos ahora que están en la adolescencia, porque después no querrán salir más"
Si tenemos la costumbre de dar lo que nos sobra a nuestros padres, necesitamos cambiar de actitud y donar más tiempo a aquellos que gastaron tiempo, sudor, lágrimas y dinero y que son los que más nos aman. Y eso que hacemos con nuestros padres muchas veces también lo hacemos con Dios, gastamos tiempo con los amigos y en otras cosas supérfluas y sólo damos nuestro resto a Dios. Si considero a mi Dios como mi Padre y que me ama de verdad, tengo que dar a Él lo que tengo de mejor en mi vida y no lo que sobra.
¡Dios te Bendiga!

P. Cleidimar Moreira
fuente: Facebook
Adaptación del original en português.


¿Cómo debemos dar testimonio?

Tienes razón al pensar que,
en éste momento de la historia,
nada es mas importante que el testimonio.
Las palabras confortan, indican un camino,
son importantes...
Mientras que, el modo de vivir es más importante e inequívoco.
Es necesario tener claro que una cosa es "contar una experiencia" que vivimos,
otra es vivir conforme a lo que nos sucedió!
Eso es lo que mueve nuestras vidas y la de los otros!

Con cariño y oraciones,
tu hermano,
Ricardo Sá.

fuente: Mensaje del día portal Canção Nova
Adaptación del original en português


Buen día, Espíritu Santo

¡Buen día, Espíritu Santo!
Aunque lo nublado de la mañana pueda engañar mi vista,
aunque lo gris pueda desdibujar el brillo a tu creación,
Sé que nada puede lo oscuro frente al sello impreso de Tu Amor.
¡Ven, Espíritu de Dios a visitarme!
¡Ven a llenar mis vacíos de Luz!
¡Ven y santifica mi andar!
dime, ¿qué podemos hacer juntos hoy?


martes, 29 de abril de 2014

Escucha, sigue la lucha

En Tu Presencia - Adoración Eucarística

Cambiar de página



¿Recuerdas tu primer maestra?
Yo sí, se llama Norma.
Ella me enseño el arte de leer.
Recuerdo incluso las tapa de "Upa", uno de mis primeros libros de lectura.
Aprender con él era un gusto.
Norma contaba en mi casa con un buen soporte,
aquel que era mi "maestro particular"
había obtenido "su título" en la vida, era "Bachicha", mi abuelo.
Él me sentaba frente al diario y aquello que había aprendido
en la escuela me ayudaba a ponerlo en práctica con los chistes del diario.
Claro, no todo en la vida es "Upa".
Ni todos son "tiras de chistes".
Los textos se vuelven complejos, algunos hasta indecifrables.
También tengo presente el tiempo de filosofado.
Había que lidiar con límites.
Había que prestar más atención.
Algunos textos se volvían insoportables.
Algunos había que leer, re-leer y volver a leer.
Aún así, muchas veces, encontraba que los textos
eran mucho para mi.
El libro, aquello que debía ser alimento,
pasaba a ser causa de "miedo"
Cuando me colocaba delante de él con la corona del miedo,
no lograba avanzar ni un tranco.

¿La vida te está resultando un libro difícil de leer?
¿Te cuesta comprender aquello que estás escribiendo?
¿Te cuesta asumir aquello que otros están escribiendo en tus páginas?

Te dejo algo que aprendí, allá lejos, hace tiempo.
Enfrenta cada página sintiéndote victorioso.
Confía en aquello que hay de bueno en vos.
Busca dentro tuyo las potencias dormidas que Dios sembró.

Aprende que hay días dífíciles, días en que es necesario
apagar la luz, dejar que descanse la mente y el corazón y esperar la luz del nuevo día.
Entonces, ¡vuelve leer!
Retoma aquello que dejaste y míralo bajo la luz del nuevo día.

Y si aún así es imposible avanzar,
sí aún después de batallar encuentras claridad y en paz sientes
que no es el tiempo oportuno de "asumir" la "hoja" que hoy te toca vivir,
entonces recién en ése momento toma la decisión:
¡da vuelta la página!
Hay veces en que la sabiduría reside en saber dar vuelta la página.

Sólo una cosa,
no renuncies nunca a la lucha.
Norma y mi abuelo me enseñaron que sólo se aprende a encontrar sentido
a la unión de letras después de librar un larga batalla.

Dios te Bendice.
Miguel
Comunidad Piedras Vivas





El tiempo urge

Es necesario colaborar con la salvación de cada uno de nosotros. Les mentiría si dijese que todo está bien, que puedes dejar a los tuyos en la situación que están, porque todavía hay mucho tiempo. El tiempo es breve, por eso nuestra principal actitud debe ser la de ser intercesores. Nuestra lucha no es contra fuerzas humanas, sino contra el propio enemigo de Dios.

Cuantos maridos están siendo atacados violentamente en la sexualidad! Cuántos hombres, que trabajan en la obra del Señor, que recibieron la gracia de la "efusión del Espíritu", usan los dones de Dios, ejercen algún ministerio, actúan en distintas pastorales, buscan a Dios, pero la tentación les ronda la mente, el corazón y el sentimiento! la carne siente la lucha violenta.

El maligno intenta llevarnos hacia la infidelidad, para el adulterio, para la prostitución y toda suerte de depravación. El hace eso no solamente con no solamente con los hombres, sino también con las mujeres, infundiendo en ellas pensamientos como: "Tengo derecho a ser feliz. Ya sufrí demasiado. Sólo fue explotada y nunca me amaron. Tengo el derecho de amar y ser amada". Tu posees ese derecho, pero no como el mundo y las novelas te han enseñado.

Dios te Bendice!

Tu hermano 
Mons. Jonas Abib
Fundador Comunidad Canção Nova

Confíe en el Señor que todo hace

"Deja a los cuidados del Señor tu destino,
confía en él y, con certeza, él actuará"
Salmo 36,5

Entrega tu día a Dios, deja que Él conduzca todas tus acciones y situaciones que acontecen a lo largo de este día. Confía en el Señor que todo hace.
Pide al Espíritu Santo que te conduzca con sabiduría.
Sigue las inspiraciones de Dios, suscitadas por el soplo del Espíritu,
para que tu día esté repleto de sabiduría y paz.
Reza: "¡Ven, Espíritu Creador, nuestras almas visita y llena nuestros corazones con tus dones celestiales".

Jesús, en Vos confío!

Luzia Santiago.
Co-Fundadora Comunidad Canción Nueva.
Fuente: Mensaje del día portal Canção Nova.
Adaptación del original en português.

"Trae tu mano"

Entrar al amor

a través de la herida

En la hendidura de Cristo contemplarás siempre la Gloria del Señor: sólo podrás vivir en Él y desde Él, sólo podrás acompañar al hombre en la medida en que estés junto a Él








 
Siempre me ha llamado la atención que Jesús muestra sus heridas para ser reconocido. No hace un milagro. Se muestra humano. Se muestra como el crucificado.
La herida de Jesús y la herida de Tomás se encuentran. Tomás toca dubitativo la herida de Jesús: «Trae tu dedo, aquí tienes mis manos; trae tu mano y métela en mi costado».
Como bien expresa el famoso cuadro de Caravaggio, Jesús cogería la mano de Tomás y la acercaría hasta su herida: «Trae tu mano». Porque Tomás tendría miedo, un infinito respeto. Se acordaría de su falta de fe. Había dudado. No había creído en sus hermanos. No había creído en el amor de Dios.
 
Ahora tenía que tocar esa herida sagrada. No lo hacía voluntariamente, sentiría la mano de Jesús sobre la suya acercándola a su cuerpo. ¡Qué misterio! Su mano débil y pecadora tocando su cuerpo sagrado. Esa herida santa, abierta, resucitada. Esa herida que es la fuente de la vida. Un don. Pudo meterse en un momento en su corazón herido.
 
Recuerdo las palabras que Don César Franco pronunció el día de mi ordenación: «En el corazón de Cristo, abierto, no vas a ver ahora la gloria de Dios, pero vas a escuchar el latido de Dios, la fuerza de Dios, el amor infinito de Dios. Si le prometes a Dios, todos los días de tu vida, que aunque seas débil, pecador, hombre, sometido a tentación y prueba, te metes ahí, en el corazón de Cristo, en la hendidura de Cristo, contemplarás siempre la Gloria del Señor, aunque sólo puedas ver su espalda. Sólo podrás vivir en Él y desde Él. Y sólo podrás acompañar al hombre en la medida en que estés junto a Él».
Tomás pudo meterse en la herida de Jesús. Adentrarse en su corazón partido. Hundirse en la hendidura de la roca desde la cual podría escuchar a Dios. Tomás, recibió mucho más de lo que esperaba. El amor se desbordó en su herida, su misericordia.
Tomás, sobrepasado por la gratuidad de Dios, lloraría en lo más hondo de su alma. Había dudado, había desconfiado de Dios y de sus hermanos y, como premio, recibía el don de tocar lo más sagrado, la herida abierta de Jesús. Podía descansar dentro de Él por un momento.
 
¡Cuántas veces a lo largo de su vida volvería a ese momento de gratuidad! ¡Cuántas veces volvería a sentir en su corazón al recordarlo ese amor inmenso que Dios le tenía!
Sí, Jesús amaba profundamente a Tomás. Y por eso le permitió colarse en lo más hondo de su cuerpo, en el costado abierto del que brotaba la vida, en esa herida de Cristo llena de sufrimiento y dolor. En esa herida resucitada.
Padre Carlos Padilla

Lo que debemos recuperar

3 características que los católicos deben recuperar urgentemente

¿Por qué palabras como “cristiano”, “biblia” y “evangelización” se asocian a nuestros hermanos protestantes y no a nosotros, los católicos?

fuente: ALETEIA














Piensa en alguien que se describe como cristiano, que fundamenta sus creencias en la Biblia y que está apasionado por compartir a Jesús con los demás. ¿Qué tipo de persona te viene a la mente?
Yo sé que el primer pensamiento de la mayoría de las personas es un protestante evangélico.
¿Por qué no un católico? ¿Qué nos ha pasado?
Los católicos son miembros de la Iglesia que compiló las Escrituras, de la Iglesia de los grandes santos misioneros y mártires, de la Iglesia establecida por el propio Cristo. ¿Como es que otras personas son hoy más conocidas que los católicos por ser evangelizadoras y cristianas que creen en la Biblia?
Yo estoy seguro de que nuestra condición de minoría cultural aquí en EE.UU. ha sido un factor relevante para la formación de esta percepción: la mayoría protestante tuvo más fuerza en el establecimiento de los usos lingüísticos. Y la falta generalizada de fidelidad a la doctrina católica entre los autodenominados católicos, en las últimas décadas, ciertamente no ha ayudado a cambiar eso...
 
Mas sean las que sean las razones, yo sé que nosotros, los católicos, hemos sido “cómplices” de esa percepción.
Esto es perjudicial tanto para nuestra comprensión de nosotros mismos como católicos como para nuestras relaciones con los no católicos. Es difícil vivir la fe ortodoxamente y compartirla con los demás si aceptamos falsas narrativas culturales, falsas dicotomías y una terminología impropia.
Para ser muy claro: no estoy diciendo que los católicos deban exigir que los demás dejen de identificarse con esas características, ni que debamos forzar a los demás a hablar de nosotros de esta forma u otra. Los demás son libres para expresarse desde el punto de vista de su fe y de su visión del mundo.
¡Pero nosotros también!
Por esto, propongo que, en nuestra forma de hablar, en nuestra mente y en nuestras acciones, nosotros los católicos nos atribuyamos con más confianza estas tres características:
 
1) El término "cristiano"
¿Cuántas veces has oído a alguien hacer distinción entre "católicos" y "cristianos", usando este último término para referirse a los protestantes evangélicos? Compara con el número de veces que escuchas a los católicos llamarse a sí mismos “cristianos” en una conversación normal.
Esta crisis de identidad es bastante grave. La Iglesia católica enseña que solo en ella está la plenitud de la fe cristiana. “Catolicismo” es sólo otro nombre de la religión cristiana, y significa precisamente “totalidad”, “universalidad”. Se el católico sigue su fe, él es cristiano en el sentido más completo del término.
Y si realmente creemos esto, tenemos que reflejar esta certeza en nuestra forma de hablar.
Está claro que no debemos abandonar el término "católico". La Iglesia afirma que los seguidores de Cristo bautizados, mas no católicos, también se denominan "cristianos" con toda justicia (Unitatis redintegratio, 3): por eso, necesitamos el término "católico" para ayudar a distinguirnos a nosotros mismos.
Pero también necesitamos llamarnos, con toda confianza, "cristianos". O, por lo menos, "cristianos católicos". No tenemos que dejar que el término "cristiano" sea sinónimo de "protestante".
 
2) La Biblia
La Biblia enseña la doctrina católica. No enseña la doctrina protestante.
En serio.
¿Es extraño oír esto? Pues bien, yo fui criado como protestante y me di cuenta de que muchos protestantes, especialmente evangélicos, insisten desde hace mucho tiempo en decir que la fe de ellos es lo que la Biblia enseña, que es como si los católicos les hubieran dejado sólo a ellos esa prerrogativa. ¡Les dejamos la Biblia a ellos! Por lo menos, culturalmente hablando.

Pero no deberíamos hacer esto. La Biblia no enseña la “sola fides” ni la “sola scriptura”. El purgatorio, por otro lado, es completamente bíblico (cf. 1 Cor 3,11-15 , Mt 12,32, et al.). Lo mismo vale para la autoridad de la tradición oral (2 Ts 2,15), para el poder de los sacerdotes de absolver los pecados (Jn 20,22-23) y para la práctica de la oración por los muertos (2 Macabeos 12,39-45).
(Si has reparado en mi última referencia bíblica, en el párrafo anterior, y tienes la sensación de que "bueno, ese libro no cuenta mucho", tengo que decirte que los  católicos creemos que 2ª Macabeos es tan inspirado y canónico como el Génesis y el Evangelio de Mateo. Y tenemos que tratarlo como tal. Todos ellos son, por igual, Palabra de Dios. A propósito, la Biblia tiene 73 libros y no 66. Todas las Biblias con sólo 66 libros son incompletas, pues les faltan partes vitales de la preciosa Palabra de Dios, que nos da vida).
 
Los católicos creen desde hace siglos que la Biblia es la Palabra inspirada por Dios, desde bien antes de la existencia de los protestantes. Y es precisamente el estudio de la Palabra de Dios lo que nos lleva hasta la doctrina católica.
No quiero incentivar animosidad alguna entre católicos y protestantes: este artículo no tiene la intención de demostrar que la Biblia enseña la doctrina católica. Yo solo estoy intentando ayudar a los católicos, a que tengamos más claridad sobre nuestras creencias.
Desde nuestro punto de vista, la Biblia es completamente católica. Entonces, ¿por qué no actuamos en coherencia con esta certeza?
 
3) Evangelización
Evangelizar es una misión que los evangélicos, mormones y testigos de Jehová se esfuerzan por cumplir – y, a veces, son ridiculizados por causa de esto. “¡Menos mal que somos católicos! ¡Somos más sofisticados”, dirá alguien. “Dejad que los evangélicos, mormones y testigos de Jehová sigan con su reputación de evangelización. En este mundo moderno y pluralista, no queremos que se nos asocie al intento permanente de imponer nuestras creencias por encima de los otros, ¿cierto?”.
Más o menos. “Imponer nuestras creencias por encima de los demás” no, pero manifestarlas con total naturalidad sí. Evangelizar es la misión primera de la Iglesia católica.
¿Dudas? Lee el Nuevo Testamento. O el catecismo. O la Evangelii Gaudium.
No tenemos que copiar los métodos de evangélicos, mormones y testigos de Jehová, pero nosotros los católicos tenemos que creer que nuestra misión es, sí, la de evangelizar, la de transmitir la Buena Noticia. Y tenemos que vivirla abiertamente: "Nosotros, en la Iglesia católica, creemos que todos necesitan conocer a Jesús para salvar su alma y que lo mejor para conocerlo plenamente es formar parte de la Iglesia católica, establecida por Él".
 
El mundo entero tiene que saber exactamente lo que somos. Si las personas no saben que la salvación de las almas es nuestra misión, están completamente desinformadas sobre qué es la Iglesia católica. Si un católico no sabe o no cree en esto, ni él mismo sabe lo que significa ser católico.
La evangelización debería ser el foco de la predicación católica, de nuestras conversaciones y de la vida diaria de todos nosotros. No podemos concebir el catolicismo sin evangelización.
 
Y no estamos copiando la evangelización de otras personas. Nosotros, los católicos, salimos al mundo para evangelizar desde Pentecostés. Evangelizamos el Imperio Romano, llevamos el Evangelio a Extremo Oriente. Siempre fuimos evangelizadores y tenemos que serlo de nuevo.
La "nueva evangelización", propuesta por San Juan Pablo II y continuada por Benedicto XVI y Francisco, ha hecho mucho para devolver la palabra "evangelización" al lenguaje cotidiano de los católicos.
Es un buen comienzo. Nosotros, los católicos, necesitamos seguir el ejemplo de estos tres papas, volverlo nuestro, y como los santos anteriores a nosotros, retomar nuestro papel de evangelizadores: divulgadores de la Buena Nueva de Jesús.

Tenían un sólo corazón y una sola alma

Papa habla de comportamientos que comunidades cristianas debe tenerPapa habla del comportamiento que las comunidades cristianas deben tener    

Vivir en armonía, testimoniar a Cristo y ayudar a los pobres, son actitudes que las comunidades cristianas deben preservar, explicó Francisco. El Papa Francisco celebró la Misa, en la mañana de este martes 29, en la Casa Santa Marta, poniendo, en el centro de la homilía, la comunidad cristiana. Para el Santo Padre, cada comunidad debe verificar la propia capacidad de vivir en armonía, testimoniar la Resurrección de Cristo y ayudar a los pobres.

Francisco recordó el ejemplo de las primeras comunidades cristianas, como aparece en la Primera Lectura del día. Él se concentró en tres comportamientos de este grupo: ser capaz de la plena concordia, de dar testimonio de Cristo a quienes están fuera e impedir que sus miembros sufran con la miseria.

Estas comunidades tenían un solo corazón y una sola alma, destacó Francisco. Había en ellas paz, lo que significa que no había lugar para los chismes, envidia, calumnia y difamación.

“Paz y perdón. El amor cubría todo. Para calificar una comunidad cristiana basándonos en eso, debemos preguntarnos cómo es el comportamiento de los cristianos que la conforman. ¿Es manso y humilde? En aquella comunidad, ¿existen peleas entre ellos por el poder? ¿Peleas con envidia? ¿Existe chismes?

El Santo Padre reconoció que en estas primeras comunidades, también existían problemas, conflictos internos, las luchas doctrinales y por el poder. Pero aquel momento del inicio fijaba para siempre la esencia de la comunidad que nace del Espíritu, una comunidad de testigos de la fe. El Papa nos invitó a comparar toda  comunidad de hoy con esas primeras comunidades.

“¿Es una comunidad que da testimonio de la Resurrección de Jesucristo? ¿Esta parroquia, esta comunidad, esta diócesis cree, realmente, que Jesucristo resucitó? Da testimonio de que Jesús esta vivo, esta entre nosotros. Es así que se puede verificar como está andando una comunidad”.

El tercer rasgo con el cual podemos medir la vida de una comunidad es, según el Papa, los pobres. Francisco habla que eso puede ser hecho a partir de dos puntos de vista.

“Primero: ¿cómo es tu comportamiento de esta comunidad con los pobres? Segundo: ¿esta comunidad es pobre? ¿Pobre de corazón, pobre de espíritu? O ¿colocas tu confianza en las riquezas, en el poder? Armonía, testimonio, pobreza y corazón de pobres, eso es lo que Jesús explicaba a Nicodemo, este nacer de lo alto. (….) Que el Espíritu Santo nos ayude a caminar en este camino para  renacer por la fuerza del bautismo”.

De la redacción de Canción Nueva
fuente Portal Canción Nueva
foto: Canción Nueva

¿Puedo actuar?

He aprendido que existen situaciones que exigen de nosotros cierta dosis extra de paciencia, la que, muchas veces, creemos ya no poseer!
Tales situaciones casi siempre nos llevan a la locura.
Pensamos en actuar y hablar lo que juzgamos necesario,
intervenir en el curso de los hechos.
Pero, mientras tanto, existe algo dentro de nosotros que nos indica que no es el modo o el camino o el tiempo de hacerlo.
Debido a momentos difíciles como esos, aprendí que, duela a quien le duela, -especialmente a mi mismo- no habrá nada que hacer mientras no sea mostrado por Dios el momento oportuno de actuar.
Recuerdo que muchas veces, en el pasado, no tuve cuidado alguno en esas cuestiones y, confieso que tengo mucho por arrepentirme. Resultado: si todavía no sé qué hacer, nada debo hacer!

Con cariño y oraciones,
Ricaro Sá.
fuente Portal Canção Nova.
Adaptación del original en portugues.


Buen día Espíritu Santo

¡Buen día, Espíritu Santo!
Te alabo y te bendigo, ¡mi Dios presente, mi Dios real!
¡Dador de toda gracia, ¡Ven!,
llena de entusiasmo hoy mi vida,
consuela y fortalece mi corazón,
Haz caer sobre mi la lluvia abundante de tu gracia,
lluvia de sabiduría y entendimiento,
lluvia de poder y osadía,
para caminar el sendero de la vida,
para caminar en Bendición!
Y si en mi día me olvido de Ti,
¡Ilumina mis pruebas con Tu Luz!
Dime,
¿Que podemos hacer juntos hoy, Bendito Espíritu?


lunes, 28 de abril de 2014

El don de la oración

El don de la oración-dentroEl don de la oración  

El dialogo de la fe nace siempre de una necesidad
Orar es ponerse en intima unión con el Padre, por Cristo, unidos en el Espiritu Santo. Nuestras oraciones siempre son trinitarias, porque es imposible estar unidos con el Padre sin estar unidos con el Hijo y el Espíritu Santo. Es imposible estar unidos con el Hijo sin estar unidos con el Padre y con el Espíritu Santo. Es imposible estar unidos al Espíritu Santo sin estar en unión con el Padre y con el Hijo.

El dialogo de la fe, que también conocemos como oración, nace siempre de una necesidad. Lo importante es tener conciencia de que la necesidad, que nos impulsa a la oración, puede brotar por varios motivos según los clamores de nuestro corazón.
Existen momentos en que tenemos la necesidad de agradecer. La oración que proviene de la gratitud viene de la necesidad de rendir a la Trinidad Santa las alabanzas por las dádivas alcanzadas o simplemente por el reconocimiento de la bondad divina presente en nuestras vidas.

Tenemos, sin embargo, la necesidad de pedir. Somos mendigos suplicantes. Teniendo en cuenta los límites de un auxilio divino. Solo nuestro peregrinar se convierte muy difícil y se hace necesaria la presencia de un Auxilio Divino que nos ayude a llevar la carga pesada de nuestras limitaciones humanas.

En la oración, nuestra humanidad se encuentra en un nivel intimo y profundo con la Divinidad. Es un encuentro de esperanza y paz. En la ternura trinitaria, somos bien recibidos en las situaciones en que nos encontramos. La única exigencia necesaria es un corazón abierto y sincero. Donde existe posibilidad, el diálogo ocurre. Hablamos y escuchamos; y cuando las palabras paran, el silencio se convierte en intimidad y las palabras ya no son más necesarias, porque el corazón humano se hizo un corazón divino.

Ante lo incomprensible; entonces somos guiados por el camino de la paz. El puente entre nuestra condición humana y la ternura divina se llama oración. Lo que nos une a Dios es el deseo de, incluso no sabiendo rezar, ponernos ante su presencia.

El miedo es dejado de lado cuando el amor de Cristo nos abraza en nuestra finitud. La paz es reconquistada cuando el Espiritu Santo aparta las tempestades del alma. La seguridad espiritual vuelve al corazón cuando el amor de Dios tiene libre acceso a nuestra alma.

En el encuentro con la Trinidad, nos encontramos con nuestro deseo más profundo: ser amados gratuitamente.

Padre Flavio Sobreiro con licenciatura en Filosofia pela PUCCAMP
Teólogo por la Facultad Catolica de Pouso Alegre – MG.
www.facebook.com/oficialpadreflavio

Traducción: Thaís Rufino de Azevedo 

fuente: Portal Canción Nueva

Diálogo entre amigos

Papa explica que oración debe ser libre y insistentePapa explica que oración debe ser libre y insisten    

“Dialogo entre amigos”

La oración debe ser hecha como un diálogo entre amigos, dijo el Santo Padre.
En la Santa Misa de este jueves 3, en la Casa Santa Marta, el Papa Francisco habló de la oración, que debe ser hecha con libertad e insistencia, como un dialogo sincero con un amigo. Él destacó que la oración cambia el corazón, porque ayuda a conocer mejor como Dios es realmente.

El diálogo de Moisés con Dios en el Monte Sinaí estuvo en el centro de la homilía de Francisco. Dios quiere castigar a su pueblo por hacer un ídolo, el becerro de oro, pero Moisés reza con fuerza y pide que Él piense.

“Esta oración es una verdadera lucha contra Dios. Una lucha del líder para salvar a su pueblo de Dios. Y Moisés habla libremente delante del Señor y nos enseña como rezar, sin miedo, libremente, también con insistencia. Moisés insiste. ¡Tiene coraje! La oración debe ser también un ‘negociar’ con Dios, llevando argumentaciones”

Al final, Moisés convence al Señor, que desiste del castigo con el cual había amenazado el pueblo. El Papa entonces se cuestiona: ¿quien cambio de opinión? “No creo que sea el Señor”, dijo. Quien cambio fue Moisés, porque él creía que Dios destruiría su pueblo y busca, en su memoria, las cosas buenas que había hecho por él, como liberarlo de la esclavitud del Egipto, y haber llevado adelante  Su promesa. Y con estas argumentaciones, intenta convencer a Dios. Aun en este proceso, él encuentra la misericordia divina.

Moisés sabía de todo eso, pero no estaba plenamente consciente; en la oración, descubrió ese aspecto. El Pontífice explicó que es eso lo que la oración haz, ella cambia el corazón, haz comprender mejor como es Dios.

“Pero para eso es importante hablar con el Señor, no con Palabras vacías, pero con la realidad: ‘Mira, Señor, que estoy con este problema en la familia, con mi hijo…¿Que se pude hacer? Mira, Señor no puedes dejarme así’. ¡Esta es la oración!”, dijo el Papa, recordando que rezar toma tiempo, porque es el tiempo necesario para conocer mejor a Dios, como se hace con un amigo (…) Que el Señor nos de a todos la gracia, porque rezar es una gracia”, concluyó.

Traducción: Thaís Rufino de Azevedo
fuente: Portal Canción nueva

Vida de Oracion - Beneficios

vidadoracion1Beneficios de la vida de Oración

   
Cuando oramos, el brillo de la vida divina brota del interior.

Una de los más grandes descubrimientos que ya hice en mi vida fue saber que Dios me ama y me acoge independientemente de lo que hago, pues El me ama como soy. En este caso, si yo rezo o no rezo, independientemente de lo que hago, El continúa amándome con la misma intensidad. En el mundo existen millones de personas que nunca oraron y sin embargo no dejan de vivir. Trabajan, estudian, viajan, hacen sus descubrimientos, construyen edificios, van a la playa, al centro comercial y viven naturalmente. Entonces aparece la pregunta que ya oí varias veces: “¿entonces para qué rezar?”.

La respuesta puede ser dada de innumerables formas, pero creo que la vida dice más que las palabras. Mientras escribo, me acuerdo de tantos momentos en los cuales, sin saber qué hacer, busqué la dirección de Dios a través de la oración y fui ayudada. Seguro tu también ya viviste experiencias así y es en esa hora que percibimos el valor de la oración en nuestra vida.

Padre Kentenich, autor del libro “Santidad de todos los dias”, dijo que cuando oramos, además de parecernos a Jesus, que es orante por excelencia y de acercarnos al Padre que nos ama en Cristo, nos volvemos posuidores de las riquezas divinas, ya que la vida de los santos y cristianos piedosos confirma que los tesoros de Dios están a disposición de aquellos que rezan. En realidad, existe algo que no podemos olvidar jamás: No es Dios quien neesita nuestras oraciones, sino que somos nosotros los que necesitamos sua Gracia. y ésta acostumbra manifestarse cuando a El recurrimos por medio de la oración.

La oración también tiene el poder de despertar nuestros sentidos para que percibamos los regalos que Dios nos da y que por una razón u otra no podemos reconocerlos. Es que cuando oramos el Espíritu Santo nos devuelve la calma, así tenemos condiciones de ver el otro lado de la historia, quitando los ojos de nosotros mismos y del problema en sí. Además esa es una de las más grandes gracias alcanzadas por la oración. Ya que cuando estamos con dificultad naturalmente acabamos colocando el problema como centro de nuestra vida y eso nos impide encontrar la solución para él.

Ya oí decir que la oración es como un grito, un pedido de socorro, aunque sea en el silencio, pues Dios ve el corazón y no deja a quien ora, sin respuesta. Existe hasta una historia que puede ilustrar bien esta afirmación:

“Se cuenta que estando un navío, ya varios días en el mar, se había agotado su reserva de agua potable. El capitán no veía ningún margen en el horizonte y los viajeros sentían cada vez más sed, hasta que vieron un barco que navegaba a su encuentro y gritando, pidieron que los socorriera con agua dulce.”

Mientras tanto, obtuvieron, también a gritos, la respuesta: “Cojan agua del mar y tómenla, ¿no ven que es agua dulce?”. Probaron. Y cogiendo agua del mar, notaron que ya hacía tiempo estaban navegando en agua dulce, en un inmenso estuario de un río”.
Podemos concluir que si los tripulantes del navío no pedían ayuda, podrían morir de sed estando tan cerca al agua dulce. En nuestro caso, cuando no oramos, corremos el mismo riesgo de estar tan cerca de la solución y no percibirla.

vidadoracion2Por esta y otras razones, considero que la oración es importante y hasta fundamental para una vida plena. Ella nos coloca en sintonía con Dios  y esta es la gracia más grande que podemos desear como cristianos. También es verdad que cuando oramos, el brillo de la vida divina, que está en nosotros, brota del interior, como que transfigurando nuestro rostro. No sé si ya observaste que las personas ancianas que llevaron una vida pura y agradable a Dios tienen una apariencia sobrenatural, un ejemplo claro es el inolvidable y querido Juan Pablo II. Personas santas, independientemente de la edad, a veces nos parecen seres de otro mundo. Es que la oración nos transfigura y nos hace poco a poco, semejantes a Aquel a quien buscamos.

Por lo tanto, a pesar de saber que Dios nos ama y nos acoge independientemente de que si rezamos o no, tenemos muchas razones para recurrir a El por medio de la oración.
Si hoy estás pasando por alguna situación dificil, si estás atribulado y no sabes a donde ir, te invito a rezar conmigo. Es el mismo Señor quien dice: “Vengan a mí todos los que están cansados y agobiados, que yo los aliviaré“  (Mateo 11, 28). Jesús llama para El todos nuestros dolores, aflicciones y angustias y nos da la seguridad de que, si creemos en su Palabra y guardamos sus mandamientos, seremos liberados del mal.

Coloquémonos ahora en la presencia de Jesús y oremos:
Señor Jesucristo, yo recibo tu amor, acojo la salvación que nos trajiste por tu muerte en la Crus y resurrección gloriosa. Te invito a entrar ahora en mi vida, tocar mi corazón y poseer todo mi ser. Ven y cura mis heridas, Señor lava con tu sangre mi corazón sufrido y restaura mi esperanza, mi fe, mi alegría. Solo te tengo a Ti, Señor, y hoy te busco con todo mi corazón.

Gracias por tu infinito amor Señor, gracias por acoger mi oración y la de tantos que rezan en este momento. A ti toda honra, gloria y alabanza para siempre!
Puedes continuar orando..


Djanira Silva
Comunidad Canción Nueva

Lee más:
=> La oración debe ser libre e insistente (Homilía del Papa Francisco)
=> El don de la oración

fuente Portal Canción Nueva en español

Los discípulos responden

Respuestas de los discípulos al resucitado

  
Angel Moreno
Lunes, 28 de abril de 2014 - Fuente Ciudad Redonda
Al hacer la exégesis de los textos, es mejor interpretarlos en el contexto del mismo libro. Sin embargo, al leer los relatos de la resurrección de Jesús en los distintos evangelios, descubrimos una perspectiva más amplia y una objetivación mayor de la noticia esencial del cristianismo, pues se funda en la persona de Jesucristo, muerto y resucitado, verdadero hombre y verdadero Dios.
De entre los diálogos que Jesús resucitado mantiene con los suyos, destaca el que se da a lo largo de toda una jornada con los discípulos de Emaús, y que nos desvela la mirada natural sobre los hechos que mantienen los discípulos, hasta que llegan a reconocer la presencia del Señor.
PROCESO
“Ellos le dijeron: «Lo de Jesús el Nazoreo, que fue un profeta poderoso en obras y palabras delante de Dios y de todo el pueblo; cómo nuestros sumos sacerdotes y magistrados le condenaron a muerte y le crucificaron. Nosotros esperábamos que sería él el que iba a librar a Israel; pero, con todas estas cosas, llevamos ya tres días desde que esto pasó. El caso es que algunas mujeres de las nuestras nos han sobresaltado, porque fueron de madrugada al sepulcro, y, al no hallar su cuerpo, vinieron diciendo que hasta habían visto una aparición de ángeles, que decían que él  vivía. Fueron también algunos de los nuestros al sepulcro y lo hallaron tal como las mujeres habían dicho, pero a él no  le vieron».” (Lc 24, 19-24)
¿Qué sentirían los de Emaús para atreverse a invitar al compañero de viaje desconocido? Le dijeron: «Quédate con nosotros, porque atardece y el día ya ha declinado». (Lc 24, 29) Después recocieron que ardía su corazón.
La narración un tanto negativa del evangelista san Lucas es un argumento  fiable, pues al detallar la opacidad de los ojos de Cleofás y su compañero, dato que no se transcribiría en caso de manipulación, revela mayor autenticidad de los hechos.
CONFESIÓN
Si por un tiempo los textos describen la resistencia de los discípulos a dar fe a lo que era inimaginable, que un muerto volviera  a la vida, que el Resucitado fuera el Crucificado, poco a poco, en cada uno de los relatos, especialmente en el Cuarto Evangelio, se expresa la confesión de fe y de amor, como mejor obsequio a quien con tanto respeto les iba demostrando que estaba vivo. «¡Es verdad! ¡El Señor ha resucitado y se ha aparecido a Simón!» (Lc 24, 34). «Es el Señor», (Jn 21, 7)
Es momento propicio para poner en nuestros labios, ante el Señor, las expresiones creyentes y amorosas de los discípulos: «Señor mío y Dios mío» (Jn 20, 28); «Sí, Señor, tú sabes que te quiero» (Jn 21, 15); «Sí, Señor, tú sabes que te quiero» (Jn 21, 16); «Señor, tú lo sabes todo; tú sabes que te quiero» (Jn 21, 17).

Callada y silenciosa presencia

La callada presencia de Dios en nuestras vidas

  
Ron Rolheiser
Trad. Benjamin Elcano
Lunes, 28 de abril de 2014 - Fuente Ciudad Redonda
El poeta Rumi afirma que nosotros vivimos con un profundo secreto que a veces conocemos y otras no.
Eso puede ser muy útil para conocer nuestra fe. Una de las razones por las que la fe es una lucha es que la presencia de Dios en nosotros y en nuestro mundo no suele ser dramática, dominante, sensacionalista, o algo imposible de pasar por alto. Dios no actúa así. Más bien la presencia de Dios -a costa de aumentar nuestra frustración y a veces la pérdida de la paciencia- reposa silenciosa y aparentemente olvidado en nuestro interior. Es algo que raramente llama la atención.
Porque no somos lo bastante conscientes de esto, tendemos a malentender la dinámica de la fe y nos encontramos habitualmente tratando de apoyar nuestra fe precisamente sobre algo que es llamativo y dramático. Siempre estamos buscando más allá de lo que Dios nos da. Pero deberíamos entender, que teniendo en cuenta la manera como Dios vino a nuestro mundo, la fe necesita apoyarse sobre algo sereno y no dramático. Jesús, como ya sabemos, no vino al mundo al toque de trompetas ni con poder; un bebé descansando desvalido en la paja, otro niño entre millones. Nada espectacular a los ojos humanos rodeó su nacimiento. Después, durante su ministerio, nunca realizó milagros para probar su divinidad, sino sólo como gestos por compasión o para revelar algo sobre Dios. Sin duda, Jesús nunca usó el poder divino en un intento de probar que Dios existe. Su ministerio, como su nacimiento, no fue un intento de probar la existencia de Dios. Intentó, más bien, enseñarnos cómo es Dios y que Dios nos ama incondicionalmente.
Por otra parte, aleccionándonos sobre la presencia de Dios en nuestras vidas, aclara que esta presencia es generalmente silenciosa y escondida: una planta que crece mientras nosotros dormimos, la levadura puesta en la masa de un modo oculto a nuestros ojos, el verano que poco a poco transforma en verde un árbol estéril, una insignificante planta de mostaza que eventualmente nos sorprende con su crecimiento, un hombre o mujer que perdona a su enemigo.Dios -según parece- actúa de modo silencioso y oculto a nuestros ojos. El Dios que Jesús encarna no es ni dramático ni sensacionalista.
Hay una importante lección de fe en esto. Dicho simplemente, Dios reposa en nosotros, muy adentro, pero de un modo que es casi inexistente, casi insensible, largamente inadvertido y fácilmente pasado por alto. Sin embargo, como esa presencia nunca es irresistible, tiene en sí una delicada e incesante llamada, un impulso hacia algo más alto, que nos invita a aspirar a él. Y, si no aspiramos a él, vierte en nosotros una corriente infinita que nos educa, nos alimenta y nos colma de interminable energía.
Esto es importante para entender la fe. Dios reposa en nuestro interior como una invitación que respeta totalmente nuestra libertad, nunca nos subyuga; pero, a la vez, nunca se ausenta. Reposa precisamente allí como un bebé que reposa indefenso en la paja, señalándonos delicadamente, pero débil en sí mismo para movernos a recogerlo.
Por ejemplo, C. S. Lewis, explicando por qué él llegó a ser -en sus propias palabras- “el convertido más reacio en la historia del Cristianismo” escribe que, durante años, él fue capaz de hacer caso omiso a una voz que oía dentro de sí, precisamente porque era casi inexistente, casi insensible y largamente inadvertida. Además, mirando retrospectivamente, se dio cuenta de que siempre había sentido ese delicado e incesante impulso hacia fuera de si mismo, algo que reconoció como una delicada pero firme llamada, un impulso que, si se le obedece, conduce a la liberación.
Ruth Burrows, la mística carmelita británica, describe una experiencia similar en su autobiografía, “Delante de Dios viviente”. Narrando los años de su tardía adolescencia, Burrows describe su veleidad religiosa y su falta de atractivo por la vida religiosa en ese momento de su vida. Con todo, finalmente acaba no sólo siendo sincera  acerca de la religión, sino llegando a ser monja carmelita. ¿Qué sucedió? Un día, en una capilla, casi contra su voluntad, apremiada por una serie de circunstancias accidentales, se abrió a la voz de su interior, que ella misma había pasado por alto hasta entonces, principalmente porque había permanecido dentro de ella precisamente como una voz que era casi inexistente, casi insensible y largamente inadvertida. Pero, una vez tocada, brotó dentro de ella, como la cosa más profunda y verdadera, y después marcó la dirección de su vida para siempre. Como C. S. Lewis, ella también, una vez que se había abierto a esa voz, la sintió como un firme impulso moral que la abrió a la última liberación.
¿Por qué no se nos muestra Dios más directa y poderosamente, de modo que haga más fácil la fe? Esa es una buena pregunta, para la cual, en parte, no hay una respuesta totalmente satisfactoria. Pero la respuesta que tenemos radica en entender la manera en la cual Dios se manifiesta en nuestras vidas y en nuestro mundo. A diferencia de casi todas las otras cosas que intentan atraer nuestra atención, Dios nunca trata de abrumarnos. Dios, más que ningún otro, respeta nuestra libertad. Por esta razón, Dios reposa en cualquier lugar, dentro y alrededor de nosotros, casi sin ser sentido, largamente inadvertido y fácilmente ignorado, como un silencioso y delicado toque; pero, si aspiramos a él, resulta la suprema corriente de amor y energía.

Dios es bueno conmigo

Mis hermanos, ninguno de nosotros consigue adentrarse en las profundidades de este salmo:
"El Señor es bondadoso y compasivo! (Salmo 122)
"Compadecer" quiere decir "padecer con"
La Palabra de Dios nos está diciendo que Él se compadece de nuestros sufrimientos. Aún con nuestros pecados, el Señor se compadece de nosotros. Así como una madre que ama a aquel hijo, que es una "oveja negra", Dios también nos ama, aunque no merezcamos Su amor. Por eso, cuando se dice "El Señor es bondadoso y compasivo", estamos manifestando una cualidad maravillosa de Dios.
Si sufrimos, Él sufre también.
Aún no mereciendo, Él nos amó y nos escogió.
El Señor nos trata con compasión.
Dios es bueno para nosotros, Él es misericordioso!
Tu hermano,
Mons. Jonas Abib
Fundador Comunidad Canção Nova

fuente: Portal Canção Nova.
Adaptación del original en português.

Nuestra esperanza está en Jesús

"La esperanza no decepciona, porque el amor de Dios fue derramado en nuestros corazones por el Espíritu Santo que nos fue dado"
Romanos 5,5

En este inicio de día, afirmemos nuestra esperanza en Cristo, pues en Él encontramos la verdadera libertad. El Señor nos justifica por la fe, que es nuestra paz.
Glorifiquemos a Dios en todos los momentos, en los días de alegría y también de tristeza. Es preciso estar firmes en el Señor y constantes en la fe, aún en las pruebas de la vida.
Pongamos a los pies del Señor todas las situaciones de decepción, dolencias, desempleos, separación... Confiemos en dios, que está a nuestro lado en todos los momentos. Jesús nos llama para estar con Él con corazón confiado de que Él todo lo puede realizar.
Pidamos al Señor que envíe Su Espíritu Santo y renueve nuestra vida, para así, ser conducidos por Su gracia.
"El espíritu del Señor está sobre mí, porque el Señor me ungió"! Isaías 61,1

Jesús, en Vos confío!

Luzia Santiago
Co-Fundadora Comunidad Canción Nueva
Portal Canção Nova
Adaptación del original en português.

¿Será que hablan mal de mi?

Por favor, nunca desprecies lo que hablan de ti!
Todo lo que dicen sobre tu persona podrá servirte como un camino de crecimiento.
Por eso, debes valerte de todo para ser mejor, aún cuando se trate de un gran absurdo.
Y no tengas miedo de lo que las personas piensen que asumiste lo que fue dicho; al contrario, sigue otro camino, ¡el tuyo"! y vé más allá, deseoso de aprender, de crecer, de mejorar aún en las más pequeñas cosas, mejor incluso en la paciencia.
Dentro de poco, aprenderás a sonreír con lo que antes acostumbrabas a tomarlo en serio.
Con cariño y oraciones,
tu hermano,
Ricardo Sá

Fuente: Portal Canção Nova.
Adaptación del original en português.


Buen día 28 04 2014

¡Buen día, Espíritu Santo!
Cuando el sol ya entibia lo creado,
reconozco ante Vos, fuente de todo consuelo,
mi incapacidad para amar, confiar y esperar.
¡No desistas de mí, no desistas!
Moldea y corrige.
Edifícame sobre los cimientos de Tu gracia.
No permitas que me envuelva con palabras
de mentira, apariencia, calumnias y chisme.
Tú eres quien me sostiene en libertad de Amor.
ahora, ¡enséñame el modo de ejercer esa libertad!
Despierta lo dormido,
y otórgame la osadía del que grita sin gritar,
que Tu Santo Nombre tiene poder.
dime, ¿qué podemos hacer juntos hoy?
¡Amén!



domingo, 27 de abril de 2014

Asumir

No tengas miedo de asumir lo que sientes, sea en el camino del amor o en el otro extremo da la vía de la existencia humana. Los sentimientos sólo se equilibran en el andar, cuando son plenamente asumidos y tratados con el cuidado, la delicadeza, la bondad y la responsabilidad que tu corazón merece.

P. Roger Araujo
fuente: Facebook personal

Los privilegiados


Dios es todo


Las heridas masculinas

Las heridas masculinas

En el mundo de hoy es muy común escuchar hablar de la violencia hacia la mujer. Las personas se han sensibilizado a este problema, debido a que las mujeres han alzado su voz. Sin embargo, es poco atendida otra realidad no menos dañina: la violencia que los hombres han sufrido.

Foto: freedigitalphotos
Esta situación genera heridas las cuales repercuten negativamente en el comportamiento de muchos varones.

Sé que afirmar que los hombres también han sido violentados puede ser algo sorpresivo o raro para muchas personas, inclusive molesto para otras, sin embargo es una violencia que existe, aunque no seamos tan conscientes de ello.

La violencia a la que me refiero es a aquella originada por una falsa idea sobre cómo se debe criar a los varones para que “se hagan hombrecitos”. Muchos padres, o inclusive madres, crecen con unos parámetros de masculinidad, los cuales pueden ser rígidos, inclusive llegar a ser caricaturescos (poco naturales). Entonces, a los hijos varones se les educa para que alcancen dichos parámetros.

La presión psicológica con la que puede crecer un niño en esta situación es alta, debido a que cualquier comportamiento que sea distinto de los parámetros mencionados, puede ser castigado o reprimido. Aquí es donde suele surgir la violencia.

Generalmente los niños pequeños se expresan con ternura, su voz es más aguda y pueden manifestar su miedo o dolor de manera natural. El problema es que estas características –infantiles y normales- pueden generar mucha ansiedad en los padres y más si es un niño que, por su temperamento, es de naturaleza más sensible o con menos rudeza que la mayoría.

La ansiedad de los padres, aunada a sus propias heridas infantiles, los lleva a querer “forzar” la masculinidad de su hijo. A muchos hombres tal vez les parezcan conocidas frases como: “no chille, parece vieja”; “compórtese como hombre”; “así no se paran lo hombres”; “defiéndete como hombre”; entre otras muchas más.

Debido a que un aspecto básico del desarrollo de la identidad sexual es precisamente la afirmación y el reconocimiento que los demás hacen de nuestro ser varón o mujer, el niño bajo esta presión, piensa que no es lo suficientemente masculino. El no sentirse bien consigo mismo en cuanto a su ser varón produce una herida que tal vez sea generadora de agresividad o, inclusive, un déficit en el sentido de su propia masculinidad que estará buscando compensar constantemente en su vida.

Las compensaciones a las que hago referencia son, por ejemplo, la promiscuidad como una manera de probar su potencial como varón; exageración de su virilidad, que puede llevarlo a una conducta violenta; denigrar a la mujer, desestimando su valor y dignidad; racionalismo exacerbado, evitando todo contacto con las emociones y especialmente aquellas relacionadas con la vulnerabilidad y, en general, a una falta de contacto con su interior (el mundo de las emociones).

Es necesario que los varones se hagan conscientes de estas heridas, pues de lo contrario, se bloquea el propio desarrollo, al no alcanzar una vivencia natural y espontánea de su afectividad, con una masculinidad herida.

Fuente: ALMAS