
Si tenemos la costumbre de dar lo que nos sobra a nuestros padres, necesitamos cambiar de actitud y donar más tiempo a aquellos que gastaron tiempo, sudor, lágrimas y dinero y que son los que más nos aman. Y eso que hacemos con nuestros padres muchas veces también lo hacemos con Dios, gastamos tiempo con los amigos y en otras cosas supérfluas y sólo damos nuestro resto a Dios. Si considero a mi Dios como mi Padre y que me ama de verdad, tengo que dar a Él lo que tengo de mejor en mi vida y no lo que sobra.
¡Dios te Bendiga!
P. Cleidimar Moreira
fuente: Facebook
Adaptación del original en português.
No hay comentarios:
Publicar un comentario