Atendiendo a varios padres constaté que "lo peor que nosotros los hijos podemos dar a nuestros padres que nos aman es lo que nos sobra". Muchas veces nos dedicamos a los de afuera, nos donamos a los amigos y conocidos, somos solícitos en atender a todos y nos gusta salir con los de afuera y olvidamos que tenemos en casa nuestros mejores amigos. Días atrás, escuchando a un padre él me dijo: "voy a salir con mis hijos ahora que están en la adolescencia, porque después no querrán salir más"
Si tenemos la costumbre de dar lo que nos sobra a nuestros padres, necesitamos cambiar de actitud y donar más tiempo a aquellos que gastaron tiempo, sudor, lágrimas y dinero y que son los que más nos aman. Y eso que hacemos con nuestros padres muchas veces también lo hacemos con Dios, gastamos tiempo con los amigos y en otras cosas supérfluas y sólo damos nuestro resto a Dios. Si considero a mi Dios como mi Padre y que me ama de verdad, tengo que dar a Él lo que tengo de mejor en mi vida y no lo que sobra.
¡Dios te Bendiga!
P. Cleidimar Moreira
fuente: Facebook
Adaptación del original en português.
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