Nuestros sentimientos pueden estar heridos, muy heridos, pero como sabemos, no somos los dueños de ellos. Muchas veces ellos nos traicionan. El amor no es sólo sentimiento. El amor es principalmente actitud. Es ser bondadoso, paciente (y cuanta paciencia necesitamos!)
Amar es perdonar 70 veces siete, como dice Jesús. Una actitud continua de perdón y disposición de reconciliarse. Amar es confiar, ser generoso, es soportar. ¡Y cómo nos cuesta soportar!
Amar es actuar con mansedumbre, con lealtad, sin guardar rencores, decepciones ni resentimientos. Todo eso que nombramos no son sentimientos, sino actitudes, comportamientos, modos de actuar.
Todo se traduce en gestos muy concretos.
Por eso, cada uno de nosotros puede decidirse a amar, puede escoger amar.
Amar es un acto de la voluntad y no simplemente un sentimiento.
Puedo, a pesar de mis sentimientos, optar por un gesto de amor.
Puedo decidirme por el amor.
Este es el gran secreto.
En general nos dejamos llevar por los sentimientos y por las emociones; y acabamos destruyendo todo. Perjudicamos a los otros; muchas veces a los más próximos y a nosotros mismos. Acabamos creando situaciones que parecen irreversibles. Creamos barreras.
Es por eso que nos decidimos y afirmamos: creemos en el amor. Tengo la seguridad de que también tú proclamas: "Yo creo en el amor". Es por eso que apuesto en él. Sé que crees en el amor y esperas por la victoria de él. Sé que también puedes proclamar ahora: "yo apuesto por mi familia y es por eso que lucho, y voy a continuar luchando, incansablemente, por mi familia".
Tu hermano,
Mons. Jonas Abib
Fundador de la Comunidad Canción Nueva
Adaptación del original en português.
fuente: portal Canção Nova
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