
Nada se transforma de afuera para adentro, por el contrario,
aunque el proceso demore un poco más y exija paciencia.
Aunque suframos incomprensiones de los más cercanos, necesitamos transformarnos,
asemejarnos más y más al Corazón de Jesús.
Es ésta una tarea diaria, continua y la más necesaria para cada uno de nosotros.
Quien concentra en esto sus fuerzas comprende mejor el significado de la felicidad y tiene moldeado el corazón.
¿Fácil? ¡Nunca!
¿Seguro? ¡Siempre!
Con cariño y oraciones,
tu hermano
Ricardo Sá
fuente Portal Canção Nova
adaptación del original en português
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