Mostrando entradas con la etiqueta Biblia. Mostrar todas las entradas
Mostrando entradas con la etiqueta Biblia. Mostrar todas las entradas

lunes, 6 de enero de 2020

LA FUNDACIÓN DE LA COMUNIDAD DE TESALONICA


El segundo viaje de Pablo, descrito por Lucas en Hch 15, 39-18, 22 (cf mapa) duró cerca de tres años (49-52 dC). Pablo partió con Silas (Silvano) rumbo a las comunidades que había visitado en el primer viaje: Derbe, Listra, Iconio (Hch 16, lss). En Derbe encontraron a Timoteo, que se les juntó. El equipo misionero estaba formado. Parece que Lucas también se agregó al grupo. En efecto, desde Hch 16, 10 en adelante comenzó a describir los acontecimientos empleando la primera persona plural (procuramos... nos embarcamos...) señal de que se unió al grupo en esa ocasión. Pero antes de eso, Pablo había estado en las regiones de Galacia (cf Hch 16, 6). Los Hechos de los Apóstoles no nos dan ninguna información sobre lo acontecido en esa región durante ese tiempo. Mediante la Carta a los gálatas, sin embargo, nos enteramos de la enfermedad que retuvo a Pablo en esos lugares, lo cual permitió la fundación de las comunidades gálatas. Lucas pasa en silencio los acontecimientos de Galacia porque está preocupado sobre todo por el hecho más importante de este segundo viaje: la entrada del evangelio en Europa. Esto aconteció cuando Pablo y sus compañeros llegaron a Filipos (Hch 16, 11-40) en donde fundaron una comunidad cristiana. Allí en Filipos, Pablo y Silas fueron flagelados y encarcelados. En esta ocasión, Pablo hizo valer sus derechos de ciudadano romano y obtuvo así su libertad. Corporalmente heridos y espiritualmente adoloridos, Pablo y Silas llegaron a Tesalónica (Hch 17, 1). Ciertamente tuvieron que abrirse espiritualmente y explicar a sus oyentes el porqué de sus heridas corporales. Más tarde, ellos recordaron a los tesalonicenses la dureza de ese memento: 
"Bien saben ustedes, hermanos, que nuestra ida a ustedes no fue en vano sino que, después de haber padecido sufrimientos e injurias en Filipos, como ustedes lo saben, tuvimos la valentía de predicarles el evangelio de Dios entre frecuentes luchas" (lTs 2, 1-2). 
¿Cuál habrá sido dicha oposición? Los Hechos de los apóstoles narran que "los judíos llenos de envidia, reunieron gente maleante de la calle, armaron tumultos y alborotaron la ciudad" (Hch 17, 5a). La situación era delicada. ¿Cómo era posible que un pequeño grupo alborotara una ciudad tan grande como Tesalónica? Y Lucas, en los Hechos, nos da una pista. Escribe: 
"Se presentaron en casa de Jasón, buscándolos para llevarlos ante el pueblo. Al no encontrarlos, arrastraron a Jasón y a algunos hermanos ante los magistrados de la ciudad, gritando: "Esos que han revolucionado todo el mundo se han presentado también aquí, y Jasón les ha dado hospedaje. Además todos ellos van contra los edictos del César y afirman que hay otro rey: Jesús. Al oír esto, el pueblo y los magistrados se alborotaron" (Hch 17, 5b-8). 
En Tesalónica se dio el mismo tipo de agitación que ocurrió en Jerusalén con motivo del nacimiento de Jesús. Los magos, llegados de oriente, fueron a la ciudad y preguntaron: "¿En dónde está el recién nacido rey de los judíos?... Al oír esto, el rey Herodes se turbó y toda la ciudad de Jerusalén con él" (Mt 2, 1-3). Los poderes políticos de Tesalónica se alarmaron por lo que Pablo y Silas estaban anunciando: 
"...Basándose en las Escrituras, Pablo explicaba y demostraba que Cristo tenía que padecer y resucitar de entre los muertos. Y atestiguaba: "Este Mesías es Jesús, a quien yo les anuncio" (Hch 17,2-3).
Realiza este ejercicio:
Consulta tu Biblia y anota, en la Primera carta a los Tesalonicenses, todas las veces que Jesús es llamado SEÑOR. Este era el modo como el Emperador se hacía llamar por los subditos de todo el Imperio Romano. El era considerado el dueño del mundo y era adorado como un Dios. Después, piensa: ¿Por qué la carta insiste tanto en llamar a Jesús con el título de SEÑOR? 

 fuente: José Bortoloni
Cómo leer la primera carta a los Tesalonicenses

lunes, 27 de febrero de 2017

Intimidad con la Palabra


No se puede ser católico sin tener intimidad con la Palabra de Dios

Siempre es una alegría muy grande poder compartir con quien viene a Canción Nueva, con mis hermanos y mi familia, mi experiencia con Dios.
Cuando recibí los temas de estas prédicas me sentí con mucha responsabilidad, y al acompañar las predicas anteriores me di cuenta que Dios nos está conduciendo por un camino.
Quiero iniciar esta prédica con la  reflexión sobre la Exhortación Apostólica Post sinodal del Papa Emérito Benedicto XVI, Verbum Domini, que habla sobre la realidad de la Palabra de Dios. Es muy importante que estudiemos lo que la Iglesia nos enseña, lo que nos da como dirección.
Dice el documento:
“El hombre es creado por la Palabra y vive en ella, no se puede comprender a sí mismo, si no se abre a este diálogo. La Palabra de Dios revela la naturaleza filial y relacional de nuestra vida. Por gracia, somos verdaderamente llamados a configurarnos con Cristo, el Hijo del Padre, y a ser transformados en El” (§ 22)
En el número 23, del mismo documento leemos:
“En este diálogo con Dios, nos comprendemos a nosotros mismos y encontramos respuestas a las preguntas más profundas que habitan en nuestro corazón. De hecho, la Palabra de Dios no se contrapone al hombre ni mortifica sus anhelos verdaderos, al contrário, los ilumina, purifica y realiza.”
La Palabra de Dios guia al cristiano

¿Cómo debemos colocarnos frente al Dios que nos habla?
¿cómo debemos oír esa Palabra?
Mis hermanos, cuando hacemos un viaje, seguimos un itinerario. A  veces no conocemos el camino entonces, tomamos un mapa, usamos aplicaciones, el GPS.
La Palabra de Dios debe ser para nosotros una guía, pues nos da una dirección.
No se comprende un católico que no tenga intimidad con la Palabra de Dios.
Hoy corremos un gran riesgo, pues hay un modismo enorme, en cada momento se lanza una nueva tendencia sobre nosotros, sobre la sociedad.

La Palabra de Dios, como dice la exhortación, es el único lugar donde el hombre se puede comprender a sí mismo, porque en ella comprendemos que somos hijos de Dios.

Marelena Ribeiro
Consagrada de la Comunidad Canción Nueva
Homilia durante el Campamento de Carnaval 2017
Publicado originalmente por Canción Nueva, portal en español

sábado, 10 de septiembre de 2016

RESONAR DE LA PALABRA 10092016

Evangelio según San Lucas 6,43-49. 
Jesús decía a sus discipulos: «No hay árbol bueno que dé frutos malos, ni árbol malo que dé frutos buenos: cada árbol se reconoce por su fruto. No se recogen higos de los espinos ni se cosechan uvas de las zarzas. El hombre bueno saca el bien del tesoro de bondad que tiene en su corazón. El malo saca el mal de su maldad, porque de la abundancia del corazón habla la boca. ¿Por qué ustedes me llaman: 'Señor, Señor', y no hacen lo que les digo? Yo les diré a quién se parece todo aquel que viene a mí, escucha mis palabras y las practica. Se parece a un hombre que, queriendo construir una casa, cavó profundamente y puso los cimientos sobre la roca. Cuando vino la creciente, las aguas se precipitaron con fuerza contra esa casa, pero no pudieron derribarla, porque estaba bien construida. En cambio, el que escucha la Palabra y no la pone en práctica, se parece a un hombre que construyó su casa sobre tierra, sin cimientos. Cuando las aguas se precipitaron contra ella, en seguida se derrumbó, y el desastre que sobrevino a esa casa fue grande.» 

RESONAR DE LA PALABRA
Queridos amigos y amigas:

Aunque el ser humano es mayor que las plantas, mirar a las plantas nos puede ayudar a comprender algo de nosotros mismos. Porque cada planta da el fruto que le corresponde, y lo que se siembra, eso se recoge. Y para lograr el fruto hay que esperar, y esperar… y de nada vale intentar estirar el tallo, porque cada cosa tiene su tiempo bajo el sol. Y la planta necesita ser cuidada de lo que le puede hacer daño, a la vez que ser alimentada para poder crecer.

Y aunque el ser humano es mayor que los edificios, mirar a los edificios nos puede ayudar a descubrir algo de nuestra vida. Porque si no hay unos buenos cimientos, de nada valen los adornos: la casa se caerá ante la primera inclemencia. Pero cuando hay buenos fundamentos, todas las tormentas se pueden superar.

Mirando una planta, agradece a Dios tu vida y pregúntate cómo estás cuidando esa vida para que llegue a dar los frutos que Él quiere. Cuánto tienes de paciencia, para dejar hacer a Dios a su ritmo… Cómo estás alimentándote de la oración, de la reflexión, del consejo que otros te pueden ofrecer…

Mirando un edificio, pídele a Dios que te ayude a apoyar tu vida en Él, que es roca firme, para desde ahí, levantarte, acoger y servir a otros.

Tu hermano en la fe:
Luis Manuel Suárez CMF
Comentario publicado por Ciudad Redonda

jueves, 8 de septiembre de 2016

RESONAR DE LA PALABRA 08092016

Evangelio según San Mateo 1,1-16.18-23. 
Genealogía de Jesucristo, hijo de David, hijo de Abraham: Abraham fue padre de Isaac; Isaac, padre de Jacob; Jacob, padre de Judá y de sus hermanos. Judá fue padre de Fares y de Zará, y la madre de estos fue Tamar. Fares fue padre de Esrón; Esrón, padre de Arám; Arám, padre de Aminadab; Aminadab, padre de Naasón; Naasón, padre de Salmón. Salmón fue padre de Booz, y la madre de este fue Rahab. Booz fue padre de Obed, y la madre de este fue Rut. Obed fue padre de Jesé; Jesé, padre del rey David. David fue padre de Salomón, y la madre de este fue la que había sido mujer de Urías. Salomón fue padre de Roboám; Roboám, padre de Abías; Abías, padre de Asá; Asá, padre de Josafat; Josafat, padre de Jorám; Jorám, padre de Ozías. Ozías fue padre de Joatám; Joatám, padre de Acaz; Acaz, padre de Ezequías; Ezequías, padre de Manasés. Manasés fue padre de Amón; Amón, padre de Josías; Josías, padre de Jeconías y de sus hermanos, durante el destierro en Babilonia. Después del destierro en Babilonia: Jeconías fue padre de Salatiel; Salatiel, padre de Zorobabel; Zorobabel, padre de Abiud; Abiud, padre de Eliacím; Eliacím, padre de Azor. Azor fue padre de Sadoc; Sadoc, padre de Aquím; Aquím, padre de Eliud; Eliud, padre de Eleazar; Eleazar, padre de Matán; Matán, padre de Jacob. Jacob fue padre de José, el esposo de María, de la cual nació Jesús, que es llamado Cristo. Este fue el origen de Jesucristo: María, su madre, estaba comprometida con José y, cuando todavía no habían vivido juntos, concibió un hijo por obra del Espíritu Santo. José, su esposo, que era un hombre justo y no quería denunciarla públicamente, resolvió abandonarla en secreto. Mientras pensaba en esto, el Angel del Señor se le apareció en sueños y le dijo: "José, hijo de David, no temas recibir a María, tu esposa, porque lo que ha sido engendrado en ella proviene del Espíritu Santo. Ella dará a luz un hijo, a quien pondrás el nombre de Jesús, porque él salvará a su Pueblo de todos sus pecados". Todo esto sucedió para que se cumpliera lo que el Señor había anunciado por el Profeta: La Virgen concebirá y dará a luz un hijo a quien pondrán el nombre de Emanuel, que traducido significa: "Dios con nosotros". 

RESONAR DE LA PALABRA
Queridos amigos y amigas:
Hoy celebramos la Natividad de María. Como si celebráramos su cumpleaños, recordamos el día en que nació. El día en que, a través de sus padres –San Joaquín y Santa Ana- se le regaló la vida.
Una vida que al principio era pequeña en apariencia, pero que no dejaba de ser algo maravilloso: un regalo y una tarea. Regalo ser criatura humana, con sus capacidades y posibilidades. Tarea porque para desarrollar lo que Dios pone en nosotros como semilla necesita de nuestra colaboración.
Podemos imaginar a María creciendo en su pueblo, con su familia atenta, con sus paisanos alrededor… aprendiendo de sus mayores, desarrollando habilidades, afrontando las dificultades, rezando cada día… Una vida que se va desplegando, en el silencio de lo cotidiano, preparándose para acoger la vocación que Dios le quiso confiar…
La celebración del nacimiento de María puede ser un buen momento para agradecer a Dios su vida… y cada vida. También la tuya. Esa pequeña existencia que no deja de ser algo maravilloso. Un regalo y una tarea. Con sus luces y sus sombras. Con lo que ya has logrado y con el camino que queda por recorrer.
Y pedirle al Señor por todas las vidas. También por la tuya. Para que todo lo que vivas hoy, y el día en que celebres tu cumpleaños, te ayude a seguir acogiendo la misión que Dios te quiere confiar en esta vida. Como María.
Tu hermano en la fe:
Luis Manuel Suárez CMF
comentario publicado por Ciudad Redonda

miércoles, 7 de septiembre de 2016

RESONAR DE LA PALABRA 07092016

Evangelio según San Lucas 6,20-26. 
Jesús, fijando la mirada en sus discípulos, dijo: «¡Felices ustedes, los pobres, porque el Reino de Dios les pertenece! ¡Felices ustedes, los que ahora tienen hambre, porque serán saciados! ¡Felices ustedes, los que ahora lloran, porque reirán! ¡Felices ustedes, cuando los hombres los odien, los excluyan, los insulten y los proscriban, considerándolos infames a causa del Hijo del hombre! ¡Alégrense y llénense de gozo en ese día, porque la recompensa de ustedes será grande en el cielo. De la misma manera los padres de ellos trataban a los profetas! Pero ¡ay de ustedes los ricos, porque ya tienen su consuelo! ¡Ay de ustedes, los que ahora están satisfechos, porque tendrán hambre! ¡Ay de ustedes, los que ahora ríen, porque conocerán la aflicción y las lágrimas! ¡Ay de ustedes cuando todos los elogien! ¡De la misma manera los padres de ellos trataban a los falsos profetas!»

RESONAR DE LA PALABRA
Queridos amigos y amigas:

Jesús viene a “dar la vuelta” a nuestro mundo. No es que quiera ponerlo “patas arriba”. Más bien es que, estando el mundo al revés, viene a ponerlo tal como Dios lo quiso.

También en el siglo I la gente consideraba mejor a los que más bienes tenían, como si por tener más se fuera mejor persona. Y también en el siglo I la gente buscaba que hablasen bien de ella, dando una apariencia que no siempre era verdadera.

Jesús “da la vuelta” a ese mundo poniendo a los últimos como primeros. Acogiendo al que tiene menos, al que pasa hambre, al que llora… y alentando al que es perseguido por su nombre. Solo así la vida puede ser para todos, sin que haya excluidos.

En el siglo XXI seguimos teniendo el mismo reto: mirar el mundo con los ojos de Dios, poniendo primero a los últimos, acogiendo al que lo pasa mal y abriéndole a la esperanza.

Señor Jesús,
enséñame a comprender tus bienaventuranzas.
Que no me deje llevar de los criterios de este mundo
sino que sepa mirar, hablar y actuar como Tú,
pidiendo cada día, de corazón, que venga a nosotros tu Reino.

Tu hermano en la fe:
Luis Manuel Suárez CMF
fuente del comentario CIUDAD REDONDA

martes, 6 de septiembre de 2016

RESONAR DE LA PALABRA 06092016

Evangelio según San Lucas 6,12-19. 
Jesús se retiró a una montaña para orar, y pasó toda la noche en oración con Dios. Cuando se hizo de día, llamó a sus discípulos y eligió a doce de ellos, a los que dio el nombre de Apóstoles: Simón, a quien puso el sobrenombre de Pedro, Andrés, su hermano, Santiago, Juan, Felipe, Bartolomé, Mateo, Tomás, Santiago, hijo de Alfeo, Simón, llamado el Zelote, Judas, hijo de Santiago, y Judas Iscariote, que fue el traidor. Al bajar con ellos se detuvo en una llanura. Estaban allí muchos de sus discípulos y una gran muchedumbre que había llegado de toda la Judea, de Jerusalén y de la región costera de Tiro y Sidón, para escucharlo y hacerse curar de sus enfermedades. Los que estaban atormentados por espíritus impuros quedaban curados; y toda la gente quería tocarlo, porque salía de él una fuerza que sanaba a todos. 

RESONAR DE LA PALABRA
Queridos amigos y amigas:

En el Evangelio de hoy Jesús elige a “su selección”. No quiere estar solo ni quiere actuar solo. Porque Dios es comunidad de personas. Y Jesús viene a “reunir a los hijos de Dios dispersos”. Por eso, al comienzo de su vida pública, elige un pequeño grupo como signo de la gran familia de los hijos de Dios que él viene a reunir.

Para esta elección tan importante, Jesús se prepara bien. Como hace en los grandes momentos de su vida: “subió a la montaña a orar, y pasó la noche orando a Dios”. Una buena manera de preparar una gran decisión.

Ya de día, realiza su elección: ahí están los doce. De algunos conocemos más; de otros menos. No son perfectos. Quizá no son tampoco los mejores. Incluso alguno es mal considerado, por su oficio de recaudador de impuestos. Jesús les llama gratuitamente, más allá de sus méritos. Representan a toda la humanidad, con sus luces y sombras. Jesús quiere hacer camino con ellos, para que ese grupo continúe su misión hacia una nueva humanidad, reconciliada en el amor.

Y después de elegirles, les da la primera lección práctica: rodeado de muchos, se detiene y se dedica a pronunciar palabras de vida y realizar gestos de amor. Todo un programa de vida, que dejará como legado a sus discípulos.

En el bautismo hemos sido “elegidos” por Jesús. Él también pronuncia nuestro nombre para que estemos con él, prolonguemos sus palabras de vida y actualicemos sus gestos de amor. ¿Cómo le responderás?

Vuestro hermano en la fe:
Luis Manuel Suárez CMF

jueves, 1 de septiembre de 2016

La gran misericordia


Una de las actitudes fundamentales de Jesús, y que sobre todo san Lucas no se cansa de resaltar, es la gran misericordia de Jesús que lo lleva a ser disponible para los demás. Para él no hay un momento determinado para sanar, para atender a los que lo buscan. Todo su tiempo le pertenece a los demás, para quienes él ha sido enviado. Se ha hecho disponible para todos y todos han encontrado en él alivio y consuelo. En nuestro mundo agitado es fundamental el recobrar esta actitud de Jesús, sobre todo para los de nuestra propia casa. Es cierto que muchas veces estamos cansados, pero que importante es estar siempre disponible para los hijos, para el esposo o la esposa, para nuestros padres. La falta de disponibilidad causa serias lesiones en la relación de la familia lo que va poco a poco provocando la indiferencia y la dispersión. Quizás valdría la pena hoy reflexionar sobre nuestra disponibilidad y pensar ¿qué tan dispuesto estoy para dar una mano (escuchar, acompañar, servir) a los que se acercan a mi, sobre todo los de mi propia familia? Recuerda que servir es amar.
Que pases un día lleno del amor de Dios.
Como María, todo por Jesús y para Jesús
Pbro. Ernesto María Caro

miércoles, 31 de agosto de 2016

RESONAR DE LA PALABRA 310816

Evangelio según San Lucas 4,38-44. 
Al salir de la sinagoga, entró en la casa de Simón. La suegra de Simón tenía mucha fiebre, y le pidieron que hiciera algo por ella. Inclinándose sobre ella, Jesús increpó a la fiebre y esta desapareció. En seguida, ella se levantó y se puso a servirlos. Al atardecer, todos los que tenían enfermos afectados de diversas dolencias se los llevaron, y él, imponiendo las manos sobre cada uno de ellos, los curaba. De muchos salían demonios, gritando: "¡Tú eres el Hijo de Dios!". Pero él los increpaba y no los dejaba hablar, porque ellos sabían que era el Mesías. Cuando amaneció, Jesús salió y se fue a un lugar desierto. La multitud comenzó a buscarlo y, cuando lo encontraron, querían retenerlo para que no se alejara de ellos. Pero él les dijo: "También a las otras ciudades debo anunciar la Buena Noticia del Reino de Dios, porque para eso he sido enviado". Y predicaba en las sinagogas de toda la Judea. 


RESONAR DE LA PALABRA
La paz de Dios:

EN LA SINAGOGA Y EN LA CASA.
Jesús no tiene muy claro, a lo mejor sí y quienes fallamos somos nosotros, la diferencia entre la sinagoga y la casa. Ambos lugares están llenos de la presencia de Dios. Con nuestro lenguaje, hoy diríamos: el templo es tu casa, la casa es tu templo. Cuando uno tiene claro que lo que desea es encontrarse con Dios y transmitirle, los lugares pasan a ocupar en segundo plano. En la iglesia-templo-sinagoga Jesús se encuentra con Dios; en las casas, entre los pucheros, también lo hace. Pienso que muchas veces buscamos a Dios de manera distinta en la capilla que en la sala de estar de nuestra casa. Perdemos en nuestras conversaciones cotidianas el fervor que tenemos en los rezos.

LO GRANDE Y LO PEQUEÑO.
Cura a las multitudes, dice el texto, exagerando un poco. Pero se acerca también a la suegra de Pedro. Lo grande y lo pequeño. Lo global y lo local. Me gusta ese eslogan: piensa globalmente y actúa localmente. Me parece que es lo que hacía Jesús: curaba a las multitudes y se fijaba también en los detalles.

Vale para la reflexión este cuento de P. Coelho en El Alquimista .

VÁMONOS DE AQUÍ.
Jesús se desmarca de quienes quieren reternerle. Su misión es mucho más amplia. Dios es para todos. La tentación que querer acaparar a Dios siempre estará presente. Por eso Jesús se escapa a otras aldeas (no a las grandes urbes, que irá después).

TEXTO DE APOYO
Cierto mercader envió a su hijo con el más sabio de todos los hombres para que aprendiera el Secreto de la Felicidad. El joven anduvo durante cuarenta días por el desierto, hasta que llegó a un hermoso castillo, en lo alto de una montaña. Allí vivía el sabio que buscaba.
Sin embargo, en vez de encontrar a un hombre santo, nuestro héroe entró en una sala y vio una actividad inmensa; mercaderes que entraban y salían, personas conversando en los rincones, una pequeña orquesta que tocaba melodías suaves y una mesa repleta de los más deliciosos manjares de aquella región del mundo. El sabio conversaba con todos, y el joven tuvo que esperar dos horas para que le atendiera.
El sabio escuchó atentamente el motivo de su visita, pero le dijo que en aquel momento no tenía tiempo de explicarle el Secreto de la Felicidad. Le sugirió que diese un paseo por su palacio y volviese dos horas más tarde.
Pero quiero pedirte un favor -añadió el sabio entregándole una cucharilla de té en la que dejó caer dos gotas de aceite-. Mientras camines lleva esta cucharilla y cuida de que el aceite no se derrame.
El joven comenzó a subir y bajar las escalinatas del palacio manteniendo siempre los ojos fijos en la cuchara. Pasadas las dos horas, retornó a la presencia del sabio.
¿Qué tal? -preguntó el sabio-. ¿Viste los tapices de Persia que hay en mi comedor? ¿Viste el jardín que el Maestro de los Jardineros tardó diez años en crear? ¿Reparaste en los bellos pergaminos de mi biblioteca?
El joven, avergonzado, confesó que no había visto nada. Su única preocupación había sido no derramar las gotas de aceite que el Sabio le había confiado.
Pues entonces vuelve y conoce las maravillas de mi mundo -dijo el Sabio-. No puedes confiar en un hombre si no conoces su casa.
Ya más tranquilo, el joven cogió nuevamente la cuchara y volvió a pasear por el palacio, esta vez mirando con atención todas las obras de arte que adornaban el techo y las paredes. Vio los jardines, las montañas a su alrededor, la delicadeza de las flores, el esmero con que cada obra de arte estaba colocada en su lugar. De regreso a la presencia del sabio, le relató detalladamente todo lo que había visto.
¿Pero dónde están las dos gotas de aceite que te confié? -preguntó el Sabio.
El joven miró la cuchara y se dio cuenta de que las había derramado.

Pues éste es el único consejo que puedo darte -le dijo el más Sabio de los Sabios-. El secreto de la felicidad está en mirar todas las maravillas del mundo, pero sin olvidarse nunca de las dos gotas de aceite en la cuchara.

Tu hermano y amigo
Óscar Romano

fuente del comentario CIUDAD REDONDA