viernes, 31 de mayo de 2024

No vaciles en dar

«Hijo mío, hazte, por el contrario, manso, porque los mansos heredarán la tierra, hazte paciente, y compasivo, y sencillo, y pacífico, y bueno, y temeroso en todo momento de las palabras que has oído.
No se junte tu alma con los soberbios, sino que andarás con los justos y humildes.
Los sucesos que te sobrevengan los aceptarás como bienes, sabiendo que no sucede nada sino por disposición de Dios.
Hijo mío, de aquel que te explica la Palabra de Dios te acordarás de día y de noche, y lo honrarás como al Señor. Porque donde se anuncia la majestad del Señor, allí está el Señor.
Buscarás cada día los rostros de los santos, para hallar descanso en sus palabras.
No provocarás facciones, sino que pondrás paz entre los que pelean. Juzgarás rectamente, y no harás distinción de personas para reprender las faltas.
No andarás indeciso pensando si resultará o no.
No seas de los que extienden la mano para recibir, pero la retiran para dar.
Si adquieres algo por el trabajo de tus manos, da de ello como rescate de tus pecados.
No vaciles en dar, ni murmures mientras das, pues has de saber quién es el que recompensa tu limosna.
No rechazarás al indigente, de todo lo tuyo harás partícipe a tu hermano, sin decir que nada es tuyo propio; porque si en lo eterno son copartícipes, ¿cuánto más en lo temporal?».

Que Dios esté contigo.

Didajé

COMPRENDIENDO LA PALABRA

“Su misericordia se extiende de generación en generación”

«Cantaré eternamente las misericordias del Señor». (Cfr. Sal 89 (88), 2). En estas palabras pascuales de la Iglesia resuenan en la plenitud de su contenido profético las ya pronunciadas por María durante la visita hecha a Isabel, mujer de Zacarías: « Su misericordia de generación en generación ». Ellas, ya desde el momento de la encarnación, abren una nueva perspectiva en la historia de la salvación. Después de la resurrección de Cristo, esta perspectiva se hace nueva en el aspecto histórico y, a la vez, lo es en sentido escatológico. Desde entonces se van sucediendo siempre nuevas generaciones de hombres dentro de la inmensa familia humana, en dimensiones crecientes; se van sucediendo además nuevas generaciones del Pueblo de Dios, marcadas por el estigma de la cruz y de la resurrección, «selladas» a su vez con el signo del misterio pascual de Cristo, revelación absoluta de la misericordia proclamada por María en el umbral de la casa de su pariente: «su misericordia de generación en generación»…

Madre del Crucificado…, María pues es la que conoce más a fondo el misterio de la misericordia divina. Sabe su precio y sabe cuán alto es. En este sentido la llamamos también Madre de la misericordia…, sabiendo ver primeramente a través de los complicados acontecimientos de Israel, y de todo hombre y de la humanidad entera después, aquella misericordia de la que « por todas la generaciones » nos hacemos partícipes según el eterno designio de la Santísima Trinidad.

Madre del Crucificado y del Resucitado; como de aquella que, habiendo experimentado la misericordia de modo excepcional, « merece » de igual manera tal misericordia a lo largo de toda su vida terrena, en particular a los pies de la cruz de su Hijo; finalmente, como de aquella que a través de la participación escondida y, al mismo tiempo, incomparable en la misión mesiánica de su Hijo ha sido llamada singularmente a acercar los hombres al amor que El había venido a revelar: amor que halla su expresión más concreta en aquellos que sufren, en los pobres, los prisioneros, los que no ven, los oprimidos y los pecadores, tal como habló de ellos Cristo (Cfr. Lc 4,18; 7, 22).



San Juan Pablo II (1920-2005)
papa
Encíclica “Dives in Misericordia” §9 (trad. © copyright Libreria Editrice Vaticana)

RESONAR DE LA PALABRA - Evangelio según San Lucas 1,39-56


Evangelio según San Lucas 1,39-56
María partió y fue sin demora a un pueblo de la montaña de Judá.

Entró en la casa de Zacarías y saludó a Isabel.

Apenas esta oyó el saludo de María, el niño saltó de alegría en su seno, e Isabel, llena del Espíritu Santo,

exclamó: "¡Tú eres bendita entre todas las mujeres y bendito es el fruto de tu vientre!

¿Quién soy yo, para que la madre de mi Señor venga a visitarme?

Apenas oí tu saludo, el niño saltó de alegría en mi seno.

Feliz de ti por haber creído que se cumplirá lo que te fue anunciado de parte del Señor".

María dijo entonces: "Mi alma canta la grandeza del Señor,

y mi espíritu se estremece de gozo en Dios, mi Salvador,

porque él miró con bondad la pequeñez de tu servidora.

En adelante todas las generaciones me llamarán feliz".

Porque el Todopoderoso ha hecho en mí grandes cosas:

¡su Nombre es santo!

Su misericordia se extiende de generación en generación

sobre aquellos que lo temen.

Desplegó la fuerza de su brazo, dispersó a los soberbios de corazón.

Derribó a los poderosos de su trono y elevó a los humildes.

Colmó de bienes a los hambrientos

y despidió a los ricos con las manos vacías.

Socorrió a Israel, su servidor,

acordándose de su misericordia,

como lo había prometido a nuestros padres,

en favor de Abraham y de su descendencia para siempre".

          María permaneció con Isabel unos tres meses y luego regresó a su casa.


RESONAR DE LA PALABRA


Querido amigo/a:

Tu casa es tu espacio vital, el lugar donde estás a gusto y en paz, a donde te apetece llegar después de una jornada ajetreada, tu lugar de descanso, donde nadie te molesta. Tu casa es como un templo, un lugar tranquilo, tuyo, íntimo. Pues bien, a tu casa, a ti, llega hoy la Madre De Dios, María. Celebramos la fiesta de la Visitación a su prima Isabel. Celebramos que María quiere entrar en nuestra casa para traernos la Buena Noticia de su Hijo.

Al igual que Isabel, también nosotros podemos quedarnos sorprendidos: “¿quién soy yo para que me viste la Madre de mi Señor?” Pero seríamos, a su vez, muy ingratos si no fuéramos capaces de recibirla en nuestra casa, en nuestra intimidad.

En esta fiesta de la Visitación, recordamos que tenemos una Madre en la fe que nos ayuda a encontrar a Jesús, pues donde está la Madre, ahí está su Hijo. Por ello nos acogemos siempre a su intercesión, siendo nuestro modelo de fe: “haced lo que Él os diga” nos dirá en las bodas de Caná.

Si el cristianismo fuese una ideología, una ideología no necesita a una madre, pero como el cristianismo es el encuentro con la persona de Jesucristo, los cristianos necesitamos a la Madre para encontrarnos con el Hijo.

Ven María a mi casa, visítame con tu amor de madre, ayúdame a seguir a tu hijo para que mi alma también proclame “su grandeza”, en la bella oración del Magníficat que hoy recordamos y “se alegre mi espíritu en Dios mi salvador”.

Nuestro hermano en la fe:

Juan Lozano, cmf.

fuente del comentario CIUDAD REDONDA

jueves, 30 de mayo de 2024

COMPRENDIENDO LA PALABRA

¡Pongamos nuestras dolencias ante nuestro Médico, Cristo Jesús!

La inefable caridad de Dios parece haber cubierto la fragilidad y miseria del hombre. Como estaba siempre presto e inclinado a ofender a su Creador, Dios para salvarlo, le ha procurado un remedio para su dolencia. El remedio para nuestras dolencias es el fuego del amor, un amor por nosotros que no se apaga jamás. El alma lo recibe como remedio cuando contempla, en ella misma, el estandarte de la Cruz que está plantado. Porque fuimos la piedra en la que fue fijada la Cruz. Su madera y clavos no hubieran sido capaces de retener al Cordero sin mancha, si el amor no lo hubiera retenido. Cuando el alma contempla esa suave y querida medicina, no debe caer en la negligencia, sino levantarse con amor y deseo. Entonces, debe tender las manos, con aversión de sí-misma, como hace un enfermo que tiene aversión por su enfermedad y que ama la medicina que le da el médico. (…)

Levantémonos con el fuego de un ardiente amor, con esa aversión y la profunda humildad que nos dará el conocimiento de nuestra nada. Pongamos nuestras dolencias ante nuestro Médico, Cristo Jesús. Extendamos la mano para recibir el medicamento amargo que nos es dado. Si, el medicamento que el hombre recibe es con frecuencia amargo. Son las tinieblas, tentaciones, turbaciones del espíritu u otras tribulaciones que vienen del exterior. Nos parecen de entrada muy amargas, pero tenemos que hacer como un enfermo sabio y ellas nos serán luego de gran dulzura. Por eso, consideremos la ternura del buen Jesús, que nos da el medicamento, sabiendo que no lo hace por aversión sino por amor, ya que únicamente quiere nuestra santificación.



Santa Catalina de Siena (1347-1380)
terciaria dominica, doctora de la Iglesia, copatrona de Europa
Carta, 97, al prior de Cervaia (Lettres, I, Cartier, Téqui, 1976), trad. sc©evangelizo.org

RESONAR DE LA PALABRA - Evangelio según San Marcos 10,46-52


Evangelio según San Marcos 10,46-52
Después llegaron a Jericó. Cuando Jesús salía de allí, acompañado de sus discípulos y de una gran multitud, el hijo de Timeo -Bartimeo, un mendigo ciego- estaba sentado junto al camino.

Al enterarse de que pasaba Jesús, el Nazareno, se puso a gritar: "¡Jesús, Hijo de David, ten piedad de mí!".

Muchos lo reprendían para que se callara, pero él gritaba más fuerte: "¡Hijo de David, ten piedad de mí!".

Jesús se detuvo y dijo: "Llámenlo". Entonces llamaron al ciego y le dijeron: "¡Animo, levántate! El te llama".

Y el ciego, arrojando su manto, se puso de pie de un salto y fue hacia él.

Jesús le preguntó: "¿Qué quieres que haga por ti?". El le respondió: "Maestro, que yo pueda ver".

Jesús le dijo: "Vete, tu fe te ha salvado". En seguida comenzó a ver y lo siguió por el camino.


RESONAR DE LA PALABRA


Querido amigo/a:

Si el Señor te preguntara: “¿qué quieres que haga por ti? ¿Cuál sería tu respuesta? Piénsalo bien antes de contestar, porque tienes que saber que la fuerza de su gracia no tiene obstáculos, que su amor puede transformar las zonas más endurecidas de tu corazón.

En la secuencia del evangelio de hoy, el ciego de nacimiento le pide ver; mejor dicho, le gritaba, le suplicaba por encima de las voces que lo increparan para que callase. Lo hacía porque tenía fe en Jesús, y esa fe le llevó a la oferta de Jesús, al qué quieres que haga por ti.

También nosotros necesitamos aclarar la vista, como la del ciego Bartimeo, y nos oramos hoy con su petición: “Señor, que vea”. Y si el Señor nos pregunta: “¿qué quieres ver? “Podríamos contestarle: Señor, quiero ver la belleza de la vida, la bondad de todo lo creado, las miles de señales que me hablan de Ti. No quiero ser ciego a estas realidades. Quiero ver las posibilidades que me da la vida para ser feliz, para amar, para hacer el bien, para vivir cada día con toda la fuerza e intensidad posibles, siendo consciente de que cada vez que me despierto Tú me regalas un día para que lo disfrute a tope. Quiero ver lo positivo y lo mejor de mis hermanos.

El apóstol San pedro en la primera lectura de hoy nos recuerda que estamos llamados a mirar más allá: “vosotros sois una raza elegida, un sacerdocio real, una nación consagrada, un pueblo adquirido por Dios para proclamar las hazañas del que os llamó a salir de la tiniebla y a entrar en su luz maravillosa.”

No permitas Señor que la tiniebla se instale cual catarata en mi retina emborronando todo lo que vea, destruyendo la alegría de mi corazón. Ayúdame a ver cómo tu ves: con amor, con compasión, con paciencia, con cariño, con mucha luz. Señor quiero ver, quiero verte.

Nuestro hermano en la fe:

Juan Lozano, cmf.

fuente del comentario CIUDAD REDONDA
 

miércoles, 29 de mayo de 2024

COMPRENDIENDO LA PALABRA

«El hijo del hombre no ha venido para que le sirvan, sino para servir»

El hombre fue creado para servir a su Creador. ¿Hay algo más justo, en efecto, que servir al que os ha puesto en el mundo, sin quien no podéis existir? ¿Y hay algo más dichoso que servirle, puesto que servirle es reinar? Pero el hombre dijo a su Creador: «Yo no te serviré» (Jr 2,20). «Pues yo, dice el Creador al hombre, sí te serviré. Siéntate, te serviré, te lavaré los pies»...

Sí, oh Cristo «servidor bueno y fiel» (Mt 25,21), verdaderamente tú has servido, has servido con toda la fe y con toda la verdad, con toda la paciencia y toda la constancia. Sin tibieza, te has lanzado como un gigante a correr por el camino de la obediencia (Sl 18,6); sin fingir, nos has dado además, después de tantas fatigas, tu propia vida; sin murmurar, flagelado e inocente, no has abierto la boca (Is 53,9). Está escrito y es verdad: «El servidor que conoce la voluntad de su amo y no la cumple recibirá cantidad de azotes» (Lc 12,47). Pero este servidor nuestro, os pregunto ¿cuáles son los actos que no ha llevado a cabo? ¿Qué es lo que ha omitido de lo que debía hacer? «Todo lo ha hecho bien» gritaban los que observaban su conducta; «ha hecho oír a los sordos y hablar a los mudos» (Mc 7,37). Ha llevado a cabo toda clase de acciones dignas de recompensa, entonces ¿por qué ha sufrido tanta indignidad? Presentó su espalda a los latigazos, recibió una sorprendente cantidad de atroces golpes, su sangre chorreó por todas partes. Fue interrogado en medio de oprobios y tormentos, como si fuera un esclavo o un malhechor a quien se interroga para hacerle decir la verdad sobre un crimen. ¡Oh detestable orgullo del hombre que desdeña servir, y que no podía ser humillado por ningún otro ejemplo que el de un tal servidor de su Dios!...

Sí, mi Señor, has pasado muchas penas para servirme; sería justo y equitativo que de ahora en adelante puedas descansar, y que tu servidor, a su vez, se ponga a servirte; su momento ha llegado... Has vencido, Señor, a este tu servidor rebelde; extiendo mis manos para recibir tus ataduras, inclino mi cabeza para recibir tu yugo. Permíteme servirte. Aunque soy un servidor inútil si tu gracia no me acompaña y no trabaja siempre a mi lado (Sab 9,10), recíbeme como tu servidor para siempre.



Beato Guerrico de Igny (c. 1080-1157)
abad cisterciense
Primer sermón para el domingo de Ramos

RESONAR DE LA PALABRA - Evangelio según San Marcos 10,32-45


Evangelio según San Marcos 10,32-45
Mientras iban de camino para subir a Jerusalén, Jesús se adelantaba a sus discípulos; ellos estaban asombrados y los que lo seguían tenían miedo. Entonces reunió nuevamente a los Doce y comenzó a decirles lo que le iba a suceder:

"Ahora subimos a Jerusalén; allí el Hijo del hombre será entregado a los sumos sacerdotes y a los escribas. Lo condenarán a muerte y lo entregarán a los paganos:

ellos se burlarán de él, lo escupirán, lo azotarán y lo matarán. Y tres días después, resucitará".

Santiago y Juan, los hijos de Zebedeo, se acercaron a Jesús y le dijeron: "Maestro, queremos que nos concedas lo que te vamos a pedir".

El les respondió: "¿Qué quieren que haga por ustedes?".

Ellos le dijeron: "Concédenos sentarnos uno a tu derecha y el otro a tu izquierda, cuando estés en tu gloria".

Jesús les dijo: "No saben lo que piden. ¿Pueden beber el cáliz que yo beberé y recibir el bautismo que yo recibiré?".

"Podemos", le respondieron. Entonces Jesús agregó: "Ustedes beberán el cáliz que yo beberé y recibirán el mismo bautismo que yo.

En cuanto a sentarse a mi derecha o a mi izquierda, no me toca a mí concederlo, sino que esos puestos son para quienes han sido destinados".

Los otros diez, que habían oído a Santiago y a Juan, se indignaron contra ellos.

Jesús los llamó y les dijo: "Ustedes saben que aquellos a quienes se considera gobernantes, dominan a las naciones como si fueran sus dueños, y los poderosos les hacen sentir su autoridad.

Entre ustedes no debe suceder así. Al contrario, el que quiera ser grande, que se haga servidor de ustedes;

y el que quiera ser el primero, que se haga servidor de todos.

Porque el mismo Hijo del hombre no vino para ser servido, sino para servir y dar su vida en rescate por una multitud".


RESONAR DE LA PALABRA

Querido amigo/a:

Subir cuestas es complicado, sobre todo cuando se alcanzan ciertas edades, pues las articulaciones se resienten y el corazón no tiene la misma fuerza que en la juventud. La vida también tiene sus cuestas, sus momentos de dificultad, retos que no nos apetece afrontar pero que, a su vez, no podemos eludir.

Ya sabemos por experiencia que no todas las etapas de la vida son llanas y placenteras como un camino de rosas. A estos momentos malos en lenguaje creyente los llamamos: “subir a Jerusalén”, porque es lo que tuvo que hacer Jesús para ser entregado en manos de los poderosos y afrontar así su pasión y muerte; es lo que nos recuerda el Evangelio de hoy y nos reafirma la primera carta del apóstol Pedro: “fuisteis liberados con una sangre preciosa, como la de un cordero sin mancha, Cristo”.

Subir es difícil, evidentemente es más fácil caminar en llano que subir las cuestas de la vida. Pero cuando te toque afrontar la cuesta arriba, porque te llegará aunque no te guste, no olvides que no estás solo. Jesús sube contigo, a tu lado, dándote su mano para que te apoyes en Él. Jesús sabe por propia experiencia lo que es subir tramos difíciles. No sólo te acompaña, te pide que también ayudes a otros a subir las suyas, que de vez en cuando te pongas el último por la vida para alentar a los que están rezagados, a los que no pueden más y necesitan una mano amiga. No olvides que nunca estás solo en la subida, que Jesús sube contigo.

Nuestro hermano en la fe:

Juan Lozano, cmf.

fuente del comentario CIUDAD REDONDA
 

martes, 28 de mayo de 2024

COMPRENDIENDO LA PALABRA

Dejarlo todo para seguirle

Pasados 40 años, Clara, según la comparación empleada por san Pablo (1Co 9,24) ha corrido la carrera en el estadio de la suma pobreza. Clara, cercana ya a la meta de su vocación celestial y de la recompensa prometida al vencedor... la divina providencia se apresura en llevar a cabo aquello que le tenía destinado: Cristo se dispone a introducir en su palacio real a la «pobre» por excelencia al final de su peregrinaje. En cuanto a ella, deseaba con todas sus fuerzas...... contemplar, reinando en su gloria, al Cristo que había imitado en la tierra en su pobreza.

Todas sus hijas estaban reunidas alrededor de la cama de la madre..... Clara dirigiéndose a sí misma, dice a su alma:« Ve segura, porque llevas buena escolta para el viaje. Ve, porque aquel que te creó, también te santificó; y, guardándote siempre, como una madre a su hijo, te ha amado con amor tierno. Tú, Señor -prosigue-, seas bendito porque me creaste» Preguntándole una de las hermanas que a quién hablaba, Clara respondió: «Hablo a mi alma bendita». No estaba ya lejano su glorioso tránsito, pues, dirigiéndose luego a una de sus hijas, le dice: « ¿Ves tú, ¡oh hija!, al Rey de la gloria a quien estoy viendo?»...

Bendito sea este éxodo del valle de la miseria que para ella fue la entrada en la vida bienaventurada. Ahora, a cambio de sus austerísimos ayunos, se alegra en la mesa de los ciudadanos del cielo; y desde ahora, a cambio de la vileza de las cenizas, es bienaventurada en el reino celeste, condecorada con la estola de la eterna gloria.



Tomás de Celano (c. 1190-c. 1260)
biógrafo de San Francisco y de Santa Clara
Biografía de San Francisco y Santa Clara, §25-28

RESONAR DE LA PALABRA - Evangelio según San Marcos 10,28-31



Evangelio según San Marcos 10,28-31

Pedro le dijo a Jesús: "Tú sabes que nosotros lo hemos dejado todo y te hemos seguido".

Jesús respondió: "Les aseguro que el que haya dejado casa, hermanos y hermanas, madre y padre, hijos o campos por mí y por la Buena Noticia,

desde ahora, en este mundo, recibirá el ciento por uno en casas, hermanos y hermanas, madres, hijos y, campos, en medio de las persecuciones; y en el mundo futuro recibirá la Vida eterna.

Muchos de los primeros serán los últimos y los últimos serán los primeros".


RESONAR DE LA PALABRA


Querido amigo/a:

Tener y acumular es una práctica mundana que contradice la dinámica evangélica de dejar y desprenderse. Muchos se afanan en su vida en alcanzar metas a golpe de acumular, como si esto fuera garantía de realización personal y felicidad. Pero a poco que te pongas a analizar, te das cuenta de que tener y acumular no llena tu vacío existencial.

En la respuesta que Jesús da hoy a los que le siguen, nos recuerda a todos donde está la clave de una vida realizada: quien deja, recibe cien veces más, se realiza y encuentra. Porque cuando más das, más recibes. Y a la inversa.

¿Cuál es el precio que estás dispuesto a pagar por seguir al Maestro? ¿Qué te cuesta dejar? La dinámica del evangelio es muy sencilla, pero a la vez, muy contra corriente: cuanto más acumulas y ahorras, más pobre eres, porque recibes menos ya en esta vida. Si no te entregas, no arriesgas, no sales de tu zona de confort, no saltas en paracaídas y no vives ninguna aventura; tu vida es pura monotonía, aburrida como una seta, sin novedades interesantes, un rollo. Sin embargo, cuanto más arriesgas, más das; cuanto más apuestas y más vuelas, más experiencias llenas de vida recorres, a más gente conoces, más aire de Dios se mueve dentro de ti, más rico eres. Al revés que en la lógica del mentalidad actual.

El apóstol Pedro, en la primera lectura de hoy, nos anima a: “estad interiormente preparados para la acción, controlándoos bien, a la expectativa del don que os va a traer la revelación de Jesucristo”. No le falta razón, dejar para seguir mejor a Jesús requiere una actitud de esfuerzo que debe ser animada por el Espíritu Santo. Se trata de dejarse llevar y confiar.

A Dios no le gana nadie en generosidad. Si tú le das tres, Él te lo multiplica por cien. ¡Pruébalo!

Nuestro hermano en la fe:

Juan Lozano, cmf.

fuente del comentario CIUDAD REDONDA
 

lunes, 27 de mayo de 2024

COMPRENDIENDO LA PALABRA

Antes de amar, has sido amado

Querido padre, ¿qué corazón puede ser tan duro, tan obstinado, para no enternecerse si contempla el amor que le porta la Bondad divina? Ame, ame, piense que antes de amar, ha sido amado. Dios, mirando hacia sí mismo, se ha apasionado por la belleza de su criatura. Llevado por el ardor de su inefable caridad, ha creado a su criatura para que tenga la vida eterna y goce de la felicidad infinita de la que goza él.

¡Oh amor inefable! ¡Ha dado muchas pruebas de este amor! Señor, el hombre, perdiendo la gracia por el pecado mortal, por la desobediencia cometida contra usted, no estuvo privado de ese amor.

Considere, mi padre, con qué medios la clemencia del Espíritu Santo ha restablecido la gracia en el hombre. Vean cómo la grandeza suprema de Dios ha revestido la esclavitud de nuestra humanidad, con tal abajamiento, con tal profunda humildad, que todo nuestro orgullo se siente confundido. Que los hijos insensatos de Adán se avergüencen de ver a Dios humillado hasta el hombre, como si el hombre fuera el señor de Dios y no Dios el señor del hombre. Porque el hombre no es nada por sí mismo, todo lo que tiene Dios se lo ha dado por gracia y no por obligación. (…)

Si, mi padre, por el amor de Dios, aumente el fuego de su deseo queriendo dar su vida por Jesús crucificado, su sangre por amor de su sangre. ¡Qué feliz sería su alma y la mía, que ama tanto su salvación, si quisiera dar su vida por el nombre del buen y tierno Jesús! Rezo a la soberana y eterna Bondad, de hacernos dignos de la felicidad de sacrificarle nuestra vida. Corra generosamente a cumplir grandes cosas para Dios. (…) Responda a la voz y a la clemencia del Santo Espíritu, que lo llama tan tiernamente.



Santa Catalina de Siena (1347-1380)
terciaria dominica, doctora de la Iglesia, copatrona de Europa
Carta 74, a su señoría Bernabé Visconti (Lettres, I, Téqui, 1976), trad. sc©evangelizo.org

RESONAR DE LA PALABRA - Evangelio según San Marcos 10,17-27


Evangelio según San Marcos 10,17-27
Cuando Jesús se puso en camino, un hombre corrió hacia él y, arrodillándose, le preguntó: "Maestro bueno, ¿qué debo hacer para heredar la Vida eterna?".

Jesús le dijo: "¿Por qué me llamas bueno? Sólo Dios es bueno.

Tú conoces los mandamientos: No matarás, no cometerás adulterio, no robarás, no darás falso testimonio, no perjudicarás a nadie, honra a tu padre y a tu madre".

El hombre le respondió: "Maestro, todo eso lo he cumplido desde mi juventud".

Jesús lo miró con amor y le dijo: "Sólo te falta una cosa: ve, vende lo que tienes y dalo a los pobres; así tendrás un tesoro en el cielo. Después, ven y sígueme".

El, al oír estas palabras, se entristeció y se fue apenado, porque poseía muchos bienes.

Entonces Jesús, mirando alrededor, dijo a sus discípulos: "¡Qué difícil será para los ricos entrar en el Reino de Dios!".

Los discípulos se sorprendieron por estas palabras, pero Jesús continuó diciendo: "Hijos míos, ¡Qué difícil es entrar en el Reino de Dios!.

Es más fácil que un camello pase por el ojo de una aguja, que un rico entre en el Reino de Dios".

Los discípulos se asombraron aún más y se preguntaban unos a otros: "Entonces, ¿quién podrá salvarse?".

Jesús, fijando en ellos su mirada, les dijo: "Para los hombres es imposible, pero no para Dios, porque para él todo es posible".


RESONAR DE LA PALABRA

Querido amigo/a:

¿Qué haré para heredar la vida eterna? ¿Qué puedo hacer para ser mejor, para ofrecer a los demás la mejor versión de mis mismo/a? Es la pregunta que un joven le dirige al Señor en el Evangelio de hoy. La respuesta de Jesús es sencilla: “vende”. Vende porque tu corazón puede estar lleno de muchas cosas que te impiden acoger mejor al Señor y necesitas hacerle hueco para que pueda instalarse con más comodidad.

Cuando llega el buen tiempo, cambias tu ropero guardando la ropa de invierno y recolocando la de verano. Al hacer esta operación, aprovechas para llevar a la parroquia o a un punto de recogida aquellas prendas que ya están viejas o pasadas de moda. Te desprendes y tiras cosas porque tienes mucho y no te cabe en el armario.

En la vida espiritual sucede lo mismo. Demasiados ídolos quieren ocupar el centro de tu corazón. Seguramente eres bueno o buena, como el joven del evangelio de hoy: no matas, ni extorsionas, ni has secuestrado a nadie, pero algunos diosecillos como pueden ser el orgullo, la imagen, el poder, la apariencia, etc., no dejan que el Señor pueda ser tu auténtico Señor. No puedes cristificarte más porque no hay sitio en tu interior. Dile hoy a Jesús que te ayude a desprenderte de los ídolos que te estorban. Él siempre te mira con cariño, como al joven del Evangelio de hoy, pero te quiere más suyo/a y para ello necesita más espacio en tu corazón.

El apóstol San Pedro, en la primera lectura de hoy, nos recuerda que Dios: “nos ha hecho nacer de nuevo para una esperanza viva”. Y el salmo 110 en la antífona que hoy rezamos nos dice por qué lo hace: “el Señor recuerda siempre su alianza”; es decir, no nos abandona, no se cansa de apostar por nosotros, de ofrecernos su gracia para que sigamos creciendo.

Despréndete de todo aquello que en tu interior ocupa demasiado espacio y no deja sitio al Señor para que habite más en ti. ¡Vende!

Nuestro hermano en la fe:

Juan Lozano, cmf.

fuente del comentario CIUDAD REDONDA
 

"Karma" y Fe cristiana, ¿son compatibles?


Eso ha sido el karma!": cada vez es más frecuente escuchar ésta u otras expresiones similares para explicar acontecimientos que antes se atribuían a la suerte, a la casualidad o a la voluntad de Dios en el hacer o en el dejar hacer.

Hoy, como tantos conceptos procedentes de las religiones orientales, y en particular del budismo, degradados para consumo occidental, el karma ha pasado a formar parte del habla popular sin una idea precisa de qué significa ni de cuáles son sus implicaciones. Lo cierto es que "nadie cree en él, ni siquiera los occidentales que dicen creer en él, porque si creyesen, no se quejarían cuando sufriesen de dolores o disgustos", afirma Angelo Stagnaro, prestidigitador y mentalista católico, terciario franciscano, de nombre artístico Erasmus.

Angelo Stagnaro (Erasmus) fue finalista en el Got Talent 2019 de Myanmar (Birmania), con este espectacular número en el que teletransporta a un joven a un supermercado para que haga la compra que los miembros del jurado le han pedido en ese momento. [Más sobre el mentalismo en ReL: El nuncio advirtió al mago jesuita: «Dígame cómo lo ha hecho o suspendo ahora mismo la función»]

Porque, en efecto, "según la teoría kármica, todo lo que le pasa a alguien es lo que merece", al ser el karma una especie de mecanismo compesatorio que reequilibra el universo y hace justicia a través de sucesivas reencarnaciones. 

Lo cierto es, dice Stagnaro -quien ha estudiado a fondo esa teoría para la preparación de sus espectáculos, que juegan en apariencia con el tiempo y el destino-, que "el karma no ofrece ninguna respuesta, solo desorientación y ofuscación". ¿Por qué? Lo sintetiza en veinte razones en un reciente artículo en el National Catholic Register, cuyas ideas básicas recogemos a continuación:

  • 1. El karma es una filosofía esencialmente fatalista y determinista, un sistema que sugiere la aceptación pasiva de un universo mecánicamente regulado en sustitución de la responsabilidad moral individual
  • 2. Si el karma formase parte del cosmos como las principales constantes físicas (la constante de gravitación universal, la velocidad de la luz en el vacío o la carga del electrón) o las fuerzas fundamentales de la naturaleza (gravitatoria, electromagnética, nuclear fuerte y nuclear débil) habría sido detectado alguna vez. No lo ha sido.
  • 3. Si, como presupone la filosofía del karma, éste integra la estructura del universo, por definición carecería de conciencia, por lo cual no podría dar lugar a un movimiento espiritual ni distinguir el bien del mal, y por tanto tampoco la justicia de la injusticia. Difícilmente puede así reequilibrar nada.
  • 4. Dado que el karma no puede reconocer un orden de justicia ajeno a él, él es su propio sistema de justicia. ¿Qué atribuimos entonces al karma? ¿Es culpable el terrorista islámico que asesina a cientos de cristianos que aparentemente no lo merecen, o sí lo merecen y el crimen es solo aparente, expresión de una compensación cuyas claves se nos escapan? La autosuficiencia moral del karma, subraya Stagnaro, "suena a explicación que no explica nada".
  • 5. El karma es irreconciliable con el cristianismo porque está ligado a la doctrina de la reencarnación, reprobada por San Pablo: "El destino de los hombres es morir una sola vez; y después de la muerte, el juicio" (Heb 9, 27).
  • 6. Si la reencarnación es el resultado final de toda una vida de hacer el bien o hacer el mal, ¿por qué el alma reencarnada no tiene conciencia de ello? Es un castigo que hace imposible la rehabilitación, pues el hombre reencarnado desconoce el porqué de su estado actual. En consecuencia, tampoco dispone de un criterio para influir sobre el sentido de sus futuras reencarnaciones.
  • 7. El creyente en el karma tiene cosas muy poco compasivas que decir a quien sufre, más allá de que él (o sus seres queridos, si son la causa de su sufrimiento) "hicieron algo horrible en una vida anterior". El cristiano sabe al menos que el sufrimiento que Dios permite tiene un sentido en su plan para cada uno de los hombres, a quienes ama y por quienes Él también sufrió.
  • 8. El karma hace imposible la justicia humana y la misericordia. ¿Por qué castigar al asesino por matar a su víctima, si su víctima mereció esa muerte horrible en una vida anterior? ¿Por qué ayudar a los pobres, si ser pobres es la retribución en esta vida a sus maldades de la anterior?
  • 9. Si el karma gobierna el universo, y eso incluye la mente y el corazón de todos, y si ejecuta una justicia cósmica sobre todos los seres humanos a lo largo del tiempo, ¿qué lugar queda para el libre albedrío individual?
  • 10. Para que el karma dispensase justicia, tendría que controlar todos los aspectos físicos y emocionales del universo entero. Por tanto, una espiritualidad basada en el karma no sería una espiritualidad, sino una ciencia y, en cuanto ciencia, debería responder a una demostración objetiva y experimental. Pero ninguna ciencia lo detecta...
  • 11. La virtud, tal como la concibe el cristianismo, no tiene lugar en un sistema kármico, porque en éste no son la gracia de Dios y la perseverancia la que nos fortifican en el bien para crear el hábito virtuoso, sino el impulso desconocido de una vida anterior (luego no hay gracia) de la que no sabemos nada (luego no hay voluntad que siga al conocimiento).
  • 12. Distinguir el bien del mal en algunos casos exige una gran especialización teórica y práctica en la teología moral. Pero, según el sistema kármico, cualquier creyente en las filosofías orientales tiene una perfecta comprensión del karma, lo que degrada la misma idea del discernimiento moral. 
  • 13. Según el karma, "las buenas cosas le suceden a las buenas personas, y las malas cosas a las malas personas". Esto solo tiene sentido autorreferencial, pues lo bueno y lo malo sería lo que sucede según el karma. En cualquier caso, ese principio no solo contradice la experiencia común (¿son malos los niños a quienes suceden cosas malas?) sino la literalidad del Evangelio: "Vuestro Padre celestial... hace salir su sol sobre malos y buenos, y manda la lluvia a justos e injustos" (Mt 5, 45).
  • 14. Si algunos creyentes en el karma afirman que Jesucristo creyó en él y lo enseñó, es porque desconocen por completo la vida y enseñanza de Nuestro Señor, que discurrió exactamente en sentido opuesto: "En aquel momento se presentaron algunos a contar a Jesús lo de los galileos, cuya sangre había mezclado Pilato con la de los sacrificios que ofrecían. Jesús respondió: «¿Pensáis que esos galileos eran más pecadores que los demás galileos porque han padecido todo esto? Os digo que no; y, si no os convertís, todos pereceréis lo mismo. O aquellos dieciocho sobre los que cayó la torre en Siloé y los mató, ¿pensáis que eran más culpables que los demás habitantes de Jerusalén? Os digo que no; y, si no os convertís, todos pereceréis de la misma manera»" (Lc 13, 1-5).
  • 15. El carácter mecánico del karma hace inexplicable la conciencia, la moralidad y la libertad del hombre, con su condición de misterios excepcionales que remiten a la existencia de un Creador que -a diferencia del karma- trasciende el plano materialista de la existencia.
  •  16. La popularidad del karma en Occidente, afirma Stagnaro, no es más que fruto de un "orientalismo exótico y racista", porque presumir de budista, como presumir de feminista o de vegano, es algo cool  y te hace aparecer como "espiritualmente superior" sin tener que aprender, ni estudiar, ni rezar, ni atender a los leprosos. Pero "no hay nada fácil en la espiritualidad, si no, el planeta estaría lleno de santos y los países con mayor número de creyentes en el karma serían los más justos, serenos y humanitarios del mundo, lo cual es rotundamente falso".
  • 17. ¿Quiénes son y dónde están esos santos de carne y hueso que produciría la creencia en el karma? "Los charlatanes hablan mucho pero no aportan nada para demostrar sus alegatos, que solo se creen los ingenuos", afirma Stagnaro: "Exigen fidelidad y obediencia, pero enfurecen cuando se les exigen pruebas".
  • 18. El karma se desconoce a sí mismo. La visión del mundo judeocristiana puede explicarse a sí misma. El karma no puede explicar por que está aquí y cómo llegó.
  • 19. Cristo y su Iglesia son suficientes para la salvación. ¿Cómo lo sabemos? Porque Jesús lo dice, lo cual quiere decir que un católico no tiene que introducir en la Iglesia ideas no cristianas como el yoga, el karma, la reencarnación o el veganismo, de las que Jesús no habló nunca.
  • 20. El karma impersonal no puede sanar, guiar, consolar, instruir o amar a nadie, no te reconocería ni aunque te presentaras a él. Toda auténtica experiencia de sanación, orientación, consuelo, iluminación o amor lo que prueba es que hay alguien, Dios, una conciencia personal que nos ama.

Dos opciones

En resumen, concluye Stagnaro, quien busca la Verdad se halla ante dos opciones: o la fe en un Dios omnisciente y omnipotente que es Amor y quiere llevarnos con Él ("Cuando yo sea elevado sobre la tierra, atraeré a todos hacia mí", Jn 12, 32) y nos promete la redención y la misericordia, la sabiduría y la virtud; o la fe en un karma que carece de conciencia personal y moral y por arte de magia todo lo sabe y todo lo controla.

Por si alguien tiene dudas, él recomienda meditar un par de versículos del libro de Josué: "Pues bien: temed al Señor; servidle con toda sinceridad; quitad de en medio los dioses a los que sirvieron vuestros padres al otro lado del Río y en Egipto; y servid al Señor. Pero si os resulta duro servir al Señor, elegid hoy a quién queréis servir: si a los dioses a los que sirvieron vuestros padres al otro lado del Río, o a los dioses de los amorreos, en cuyo país habitáis; que yo y mi casa serviremos al Señor" (Jos 24, 14-15).

Este es un artículo de hemeroteca publicado el 20 de julio de 2020.