Evangelio según San Juan 16,16-20
Jesús dijo a sus discípulos:"Dentro de poco, ya no me verán, y poco después, me volverán a ver".Entonces algunos de sus discípulos comentaban entre sí: "¿Qué significa esto que nos dice: 'Dentro de poco ya no me verán, y poco después, me volverán a ver'?. ¿Y que significa: 'Yo me voy al Padre'?".Decían: "¿Qué es este poco de tiempo? No entendemos lo que quiere decir".Jesús se dio cuenta de que deseaban interrogarlo y les dijo: "Ustedes se preguntan entre sí qué significan mis palabras: 'Dentro de poco, ya no me verán, y poco después, me volverán a ver'.Les aseguro que ustedes van a llorar y se van a lamentar; el mundo, en cambio, se alegrará. Ustedes estarán tristes, pero esa tristeza se convertirá en gozo."
Querido amigo/a:
“Permanecer” es un verbo que parece difícil conjugar con el estilo de vida contemporáneo. ¿Se puede permanecer en un trabajo durante mucho tiempo? ¿Permanece contra viento y marea una relación de amistad? ¿Puede permanecer una promesa dada frente a las adversidades? ¿Permanecen los compromisos políticos con el electorado sobre los intereses partidistas? ¿Permanece el “si, te quiero” para siempre? ¿O todo depende? Necesitamos “permanecer” en medio del viaje de nuestra existencia, porque la permanencia nos da estabilidad, seguridad y confianza.
En la primera lectura de los Hechos, Pablo permanece en su empeño por evangelizar, a pesar de las dificultades. Se establece en Corinto, en casa de Áquila y Priscila y “todos los sábados discutía en la sinagoga, esforzándose por convencer a judíos y griegos”. Nos sigue diciendo el libro de los Hechos: “como ellos se oponían y respondían con blasfemias, Pablo sacudió sus vestidos y les dijo: -vuestra sangre recaiga sobre vuestra cabeza. Yo soy inocente y desde ahora me voy con los gentiles-”. En esa permanencia en su empeño evangelizador, no tira la toalla, sino que cambia de estrategia y vemos como conseguirá la conversión del jefe de la sinagoga y de otros muchos corintios, gracias a su empeño.
La confianza, la insistencia, la permanencia son las claves para conseguir, como nos dice Jesús en el Evangelio de hoy que “nuestra tristeza se convierta en alegría”. No nos dejemos llevar por las primeras impresiones o resultados si no son satisfactorios, permanece en tus mejores objetivos y empeños, pues es la clave para cosechar los buenos resultados.
Por qué no rezar hoy con esta petición a modo de mantra, “que nada me separe de tu amor Señor; quiero permanecer en Ti para que mi tristeza se transforme en gozo”.
Nuestro hermano en la fe:
Juan Lozano, cmf.
fuente del comentario CIUDAD REDONDA
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