Son muchos, aunque no sabemos cuántos. Se dice que fueron una tercera parte del mundo angélico, por el texto de Apocalipsis 12,4: "El dragón barrió con su cola una tercera parte de las estrellas del cielo".
Es consolador saber que son más ángeles los que perseveraron en el bien, que los que se condenaron en el infierno.
Esto nos revela que, tanto en los ángeles como en los hombres, es más fuerte el impulso hacia el bien que hacia el mal.
Sin embargo no hagamos confianza en nosotros mismos. No estamos automáticamente salvados. Aunque Cristo nos fortalece con su gracia, cualquiera puede pecar por debilidad, y la ayuda que nos ofrece el cielo para perseverar en el camino del bien es un poderoso motivo para consagrarnos a san Miguel Arcángel.
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