El Señor también nos dice hoy: "Infundiré mis palabras en sus corazones y en sus almas". Infundir quiere decir hacer que la Palabra de Dios entre allá adentro de nuestro corazón, nos dice también: "Yo pongo delante de ti, para que escojas, la bendición o la maldición; la bendición si obedeces, la maldición si desobedeces", eso es muy serio y el Señor no lo hace para asustarnos, sino para mover nuestro corazón y alcanzarnos la disposición y decisión de vivir la Palabra de Dios.
No podemos quedarnos solamente en la predicación, en la lectura, ¡claro que es necesario predicar, leer la Palabra de Dios!, sino que es también necesario que la vivamos en la práctica. Debemos querer vivir la Palabra de Dios pues es voluntad de Dios y nuestra cumplir Su Palabra.
Tu hermano,
Mons. Jonas Abib
Fundador Comunidad Canção Nova
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