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Todos nosotros que vivimos en la tierra necesitamos del Espíritu Santo. Precisan de Él los inocentes para no pecar, precisan de Él los pecadores para convertirse y los justos para obtener perseverancia. Precisan de Él los ignorantes, porque es Luz de los corazones. Precisan de Él los frágiles, porque es Fuerza Divina. Precisan de Él los afligidos, porque es optimo Consolador. Precisan de Él los abandonados, porque es Dulce Huésped de almas. Precisan de Él los pobres porque es don del Dios Altísimo. Precisan de Él los tibios, porque es Fuego; los áridos, porque Él es Fuente de Vida; los errantes, porque él es guía que nos hace evitar todo mal camino. Y ¿tú no tienes necesidad, gran necesidad del Espíritu Santo?
Beata Elena Guerra
Pensamientos de Fuego
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