ORACIÓN DE LIBERACIÓN DEL ORGULLO Y LA VANIDAD
“Antes de la catástrofe está el orgullo; y antes de la caída, el espíritu altanero”Pr.16,18
Padre Celestial, hoy veo que cuando el orgullo y la vanidad me tocan, me transformo en una persona despreciable a Tus ojos y a los ojos de las otras personas. ¡Cuánto me he distanciado de mi vida y de la de mi familia!
Es una barrera de arrogancia que levanté en torno a mi persona. Reconozco mi presunción de ser mejor que otros y de colocarme por encima de los que me rodean a cualquier precio y sin ninguna compasión. Reconozco que solo di valor a lo que era mío, despreciando lo que viene de otros. ¡Ven, Señor Jesús, en mi auxilio y libérame de ese mal!
Mi vanidad me hizo despreciar hasta a mis padres, hermanos, tíos, primos y abuelos. Siento vergüenza de la pobreza, de la falta de instrucción de aquellos que son sangre de mi sangre. Siento vergüenza de mi nombre y apellido, del lugar en donde he nacido y estudiado, de la calle en que se vivía. Esto es una desgracia, y yo me siento impotente delante de tal situación!
¡Ven, Señor, libérame del orgullo y de la vanidad!
Padre querido, sé que el orgullo es el padre de todos los pecados, pues fue de el que Lucifer se alimentó cuando quiso ser como Dios. Y así el también alimenta a los hombres, porque el pecado nos incapacita para perdonar. ¡Lávame, Señor, de esa maldición tan terrible, pues necesito de esa gracia!
Padre querido fue por la vanidad del demonio que la muerte entró en este mundo, y ella ha corrompido también mi corazón, llevándome al consumismo desenfrenado, a gastos superfluos e innecesarios, al mal uso de mi dinero y de mis bienes. Me siento incapaz de practicar caridad, de ayudar a las personas más necesitadas de mi familia. He sido llevado a una vida vacía y sin sentido, y desenvolví vicios (nombra tus vicios como tabaquismo, gula, alcoholismo, uso de drogas, etc.) para llenar el vacío de mi alma. Libérame, Señor de esta desgracia de la vanidad, de este mal tan mezquino. Ven a lavarme, Señor, con Tu gracia!
Padre querido, el orgullo y la vanidad ha hecho de mi una persona vengativa, rencorosa y desconfiada! Estoy siempre queriendo más de lo que tengo y, constantemente, encuentro que las personas a mi alrededor están explotándome, robándome, usando mis bienes. Me apego a pequeñeces y me desprendo de otras muchas mas importantes. Me comparo a los otros y nunca estoy satisfecho con nada. Es una búsqueda incesante y nociva. Libérame, Señor, de este mal que tanto atormenta mi alma y mi vida.
Sé que el orgullo y la vanidad alimentan una guerra dentro de nosotros, crean distanciamiento, humillación y desprecio. El orgullo no nos deja creer que las personas nos aman o que quieren ser nuestros amigos, generando desconfianza y volviéndonos obsesivos. Nos hace querer conquistar todo, -dinero, poder, admiración-, a cualquier precio, no importando los sufrimientos ajenos.
Libéranos, Señor, de todo eso! No puedo continuar dependiente de ese mal. ¡Ven, Señor, en mi auxilio. Gracias, Señor, por liberarme de ese mal tan terrible! Amén.
p. Vagner Baia
Diversas oraciones de sanación y liberación
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