Quien recibe la Eucaristía recibe el cuerpo del Señor.
Es él permaneciendo en nosotros y nosotros en él.
Cuando comulgamos es la persona entera de Jesús que recibimos, es Cristo Resucitado con Su Cuerpo Glorioso. Entramos en comunión con Sus llagas, que fueron abiertas por nosotros, para curar nuestras heridas y las marcas que el pecado nos dejaron.
Comulgamos el corazón del Señor, que amó y todavía ama a cada uno de nosotros, el mismo corazón que fue perforado por la lanza.
El Cuerpo de Jesús, presente en la Eucaristía, viene a tocar plenamente nuestro ser.
Tu hermano,
Mons. Jonas Abib
Fundador Comunidad Canção Nova.
Fuente: Portal Canção Nova.
Adaptación del original en português.
No hay comentarios:
Publicar un comentario