El Evangelio está repleto de experiencias así!
Muchas personas hicieron esto: pidieron, gritaron en el camino, enfrentaron multitudes para llegar, para estar cerca de Jesús. Ellas hablaron con Él, llamaron Su atención y alcanzaron una gracia. Por la simple razón de no quedarse anclados en sus dificultades, clamaron a los gritos su confianza en Jesús; Él los oyó y los socorrió!
Casos "cerrados" son "abiertos" cuando incomodamos a Nuestro Señor!
¿Lo entiendes?
Con cariño y oraciones,
Tu hermano,
Ricardo Sá.
Fuente: Portal Canção Nova
Adaptación del original en português.
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