Sermón 155, 5-6
La nueva ley “escrita no sobre tablas de piedras
sino (...) sobre los corazones”
2 Co 3,3

Habéis oído el ruido, ved también el fuego; pues, sobre la montaña, se distinguían también estos dos fenómenos: el ruido y el fuego. Sobre el monte Sinaí, el fuego estaba rodeado de humo; aquí, al contrario, es de una claridad brillante: “Vieron, dice la Escritura, como unas lenguas de fuego que se repartían.” ¿Era un fuego que sembraba a lo lejos el temor? De ninguna manera: “estas lenguas de fuegos se posaron sobre cada uno de ellos” (…).” Escuchad esta lengua que habla, y comprended que es el Espíritu Santo quien escribe, no sobre la piedra, sino en el corazón. Así pues “la ley del espíritu de vida”, escrita en el corazón y no en la piedra, la ley del espíritu de vida que está en Jesucristo en el cual la Pascua se ha celebrado con toda verdad (1Co 5,7), “os ha liberado de la ley del pecado y de la muerte.” (Rm 8,2).
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