"La curación de una herida es un proceso oculto tan profundamente
como las mismas heridas.
El proceso de curación de una herida,
generalmente se inicia con una oración y continúa si actúo con la mente y el corazón de Cristo,
y si agradezco la madurez obtenida a partir de la herida.
A Cristo le tomó tres años curar a Pedro de las heridas que le hicieron alardear y caer.
Otros como Pablo fueron curados en una noche.
He visto curaciones de heridas profundas en ambas formas,
pero el proceso que siguió Pedro es el más común.
La curación de un recuerdo debe extenderse durante toda la vida,
si nuestra gratitud aumenta a lo largo de ella.
Pero la curación más profunda no consiste en que volvamos a caminar,
o en que la depresión no vuelva a surgir,
o en que perdonemos a nuestros padres.
Cuando Cristo envía a los diez leprosos con los sacerdotes,
los diez están físicamente curados,
pero sólo el samaritano regresa con la curación más profunda,
para alabar y agradecer a Dios (Lucas 17:18 -19)
La curación no es levantar un pie que nunca se había movido,
o aliviar una depresión de diez años,
sino elevar nuestras mentes y corazones a Dios.
No estamos curados a menos que amemos más a Cristo y El ame a través de nosotros.
Estamos en la última etapa, la de la aceptación,
sólo si tenemos un corazón agradecido que damos a Cristo,
para que con amor llegue a aquellos a quienes nosotros nos acercamos.
La respuesta a la pregunta ¿he sido sanado?,
es esta otra pregunta: ¿estoy saliendo de mí, como, Cristo, para sanar?".
Matthew linn & Dennis Linn.
Sanando las Heridas de la Vida
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