domingo, 4 de junio de 2017

Meditación: Hechos 2, 1-11


Domingo de Pentecostés

Palabras del Papa Francisco en 2013 sobre Pentecostés: “En este día, contemplamos y revivimos en la liturgia la efusión del Espíritu Santo que Cristo resucitado derramó sobre la Iglesia.

“Pero, ¿qué sucedió en aquel día tan lejano a nosotros, y sin embargo, tan cercano, que llega hasta dentro de nuestro corazón? San Lucas nos lleva hasta Jerusalén, al piso superior donde están reunidos los apóstoles. El primer elemento que nos llama la atención es el estruendo que de repente vino del cielo, ‘como de viento que sopla fuertemente’, y llenó toda la casa; luego, las ‘lenguas como llamaradas’, que se dividían y se posaban encima de cada uno de los apóstoles.

“Estruendo y lenguas de fuego son signos claros y concretos que tocan a los apóstoles, no sólo exteriormente, sino también en su interior: en su mente y en su corazón. Como consecuencia, ‘se llenaron todos del Espíritu Santo’, que desencadenó su fuerza irresistible, con resultados llamativos: ‘Empezaron a hablar en otras lenguas, según el Espíritu les concedía manifestarse.’ Asistimos, entonces, a una situación totalmente sorprendente: una multitud se congrega y queda admirada porque cada uno oye hablar a los apóstoles en su propia lengua: ‘Los oímos hablar en nuestra lengua nativa.’ ¿Y de qué hablaban? ‘De las grandezas de Dios.’

“A la luz de este texto de los Hechos de los Apóstoles, deseo reflexionar sobre una palabra relacionada con la acción del Espíritu: novedad. La novedad nos da siempre un poco de miedo, porque nos sentimos más seguros si tenemos todo bajo control. Con frecuencia seguimos al Señor, lo acogemos, pero hasta un cierto punto, porque nos resulta difícil abandonarnos a él con total confianza. Tenemos miedo a que Dios nos lleve por caminos nuevos, nos saque de nuestros horizontes con frecuencia limitados, cerrados, egoístas, para abrirnos a los suyos. Pero, en toda la historia de la salvación, cuando Dios se revela, aparece su novedad —Dios ofrece siempre novedad— y pide confianza total en él.”
“Ven, Señor, Espíritu Santo y lléname de tu luz, tu poder y tus dones sobrenaturales, te lo ruego.”
Salmo 104(103), 1. 24. 29-31. 34
1 Corintios 12, 3-7. 12-13
Juan 20, 19-23

fuente: Devocionario católico la palabra con nosotros

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