martes, 6 de junio de 2017

“No encuentro un buen padre espiritual”

Esto es lo que nos falta. ¿Acaso todos los grandes santos de la Iglesia tuvieron confesores santos?

Cierta vez, un conocido teólogo le dijo al padre Epifanio que aún no conseguía encontrar un padre espiritual apropiado para él. Entonces, el anciano le dijo:

—Hijo, el padre espiritual no es el problema. El problema tiene que ver contigo. Si el padre espiritual fuera el problema, habrías salido a la calle, cruzado a la derecha, caminado cien metros, cruzado esta vez a la izquierda, avanzado otros cincuenta metros, y te habrías detenido, esperando ahí hasta que pasara el primer padre espiritual. Luego le habrías obedecido incondicionalmente y no se te habría ocurrido complicarte más en relación a la importancia del guía espiritual y la salvación. Y es que no necesitamos tanto de padres espirituales santos, como de la santa obediencia. Esto es lo que nos falta. ¿Acaso todos los grandes santos de la Iglesia tuvieron confesores santos? ¡No! Lo que tuvieron fue una santa humildad y una santa obediencia. Por eso fue que se santificaron.

(Traducido de: Arhimandrit Epifanie I. Teodoropulous, Crâmpeie de viață, Editura Evanghelismos, București, 2003, p. 100)

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