Según el Catecismo de la Iglesia Católica, el pecado es una falta contra la razón, la verdad y la consciencia recta, es una ofensa a Dios (CIC 1849-1850). El pecado deja en nosotros una marca negativa, es como si fuese una mancha en la ropa. Y quien es ama de casa sabe que una mancha a veces es casi imposible de quitar. Con esta imagen podemos comparar al pecado.
Cuando pecamos, queda en nosotros esa marca, queda en nosotros una marca sucia, que nos quita la libertad, nos aprisiona y nos amarra a algo. Solo hay una forma de liberarnos de esa suciedad espiritual: a través de la confesión.
La confesión es ese “quita manchas” del alma, con la cual somos lavados de las marcas del pecado y restaurados por el poder del amor y de la misericordia de Dios.
Hermanos míos, si hay algo que confesar, por favor, busca a un sacerdote. No te dejes esclavizar por el mal.
Tu hermano
Wellington da Silva Jardim (Eto)
Cofundador de la Comunidad Canção Nova y administrador de la FJPII
fuente Portal Canción Nueva en español
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