El natural despertar de la mañana
tiene su ritmo, tiene sus tiempos...
Nada parece imponerse más amorosamente
que la Luz sobre la oscuridad.
Espíritu Santo,
dame el empezar éste día abriéndote el corazón
para ser lleno de Ti.
Dame el descubrir Tu llegada serena, armoniosa.
Que tu Luz se imponga sobre mis noches.
Tu eres el viento que impulsa mi existencia,
¡llévame hacia en Ti!
Tú que eres el Fuego que me transforma,
¡lávame con Tu Presencia!
Tú que eres el Bálsamo que cura toda herida abierta.
¡Sálvame y Úngeme!
¡Amén!
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