Esperanzado, confiado, expectante
dejo en Vos, en la mañana, mis anhelos más hondos.
Te pido: ¡Ven! ¡Ven y condúceme!
¡Ven y dame la gracia de levantar vuelo Contigo!
Llévame a tus alturas, no para huir,
Ni desaparecer, ni fugarme de la vida…
Llévame a tus alturas para “tener tu visión”,
Para no ser un desertor de la vida,
Ni un fugitivo de mis responsabilidades.
Tus alturas me dan otra mirada,
Me hacen desplegar todas mis potencialidades,
Que son Tuyas, que son para los otros…
Por eso que mi clamor hoy no cese:
¡Ven!, ¡Condúceme!,
Dime, ¿qué podemos hacer juntos hoy?
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