El libro de Ezequiel fue escrito en un período en el cual la nación de Israel pasaba por un momento difícil, un momento de guerra y exilio, quedando, en el territorio, solo un resto de la población. ¡Este es un momento de crisis de fe! El pueblo, descendiente de Abraham, que va recibir de Dios la promesa de la tierra, que tenía el templo de Dios, que era el pueblo de Dios, en aquel momento parecía haber perdido todo.
En este momento de dificultad muchos libros fueron escritos. Como ejemplo tenemos el libro de las lamentaciones, muchos salmos, cantos de llanto y lamento, principalmente libros proféticos, como el libro de Jeremías. En este momento de crisis, Dios quería mostrar a Su pueblo que, en crisis, verdaderamente se vive la fe en la providencia de Dios.
¡El proyecto de Dios para la nación de Israel, así como para nuestra vida, no es un proyecto del pasado, sino de futuro! No podemos vivir anclados en el tradicionalismo, Dios quiere poner en nuestros corazones una perspectiva de un futuro glorioso con Él. Tenemos siempre que recordar que lo que pasó fue bueno, pero lo mejor aún esta por venir.
Para que podamos vivir lo mejor de Dios, necesitamos mirar nuestra propria vida y hacer una autoanálisis sincero. Dar cuenta de nuestro real estado delante de la presencia de Él, si tenemos vida o somos solo huesos secos. ¿Pero como sabemos eso? Analizando como es nuestra vida con Él; ¿estamos abiertos a la Palabra de Dios? ¿Hemos rezado delante de Él y buscado una conversión constante?
¡Vivir la palabra, vivir la voluntad del Señor es la única forma de tener vida, y la palabra se vive en la relación con el prójimo! Mirar hacia el ámbito social, mirar, meditar la Palabra y practicarla en el día a día es el único camino para que vivamos la Palabra y así podremos verdaderamente vivir el tiempo nuevo de Dios.
Coordinador de la diócesis del Ministerio de la Predica RCC
Predica en la Renovación Carismático Católico 2017
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