martes, 12 de septiembre de 2017

Medicina para el hermano

Llamados al seguimiento del Maestro,
muchas veces decidimos nosotros mismos en qué asemejarnos al Señor o qué palabras, gestos y acciones de Él podemos encarnar.
Lo cierto es que Jesús, Nuestro Señor, es el Verdadero Médico del alma.
En Él se cumple toda promesa, todo consuelo, y sólo en Él está la Salvación.
Pero... ¿has comprendido que sobre ti y sobre mí, "Cuerpo Místico de Cristo", también pueden decirse palabras que han sido y son dichas a Jesús, -sobre Jesús-?

"Una palabra tuya bastará para sanarme"

Sí, también es posible pronunciar sobre vos, sobre mi esta palabra.
Estamos llamados a encarnarla, a asumirla.
No del modo en que lo decimos de Jesús, sino ¡al modo de un discípulo!

Es que la palabra, toda palabra tiene poder.
Toda palabra lleva consigo el poder de crear algo.

¡Cuantas palabras esperan los que están a nuestro lado!
¡Cuántas pocas palabras pueden ser causa de una sanación interior más potente que la explosión solar más pequeña!
¡Cuántas y cuán pocas palabras pueden abrir en la vida del otro senderos de restauración, de reconciliación!
Ojalá hoy, al terminar el día, alguien cercano, alguien impensando... alguien...
diga de vos...
¡Una palabra tuya bastó para sanarme!

Dios te Bendice!
Miguel Angel Yunges
Comunidad Piedras Vivas.


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