miércoles, 18 de octubre de 2017

COMPRENDIENDO LA PALABRA 181017

Orígenes (c. 185-253), presbítero y teólogo 
Homilías sobre san Lucas, nº 1, 1-2
«Para que conozcas la solidez de las enseñanzas que has recibido» (Lc 1, 1-4)

      «Muchos han emprendido la tarea de componer un relato de los hechos que se han verificado entre nosotros... Yo también, después de comprobarlo todo exactamente desde el principio, he resuelto escribírtelos por su orden, querido Teófilo, para que conozcas la solidez de las enseñanzas que has recibido» (Lc 1,1-4).

      En otro tiempo, entre los judíos, muchos pretendían tener el don de profecía, pero algunos eran falsos profetas... Igualmente ha ocurrido en tiempos del Nuevo Testamento, en que muchos «han intentado» escribir unos evangelios, pero no todos han sido aceptados... Estas palabras «han intentado» contienen una escondida acusación contra los que, sin poseer la gracia del Espíritu Santo, se han lanzado a la redacción de evangelios. Mateo, Marcos, Lucas y Juan no han «intentado» escribir sino que son ellos los que, llenos del Espíritu Santo, han escrito los verdaderos evangelios... 

      La Iglesia posee, pues, cuatro evangelios; los herejes tienen gran cantidad de ellos... «Muchos han intentado escribir», pero solamente cuatro evangelios han sido aprobados; y es de éstos que debemos sacar, para ponerlo a la luz, lo que hay que creer de la persona de nuestro Señor y Salvador. Sé que existe un evangelio que llaman «según Tomás», otro «según Matías», y todavía leemos algunos otros para no dar la impresión, frente a los que se imaginan saber alguna cosa cuando conocen estos textos, de ser ignorantes. Pero en todo ello no aprobamos más que lo que aprueba la Iglesia: sólo se deben admitir cuatro evangelios. Esto es lo que se puede decir sobre el texto del prólogo de san Lucas: «Muchos han emprendido la tarea de componer un relato de los hechos que se han verificado entre nosotros».

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