"Del mismo modo que el albañil mezcla agua, cemento y arena, el maligno va mezclando penas, pecado y vicios para hacer una masa y, con ella, envolver nuestro corazón. Las heridas emocionales no curadas, aliadas a nuestros pecados, forman una corteza alrededor del corazón que lo hace incapaz de percibir las inspiraciones que el Espíritu Santo nos da, así como nuestras motivaciones más profundas."
Marcio Mendes
libro sonriendo a la vida
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