¡Que los corazones se vuelvan con confianza hacia tu misericordia!
Dios de gran misericordia, tú que enviaste a tu Hijo único como la más grande prueba de amor y misericordia insondable, no rechazas a los pecadores. Al contrario, con tu insondable misericordia les abriste el tesoro del que pueden sacar en abundancia, no sólo la justificación, sino toda la santidad que el alma llega a alcanzar.
Padre de gran misericordia, deseo que todos los corazones se tornen hacia ti con confianza hacia tu misericordia infinita. Nadie se justificará ante ti si tu misericordia inconmensurable no lo acompaña. Cuando tú desvelarás el misterio de Tu misericordia, la eternidad será poco para agradecerte como conviene.
¡Cómo es dulce tener en el fondo del alma lo que Iglesia nos ordena creer! Cuando mi alma está inmersa en el amor, resuelvo claramente e instantáneamente las cuestiones más difíciles. Sólo el amor es capaz de pasar precipicios y cimas de montañas. El amor, una vez más, el amor.
Santa Faustina Kowalska (1905-1938)
religiosa
Pequeño diario (Petit journal, La Miséricorde divine dans mon âme, Parole et Dialogue, 2002)
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