miércoles, 20 de abril de 2016

Experiencia de Avivamiento - Día 25


Comencemos nuestra experiencia...

+ En el Nombre del Padre,
+ del Hijo
+ y del Espíritu Santo. Amén.

Ven, Espíritu Santo,
llena los corazones de Tus fieles y enciende en ellos el Fuego de Tu Amor.
Envía, Señor Tu Espíritu,
todo será creado y renovarás la faz de la tierra.

Oremos:
Oh Dios, que instruiste los corazones de Tus fieles con la luz del Espíritu Santo,
haz que apreciemos rectamente todas las cosas,
según Tu Santo Espíritu
y gocemos de Sus consuelos,
Por Cristo Nuestro Señor.
¡Amén!

Te pedimos, Señor, que esta Palabra se vuelva viva y eficaz
en nuestra vida y no vuelva a Tí, Señor sin producir en nosotros el efecto esperado.

Carta a los Habacuc 2, 1
"Me pondré en mi puesto de guardia y me apostaré sobre el muro; vigilaré para ver qué me dice el Señor, y qué responde a mi reproche"
Este versículo muestra la actitud del profeta de colocarse en estado de vigilancia para acoger las directrices de Dios, creyendo que el Señor le respondería, pues estaba intercediendo para la liberación de su pueblo de las garras del enemigo, del opresor. Necesitamos traer a nuestra vida esta realidad del profeta; eso quiere decir que necesitamos estar con los oídos atentos a las directrices de Dios, pero para que eso suceda, tenemos que comprometernos con la intercesión por la humanidad, sufriendo los dolores del Corazón de Jesús por los que están perdidos y, por eso, seremos movidos a permanecer, siempre, en estado de vigilancia y en oración.
Una cosa se vuelve importante: tener objetividad en la oración, en la intercesión. Habacuc se quejó delante de Dios por la liberación de sus hermanos.
Somos hermanos de todos los hijos e hijas de Dios, y por ellos necesitamos interceder y colocarnos a la escucha de Dios, para que seamos guiados (direccionados). Esto se consigue por la intimidad y por la apertura del corazón, y sobre todo es necesario que tengamos sensibilidad y compasión con relación a los que sufren, a los que están oprimidos, muriendo en pecado, drogados, prostituidos, en corrupción, esclavos del mal, seducidos por todo aquello que es ofrecido por el mundo. Por lo tanto, nuestra función es colocarnos de pie en la torre de vigilancia de la oración, de la intercesión, para escuchar la voz de Dios y Su directriz, y mientras no obtengamos una respuesta, no podemos salir de la presencia del Señor, no dejear de interceder.
Estudia el combate espiritual de tu ciudad, de tu estado, y, ampliando más la realidad, mira lo que sucede en el país. En muchas regiones, percibimos un espíritu de homicidio reinando, en otras, el crecimiento de un espíritu de esclavitud a las drogas y vicios, en otros vemos el espíritu de corrupción, suicidio, etc. Siendo así, pide al Espíritu Santo que te conceda la gracia de percibir lo que está sucediendo debajo de tu nariz y que, muchas veces, no consigues percibir por falta de visión espiritual, igualmente, comienza a orar pidiendo la liberación para estas situaciones de esclavitud.
Permanece de pie en la torre de vigilancia, sé un profeta en tu región, en tu provincia, en tu nación.

Mortificación
Sé objetivo en la oración y la intercesión, siendo concreto en el clamor, pues el camino es el de la insistencia.

Oración de clamor
Señor Dios, a ejemplo del profeta Habacuc, quiero ser alguien comprometido con la oración, con la intercesión, y, principalmente, sensible a la necesidad de un pueblo, de aquellos que están al margen, siendo destruido por el mal. Haz de mi una persona comprometida con la oración, en guardia de vigilancia, y no me permitas salir de allá sin respuesta. Que vea aquello que presenté delante de ti, realizado.
Hazme un intercesor, pero no un intercesor común y sí un intercesor profético. 
Que tenga el coraje de quejarme delante de Ti por los perdidos, clamando un avivamiento y que escoja la dirección del Espíritu Santo para mi vida y para aquello por lo que intercedo. 
Dame la gracia de descubrir, por la fuerza de Tu Espíritu,
las áreas de actuación de Tu enemigo en mi ciudad, en mi provincia, en mi país, para que sea concreto en la intercesión.
Muéstrame, Señor, y llévame a esta experiencia concreta de direccionamiento de la  intercesión y de Tu revelación.
Úsame como instrumento Tuyo,
despiértame, acepto esta convocatoria que me haces a la intercesión profética.
Quiero estar delante de Tu presencia todos los días,
envía sobre mi Tu Espíritu y haz que esté totalmente comprometido,
dedicado a la oración y sensible a Tu voz.

No quiero más vivir una visa sin sentido,
o estar orando sin dirección y objetividad.
Heme aquí, mi Señor y mi Dios.
Ven, Espíritu Santo, haz de mi un profeta de la intercesión.
Abre mi visión para que vea y entienda lo que tienes para mi
y lo que me direccionas, pues quiero estar de pie en la torre de vigilancia.
Aumenta mi amor por Tu pueblo
y así me comprometa cada vez más en esta obra de rescate,
que es la intercesión.
Te doy libertad, Espíritu Santo,
incomódame, retírame de la zona de confort,
si quieres despiértame en la madrugada,
heme aquí, Señor.
Revélate a mi, en sueños, por visiones, por mociones proféticas,
para que camine seguro en Tu dirección y esté delante de Tu presencia en compromiso de intercesión.
Usa de este humilde y simple siervo que soy yo.
Amén.
Aleluia!
Gloria a Dios!

Deja al Espíritu Santo llevarte a la experiencia de un gran clamor para,
entonces, poder revelar lo que el tiene para tu vida.
Ora todo lo que puedas en lenguas.

Sobre la base de "Profecia do Avivamento"
p. Roger Luis - Canção Nova.
Adaptación de textos originales en português.

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