Les invito que permitamos que el Espíritu Santo trabaje en nuestros corazones, llevándonos a la experiencia de vivir el hoy.
Toma la Palabra que se encuentra en Marcos 8, 22-26. Dice así: “Llegaron a Betsadia y le presentaron un ciego, pidiéndole que lo tocara. Jesús tomó de la mano del ciego, lo sacó a las afueras del pueblo y, después de poner saliva en sus ojos, le impuso las manos y le preguntó.
- ¿Ves algo?
Él, abriendo los ojos le dijo:
- Veo hombres y me parecen árboles que caminan.
Jesús volvió a poner las manos sobre sus ojos; entonces el ciego comenzó ya a ver con claridad y quedó sano, de suerte que de lejos veía perfectamente todas las cosas.
Después lo envió a su casa, y le ordenó:
-Ni siquiera entres en el pueblo”
- ¿Ves algo?
Él, abriendo los ojos le dijo:
- Veo hombres y me parecen árboles que caminan.
Jesús volvió a poner las manos sobre sus ojos; entonces el ciego comenzó ya a ver con claridad y quedó sano, de suerte que de lejos veía perfectamente todas las cosas.
Después lo envió a su casa, y le ordenó:
-Ni siquiera entres en el pueblo”
Te puedes preguntar ¿Qué tiene que ver esto con mi vida?… Yo veo bien, no vivo en Jerusalén, ni siquiera conozco Betsaida. Pues mira, todos necesitamos de milagros, ¿verdad? ¿Tú necesitas un milagro? Dios tiene una manera cariñosa de realizar el milagro en nuestras vidas, sobre todo en la vida de los jóvenes.
Todo milagro tiene un proceso. Por eso te pregunto: ¿en qué fase del milagro se encuentra tu vida? ¿Principio, medio o final? Pues respondiendo a eso podrás tener un panorama más claro.
A los doce año trabajaba en una fábrica de papel así que se perfectamente cuál es su proceso. Primero es necesario plantar un árbol y esperar 7 años. Luego recién podíamos cortar los eucaliptus y los colocábamos en una olla hora durante 6 horas y obteníamos la celulosa que pasaba, después, por una máquina. Todo esto sucede para que tú puedas contar con una hoja para escribir.
El proceso tiene que ser respetado para obtener el papel, así sucede con el milagro de tu vida. Si no respetamos el proceso quedaremos tristes.
Ahora comprende la dificultad del ciego, él había sido llevado hasta Betsaida y luego Jesús lo saca afuera (vv. 23) demostrando su exclusividad para cada uno de las personas. El Señor va a realizar un milagro en tu vida de una forma muy especial y exclusiva, lo hará a través de un proceso que inicia con la experiencia de caminar junto a Él, en profunda intimidad. ¿Estás dispuesto a caminar con Cristo a pesar de que no comprendas todavía sus planes?
Toda la difícil vida del ciego, por causa de su afección en aquel tiempo, se detuvo en el momento en que supo que Aquel que realizaba milagros se encontraba en ese lugar.
Cuando teníamos que hacer una reparación, por causa de una falla, necesitábamos detener el proceso. Así sucede con nosotros, Jesús detiene el proceso para intervenir en la falla; pero su deseo de intervenir es muy respetuoso, tú tienes la última palabra. Él te pregunta: ¿Puedo ingresar a tu vida?
Tengo certeza que comprendiendo en qué fase del proceso de milagro se encuentra tu vida, podrás vivir el hoy colaborando con la intervención que Cristo quiere realizar en ella.
Recemos juntos: “Señor realiza una intervención en mi vida y hazla hoy porque no tengo otro día. Como aquel ciego no veo nada, pero confío de tu mano que me lleva a un lugar que desconozco. Y en intimidad contigo puedo reconocer que comienzo de a poco a ver a mi papá, a mi mamá… antes no veía nada y ahora estoy comenzando a ver. Comprendo que el proceso de milagro en mi vida está detenido porque necesita una intervención y la acepto; intervén Jesús.. Gracias Señor por el proceso de milagro en mi vida, porque es único y especial pues tu me amas. Amén”
Prédica durante el Encuentro PHN 2012, Paraguay
Dunga
Misionero de la Comunidad Canción Nueva- Mentor del PHN
Misionero de la Comunidad Canción Nueva- Mentor del PHN
fuente: PORTAL CANCIÓN NUEVA EN ESPAÑOL
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