Mis hermanos, esta aquí una revelación del Señor: “Escuchen mi voz, y sigan adelante por el camino que les voy a indicar para que sean felices" (Jeremías 7,23)
Es una lastima si pensamos que las leyes divinas son un fardo para hacernos infelices. Por eso, el Señor nos pide: “No cierren sus corazones”. Aquí, Dios no habla de oídos, sino del corazón, porque a Él se lo escucha con el corazón Por eso necesitamos tenerlo cada vez más abierto, más dócil, porque así, con esa docilidad el Señor no va a hablar y nosotros lograremos escucharlo. Él nos esta indicando el camino, y si lo seguimos seremos felices.
Todo lo que el Señor nos enseña, necesitamos pasárselo a las demás personas. Pero si ellas no quieren escuchar, tenemos que rezar por ellas, pidiendo que el Espíritu Santo las ilumine para que escuchen la voz del Señor y vivan según su voluntad divina.
“Señor, quita la sordera del corazón de cada uno de nosotros, y, al pedir eso para nosotros, lo pedimos también para los nuestros. Quita la dureza y la desobediencia de nuestro corazón. Lo que pido para mí, Señor, pido para los míos, para que ellos sean felices y para que, en nuestra casa, seamos felices y ayudemos a que otros también lo sean”.Hermanos, el Señor nos esta mostrando el secreto de la felicidad: escuchar Su voz y seguir el camino trazado por Él. “Pero ellos no escucharon y no prestaron atención; al contrario, siguiendo las inclinaciones del corazón, andaban para atrás y no hacia el frente” (Jeremías 7,24)
Cualquier persona, familia o nación que no escuche la voz del Señor, en vez de andar hacia el frente, va andar para atrás. Esas no son palabras de los sacerdotes, ni del Papa, son las del propio Dios.
¡Que Dios te bendiga!
Monseñor Jonas Abib
Fundador de la Comunidad Canción Nueva.
Fundador de la Comunidad Canción Nueva.
Traducción: Exequiel Alvarez
Fuente: Portal Canción Nueva en español
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